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Tribuna
Es el momento de seguir empujando hacia la República
Mañana 18 de octubre, hay convocadas una veintena de movilizaciones en nueve autonomías, incluida Andalucía, reclamando una salida republicana a la crisis. La encuesta que esta semana publicaban las cabeceras de la Plataforma de Medios Independientes evidencia que existe una brecha generacional en la juventud claramente en favor de la república, con un 54% de 25 a 34 años y un 48% en los 16 y 17 años.
La situación social y política del país durante estos últimos meses ha tenido un común denominador que ha sido la gestión y capacidad que ha existido por parte tanto del gobierno central como de los gobiernos autonómicos de la pandemia.
Esta pandemia ha puesto de relieve tanto carencias como enseñanzas políticas fundamentales que no debemos olvidar:
- No tenemos capacidad ni recursos suficientes para que nuestros sanitarios -y como sociedad- podamos hacer frente a una situación de tal magnitud. Solo la sanidad pública se ha responsabilizado de combatir la misma. Tras años de maltrato y recortes por parte de gobiernos de distintos signos, nos encontramos con un sistema de salud muy deteriorado. Así, además los centros privados se han encargado de hacer negocio sin asumir ningún tipo de responsabilidad sanitaria.
- Los trabajadores somos imprescindibles, por más que se repitan ciertos dogmas, fue durante los peores momentos de confinamiento donde muchos de esos trabajadores con malas condiciones y dudosos derechos asumidos pasaron a ser considerados nada menos que “héroes”. Esto ideológicamente se ha utilizado para ensalzar su labor pero ocultar la realidad de las condiciones de trabajo.
Las repercusiones en el plano económico no se han hecho esperar, y contar con un modelo productivo cuya punta de lanza son la hostelería y el turismo no ha ayudado en absoluto a poder afrontar como sociedad el conflicto. Nuevamente, vuelve a ser la juventud uno de los sectores más golpeados por la crisis. El trabajo que asumimos como colectivo social sigue estando predominantemente en estos sectores sin ningún tipo de alternativa, ni por parte de la Junta de Andalucía ni de las clases dominantes. Sumado a los bajos salarios, la alta temporalidad y la subida del precio de los alquileres de los últimos años que sufrimos de forma directa impidiendo desarrollar nuestros proyectos de vida autónomos, ahora tenemos que soportar también los estragos de una nueva crisis económica.
La posición del Rey, es de facilitador de consensos, sí, pero de consensos que sirvan a las grandes empresas y entidades financieras del país, por encima de los intereses del conjunto de la sociedad
Junto a esto, hay que sumarle también como se trata de forma sistemática de culpabilizar al conjunto de los jóvenes de los contagios y una segunda ola, siendo las principales medidas aplicadas en estas semanas contra el ocio, siempre que no esté ligado al consumo. Se cierran instalaciones deportivas o peñas, pero se mantienen bares y las casas de apuestas.
La polarización entre los intereses de clases -que el gobierno central ha tratado de apaciguar con medidas para repartir “esfuerzos”- ha sido la constante al igual que en todas las grandes crisis económicas y sociales ya vividas. Así, no es necesario señalar las manifestaciones con un claro carácter de clase vividas en los últimos meses, tanto las del Barrio Salamanca, como los barrios y ciudades obreras del sur de Madrid, con una gran diferencia de trato por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Es en medio de esta vorágine donde se desata el último escándalo de la monarquía. El Rey emérito Juan Carlos I se ve obligado a huir del país por la presión interna y posición en la que queda la corona tras conocerse los escándalos de corrupción en base a contratos cerrados a comisión para el monarca.
Encuesta monarquía
Un 40,9% de la población votaría por la República y un 34,9% a favor de la monarquía en caso de referéndum
Las personas indecisas serían clave en una hipotética consulta. La población cree que, si se preguntase, la monarquía sería la opción más votada. El Salto y 15 medios de la Plataforma de Medios Independientes publican la mayor encuesta sobre la monarquía realizada en el mandato de Felipe VI.
Históricamente, se trata de vender la utilidad que tiene la monarquía como una institución generadora de consensos y estabilidad en el seno del país, y en base a esta premisa, la jefatura del estado se mantiene por la vía hereditaria.
Ahora bien, su papel dista con creces de ejercer como mediador, sino como pieza fundamental en el tablero de ajedrez del Régimen del 78, y efectivamente tomando partida sobre el mismo. La posición del Rey, es de facilitador de consensos, sí, pero de consensos que sirvan a las grandes empresas y entidades financieras del país, por encima de los intereses del conjunto de la sociedad, por encima de mediar para mejorar nuestros sistema sanitario, por encima de los derechos de los trabajadores que mantenemos en marcha la producción y, por supuesto, por encima de un futuro digno para la juventud.
Dicha encuesta pone de manifiesto una brecha generacional evidente y que el rechazo generalizado entre la juventud por la monarquía está intrínsecamente relacionado con una traducción política en forma de república
Es por todo esto, por lo que no nos extraña las cifras de la encuesta publicada por las 16 cabeceras de la Plataforma de Medios Independientes dónde la mayoría de la población se sitúa a favor de una república, pero más allá de eso, es aplastante el más de un 70% que está a favor de un referéndum sobre esta cuestión. También dicha encuesta pone de manifiesto una brecha generacional evidente y que el rechazo generalizado entre la juventud por la monarquía está intrínsecamente relacionado con una traducción política en forma de república y en consecuencia de conseguir derechos y certidumbres materiales de futuro.
El Rey, no es sólo el pilar fundamental de la corrupción de este país que nos lleva a no disponer de recursos para enfrentar la actual crisis sanitaria, sino el pilar sobre el que se cimienta el Régimen del 78 el cual no nos permite desarrollar proyectos de vida digna a la juventud trabajadora.
En un momento como el actual, la juventud estamos llamados a engrosar las filas y liderar los proyectos de poder popular, desde los sindicatos de estudiantes y trabajadores, hasta las redes de apoyo mutuo surgidas en lo peor del confinamiento. La tarea no es tanto de mantener unos maltrechos derechos, sino pasar a la ofensiva planteando alternativas y edificando las mismas mediante la autoorganización, asumiendo que hay mil luchas abiertas, pero que somos muchas jóvenes también las que sabemos que un mejor país es posible.
Es por todo esto, por lo que desde la Juventud Comunista hacemos un llamamiento generalizado a la asistencia a las convocatorias que darán en las capitales de provincia andaluzas el próximo 18 de octubre, puesto que asumimos el reto actual y como sociedad debemos seguir recorriendo el único camino posible para poder avanzar y evitar reproducir crisis como la actual. Como decía, tenemos claro que hay mil luchas, pero un solo camino, el de la República.