Migración
No cabe más polvo debajo del felpudo

Del pedirle heroicidades a los migrantes para concederles la residencia, a esperar que Libia, Marruecos o Turquía vigilen las fronteras europeas respetando los Derechos Humanos, existe un gran vacío discursivo que ni aborda la cuestión migratoria de raíz respetando los acuerdos internacionales ni da respuesta a una ciudadanía europea cada vez más inquieta. Un vacío que ocupa la ultraderecha.

Rescate Málaga 2
Una mujer espera en un autobús en el Puerto de Málaga después de ser rescatada por Salvamento Marítimo junto a otras 261 personas Carlos Gil

Agosto. Lunes día 3. 7 personas mueren, 13 desaparecen y 40 sobreviven a un naufragio en la ruta de África Occidental a las Islas Canarias. Jueves día 6. Se calcula que son dos embarcaciones las que han naufragado en las últimas horas, también cuando intentaban alcanzar el archipiélago canario. En la primera mueren 40 personas en costa mauritana y en la segunda, otras 10 en la costa del Sáhara Occidental. Sábado día 8. Dos niños de trece años se ahogan después de saltar al agua en el puerto de Valencia para evitar ser repatriados. Habían llegado como polizones a bordo de un portacontenedores que venía de Liberia.

Mientras, en tierra firme, el debate en torno al fenómeno migratorio (cuando se da) se centra en una clara distinción entre vías legales e ilegales de entrada. Está bien. Se entiende que hay diferentes maneras de acceder a un país del que no eres nacional, pero, ¿qué nos puede llevar a pensar que estas personas han tenido la opción de elegir?, ¿cuáles creemos que son exactamente los beneficios que obtienen de escoger la vía ilegal?

Tenemos una capacidad sorprendente para juzgar al ‘otro’ en base a unos parámetros radicalmente diferentes a aquellos con los que nos miramos a nosotros mismos al espejo. Y otra capacidad aún mejor: la de tranquilizarnos cuando nos dan respuestas vacías. Una vez argumentado que la entrada fue ‘ilegal’ parece que podemos desentendernos del tema. Seguir con nuestra agenda de agosto.

De ‘sans papiers’ a superhéroe. Aquí queremos superhéroes, no nos vale con proyectos de vida normales de personas normales

El hijo de nuestro vecino es un valiente porque se ha decidido a ir al extranjero. Desde Alemania va a mandar algo de dinero a casa, qué responsable es… Su familia ya está deseando que vuelva por Navidad, tampoco es que él quiera quedarse allí para siempre, ¿eh? Más a gusto que en su ciudad, no está en ningún sitio. Solo es por un tiempo, para ver si allí encuentra el trabajo que aquí no tiene. Pero el mismo chaval, pero con pasaporte de algún país africano… Ese es otra cosa. Ese y todos los que iban en la patera con él quieren otra cosa de nuestro país, están hechos de otra pasta.

De hecho, si efectivamente demuestran estar hechos de esa otra pasta podrán acceder a la regulación en España. O estás hecho de otra pasta o tienes mucha de esa pasta. Una fortuna suficiente como para poder entrar por la puerta grande. Que te evite hacerte millas y millas de mar pendiente de si el mafioso que controlaba tu ruta os ha dejado con suficiente gasolina como para llegar a puerto seguro. Que te permita viajar como si efectivamente fueras una persona.

En Europa somos así de generosos. A principios de julio, Podemos anunciaba en su cuenta oficial de Twitter bajo el hashtag #HéroesDeLaCovid19 la propuesta de “Conceder la nacionalidad española a todas las personas extranjeras que hayan desempeñado labores esenciales durante el estado de alarma y que así lo soliciten”. La idea no era nueva. En mayo de 2018, Macron le prometía a Mamodou Gassama, natural de Mali, la inmediata ciudadanía francesa y un trabajo en el cuerpo de bomberos de París. Había escalado la fachada de un edificio hasta llegar a la cuarta planta, donde estaba un bebé solo colgando de un balcón. De ‘sans papiers’ a superhéroe. Aquí queremos superhéroes, no nos vale con proyectos de vida normales de personas normales. Entendemos que cuando nuestros antepasados o nosotros mismos emigramos, lo hacemos con la certeza de que lo que vamos a ofrecer en el rincón del planeta en el que acabemos es disruptivamente innovador.

Migrar es un comportamiento natural del ser humano. Desde el principio de los tiempos ha acompañado al desarrollo de las sociedades y pretender que puede frenarse es pretender que somos otros

Migrar es un comportamiento natural del ser humano. Desde el principio de los tiempos ha acompañado al desarrollo de las sociedades y pretender que puede frenarse es pretender que somos otros. O peor aún, que unos sí somos humanos y tenemos el derecho de seguir siéndolo, pero ‘los otros’ no pueden permitírselo. Así, hablar de ‘proinmigración’ o ‘anti’ suena a disparate. Cuando no se trabaja lo suficiente en acuerdos, medidas, no se dan los pasos propios de los tiempos que se están viviendo (hiperglobalización) y es difícil sostener argumentos, en política resulta más eficiente modelar el mensaje. Cambiar la narrativa. Chapa y pintura para la chapuza del momento. En Bruselas cada vez son más los millones de euros que se destinan para que países vecinos controlen por nosotros las fronteras. Qué tranquilidad saber que Marruecos, Libia o Turquía están entre los guardianes de nuestras costas. El valedor de los Derechos Humanos a nivel internacional confiando en que países totalitarios, cuando no fallidos, se van a hacer cargo de sus responsabilidades. No hay nada que temer. El acuerdo es “el mejor que se podía diseñar dadas las circunstancias”, “la ultraderecha y el discurso xenófobo han ejercido una gran presión”, explican los correspondientes ejecutivos a sus respectivas ciudadanías. Y vuelta a nuestras vidas.

Aterrizando en nuestro país, esta ultraderecha (encarnada por Vox pero que ya contamina de forma preocupante a ciertos sectores de partidos que no tenían esa etiqueta de ‘ultra’ en su ADN, pero sí la de ‘derecha’) se llena la boca prometiendo una España libre de inmigrantes. “Un país libre de quienes llegan para quitarnos el trabajo y no traen más que violencia a nuestras calles” y la izquierda se queda en silencio atónita ante el espectáculo. “Entrar al debate sería dejar que el discurso del odio marcara nuestra agenda”, defienden. Confían en que su fiel electorado también tache de espectáculo esas declaraciones y ni siquiera plantean la posibilidad de que en un hogar cualquiera surjan preguntas sobre aquello con lo que se le bombardea una y otra vez.

La ciudadanía se hace preguntas y espera respuestas; cuando no obtiene respuestas, las crea por su cuenta o se conforma con los rumores. Si un partido sale a la arena política con un hirviente discurso que se aprovecha del hartazgo y la situación precaria que vive un número cada vez mayor de españoles, no es descabellado que pueda llegar a convencer a quien esperaba respuestas a sus preguntas por parte de los partidos en los que, hasta ese momento, había confiado. Ya está pasando en territorios vecinos en el Viejo Continente y ya pasó décadas atrás. No nos hagamos los nuevos.

No hace falta repartir condecoraciones, subrayar nuestra solidaridad o altruismo, con cumplir con la Constitución Española, el Derecho Internacional y la Carta Universal de Derechos Humanos es suficiente. Lo contrario será estar saltándose la legislación. Ahórrense las volteretas innecesarias al argumentario, queremos vías legales de acceso a nuestros países. No tomen el pelo a la ciudadanía. La retórica que utilizan ya no surte efecto, la realidad y lo acordado no corresponde y por mucho que se empeñen, ya no cabe más polvo debajo del felpudo.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Kabilas de mesa camilla
Kabilas de mesa camilla ¿Por qué lees a Nawal El-Saadawi?
¿Sabéis a quien no leo? A la Europa islamófoba que usa la vivencias de las mujeres como argumentos falaces en debates amarillistas que no aportan nada y que para colmo son tan machistas, o más, como el islam del que quieren salvarnos.
Entrevista La Poderío
Entrevista La Poderío “Existe una mirada en el cine que antes no existía, porque antes no estábamos”
Nofuentes tiene los pies en Málaga, pero vuela a Latinoamérica, donde estuvo viviendo muchos años y se curtió. Película en la que curra, película que resuena, como ‘Incanxul’, que ganó el Oso de Plata en Berlinale.
Entrevista La Poderío
Entrevista La Poderío “Con el duelo migratorio te enfrentas a muchos duelos diferentes al mismo tiempo”
Carmen Gollonet Bautista lleva 14 años en Holanda. Su historia es, como todas las de migración, a la vez única y representativa. Con ella hablamos de duelo migratorio, del “torbellino de emociones” que supone alejarte para siempre de tu tierra.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Paterna
Paterna Vandalizan el muro de Paterna donde el franquismo fusiló a 2.238 personas
El paredón amaneció este viernes con grandes letras pintadas con spray negro donde se podía leer “Sagredo eres maricón y tarado”, en referencia al alcalde del municipio.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.

Últimas

Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Política
El Salto Radio Podcast | ¿Cancelar la cancelación?
Hablamos con Antonio Gómez Villar, a partir de su libro “Cancelar no es transformar” sobre malos entendidos y límites de esta acción política
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.

Recomendadas

Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.