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Opinión
Eurosatory, la gran feria de armamento vuelve a París
París se ha convertido esta semana en el escaparate de armas más grande de toda Europa. La feria internacional de defensa y seguridad Eurosatory es solo la punta del iceberg de todo un negocio que hace apología de la violencia y la guerra, y camufla su interés económico con eslogans que abogan por la seguridad, la tecnología y la protección.
El Parc de expositions de París se llena de alfombras rojas y señores vestidos con traje que se pasean por los estands saludando con apretones de manos a sus socios y comiendo canapés para amenizar sus negocios manchados de sangre. La mayoría son hombres y muchos, militares.
Sus chaquetas están llenas de insignias que hacen referencia al mérito, a la valentía y al honor. ¿Su mecanismo de atracción? Marketing sugerente. Mensajes en los que no hay conflictos, ni muertes, ni dolor, ni guerras.
Innovation to protect, este es el lema de Escribano, una de las compañías españolas que exhibe en la feria. Hablan de tecnología y de innovación y, en cierto modo, no les falta razón, porque su equipo está plagado de los mejores profesionales, ingenieros formados para crear sistemas cada vez más letales.
La presencia española
La industria española no podía faltar a esta cita a la que han acudido casi 70 países diferentes y un total de 1.720 empresas aproximadamente. Sin embargo, este es un mercado oligopólico. En España, el 90 % de las exportaciones pertenecen a tres empresas, dos de ellas privadas y una pública, Airbus, Indra y Navantia, respectivamente.
El pabellón de España agrupado por Tedae (Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio) ha reunido a diferentes empresas españolas, entre ellas Arquimea, Instalaza, Navantia, Centum, Iraundi, Sapa, Einsa, Tecnobit, Urovesa, Escribano e Indra, entre otras. Acudieron un total de 27 empresas nacionales.Algunas más conocidas que otras. Instalaza, por ejemplo, ha ganado protagonismo jactándose de sus ventas a Ucrania, donde enviaron hace pocos meses 1.370 lanzagranadas contracarro, 700.000 cartuchos de diversos calibres y ametralladoras ligeras. Una lista que estremece. Pero por si no fuera poco, la empresa sigue ampliando su gama de productos presentando en Eurosatory el lanzagranadas CS70 y el CS90 ER, que permite atacar a 600 metros más de distancia que con su anterior modelo.
La empresa tuvo en su consejo a Pedro Morenés, ministro de Defensa del primer Gobierno de Mariano Rajoy. La sede de la compañía, sus dos fábricas y su campo de tiro están en Zaragoza. En 2011 el diario estadounidense The New York Times hizo público lo sucedido en Misrata: las fuerzas del dictador libio Muamar el Gadafi atacaron la ciudad con bombas de racimo fabricadas por la empresa española en 2007. Este es solo uno de los escándalos en los que ha colaborado la compañía, presente en París.
El objetivo de estos gigantescos tanques es, entre otros, imponer, infundir miedo al bando contrario. Sin embargo, la batalla se libra también entre los gobiernos, una lucha de egos por demostrar quienes son los que están mejor equipados
Los migrantes, el blanco fácil
Urovesa, también española, ha presentado su nuevo Vamtac, un todoterreno que se puede utilizar, según explican, “para operaciones especiales”. Esto es, como lanzamisiles o bien para el control de fronteras, es decir, para prohibir la entrada de migrantes. Una actividad de la que se lucran muchas empresas, algunas presentes en la feria, como Indra o Thales, esta última precisamente de origen francés.
El ministerio de Defensa español espera dotar a las Fuerzas Armadas de nada más y nada menos que unos 700 de estos llamados “vehículos ligeros”. Uno de los principales objetivos y necesarios enemigos de la industria de la seguridad y la defensa son los migrantes que buscan oportunidades en España sin disponer la documentación requerida. Según los gobiernos, la llegada de personas que se encuentran en situación desfavorecida, supone un riesgo para el país y por ello se gastan miles de euros cada año para frenar su entrada. Un oscuro negocio lleno de puertas giratorias y del que se lucran unos pocos a costa de poner en jaque la vida de miles de personas.
Pero, volviendo a la feria, volviendo a este repositorio casi interminable de instrumentos para matar en el que se pueden encontrar desde armas blancas, pistolas, ametralladoras y misiles, hasta tanques y helicópteros, uno de ellos, por cierto, con dos hachas entrecruzados en unos de sus costados, algunas empresas como Thales tienen un espacio reservado en el exterior, más grande. Los llaman chalets. La francesa ha expuesto este año sus cámaras térmicas Sophie Optima y Ultima destinadas a realizar labores como el control de las fronteras. Una actividad que convierte el mediterráneo en un cementerio de vidas y proyectos frustrados.
Este tipo de cámaras son capaces de detectar la radiación infrarroja que emite una persona y fueron desarrolladas para uso militar durante la Guerra de Corea. Ahora se utilizan para detección de objetivos y adquisición de datos, principalmente. Casi todos los drones llevan incorporada una.
Building a future we can all trust (construyendo un futuro en el que todos podamos confiar, en castellano), así es como se vende esta empresa francesa, con propaganda en la que cualquier injerencia que atente contra su concepto de seguridad puede constituir una amenaza real para la ciudadanía.
Gasto militar
El lobby de la industria militar Los intereses detrás del aumento del gasto militar en España
¿Quién compra las armas?
El principal cliente de estas empresas son las instituciones públicas, el Ministerio de Defensa, el Ejército, la Dirección General de Armamento y Material. Tanto es así que la celebración del día de España en el evento contó con la presencia de la Secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce y el director general de Armamento y Material, Aniceto Rosique, ambos coincidentes en ““el importante papel que juega la industria defensa en la economía mundial”.
En España, el gasto total en Defensa asciende casi a los 7.000 millones de euros al año. Una cifra que seguramente aumentará debido a las exigencias de Pedro Sánchez como respuesta a la guerra entre Ucrania y Rusia. Un conflicto que le ha venido muy bien a la industria para incrementar sus ingresos y disfrazar de bondadosa su actividad haciendo donaciones.
En 2021 el gasto militar mundial superó los dos billones de dólares, según datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo. Estados Unidos es el principal exportador de armas con casi el 40% de gasto mundial y algunas empresas como Northrop Grumman, Lockheed Martin, o General Dynamics European Land Systems han hecho acopio de ello en la feria. Le sigue Rusia que, por razones obvias, tuvo vetado el acceso.
Pero el pabellón de Israel llama la atención. Algunas de las empresas que acuden a la feria reciben el nombre de Elbit Systems, IAI, UVision, Rafael o Roboteam. Utilizan música épica para sus presentaciones y representan como héroes a los que utilizan sus sistemas. Abundan los drones y lo que llaman munición de merodeo o drones kamikaze. En Ucrania han tenido éxito y ahora todo el mundo se quiere subir al carro. Su misión es generar una explosión en un objetivo de manera autónoma. Si les preguntas sobre el porcentaje de fallo, todos pasan de soslayo por la pregunta asegurando su fiabilidad.
Desde hace unos años, los drones se han ido convirtiendo poco a poco en el paradigma de un nuevo modelo de guerra, más despersonalizado, que aleja al atacante de la víctima, que exime de responsabilidad. Nos vigilan desde el cielo y nos ven sin que nosotros les veamos a ellos.
En el plano internacional, cabe destacar también el chalet de MBDA —Excellence at your side—, conocida por ser fabricante de misiles y cuya propiedad es un porcentaje del grupo Airbus. En esta ocasión presentan su nueva familia de misiles tácticos Akeron, que esperan vender en Francia y España. Allí tienen expuestos varios vehículos gigantescos. Esta empresa, por cierto, tuvo como presidente ejecutivo, al ya mencionado exministro de Defensa, Pedro Morenés, que se incorporó en 2010.
Caminando por las trincheras de este campo de batalla que aparentemente no deja heridos pero vaticina lo catastrófico que será el futuro de la guerra, uno puede encontrarse vehículos blindados (este el eufemismo que utiliza el sector para no hablar de tanques) como el Piranha, fabricado por GDELS, el Centauro o el Leopard.
El objetivo de estos gigantescos tanques es, entre otros, imponer, infundir miedo al bando contrario. Sin embargo, la batalla se libra también entre los gobiernos, una lucha de egos por demostrar quienes son los que están mejor equipados.
Este tipo de ferias suelen abrir al público general uno de los días. El recinto se llena de familias, madres, padres y niñas y niños que recorren los pasillos, sostienen en sus manos pistolas y suben a los tanques para hacerse una foto mientas su cara sostiene una sonrisa de oreja a oreja.
La inocencia y la ingenuidad se entrelazan con la manipulación. Un escenario perfecto para seguir sumando adeptos, para seguir normalizando y adoctrinando a los civiles en la simple aceptación de la guerra.