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Represión
Un enfermo de cáncer y portador de VIH denuncia que le negaron el acceso a su tratamiento en comisaría
Nacho fue identificado y detenido alrededor de las ocho de la tarde el jueves 19 de enero en la plaza de Cascorro en Madrid. En todo momento, tal y como explica, “preste todo tipo de colaboración posible”. Además señala que también informó sobre su situación de salud. Nacho tiene 29 años, es de Madrid y es paciente oncológico con VIH y con un grado de discapacidad del 65%.
“Durante todo el arresto no se me aportó la posibilidad de acceder a la mediación diaria. Estos fármacos me permiten mantener a raya el VIH”, describe y añade que “si no tomo mi medicación para el VIH se puede desencadenar una bajada inmunitaria que deriva en un empeoramiento de mi situación oncológica”.
Nacho asegura que en las comisarías de Arganzuela y Moratalaz, además de negarle el acceso a su mediación, escuchó las siguientes frases: “Cállate ya, sidoso de mierda”, “De aquí no te mueves, no es necesario acudir a ningún centro hospitalario”, “Por una o dos tomas de tu medicación no te va a pasar nada”, o “Qué muñecas tan finas, te voy a apretar bien las manos, no te vayas a escapar”.
Tras estos hechos, Nacho acudió a Apoyo Positivo, una organización que acompaña a las víctimas que quieren denunciar situaciones de delitos de odio o encontrar una zona de seguridad después de un hecho grave. “Intentamos asesorar a la persona, ver si hay posibilidad de delitos de odio y ofrecer en todo momento un acompañamiento psicosocial a la persona ante la complejidad de lo que está viviendo”, explica Almudena García mientras añade que entre las labores de Apoyo Positivo está conducir a las afectadas y afectados “a las Unidades de Gestión de la Diversidad de la Policía Municipal. Estos cuerpos oficiales están sensibilizados. Así, las víctimas pueden ver que hay espacios seguros. En muchas ocasiones, las víctimas que han ido a denunciar se han encontrado con discriminaciones a la hora de tramitar la denuncia”.
Volviendo a la detención de Nacho (casi 24 horas de arresto), alrededor de las tres de la mañana, y asegura que tras su insistencia, llegó un equipo del SAMUR. “El equipo sanitario confirmó todo lo que estaba reclamando desde un principio”, exclama y señala que “los sanitarios del SAMUR afirmaron que su medicación era muy especial y que tenía que ser entregada por la farmacia de un hospital”. En el parte de este servicio médico, al que ha tenido acceso El Salto, se refleja que el equipo allí presente carecía de ese tratamiento al ser muy específico. “Si se prolonga detención acudirán a centro sanitario para pauta de tratamiento médico”, indican.
Tras la afirmación del SAMUR, y siempre según la versión de Nacho, la Policía Nacional le negó la asistencia sanitaria y en ese momento es cuando le volvieron a repetir que “por una o dos tomas de tu medicación no te va a pasar nada”. Nacho recalca que “tanto el SAMUR como la Policía Nacional no son médicos especialistas en VIH y no son oncólogos, en otras palabras, estaban determinando un hecho sin tener conocimientos sólidos”. Por culpa de esta decisión, asegura, se saltó dos tomas y tuvo que acudir al día siguiente de urgencia a su médico para qué le ayudará.
“Las agresiones verbales de un policía hacia una posible víctima de un delito de odio están fuera de lugar, e incluso penalizadas tanto por los regímenes internos como por la legislación”, afirma Isabel Tapia, Presidenta de la Asociación de Policías LGTBI+ Gaylespol. Desde Gaylespol tiene un objetivo muy marcado que es “eliminar todas las barreras históricas que ha habido entre el colectivo LGBTI+ y la policía, y crear y reafirmar un marco de confianza”, cita Isabel, a lo que agrega que “el fin es construir un espacio de seguridad para cualquier víctima de un delito de odio. No hay que tener miedo de ir a la comisaría”.
El Informe sobre la evolución de los delitos de odio en España 2021, elaborado por la Oficina Nacional de Lucha contra los Delitos de Odio (ONDO), determinó que un total de 1.802 delitos de odio ocurriendo en España en 2021. Según señala el estudio, alrededor de 96 delitos de odio más que en 2019. Para profundizar en el aumento de los delitos de odio, Almudena García de Apoyo Positivo nos transmite que “hay una oleada de casos. Principalmente, en los últimos años. Lo que más nos llegan son los delitos de odio en las redes sociales”.
“Es esencial que todas las administraciones públicas de atención al ciudadano tengan protocolos en los que se garanticen la atención sin discriminar a nadie por motivos de origen, color de piel, orientación sexual, edad, diversidad funcional o estados de salud"
Con el fin de llegar a la raíz del asunto y de por qué se permite que en plenos siglo XXI Nacho tuviera que vivir esta situación en la comisaría, García indica que “es esencial que todas las administraciones públicas de atención al ciudadano tengan protocolos en los que se garanticen la atención sin discriminar a nadie por motivos de origen, color de piel, orientación sexual, edad, diversidad funcional, estados de salud… Desde Apoyo Positivo pensamos que es importante la formación, a lo que es aún más necesario, construir unidades locales y nacionales que garanticen y procuren un servicio libre de prejuicios”.
En lo relativo a estas unidades, Isabel Tapia asegura que “existen para la Policía Nacional, Guardias Civil, Policías Locales y Policías autonómicas, y en algunos casos hay actualizaciones que se han aplicado en los Mossos d'Esquadra o en la Ertzaintza”. Desde Gaylespol realizan una labor de sensibilización dentro de los cuerpos policiales. “Nosotros damos charlas y conferencias a todos los y las agentes de Policía. Hay que mantener en activo las pautas de actuación”, complementa.
Al día siguiente de la detención, Nacho acudió acompañado de Apoyo Positivo a una Unidad contra los Delitos de Odio de la Policía Municipal en Madrid. Según relata, allí le explicaron que solo podían elaborar un informe y le recomendaron acudir a la Fiscalía contra los delitos de odio para que sea más rápido el proceso. Le explicaron que lo que le ocurrió fue con otro cuerpo de policía y esa unidad, se encarga de lo ocurrido con policías municipales o locales. Nacho se queja de que tuvo que volver a revivir lo ocurrido para que finalmente le dieran un post-it con la dirección del nuevo sitio al que tenía que acudir. Lugar al que ha acudido, presentando la denuncia pertinente.
“He vivido una situación muy amarga. Gracias a Apoyo Positivo he descubierto que hay un apoyo y una guía para denunciar en caminos que son difíciles, con muchos muros burocráticos”
“He vivido una situación muy amarga. Gracias a Apoyo Positivo he descubierto que hay un apoyo y una guía para denunciar en caminos que son difíciles, con muchos muros burocráticos”, asegura Nacho. Y finaliza diciendo que espera que su denuncia sirva para algo “porque nunca sabes quién viene detrás de ti, y a quién puedes ayudar”.
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En fin, sin mayores comentarios.
Si se demostrara -(algo con tantas posibilidades de suceder como que el Rayo Vallecano de fútbol gane la Champions League las próximas cinco ediciones seguidas, por ejemplo, o que el Rey Emérito o Decrépito sea condenado en Españistán por su "supuestos" megadelitos)- que esos funcionarios han humillado, vejado, causado daños morales, amenazado, etc. a ese ciudadano, obviamente deberían ser expulsados de por vida de ese "trabajo" que realizan de esos modos.
Y, obviamente, tampoco se puede -(pues para eso existen en Españistán toda clase de normativas que violan los derechos civiles y las libertades individuales)- expresar públicamente el criterio que merecen ese tipo de sujetos, que puede parecer que con una plaga.