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África
Yoga para el desarrollo y la paz en Kenia
A cinco mil kilómetros de India, donde se inventó, el yoga está ayudando a cohesionar comunidades y dar una salida laboral a cientos de jóvenes keniatas.
El centro comercial Diamond Plaza, en el barrio de Westlands, en Nairobi, desprende aromas asiáticas. La comunidad india en Kenia, una de las más grandes establecidas fuera del país, acude aquí en busca de productos importados desde Nueva Delhi o Bombai, o para comer en algunos de los restaurantes hindús más concurridos de la capital keniana. En el mismo edificio, Africa Yoga Project, tiene las oficinas centrales de un proyecto único que ha hecho enraizar con fuerza en el este de África una práctica nacida hace 5.000 años en India.
Baron Baptiste y Paige Elenson, sus responsables, hace diez años que trabajan desde Nairobi para crear oportunidades de trabajo y empoderar a los jóvenes de las zonas más empobrecidas de Kenia. Tras una década, esta organización sin ánimo de lucro sigue trabajando con la convicción de que el potencial para cambiar el mundo vive en cada uno de nosotros, y que por lo tanto, los cambios siempre provienen del interior. Siguiendo las enseñanzas del Yoga, que en sánscrito significa unidad del cuerpo y la mente, Africa Yoga Project está representando un bálsamo para cientos de personas que, aparte de encontrar consuelo a circunstancias de vida adversas, también han hallado una oportunidad laboral.
¿A cuántas personas beneficia ya vuestro proyecto?
Hemos entrenado a más de 200 jóvenes como instructores de yoga que están repartidos por todo Kenia y ahora mismo estamos presentes ya en 14 países africanos diferentes.
La palabra Yoga significa paz y unidad, ¿cómo vuestro proyecto está sembrando semillas tanto para la paz individual de vuestros estudiantes como para la unidad en las comunidades en las que trabajáis?
Tenemos un espacio único llamado "Shine Center". Es un centro comunitario con un espacio para 300 personas para practicar yoga diariamente. La gente viene de todos los ámbitos, encuentras empleados de la ONU junto a maestros de AYP e incluso tenemos una clase para los niños de la calle de los barrios más pobres o slums. Después de clase ofrecemos un almuerzo gratis y todos se sientan y debaten juntos. No creo que haya otro lugar en Nairobi que reúna a gente de tan diversos orígenes de forma que todos puedan estar en un mismo espacio común, y encima experimentando clases de yoga juntos.
Tenemos maestros de yoga que han sido huérfanos a edades muy tempranas. Algunos tuvieron padres y familiares abusivos, otros fueron abusados sexualmente
¿Y cuáles son los principales desafíos psicosociales que enfrentan vuestros alumnos?
Realmente varían mucho de una persona a otra, pero la causa raíz típica es la pobreza y la falta de acceso a oportunidades no sólo para ellos, sino también para sus familiares. Tenemos maestros de yoga que han sido huérfanos a edades muy tempranas. Algunos tuvieron padres y familiares abusivos, otros fueron abusados sexualmente y por estas razones se vieron obligados a madurar precozmente o se cerraron en sí mismos para evitar conflictos y perdieron las oportunidades que tenían para la educación y el crecimiento personal. Aunque tenemos alumnos que no están tomándose la enseñanza del yoga a tiempo completo, esta práctica les ha dado las herramientas necesarias para recuperar la confianza en su vida y eso, es igualmente importante.
¿Cómo crees que mejorar el bienestar físico, mental y emocional puede contribuir a sociedades más justas?
Creemos que la paz viene de adentro y se instala hacia fuera. Solo cuando las comunidades están físicamente, mentalmente, financieramente y emocionalmente sanas, pueden experimentar la paz.
¿Qué tipo de yoga practicáis en Africa Yoga Project?
Todo el mundo comienza con un entrenamiento de 200 horas con Baptiste Power Vinyasa, pero realmente eso abre las puertas a todo tipo de descubrimientos y los estudiantes pueden experimentar diferentes tipos de yoga, el Ashtanga, el Kundalini, el Acro Yoga… y luego aventurarse en otros servicios de bienestar como masajes o fisioterapia.
En un país como Kenia, con alrededor del 17% de desempleo juvenil, ¿cómo podría el Yoga ser un alivio para las economías nacionales?
El desempleo juvenil no es un desafío menor en Kenia, pero sabemos que en Estados Unidos, por ejemplo, más de 36 millones de personas practican yoga y gastan más de 16 millones de dólares anualmente en clases, prendas de vestir y productos relacionados con el yoga. Si miramos más allá del yoga, la industria del bienestar global es un mercado de 3.700 millones de dólares, por lo que hay un gran potencial de crecimiento en Kenia y en África en general. Estamos formando líderes mundiales del bienestar en y desde África para liderar el crecimiento de la industria del bienestar en este continente. Al participar en nuestro programa, los jóvenes se convierten en líderes cívicos y empleables para construir la cadena de valor del bienestar.
Nuestro crecimiento desde 2007 ha sido extraordinario. Hoy, más de 6.000 personas participan en más de 300 clases de yoga comunitarias semanales en 80 localidades diferentes. Más de 200 jóvenes, formados como profesores, están ganando un salario digno enseñando yoga a personas que de otro modo no tendrían esta oportunidad.
¿Cualquiera puede acceder a hacer clases con vosotros? ¿Cuál es el coste de hacer clases de Yoga con Africa Yoga Project? ¿Cuál es el coste de la formación para formadores? ¿Hay becas para personas con bajos ingresos?
La razón final de nuestra formación de yoga es hacer que la juventud sea empleable, porque no sólo les da un poco de dinero para sobrevivir, puede convertirlos en la emergente clase media keniana y ayudarlos a prosperar. Una clase de yoga privada, cuando los maestros vienen a tu casa u oficina, son unos 20 euros. Nuestra formación para la maestría, de 200 horas, es un programa muy singular que reúne a nuestros estudiantes con personas de todos los ámbitos durante 10 días para convertirse en maestros de yoga juntamente. Debido a nuestra ubicación en Kenia, podemos tener costes más bajos que otros programas para el entrenamiento del yoga a otras partes del mundo, pero todos los que pagan por la capacitación también se comprometen a una cuota de recaudación de fondos que patrocinará a un becario para unirse al programa. Esta es la razón por la cual nuestra comunidad es tan fuerte. Porque lo que buscamos es ese beneficio mútuo…
Además, también trabajáis en prisiones para mujeres…
Parte de nuestro modelo es dejar que cada maestro elija la comunidad con la que les apasiona trabajar, ya que realmente creemos que el yoga puede ser beneficioso para cualquiera. Los resultados de dar a nuestros maestros esta opción es que enseñamos a todos desde escuelas, prisiones, clubes de fútbol o grupos de ancianos y adaptamos las clases a la población con la que estamos trabajando.