Derecho a la vivienda
“Si las cosas se pelean, se ganan”

Una escuela popular de la PAHC y cuatro inquilinos que decidieron luchar colectivamente contra fondos de inversión y Sareb ofrecen sus testimonio a El Salto.
Juanma Luquer, vecino del bloque número 4 de Manresa
Juanma Luquer, vecino del bloque número 4 de Manresa. Kike Rincón
“Mi situación era crítica”

Juanma Luquer, vecino del bloque nº4 de Manresa. Propietario: Sareb

“Tuve una casa. Por ella pagaba una hipoteca, pero cuando llegó la crisis, la perdí. El banco se la quedó tras luchar por una dación en pago de la deuda. Nunca en mi vida me había planteado ocupar una vivienda. Pero en 2015 estaba recién separado, sin casa, sin trabajo y con dos hijos en régimen de visitas de fin de semana que necesitaban a un padre con un hogar. Mi situación era crítica y la asamblea de la PAHC Bages, donde luché por la condonación de la deuda de la hipoteca, decidió que podría vivir en una de las viviendas de los bloques de la Sareb que habíamos ocupado. Desde entonces, vivo aquí. Y aquí ha nacido mi tercer hijo. Mi vida ha cambiado muchísimo, sobre todo la manera de pensar. Antes te metían en la cabeza que había que comprar una vivienda, que si no nunca sería tuya, ahora desconfío del sistema, de los bancos y de los contratos que te hacen firmar. No me gusta estar a la espera de que un día nos puedan echar. Queremos un alquiler social que podamos pagar, porque los precios están imposibles. No hay más alternativa que luchar todos juntos para que dejen de especular con la vivienda, porque si las cosas se pelean, se ganan, pero hay que lucharlas. A mi hija mayor, de 17 años, la veo pensando de una forma muy justa, está concienciada de que todas las personas somos iguales y que el sistema nos ahoga. En el Bloque 4 vivimos con cierta incertidumbre, pero sabiendo que hay gente que se pondrá delante de la puerta para parar un desahucio, y eso no hay oro que lo compre”.

Panorama Bloques en Lucha - 7
Carteles contra la especulación en la Casa Orsola, en Barcelona, uno de los bloques en lucha paradigmáticos de la capital catalana y todo un ejemplo de cómo una lucha contra la especulación puede ayudar a revivir el tejido del barrio. Kike Rincón
“Los fondos lo tienen claro: los edificios son un activo, nada más”

Josep Torrent, vecino de la Casa Orsola de Barcelona. Propietario: Lioness Inversiones S.L.

“Llevo 20 años viviendo de alquiler en la Casa Orsola. En este barrio tengo mi vida hecha. El contrato venció el 1 de mayo de 2022, desde entonces consigno el alquiler en una cuenta judicial. Se supone que me tengo que buscar otra cosa, lo cual es complicado porque requiere de una mudanza que no me había planteado para buscar un piso por el que ya no me pedirán los 700 euros que pago aquí, sino aún más dinero. Soy profesor de matemáticas en un instituto. Antes de que un fondo buitre tratara de echarme de mi barrio era consciente de la crisis habitacional que padece Barcelona. Lo que nos ha ocurrido solo ha reforzado mi opinión y me ha hecho conocer de primera mano que hay movimientos en defensa de la vivienda y activistas que luchan contra la especulación. Los abracé enseguida. Llamamos a distintas puertas, pero el Sindicat de Llogateres y la Xarxa d’Habitatge de l’Esquerra de l’Eixample fueron los únicos que han estado a nuestro lado. El piso contiguo al mío fue uno de los primeros que se quedó vacío y Lioness lo alquila por 2.000 euros al mes como alquiler de temporada —máximo, once meses—, más honorarios y fianza de 4.000 euros. Esas cantidades, o te las paga la empresa o no sé yo quién puede asumirlas. Los vecinos temporales son gente de entre 30 y 40 años que viene a trabajar unos pocos meses. La vivienda les sirve para situarse en la ciudad en la que acaban de aterrizar y en la que pasarán poco tiempo. Una ciudad sin vecinas no es una ciudad. La gentrificación cambiará hasta los comercios, ante una ciudad sin gente capaz de echar raíces. Las consecuencias son variadas y negativas, no nos afecta solo a nosotros. Pero los fondos lo tienen muy claro: los edificios son un activo, nada más”.

Panorama Bloques en Lucha - 8
Carlos y su marido posan en la escalera del edificio en el que viven hace mas de 10 años. Álvaro Minguito
“El anterior propietario cometió un fraude y Sareb nos quiere echar”

Carlos, vecino de la calle Juan Antón 14, Madrid. Propietario: Sareb


“Entre 2017 y 2021 le pagué en mano el alquiler de la casa a la administradora de la empresa que supuestamente era la dueña de mi edificio. Pero ya no era la dueña. El banco se había quedado con cinco de los siete pisos de este bloque. Y luego Sareb se quedó con ellos. Durante cuatro años, la administradora de Afania Consulting se pasaba a cobrar puerta por puerta. Nos parecía raro, pero funcionaba así. El único hecho que nos podría haber puesto en alerta fue una extraña visita que recibimos un día de 2021: una mujer nos tocó el timbre preguntando si podíamos enseñarle el piso, porque se dedicaba a comprar pisos de bancos y quería ver el nuestro. Le echamos indignados, ¿cómo que quería entrar a nuestra casa? ¿Cómo que nuestra casa era del banco? Llamamos a la viuda del dueño —el dueño falleció en los primeros meses de confinamiento— y se enfadó: “Que a ver quién era esa mujer y de qué iba”. “Bueno, bueno, pues nada”, vine a decirle. Semanas después, el 15 de diciembre de 2021 cuatro pisos recibimos una notificación de amenaza de desahucio. No salíamos de nuestro asombro. Un vecino no la recibió, pero su piso estaba incluido como propiedad del banco en la carta que recibí yo. Llevamos más de diez años viviendo aquí y durante cuatro años, mi marido y yo le pagamos entre 600 y 650 euros a una administradora que ya no era dueña de nuestras casas y que estaba cometiendo un fraude. El juzgado no ha reconocido el contrato de alquiler que firmamos, y que vencía en 2023, aduciendo que el casero nunca lo depositó en el registro de propiedades, por lo que no nos deja consignar la renta en una cuenta judicial. Una de nuestras vecinas tiene 80 años, padece Alzheimer y vive sola. Trato de echarle un ojo. A veces se acuerda de lo que pasa, otras veces no, pero cuando se entera se pone muy nerviosa. Y a pesar de todo esto, Sareb no quiere negociar con nosotros contratos dignos, aunque es un ente público. No queremos vivir gratis, queremos tranquilidad y un trato digno, en vez de recibir amenazas por carta, sentencias que no protegen nuestros derechos como inquilinos y visitas de gestoras de la Sareb cuyo único objetivo parece ser que es que te vayas de tu casa”. 

Panorama Bloques en Lucha - 2
María Palop, de Alcorcón (Madrid) en lucha por sus viviendas propiedad de Testa, filial de Blackstone. David F. Sabadell
“Queremos evitar los desahucios invisibles de un barrio obrero”

María Palop, Alcorcón (Madrid). Propietario: Testa, filial de Blackstone

“Vine a Madrid a estudiar y llevo viviendo 20 años en esta casa. Primero la compartí con mi hermana, ahora vivo con mi pareja. Somos unas 30 familias afectadas de las 150 viviendas que construyeron en esta urbanización de suelo público que cedió el Ayuntamiento de Alcorcón a la Comunidad de Madrid para construir vivienda pública. Pero los contratos de VPO han ido venciendo, y empezamos a recibir cartas de no renovación o de renovación en otras condiciones. Una filial del fondo buitre Blackstone, Testa, había comprado la urbanización. Nuestro contrato venció el 31 de julio de 2022. Los contratos nuevos que ofrecen incluyen una subida de renta de entre el 30 y el 40%. En mi caso, pasaría de pagar 630 euros mensuales a 900, más el IBI y la comunidad a partir del segundo año, por lo que el alquiler anual se encarece aún más mediante cláusulas abusivas. Por ejemplo, todo lo que se rompa en la vivienda lo tienes que reparar tú, el fondo buitre no se hace cargo de nada. La caldera es parte de la vivienda y una vecina ha estado dos años sin ella a cuenta de esta discusión. Hace un año empezamos a organizarnos con la PAH de Alcorcón y el Sindicato de Inquilinas de Madrid para evitar estos desahucios invisibles de un barrio obrero como el nuestro. No somos gente de paso, llevamos décadas haciendo barrio y ahora nos quieren echar de nuestras casas cuando nosotros queremos pagar el alquiler, pero con subidas proporcionadas y con reparaciones adecuadas”. 

Panorama Bloques en Lucha - 1
La entrada de l’Escoleta Popular de Manresa. Kike Rincón

“Aportamos una mirada crítica para que las clases populares nos empoderemos”

Jana Compte y Jordi Guiu, acompañantes en l’Escoleta popular de la PAHC Bages 

“L’Escoleta es un espacio del Movimiento Popular de Manresa. Desde la PAHC Bages se estaban ocupando bloques para las vecinas que no tenían acceso a la vivienda y muchos tenían locales vacíos en los bajos. Por un lado, vimos la necesidad de aprovechar ese espacio para las familias, los jóvenes y la infancia que tuvieran alguna carencia escolar, bien por la lengua, bien por tiempo. Por otro, creemos que l’Escoleta crea un vínculo comunitario que nos lleva a ser conscientes de que nos ayudamos entre todas: tenemos el objetivo de generar espacios de seguridad donde las relaciones que surgen sean desde la confianza y el apoyo mutuo, como en el resto de estructuras populares de la XEPC. Empezamos con grupos de primaria, pero la infancia crece y ya tenemos tres grupos de jóvenes y otros cuatro de primaria. Cuando nace un grupo nuevo, el primer paso es cohesionarlo. Luego cada uno genera su propio camino y nosotras les acompañamos con la certeza de que, a veces, es necesario intervenir. Le damos tanta importancia a las actividades políticas como a las de ocio, porque muchos escolares viven problemas que no les tocan a su edad, por lo que deseamos que l’Escoleta sea un espacio donde puedan sentirse tranquilas y disfrutar del ocio, ¡jugamos mucho! El enfoque reivindicativo lo aportamos cuando colectivizamos problemas para discutirlos entre todas. Si un peque ha tenido un intento de desahucio, lo hablamos, vamos juntas como Escoleta, creamos un vínculo con la familia, que sepan que no están solas. En la educación popular aprendemos unas de las otras y, como acompañantes, aportamos una mirada crítica necesaria para que las clases populares nos empoderemos y dejemos de sucumbir a las necesidades burguesas”.

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