Migración
No todas las vidas valen lo mismo

Las vidas de las personas migrantes no valen lo mismo. Mueren en incendios, mueren en el tajo, mueren sin que nadie sepa sus nombres. Y no ocurre nada. Y a nadie parece importarle.

Asentamiento Palos Huelva incendio
Asentamiento de Palos de la Frontera Carlos Natera Sánchez
20 dic 2019 06:00

Vamos a dejarnos de medias tintas y vamos a hablar en serio: no, no son igual de importantes todas las muertes. No importa igual que muera nuestro vecino Francisco del 2º derecha a que muera Mohamed, el que habitaba en una chabola en Huelva hasta que un incendio se lo llevó por delante. No importa igual, vamos a reconocerlo. No pasa nada por asumir la realidad. Porque Francisco, da igual que sea tu vecino el del 2º o sea un vecino aleatorio de la otra punta de Andalucía, es de aquí, de los nuestros. Tiene una historia parecida a la que nosotras tenemos y tiene un color de piel similar y un acento también similar. Las televisiones hablarán mucho de la muerte de Francisco si éste hubiera muerto en su piso de Úbeda, calcinado, mientras intentaba abrir la puerta de salida sin éxito. La historia es trágica cuando nos imaginamos el dolor, y más trágica sería si nos enteramos de que Francisco tiene 23 años. Toda una vida por delante, dirían en cada telediario esa mañana.

El programa de Ana Rosa abriría con un directo frente al bloque de pisos donde murió Francisco. Sería un programa amarillista, de esos que les encanta a nuestras cadenas de televisión, pero coparía portadas, abriría informativos y todo el mundo conocería su historia. Si, además de la tragedia de morir ardiendo y la juventud del pobre muerto, nos enteráramos de que las instituciones tienen la culpa de alguna manera, sería el acabose. Imaginen que Francisco murió en un incendio porque en su bloque de viviendas la conexión eléctrica era un desastre. Imaginen que tenía contratado gas natural en casa y una fuga provocó el incendio. Tal sería la ola de indignación que saldría el presidente de la Junta, Juanma Moreno, a declarar que a partir de ahora las inspecciones se multiplicarán por 3 para que esto no vuelva a suceder. Y las empresas responsables, digamos Gas Natural o Endesa o cualquiera fuese, tendrían que emitir un comunicado pidiendo perdón y toda la población nos acordaríamos un poco de los antepasados de los empresarios que hacen fortuna con la precariedad y en cuyas manos está la sangre de Francisco.

Pero no murió Francisco, ya os he contado: murió Mohamed, un joven de Marruecos de 23 años, calcinado no en una casa sino en una chabola, en un lugar donde hay muchas chabolas y muchos jóvenes de 23 años, trabajando el campo andaluz del que tan orgullosos nos sentimos todos. Tenemos el mejor aceite, las mejores aceitunas, las mejores fresas y los mejores pimientos. Pero nuestros campos están labrados con manos como las de Mohamed o como las de Kalima, una de las mujeres que también en Huelva, también en Palos de la Frontera, denunció violaciones por parte de los empresarios en un reportaje para una televisión Alemana. Pero tampoco nos importa demasiado. Como no importó mucho el hecho de que también, esta misma semana, otro empresario abandonara a Ahmed, otro chico marroquí de 31 años, que murió recogiendo aceitunas en Jaén. Lo abandonó porque no tenía contrato. Porque probablemente tampoco tenía un horario digno, ni cobraría según convenio. Ni tendría descansos ni agua o comida suficiente. Lo abandonó, porque su vida vale poco, vale tan poco que seguro que no le tembló el pulso al dejar su cuerpo inerte en un centro de salud y arrancar de nuevo el coche para irse pitando a descansar a casa.

Ni Susana Griso, ni Ana Rosa Quintana, ni los informativos de La Sexta… nadie ha hecho una conexión en directo en estos campos andaluces donde mueren personas trabajando. Personas sin nombre (porque los que he usado son nombres inventados) ni caras conocidas. Nadie ha visto una foto para saber cómo era el joven que murió calcinado. Tampoco conocemos las caras de las mujeres temporeras que denunciaron sufrir violaciones. No tenemos ni idea de si el joven que fue abandonado tras morir en el tajo tenía gafas, perilla o una familia que le eche de menos. Seguro que tiene una historia que contar, pero no nos la han contado.

El campo andaluz es una tierra de explotación. Empresarios y grandes terratenientes obtienen cientos de millones de beneficios al año mientras aluden que no pueden subir el sueldo porque sino el negocio no es rentable. Ellos viven en adosados y chalés cerca de las fincas y de las chabolas donde sus trabajadores malviven. Esta semana se incendió una chabola y en unos meses se incendiará otra mientras que sus empleadores viven cómodos y calentitos en una casa de 3 plantas y chimenea. Y no le importa a nadie. No sale en ningún medio de comunicación. Al gobierno de la Junta le da exactamente igual lo que pase porque ni ellos ni sus familiares votan en las elecciones. Los medios de comunicación instauran un silencio cómplice. Todo sea por la economía andaluza. Todo sea por el puñetero PIB. Un silencio cómplice del que nos piden que seamos partícipes los andaluces y andaluzas de a pie, como si ese beneficio fuera a repercutir de alguna manera en nosotras. Como si no fueran unos pocos los que se llenan los bolsillos con la mano de obra esclava de personas migrantes que vienen aquí a ganarse la vida como pueden.

Empresarios y grandes terratenientes obtienen cientos de millones de beneficios al año mientras aluden que no pueden subir el sueldo porque sino el negocio no es rentable

La ultraderecha impone un discurso hipócrita sobre los inmigrantes que vienen a robarnos el trabajo, las ayudas o a cometer delitos. Esos discursos infames y mentirosos sí salen en la tele. Sí abren noticias, sí aparecen en el programa de Ana Rosa. Ignorando que ellos vienen aquí a hacer el trabajo que un español no puede hacer. Porque si un español, llamémosle Francisco, trabajara 12 horas al día, todos los días sin descanso y todos los días durmiera en una chabola, tal vez sí abriría las noticias. Se llenarían algunos de discurso patrio y nos indignaría mucho que muriera calcinado en un incendio. Pronto conoceríamos su cara y sus hermanos o sus hijos saldrían en televisión a denunciar lo ocurrido.

Ningún español va a trabajar en esas condiciones porque esas condiciones de esclavitud están hechas paras las personas que vienen de fuera, que no conocen sus derechos, que no entienden el idioma. Que están solas porque han venido aquí a salvar a sus familias de la pobreza más absoluta. Y sufren vejaciones en silencio, porque no quieren contarle a sus familiares que viven a miles de kilómetros que están pasándolo mal. Y sufren violaciones y callan. Porque necesitan seguir trabajando para alimentar a sus hijos, a sus padres mayores. Y no reciben ni una puñetera ayuda porque, aunque trabajan nuestra tierra y levantan nuestra economía, no son dignos de tener nuestra nacionalidad. Y les acusamos de cometer delitos aunque no haya mayor delito que tenerlos ahí, al frío y la intemperie, cultivando fresas o recogiendo aceitunas por dos duros, en silencio, mientras van muriendo uno a uno y sin abrir noticiarios.

(Mientras se escribía este artículo me entero de que un hombre también inmigrante ha sido apuñalado en Jaén por el patrón al exigir la locura de querer trabajar en el campo con unos mínimos niveles de seguridad)

Archivado en: Migración
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Migración
Migraciones La batalla por conseguir citas para pedir el asilo
Los retrasos en las citas para pedir el asilo suponen una vulneración de los derechos humanos y la legislación vigente.
México
Opinión El umbral hacia el fin
Las autoras expresan los malestares de ellas y otras mujeres mexicanas que han tenido que migrar a consecuencia de la violencia desatada por “la guerra contra las drogas” impulsada por el expresidente mexicano, Felipe Calderón, en 2012.
Editorial
Neofascismo La peste en Euskal Herria
Cada vez que el régimen de acumulación capitalista se enfrenta a una crisis estructural es el momento de los chivos expiatorios y del disciplinamiento duro del trabajo.
#45133
27/12/2019 10:13

Esto ocurre también con los atentados terroristas, mueren más árabes y musulmanes a manos del terrorismo que nadie, y nadie se acuerda de ellos, nada de aniversarios, nada de flores recordando las matanzas, como dice el articulo, no todos los seres humanos son iguales, esto se llama, hipocresía humana.

3
1
#45074
25/12/2019 13:24

Ya han detenido al autor del incendio con intencionalidad criminal. Se ve que la muerte de Mohamed si inportaba. Por cierto el presunto autor es un africano subsahariano. Parece ser que intentaba matar a otros dos marroquíes y mato al que no era. Descanse en paz. Un saludo

2
3
#44950
20/12/2019 12:11

Verdades como puños que nos sirven a todos para hacer autocrítica.

8
1
Infancia
Infancia Reforma de la ley de infancia: cinco claves para proteger a las madres protectoras
El Ministerio de Infancia y Juventud ha iniciado un proceso para ampliar esta norma aprobada en 2021. Varias organizaciones dan las claves para evitar el castigo a las madres protectoras.
Israel
Israel Israel lleva de nuevo a Gaza al borde de la hambruna con su bloqueo de suministros más prolongado
“Hay días que no puedo permitirme comer”, comenta Muhammad, residente en la ciudad de Gaza, donde regresó con su mujer y su hijo después de la tregua del 19 de enero, tras más de un año desplazados.
Granada
Urbanismo 146.574 m² de solares vacíos en Granada por disfrutar
“¿Y si estos espacios no estuvieran esperando al próximo gran inversor? ¿Y si ya fueran nuestros?” esta y otras reflexiones sobre la especulación inmobiliaria en un proyecto artístico exhibido en el Centro José Guerrero
Música
Kiliki Frexko “No me interesa el arte político que te dice qué pensar o cómo deben ser las cosas”
Tras años de trabajo colectivo, Kiliki Frexko presenta su primer proyecto en solitario. ‘Iltze 1’ es un paso adelante en su trayectoria, donde mezcla referencias, explora nuevos sonidos y habla desde un lugar más personal, sin perder el filo.
Galicia
Galicia Un municipio gallego demanda a la Xunta por la contaminación del embalse de As Conchas
Los vecinos de la comarca de A Limia llevan a la Xunta ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia por la contaminación provocada debido a la cría intensiva de ganado porcino y avícola en esta zona de Ourense.
Opinión
Opinión Es el militarismo, amigo, el militarismo
¿Puede que si el militarismo es la solución para todo, realmente no solucione nada, sino que realmente sea el problema?

Últimas

Salario mínimo
Salario mínimo PSOE y Sumar intentan llegar a un acuerdo para no perjudicar con el IRPF a los trabajadores con el SMI
La ministra de Hacienda ha confirmado que sería “algún tipo de medida que permita compensar a aquellos pocos trabajadores” en la situación de tener que tributar con el salario mínimo.
Guerra en Ucrania
Conflicto bélico Rusia y Ucrania acuerdan un principio de alto el fuego marítimo a instancias de Estados Unidos
La Casa Blanca emite dos comunicados que coinciden en señalar una tregua en el Mar Negro y en prometer trabajo para el final de los ataques energéticos por ambas partes.
Israel
Genocidio Mercadona vende tampones y patatas procedentes de Israel
En 2024 se produjo una reducción de las importaciones de tampones y patatas israelíes. Mercadona es una de las plataformas que trabajan con estos productos.
LGTBIfobia
Manifestación Plataforma Trans planta cara a la transfobia con una manifestación contra el odio
La convocatoria el 29 de marzo denuncia un contexto internacional antiderechos. La organización pide a partidos y sindicatos que se sumen a la marcha porque la transfobia es un problema social, y por lo tanto también político, explican.
Madrid
Madrid La Sareb amenaza con el desahucio a dos jóvenes activistas en Carabanchel
Cadete 7, el bloque en lucha del que el ‘banco malo’ prevé desalojarles de forma inminente este jueves 27, fue el primero recuperado por el movimiento de vivienda de Madrid en 2013 tras haber permanecido deshabitado desde 2008.
Opinión
Opinión Bretón no es un monstruo, ni Martín el nuevo Capote
Frente a la libertad sin peros que defienden unos, la responsabilidad de muchos: la de ciudadanos y librerías que se niegan a comprar o vender, respectivamente, el libro que Anagrama ha tenido a bien materializar.
Gasto militar
Gasto militar “No nos resignamos a la guerra”: 70 organizaciones rechazan la deriva militarista de la UE y el Gobierno
Más de 70 organizaciones y personalidades de la cultura y el activismo firman un manifiesto que rechaza la escalada belicista y el rearme frente a una posible agresión rusa.

Recomendadas

Residencias de mayores
Residencias Fondos de inversión y residencias: la mano invisible que retuerce los cuidados
Mientras DomusVi, en manos del fondo de inversión ICG, ya es la empresa con más residencias privadas del Estado, residentes, familiares y trabajadoras explican lo que supone que las prácticas especulativas acunen la vejez de las personas.
Feminismos
Irene García Galán “La memoria feminista hay que construirla desde abajo, desde nuestras casas”
‘Hilaria’ (Errata Naturae, 2025) es un libro dedicado a la tatarabuela de Irene García Galán, pero también un ensayo político que navega a través de la memoria feminista, el antipunitivismo y el anarquismo.
Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania Colegios underground en Járkov después de tres años de guerra
La ciudad ucraniana construye escuelas subterráneas, preparadas para aguantar ataques balísticos y nucleares.