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Tribuna
Cómo gobernar a La Ingobernable. Relatos de una negociación imposible
El exconcejal Pablo Carmona explica cómo desde la corporación municipal anterior se evitó reconocer a La Ingobernable como sujeto político y por qué la perspectiva de una cesión del espacio nunca estuvo encima de la mesa.
Son las 6:40 de la mañana del 13 de noviembre de 2019, numerosos canales de Telegram y Whatsapp empiezan a echar humo, están desalojando el centro social La Ingobernable. Tras dos años y medio de trabajo cultural, social y político en la ciudad de Madrid, este centro ha realizado más de 3.300 actividades y por sus salas han pasado más de 146.000 personas, pero esta actividad parece no tener ningún valor para los responsables políticos.
La reacción en redes es inmediata y el desalojo se convierte en tendencia en pocos minutos. Desde el centros social se empieza a convocar una concentración de protesta ante el edificio desalojado a las 19h de la tarde. Al menos 2.000 personas respondieron a este llamamiento y La Ingobernable se convertía en noticia en todos los medios de comunicación. Cortes de tráfico y sentadas de protesta se sucedieron durante la noche.
La gran mayoría de críticas y de ataques se hicieron contra el gobierno del Partido Popular y de Ciudadanos —muy beligerantes en los últimos años contra La Ingobernable—, pero también hubo críticas contra el anterior gobierno de Ahora Madrid, por no haber negociado y cedido el espacio, tal y como demandaba la asamblea del centro social. También se hacía un recordatorio, la posición de Más Madrid en las semanas previas a las elecciones fue contundente, había que desalojar La Ingobernable.
Ante este debate algunos miembros del actual Más Madrid, ahora en la oposición municipal, lanzaron sus argumentos de defensa. Con José Manuel Calvo a la cabeza se venía a decir que a La Ingobernable se le ofreció una salida legal y que fue la propia asamblea del centro social quien rechazó esta opción. Se dejaba ver que fueron ellos mismos los responsables de su destino.
Tras esta afirmación comenzaba el debate y los miembros de Más Madrid acababan borrando tweets y dando marcha atrás, incluso enfrentándose por primera vez entre ellos públicamente. Frente a eso aparecían nuevos tweets de sus líderes más destacados —incluido Íñigo Errejón—, en favor de la labor de La Ingobernable que trataban de calmar los ánimos y de paso barrer para su casa. Pero no podía colar que el líder de un partido que en campaña defendió el desalojo de la Ingobernable tratase ahora de aparecer como adalid de este centro y de su actividad. En lugar de quedarse callados prefirieron airear parcialmente uno de los grandes temas tabú del gobierno de Manuela Carmena, su negociación con La Ingobernable. Y quizás tengan razón y haya llegado el momento de hacerlo.
Comienza la negociación
Desde otoño de 2017 las conversaciones informales de miembros del equipo de gobierno y La Ingobernable se venían produciendo, una especie de tanteo previo sin ninguna conclusión que acabó formalizándose en al menos tres reuniones, la primera de ellas el 30 de noviembre de 2017 en un bar cercano a la calle Gobernador.A pesar de los más de 20 años de experiencias en toda Europa de legalización de centros sociales. A pesar también de la curiosa realidad de que muchos de los miembros del gobierno de Ahora Madrid habían estado en negociaciones de centros sociales okupados. Incluso a pesar de que algunas de esas negociaciones llegaron a buen puerto con gobiernos del Partido Popular, los responsables de Ahora Madrid no se atrevían a habilitar canales públicos y formales para negociar con un colectivo social como la asamblea de la Ingobernable. Como siempre pesó más el miedo a la derecha y los complejos progresistas que las ganas de tejer un Madrid rebelde.
En esos primeros momentos parecía lógico que los tanteos iniciales pudieran ser discretos, pero pasaban los meses y nada parecía cambiar. Tras este primer encuentro, el concejal encargado del patrimonio municipal Carlos Sánchez Mato fue cesado de su cargo y el relevo lo tomó Jorge García Castaño. El nuevo concejal de Hacienda en las siguientes reuniones con La Ingobernable dejó claro que el expediente de desalojo era una cuestión administrativa y daba a entender como punto de partida que se estaba ralentizando para poder llegar a un acuerdo.
En estas nuevas reuniones, en una en la que yo mismo estuve presente, desde La Ingobernable se pidió que hubiese un reconocimiento explícito a este sujeto político, cierto reconocimiento público al proceso de negociación y propuestas más concretas sobre la mesa. Ninguna de las tres se llegaron nunca a cumplir.
Estábamos ya en el mes de febrero y no se habían producido avances significativos en ninguna de las direcciones. No fue hasta que el 15 de marzo de 2018 que el proceso dio un vuelco. Ese día llegó una notificación del Ayuntamiento, el gobierno de Manuela Carmena fijaba para el 4 de abril de 2018 la fecha de lanzamiento, La Ingobernable iba a ser desalojada.
Tras varias reuniones parecía increíble que llegase la orden de desalojo, el supuesto gobierno del cambio —sentado varias semanas antes con los representantes de La Ingobernable—, emitían ahora una orden para desalojar a los ocupantes. Desde el Ayuntamiento se apresuraron a desmentir que se fuese a desalojar, que eso no llegaría a buen puerto. A nivel interno iban más allá, había sido una jugarreta de algún funcionario malintencionado, aunque todo encajaba muy mal. Si en un año entero no se habían hecho públicas las conversaciones ni se había abierto ningún proceso más que el expediente de desalojo, lo lógico era que ese proceso llegase a su fin en algún momento y acabase con la recuperación por parte del Ayuntamiento del edificio, tal y como además repitió en varias ocasiones el concejal Jorge García Castaño.
El desalojo no se pudo llevar adelante y se entró en una lógica espiral de desconfianza. Tras varios meses de atasco se empezó a manejar un discurso muy genérico desde la corporación municipal. En éste no se hablaba de negociación, ni se reconocía a La Ingobernable como sujeto de una posible negociación, sino que se buscaban puertas traseras, plataformas vecinales y todo tipo de parapetos para remontar el vuelo y negar la evidencia de que con la orden de desalojo tenía en el el fondo una clara intencionalidad política: meter presión a la Ingobernable y rebajar sus aspiraciones.
Idas y venidas que llevaron hasta el mes de octubre, momento en el que ya había dos cosas claras con el Ayuntamiento de Madrid. La primera, que la aznarista Fundación Ambasz se iría de rositas tras incumplir el convenio municipal, dejar el edificio vacío y recibir desde el Ayuntamiento 1,4 millones de euros. Y la segunda, que el 15 de octubre de 2018 Manuela Carmena anunciaba a bombo y platillo que el edificio de La Ingobernable sería la nueva Biblioteca de mujeres que recientemente había amadrinado el Ayuntamiento de Madrid. Esto suponía por la vía de los hechos, la confirmación de que La Ingo sería desalojada, el Ayuntamiento había buscado un nuevo uso para el edificio.
Así, el 17 de octubre de 2018, la asamblea de La Ingobernable junto a otros 200 colectivos, personas relevantes del mundo de la comunicación y la cultura e incluso concejales de Ahora Madrid firman una carta en la que piden al Ayuntamiento que se haga una reunión formal y que se conozca el espacio de La Ingobernable. Esta cita se convocó para el 6 de noviembre de 2018, pero el equipo de Carmena de nuevo no dio señales de vida y faltó a la cita.
Hacia las elecciones de mayo
Con la situación al límite y con un Ayuntamiento que ya tenía sustitutas para el edificio, la respuesta de La Ingobernable fue contundente, no en vano era la sede del movimiento 8 de marzo y uno de los polos más activos del movimiento de la ciudad. Además se sumaba que en pocas semanas comenzaría la carrera hacia las elecciones municipales y La Ingobernable en pie de guerra podría ser un actor demasiado incómodo para la campaña de Más Madrid.El problema para Errejón y Carmena era evidente, del lado de La Ingobernable estaban todos los movimientos sociales de la ciudad. Su posición política con respecto a la especulación urbanística impulsada por el propio gobierno de Carmena, sumada a la línea verde y del #GreenNewDeal eran incompatibles con desalojar el centro social que servía de sede para muchos de los colectivos centrales en las movilizaciones por el clima.
El problema parecía evidente, al igual que en los meses previos el juego a nivel macro podía estar controlado, a finales de 2018 y con las elecciones a la vista, La Ingobernable podía convertirse en un problema político en la plaza electoral madrileña para Más Madrid, la nueva candidatura de Íñigo Errejón y Manuela Carmena que pocos meses antes había anunciado la alcaldesa.
La estrategia principal de Manuela Carmena, Rita Maestre, Jorge García Castaño y el resto del equipo de gobierno de Más Madrid no pasaba en ningún caso por ceder el espacio
Por este motivo, el equipo de Carmena y Errejón deciden mover pieza y poner al frente de las negociaciones a Rita Maestre. La mismísima portavoz del gobierno de Madrid tomaba las riendas del proceso, algo podía estar cambiando. El 20 de diciembre de 2018 Rita Maestre dirige una reunión ya al más alto nivel y con mandato de la alcaldía para negociar con el centro social y diversos actores de movimientos sociales la continuidad del proyecto. A pesar de las discusiones, se empieza a plantear alguna opción de cesión del espacio, pero el parón navideño deja el asunto para después de las fiestas.
El tiempo corría hacia las elecciones y la primera propuesta llega en febrero, a escasos dos meses de empezar la campaña electoral. Se empieza a concretar la posibilidad de hacer una cesión del espacio o, en su defecto, una autorización especial de uso. Las vías que ofrece la Ley de Patrimonio del Estado, aplicables a los Ayuntamientos, están abiertas y además el Ayuntamiento ya tiene experiencia y ha hecho cesiones similares. Casos así fueron la cesión del palacio de la calle Alberto Aguilera al negocio de la Casa de México o la Nave 9 de Matedero que se cedió a la multimillonaria Fundación Sandretto Re Rebaudengo. En estos dos casos nadie pidió concursos públicos, aun siendo negocios redondos. Los ricachones en Madrid seguían entrando por la puerta grande.
En el mes de marzo de 2019 se van concretando opciones, pero hasta el 24 de abril no llega una primera propuesta redactada. Se trataba de una autorización especial de uso, una fórmula jurídica compleja y que no garantizaba en absoluto la permanencia del inmueble. La cesión del espacio quedaba descartada y la nueva vía legal tanto por su debilidad jurídica como por las fechas en las que se hacía —se estaba a menos de un mes de las elecciones—, destapaban definitivamente el pastel.
La estrategia principal de Manuela Carmena, Rita Maestre, Jorge García Castaño y el resto del equipo de gobierno de Más Madrid no pasaba en ningún caso por ceder el espacio. Como ya advirtieron en aquellos meses algunos altos funcionarios municipales, lo que se estaba proponiendo era factible, pero cualquier persona sensata sabía que a pocos meses de las elecciones era inviable su tramitación. Maestre no había abierto una mesa de negociación, sino que estaba intentando orquestar una trampa para ganar tiempo y evitar al máximo que La Ingobernable —con todo el apoyo que suscitaba—, pudiese entrar en campaña y abrir más brechas en los puntos más débiles del gobierno: el continuismo con las políticas urbanísticas del PP y el modelo de ciudad neoliberal.
Ante el engaño que se produjo y con la intención de poner encima de la mesa la fuerza del proyecto, el 11 de mayo de 2019, La Ingobernable convocó una manifestación en la que varias miles de personas pidieron la continuidad del espacio. Pero ya era demasiado tarde, la campaña electoral de Más Madrid había comenzado y todos sus responsables: Carmena, Rita Maestre, Luis Cueto y Jorge García Castaño lo dejaron bien claro en campaña, La Ingobernable sería desalojada.
Pocos días después, el 26 de mayo se producían las elecciones municipales en Madrid, el Partido Popular y Ciudadanos ganaban el gobierno con el apoyo de Vox. La cabeza de La ingobernable, servida en bandeja de plata por Más Madrid quedaba a disposición del gobierno trifachito que no dudó en aprovechar la oportunidad. Hoy 14 de noviembre de 2019 La Ingobernable vuelve estar vacía. Ojalá se pudran todas y todos los responsables.
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Es alucinante que cierta izquierda se haya vuelto tan irracional. Por maravillosas que fueran las actividades que se hicieran en "la Ingobernable", no se puede ceder sin concurso público de ninguna clase un espacio que es de todos los ciudadanos.
Claro y contundente, Pablo Carmona. Le pones nombres a los límites del "progresismo". En este caso, como en la Operación Chamartín, les puso alfombra roja a la derecha. Enhorabuena y gracias por tu claridad.
Le estáis dando una importancia que dista mucho de la realidad, solo es un edificio. No se ha desalojado un laboratorio donde tenían casi lista la cura contra el cancer. Solo era un local de TODOS ocupado por unos pocos que no representa el sentimiento del resto. Nadie les impide asociarse y legalmente buscar una sede, hasta podrían rascar alguna subvención. No se...problemas del primer mundo!
Otro pijo-progre buscando curro en la política, ya he perdido la cuenta.
otro flipado que piensa que esta viviendo con el desalojo algo comparable a la caída del muro de Berlin...solo es un local y no se hacia nada importante ahí dentro. Si tan vital era que se asocien y alquilen otro sitio
Nada, mucha actividad del 8-M, la plataforma contra las casas de apuestas, a bote pronto