Acuerdos de Paz de La Habana
“El proceso se congeló por una razón muy precisa: el sector de derechas lanzó la consigna de hacer trizas la paz”

Entrevista a Pablo Beltrán, jefe del equipo negociador del Ejército de Liberación Nacional en La Habana, sobre las situación actual de los diálogos y el futuro de la paz en Colombia.


Colombia tras la vuelta al fuego 8
El proceso de paz nunca incluyó al ELN, por lo que no se desmovilizó. Fue hasta después de la firma de los Acuerdos de Paz con las FARC-EP que el gobierno colombiano comenzó a negociar con el ELN. (Foto en la comunidad de Filo Gringo, región del Catatumbo, Colombia). David F. Sabadell

Después de la firma del acuerdo de paz entre las FARC-EP y el estado Colombiano, se inició un ciclo de negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional, pero en 2019, tras una campaña en contra ambos procesos, el conservador Duque ganó las elecciones, imponiendo nuevas exigencias a la guerrilla —que no aceptó— y abocando todos los esfuerzos al fracaso. 

En un contexto sistemático de exterminio de líderes y lideresas sociales —que se ha cobrado en lo que va de año más de 150 víctimas— marcado por el incumplimiento de ambos acuerdos, entrevistamos a Pablo Beltrán, jefe del equipo negociador del ELN en La Habana, sobre las situación actual de los diálogos y el futuro de la paz. 

¿Por qué ha fracasado este proceso de paz según el ELN?
El proceso se congeló por una razón muy precisa, el sector de derechas que acaudilla el ex presidente Álvaro Uribe, estando gobernando Juan Manuel Santos, o sea el gobierno anterior a 2018, lanzó la consigna de hacer trizas la paz. Después basaron su campaña en atacar el proceso de paz y lograron ganar las elecciones en 2018.

Hoy se conoce que los cárteles de la cocaína de la Costa del Caribe presionaron y compraron votos para que el actual presidente, Duque, ganara las elecciones y después tumbar la Paz. Esta consigna la han llevado a la práctica en doble sentido, por un lado con las FARC comenzaron un proceso de reducción del conjunto de los acuerdos, de hecho la gran mayoría han sido incumplidos. En nuestro caso, llegó el nuevo gobierno y dijo: ‘Vamos a evaluar lo que ustedes avanzaron con Santos’, pero resultó mentira porque ni siquiera recibieron lo que ya se había negociado. Y después comenzó a decir que lo dialogado no se reconocía y exigía que el ELN se disolviera, que no habría proceso de paz. Eso ocurrió a finales de 2018. Justo cuando ocurren los ataques, que fueron varios, por ambas partes, a principios de 2019, el gobierno los tomó como justificación para decir que no habría más diálogo. Entonces es cuando se produce la crisis que atraviesa el proceso de paz en Colombia, tanto el que firmó las FARC como el que nosotros comenzamos.

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En los Diálogos de Paz ¿Cuáles han sido los objetivos más importantes del ELN?
Siempre han sido dos los pilares fundamentales de lo que negociamos en la agenda: terminar el conflicto armado y acordar transformaciones necesarias que resuelvan las causas del conflicto. Los tres primeros puntos son, el diseño de la participación de la sociedad, democracia para la paz y transformaciones para la paz.

Otro punto muy importante ha sido el de las víctimas, el punto cuatro dice: “vamos a reconocer los derechos de las víctimas”; en especial nosotros hemos levantado un lema ”verdad toda, verdad todos”. Porque si hay verdad, hay asunción de responsabilidades, que es la parte inicial para que haya justicia, pero a su vez si hay asunción de responsabilidades, inmediatamente queda explícito que debe haber una garantía de no repetición, que es la principal de las reparaciones.

Es fundamental porque en últimas nos oponemos a que estos procesos de solución política se conviertan como el establecimiento quiere, en una especie de indulto mutuo, vayamos despacito, decimos en Colombia, yo no lo toco, usted no me toca. Por ahí no va haber una solución del conflicto. La solución del conflicto va porque haya asunción de responsabilidades y compromiso de satisfacer los derechos de las víctimas.

“Si usted reconoce que tiene responsabilidades en el conflicto interno, entonces también reconoce que fue una lucha legítima”

Como antecedente reciente… ¿Qué opinas del resultado del proceso de paz con las FARC?
Fue una buena intención, que con miles de argucias, se ha reducido, lo que está sucediendo es que nadie quiere decir la verdad en el establecimiento, en la élite, por una razón muy simple, porque si usted reconoce la verdad, reconoce responsabilidad y el principal problema que tiene el proceso de paz es que la élites gobernantes en Colombia no quieren asumir responsabilidad por setenta años de guerra.

Es decir si usted reconoce que tiene responsabilidades en el conflicto interno, entonces también reconoce que fue una lucha legítima, cuando usted reconoce que se equivoca, que comete errores, implícitamente está diciendo no lo vuelvo hacer y así le está dando una garantía a las víctimas. Además no hay disposición para que se realice un análisis de las causas profundas. Ese problema es el más grueso a nuestro juicio y es la gran estafa de lo que ha ocurrido con el proceso con las FARC.

¿Qué diferencias metodológicas ha habido entre el Proceso de paz con las FARC y los Diálogos con el ELN?
En el proceso con los compañeros de las FARC el negociador del Gobierno se inventó una teoría que se llama “nada está acordado hasta que todo esté acordado” y así trabajaron, nosotros dijimos que no, que en esta mesa no íbamos a trabajar así. Es decir vamos acordando cosas y vamos de manera automática y simultánea produciendo acuerdos que vayamos aplicando, o sea no dejemos para que la gente viva o disfrute los resultados de una negociación al final, lo que vamos acordando se va implementando. 

En los Diálogos la derecha Colombiana quería exigirnos muchos esfuerzos para la paz y al Estado a penas le pedían, para nosotros fue inaceptable, ya que cada uno tiene que aportar según quién es en el conflicto, y el ejemplo mas claro es el rechazo del cese bilateral por parte del Estado. Por ello, otro criterio que impusimos fue la bilateralidad como parte de la arquitectura de este proceso, esto junto con la premisa de que los acuerdos hechos se van implementando para que no quede para el final de los siglos, son las principales diferencias con el proceso de las FARC.

“No dejemos que la gente viva o disfrute los resultados de una negociación al final, lo que vamos acordando se debe ir implementando”

¿El Gobierno estaba dispuesto a aceptar esta forma de trabajar en el proceso?
Logramos que se pactara el cese, cumplimos, pero le exigimos al Gobierno que durante el cese avanzáramos en un sistema de alerta y reacción inmediata para proteger a los líderes sociales y el gobierno escribió unos documentos pero no hizo nada. La realidad demostró que los compromisos que ellos dijeron que iban a asumir para contener el exterminio de los líderes sociales no se cumplieron, fueron solamente edición de documentos, artículos y decretos pero sin ninguna práctica. Esto demuestra que el gobierno no tiene mucho interés en que el exterminio se detenga y trabajar en la paz en el formato que habíamos propuesto.

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¿El fin del exterminio de líderes y lideresas sociales en Colombia es una de las condiciones más importantes del ELN para la paz?
Por supuesto, porque si usted dice que hay que sacar la violencia de la política y el Gobierno tiene el deber constitucional de garantizar la vida a los líderes que están luchando por las comunidades y no lo hace, el Gobierno es el que está incumpliendo. Lo primero que tenemos que decirle es “cumpla”, use las armas del Estado para defender y use su capacidad para proteger a los ciudadanos, ¿porque no los protege? Porque muchos de ellos son parte de comunidades organizadas que se oponen a los grandes proyectos extractivistas que hay en Colombia. Este es otro punto crucial del problema estructural en Colombia.

Después de la experiencia de anteriores procesos de paz ¿cómo se iba a realizar la participación de la sociedad?
Los primeros puntos que se acordaron se diseñaron para que escucháramos a la sociedad colombiana y de ahí extrajéramos cuáles son los cambios básicos y urgentes que necesita el país y después fueran llevados a la mesa y para ser objeto de negociación.

En 2017 se hicieron audiencias en Bogotá, estuvo parte de la delegación del ELN y se escuchó a miles de representantes de la sociedad, se hizo un diseño de la participación de la sociedad, que en términos físicos se sintetizó en dos volúmenes que compiló Naciones Unidas.

Este proceso se convirtió en una oportunidad de escuchar a la gente y para el ELN fue un principio. En una mesa de negociaciones de paz no se pueden sentar todos a decir qué quiere la sociedad, por lo que propusimos hacer un diseño de la participación, después traerlo a la mesa y trabajar en lo que dice la gente, no sobre lo que al Gobierno o al ELN se le ocurre.

“Si la paz es una política de Estado, pues acepte que otro gobierno ya ha hecho unas bases y siga construyendo. Pero este gobierno quiere negar lo que otros firmaron, esto es muy grave”

¿Cómo podrían retomarse las negociaciones y cuáles fueron los principales puntos de confrontación con el gobierno colombiano?
Nosotros defendemos un principio, que es construir sobre lo construido así se lo dijimos a este gobierno cuando llegó. Si la paz es una política de Estado, pues acepte que otro gobierno ya ha hecho unas bases y siga construyendo. Pero ellos no quieren construir sobre lo construido, quieren negar lo que otros firmaron, esto es muy grave ya que todo lo firmado fue garantizado por seis países, por tanto tiene el estatus de acuerdo internacional. Nos hemos opuesto a que se nieguen esos acumulados y seguimos persistiendo en que en adelante hay que construir sobre lo construido.

El punto uno de la agenda se cumplió en un alto porcentaje. El punto dos y tres fueron problemáticos porque el Gobierno siempre se opuso a que lo que dijera la gente fuera vinculante. En el tercer punto sucedió que en el caso de que la gente diga, necesitamos hacer este conjunto de transformaciones, nosotros les decíamos, está bien, pero supongamos que un gobierno no alcanza a hacer realidad todas esas transformaciones, pero hay una élite que gobierna en Colombia que en adelante, los siguientes diez, quince, veinte años, se debería comprometer con esos cambios. Es decir que fuera la base para un gran acuerdo nacional, hacer un nuevo pacto social en Colombia y que fuera a largo plazo, que tuviera unos sujetos muy claros, pero también se comprometieran los sectores que gobiernan en Colombia.

En este caso ¿estaríamos hablando de incluir también a los paramilitares, que ahora se llaman Bacrim o a otras actores armados?
Si usted solamente desarma al ELN, pero deja armado al conjunto de organizaciones paramilitares, que son paraestatales, quiere decir que van a seguir matando opositores, van a seguir matando líderes sociales. Entonces no habrá compromiso de ninguna clase porque dejarán las manos abiertas, sueltas, a millones de gente armada, eso sería una gran estafa. Por esto mantenemos la disposición al conjunto armado a que nuestras armas entren en un acuerdo, pero también las de todos, izquierda, derecha, centro, estatales, paraestatales, porque si no, no vamos a poner fin al conflicto armado, esa es nuestra imposición.

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Uno de los problemas del país que más ha combatido el ELN ha sido el tema extractivista y las multinacionales que lo explotan ¿qué propuestas se realizaron?
El conjunto de la minería no le renta nada a Colombia, además está demostrado económicamente, sin embargo deja una depredación inmensa. Por ejemplo, la mina a cielo abierto más grande del mundo está en Colombia, El Cerrejón, ha dejado mucha contaminación, miseria, y la han protegido con bandas narcoparamilitares las multinacionales carboneras más grandes del mundo. No estamos en contra de la minería, pero no así y respecto al petróleo, Colombia extrajo aceleradamente su petróleo y ahora se pretende extraerlo por fracturamiento hidráulico, aunque la pandemia ha resuelto temporalmente el problema porque trajo la crisis petrolera, los precios cayeron y para que se pueda producir petróleo con fracturamiento hidráulico actualmente no renta. Pero este proceso de extracción de petróleo es igual de contaminante y también deja mucha miseria entre las comunidades afectadas.

La actual crisis de la economía extractiva minera y de la crisis petrolera coloca a Colombia de manera obligada ante una agenda de transición energética, que nosotros tenemos suficientes recursos para realizar, y capacidad de producir la energía de manera más limpia, más sana, y que no provoque pobreza, que no sea solamente por combustible fósil.

Es importante terminar con esta depredación sin ningún criterio, en este sentido estamos apoyando a las comunidades que exigen ser tenidas en cuenta en estos grandes proyectos. Es importante que haya una consulta previa informada, que no pasen por encima de ellos, por eso están matando a sus líderes porque están pidiendo que se les consulte.

¿Qué consecuencias tiene que el gobierno colombiano no haya respetado la cláusula por la que se debería haberos permitido volver a Colombia una vez finalizadas las conversaciones de paz?
En marzo de 2016 firmamos una agenda de negociaciones con el Estado Colombiano y en abril firmamos un conjunto de protocolos para proteger la mesa de negociación, uno de esos protocolos se llama el “Protocolo de Ruptura”, que dice, en términos generales, esto “… en caso de que haya finalización de la negociación, el Estado Colombiano es el primer responsable del retorno de la Delegación del ELN a sus territorios”. Para darle el estatus internacional lo atestiguan como garantes seis países. Por ejemplo, hace dos meses, el embajador noruego en Bogotá, dijo: “para nosotros la única opción que tenemos es defender el protocolo, porque si como garantes de una negociación no defendemos lo que firman las partes, dejaríamos de ser negociadores de paz en el mundo, y se acabarían las negociaciones de Paz”. No se le puede exigir a Cuba que incumpla lo que seis países acordaron, porque sería incumplir un Acuerdo Internacional y Cuba no se va a convertir en un Estado criminal, a pesar de que EEUU en una declaración respalde al gobierno colombiano, la posición de Cuba es clara, “ustedes vinieron aquí por un pedido y se van por un protocolo”. Cuba, en eso, no va a cambiar de posición.

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Entrevista: José Ángel Sánchez Rocamora @fefudelmar

Producción Radial: Dani Frechina Grafia

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