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Medios de comunicación
Una década de periodismo económico contracorriente
Un día como hoy, pero hace exactamente diez años, nacía la web de El Salmón Contracorriente. El proyecto ya se llevaba rumiando y preparando desde finales de julio, pero fue el 24 de octubre de 2014 el día que vimos la luz. Recuerdo aquella mañana, pegados al ordenador, nerviosas por ver cuál sería la reacción de la gente y el acogimiento que iba a recibir un proyecto tan marciano como la creación del primer medio de economía que nadaba contra la corriente mainstream de la prensa salmón.
La idea era hacer un medio de comunicación que diera cabida a todas esas visiones y enfoques de la economía que no la tenían en la prensa convencional. Nacimos con la intención de crear nuestra propia corriente de información salmón, una información con valores, ética y compromiso con toda la población, no sólo con los inversores o empresarios a los que se suele dirigir la prensa económica convencional. Fundamos este proyecto para demostrar que se podía hacer periodismo económico desde otros enfoques y dirigido a otros públicos que nunca abriría la prensa salmón tradicional.
Un periodismo que hablara de perspectivas distintas y poniendo en el medio otros valores que se alejan del simple lucro económico. Hablar de decrecimiento, de Economía Social y Solidaria, ecológica, feminista, marxista, de la Teoría Monetaria Moderna, de finanzas éticas, comercio justo, del cooperativismo y tantas otras visiones de la economía. Un periodismo que no cayera en las lógicas capitalistas, sino que las señalara y criticara con firmeza y fundamento.
Pero también con la intención de poner algo de luz sobre la información económica, ser didácticos, traducir el complicado lenguaje que se usa en la prensa para generar una barrera entre los “expertos” y el resto de los mortales. Nosotras queríamos romper esa barrera. Mostrar que todo el mundo sabe más de economía de lo que cree y que, cuanto más nos implicamos en ella, más nos implicamos en la vida pública y, por lo tanto, implicarnos más con nuestro entorno y con la democracia.
Aún recuerdo las caras de la gente y colectivos con los que nos reunimos para explicarles nuestro loco proyecto, cuando les decíamos que nuestra intención era montar un medio de comunicación de economía anticapitalista. Caras entre asombro y perplejidad cuando oían de un grupo de desconocidos, aunque participantes de movimientos sociales y organizaciones, y que no tenían ni un euro de presupuesto pretendían crear una web en la que sólo se hablara de economía, pero de las otras economías, de las que se hablaba en las asambleas de los movimientos sociales, en las organizaciones ciudadanas y en las plazas del 15M. Aquello parecía una locura, y en cierto modo lo era, pero estábamos convencidas de que había un hueco que cubrir y estábamos dispuestas a ocuparlo y a hacer fuerza para ensancharlo.
Hay una anécdota que he contado en algún pasilleo o cañas en El Salto, pero que no todo el mundo sabe. En esas reuniones, en las que nos juntábamos con colectivos y movimientos sociales amigos para explicarles nuestro proyecto, cuando queríamos explicar qué era lo que queríamos hacer, en muchas ocasiones lo resumíamos diciendo “queremos hacer algo así como la sección de economía que no tiene Diagonal”. Para nosotras Diagonal era nuestro referente y el modelo de periodismo pegado a la calle y a los movimientos sociales que queríamos seguir e imitar.
Por eso nos sorprendió muy gratamente que, tan sólo unos meses después de nuestro nacimiento, Diagonal empezara a republicar algunos de nuestros contenidos (siempre en licencia libre) en su web. De igual forma, nos hizo mucha ilusión que nos llamaran para buscar formas de colaboración. Pasamos a editar una sección económica, con el fondo color salmón, en algunas de las revistas quincenales de Diagonal. Tras unos meses colaborando, nos llamaron a otra reunión. La redacción se acababa de mudar a la oficina de la Plaza Luca de Tena y nos citaron allí: “Queremos contaros un proyecto que llevamos tiempo pensando, queremos unirnos a otros medios para montar algo más grande, queremos dar ‘el salto’...”. El resto ya es historia, la nuestra, la que nos trajo hasta aquí.
A por otros diez años
Diez años más tarde, El Salmón Contracorriente es la sección de economía de El Salto. Una década ya mostrando que existen otras formas de entender la economía y de informar sobre ella. Casi ocho años del proyecto El Salto, en el que nos integramos, pero manteniendo la misma frescura, enfoque e ilusión que aquel día de octubre de 2014.
No puedo dejar pasar la ocasión sin citar a las personas que le dieron vida a este Salmón: Ana Encinas, Isidro Jiménez (quien diseño la web y nuestro precioso logo), Mariola Olcina, Carlos Saavedra, Genoveva López, Marta Luengo y Laura Cruz. Pero no sólo a ellas, también al montón de colectivos, organizaciones y movimientos sociales que nos echaron una mano cuando todo esto empezó y parecía una locura: REAS, los Mercados Sociales, Economistas Sin Fronteras, Ecologistas en Acción, Los Econoplastas, la Plataforma por la Auditoría Ciudadana de la Deuda, Carro de Combate o ATTAC (que me perdonen los que se me olvidan). Gracias a todas aquellas personas que nos cedieron una ilustración, un poema o un artículo para que pudiéramos editar el libro Economía de escalera, finanzas de patio con el que pudimos recaudar nuestros primeros euros. Gracias a Eduardo Galeano al que Mariola le escribió para pedirle que nos cediera un precioso texto que había encontrado bajo el título La ruta de los salmones. Galeano nos contestó aceptando con mucho gusto y, tan sólo 2 o 3 días después, nos enteramos de que el maestro nos había dejado para siempre.
Tampoco puedo dejar de nombrar a algunas de las personas de la redacción de El Salto que alimentan la sección actual con temas de ecologismo, laboral, vivienda, industria armamentística y muchos más como Pablo Rivas, Gessamí Forner, Martín Cúneo o Pablo Elorduy, ni tampoco al resto del equipo de redacción que cada vez que escribe algo con numeritos me pregunta cosas tipo “Yago, ¿esto lo meto en el Salmón?”. A todas ellas, muchas gracias. Sin vosotras no sería posible. Y, por supuesto, gracias a las más de 10.000 personas suscriptoras de El Salto que hacen posible que este salmoncete siga nadando en aguas revueltas.
Por último, pero no menos importante: queremos seguir creciendo, queremos seguir nadando contracorriente. Estos años han dado mucho de sí y hemos demostrado que se puede hacer un periodismo económico diferente, al servicio de la ciudadanía y que no esté plegado a los poderes económicos y políticos. Pero nuestros adversarios siguen teniendo mucho más poder y dinero que nosotras. Seguimos siendo un pequeño pez en una piscina de tiburones.
Hemos superado hace poco ese techo de cristal que se había convertido casi en una barrera psicológica: las 10.000 personas suscritas. Pero no es suficiente. Queremos seguir creciendo contigo, seguir saltando y escalar peldaños en esta liga. Y, para ello, te necesitamos. Suscríbete a El Salto y ayúdanos a que El Salmón Contracorriente siga nadando, por lo menos, otros diez años más.