Memoria histórica
La réplica al mitin del “jefe” Gil Robles en Covadonga fue un paro general en Asturias

Distintas versiones del evento celebrado en septiembre de 1934, un mes antes de la revolución de Asturias, según los periódicos ABC y Avance, diario socialista.

Recorte de prensa sobre el mitin de José María Gil Robles en Covadonga en 1934
Recorte de prensa sobre el mitin de José María Gil Robles en Covadonga en 1934.

www.diariodelaire.com

13 abr 2019 13:00

La derecha y la extrema derecha iniciaron la campaña electoral en Asturias. Al líder del Partido Popular se le debió de ocurrir la idea el día que contempló la Cruz de los Ángeles en la catedral de Oviedo. Lo de Abascal, que la inició con una visita a la basílica de Covadonga, ya viene de los comicios de 2015, por aquello de sus públicas y notorias ínfulas de caballista reconquistador, aunque esa vez de nada le valieran en las urnas sus preces. 

No deja de ser significativa esta coincidencia de principios. Mucho más si se tiene en cuenta que hace 85 años Gil Robles, el líder de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), visitó el mismo santuario y celebró a su vera un mitin, el 9 de septiembre de 1934, con motivo de la asamblea de su partido Acción Popular, con cuyo discurso sin duda sintonizará tanto la derecha hoy ciertamente airada de Pablo Casado como la renaciente y nueva extrema derecha española.

Aquel mitin de Covadonga de José María Gil Robles se celebró un mes antes de la Revolución de Asturias, iniciada precisamente por la inclusión en el gobierno de Alejandro Lerroux de tres ministros de la CEDA. Aquella revuelta de dos semanas se saldó con la muerte de 1.100 personas entre quienes la protagonizaron y de otras 300 por parte de las fuerzas de orden público y el ejército que la reprimieron, según el historiador Julián Casanova.

Miles de revolucionarios fueron torturados y encarcelados al término del movimiento —sobre el que Albert Camus escribió una de sus obras—, que fue promovido por Largo Caballero y contó con la rebelión catalanista liderada por Lluís Companys, president de la Generalitat. Aunque el nuevo gobierno de centro-derecha salió airoso del doble asalto, al que respondió con una durísima represión dirigida desde Madrid por el general Franco, la extraordinaria movilización de las organizaciones de la izquierda obrera daría lugar a una enconada resistencia que unió (UHP) a socialistas, anarquistas y comunistas, dando lugar a una insólita subversión del orden establecido como réplica a la que se preveía como una política aún más conservadora durante el llamado bienio negro.

Sobre la personalidad de Gil Robles y su Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), es bien sabido que al modo del Duce Mussolini se le llamaba “Jefe” y que sus simpatías con el nazi-fascismo eran conocidas. Ese mismo mes de septiembre, don José María había asistido como observador al congreso de Núremberg para estudiar nada menos que la propaganda nazi. Habida cuenta del clima prerrevolucionario que se vivía en Asturias cuando el líder celebró su mítin en Covadonga, en medio de una crisis económica notable y en auge también el nazi-fascismo en Europa, el movimiento obrero consideró la convocatoria de Gil Robles una provocación, por lo que se declaró una huelga general en la región aquel mismo fin de semana del 9 de septiembre.

Entre las medidas de boicot es de señalar que la carretera hasta Covadonga fue sembrada de tachuelas, salvadas por el vehículo en el que viajaba “el Jefe” con unas escobas adosadas a las ruedas delanteras del vehículo.

Las palabras que pronunció Gil Robles en Covadonga fueron, como no podía ser de otro modo, de una clara exaltación nacional, hasta el punto de proponerse hacerla “con locura, con paroxismo, con los que sea: prefiero un pueblo de locos —afirmó— a un pueblo de miserables”.

Un año antes, en octubre de 1933, el líder de la CEDA se había despachado de un modo manifiestamente premonitorio en otro mitin celebrado en el teatro Monumental de Madrid: “Hay que ir a un Estado nuevo, y para ello se imponen deberes y sacrificios. ¡Qué importa que nos cueste hasta derramar sangre! (...) Para realizar este ideal no vamos a detenernos en formas arcaicas. La democracia no es para nosotros un fin, sino un medio para ir a la conquista de un Estado nuevo. Llegado el momento, el Parlamento o se somete o le hacemos desaparecer”.

Acerca del discurso de José María Gil Robles y el acto de Covadonga encontramos en la prensa de la época dos versiones que, por su carácter antagónico, he querido focalizar en dos periódicos: la versión del diario monárquico ABC, proclive al líder conservador, y la del diario socialista de Oviedo Avance, dirigido por Javier Bueno (fusilado en 1939 por la dictadura franquista), voz a la postre del movimiento revolucionario de Asturias.

En el largo titular de ABC leemos que más de 10.000 personas acudieron a la asamblea de Acción Popular de Covadonga, “a pesar de las agresiones y atropellos de los elementos revolucionarios”.

En el sumario subsiguiente se refiere también a otros actos de sabotaje con tiroteo de trenes y camionetas.

Respecto al discurso en sí, al redactor le merece asentimiento y aplauso “por el análisis de la situación actual que hizo, la valentía con la que se enfrenta a los problemas políticos y, sobre todo, la exactitud de sentido real con que trata el de los separatismos”. Según el citado periódico, “el panorama que trazó el señor Gil Robles al referirse a la rebeldía de la Generalidad, que, no contenta con mantenerla en su región, acude a fomentarla en otra, es de un verismo exacto”.

Más adelante asegura el editorialista que estuvo Gil Robles resuelto y categórico al hablar de la hipótesis de aceptar responsabilidades en el Poder, “poniendo por encima de todas las amenazas y coacciones la idea del amor por la Patria y para la Patria”. En general, “todo el discurso, por su firmeza, por su tonalidad y por la concreción de posiciones, merece aprobación. Es, acaso, el más preciso y más decisivo que como jefe de partido ha pronunciado, sobre todo si consideramos las circunstancias y las perspectivas inmediatas del momento en que ha hablado”.

Javier Bueno era quien habitualmente escribía los editoriales del diario Avance, pero en esta ocasión debió hacerlo el redactor jefe, Ignacio Lavilla, por hallarse el director en prisión como consecuencia de una de las muchas multas y condenas que el periódico socialista y su director recibían por sus artículos.

Dos editoriales analizan de muy distinto modo al del diario monárquico la jornada de Covadonga de Gil Robles, en la que los sindicatos habían convocado un paro “que impidió que el líder de la CEDA tuviera otros oyentes que los veraneantes de los hoteles locales y unas docenas de personas. Si la clase trabajadora no hubiese opuesto el paro al propósito cedista, y se hubiesen reunido en torno del jesuita siquiera 4.000 personas, tendría más disimulo la intención: su significación verdadera está en haberse celebrado en el vacío de un paro unánime de la clase trabajadora”.

Más adelante, asegura el editorialista, que allí donde la CEDA —a la que califica como el fascismo verdadero y “no esa payasada de Goycoechea y los Primos— pone la mano, asoma, el proletariado, se pone en pie. No hay equívoco ni interpretación posible; el fenómeno ocurre con un automatismo superior a todo lo conocido en las luchas sociales de España”.

Frente a eso, prosigue el artículo, Gil Robles pide el poder, “sabiendo que la clase trabajadora no quiere que gobierne, persuadido de que tendrá que luchar desde el primer instante —y es de suponer que sospecha también en qué terreno tendría que luchar— contra el proletariado español”. Presenta por lo tanto batalla, a juicio del editorialista, después de haber tratado de disimular para organizar más a salvo el asalto.

El redactor sostiene a continuación —a modo de advertencia— que nadie puede alegar ignorancia, ni el que pide el poder, ni quien ha de dárselo. “A la provocación local de unos preparativos —afirma—, la clase obrera responde con reacciones locales de preparativo y advertencia también; a la provocación general del hecho definitivo, la respuesta será asimismo general y definitiva. Y bueno es significar que hablar de este trance no es referirse a lejanas posibilidades sino a circunstancias que pueden darse en breves días o en breves horas; días y horas en sentido literal”.

Ese primer editorial en primera plana concluye con este significativo párrafo, muy revelador de lo que ocurriría un mes después: “La República se apresta a consumar la ofensiva contra los trabajadores; lleva un año madurándola. Pero no es menos verdad que los paros de Madrid y de Asturias revelan disposición resuelta de atajarla en el primer paso”. 

El segundo editorial glosa la magnífica jornada del proletariado asturiano en la tarde del sábado y domingo. La Alianza Obrera quiso significar su protesta contra  la concentración fascista de Covadonga. El redactor asegura que la clase obrera está dispuesta y decidida para empresas mayores. A continuación se refiere a la cobertura de protección prestada, con el dinero del Estado, “a los pocos centenares de peregrinos reunidos en Covadonga. Tras de cada coche de peregrinos desfilaba un camión de guardias civiles y de asalto, con todo el equipo de armamento cual si estuviese en pie de guerra. Y aún acusa al gobernadorcillo la prensa cavernaria de falta de vigilancia”.

Al felicitar al proletariado —concluye el artículo— lo hacemos también al Comité de Alianza Obrera y les alentamos a que continúen estrechando los lazos de unión de las clases explotadas para borrar las diferencias de matices y táctica que no son de los momentos actuales por la necesidad de que todos loa explotados constituyan un frente de ataque y ofensiva contra las fuerzas burguesas y reaccionarias “representativas de un régimen y un sistema de gobierno que, por injusto, no deba perdurar más”.

Para terminar este artículo, y una vez hechas esas referencias hemerográficas, me parece oportuno concluirlo con una necesaria alusión a la visita que el partido de la extrema derecha española realizó a Covadonga como inicio de su campaña electoral.

El abad de esa basílica, Adolfo Mariño, hizo al respecto unas declaraciones que conviene recordar: “El santuario no es lugar para hacer política. No puedo impedir que los partidos acudan al santuario pero la campaña electoral debe hacerse peleando en pueblos y ciudades”. Para Mariño, Covadonga “no es nada más que para venir a rezar, para coger fuerzas para el camino, y para implorar ayuda y protección y no para otros fines, ni políticos ni de otras realidades que puedan utilizar, no al santuario sino a la propia Santina; pero serán recibidos, como hacemos con todo el mundo. Bien recibidos, como hacemos siempre”.

Para valorar la sinceridad de las palabras del señor abad a propósito de la religiosidad del lugar, no está de más reconsiderar que dos basílicas de la iglesia católica, dos, la de la santa Cruz del valle de los Caídos, en Madrid, y la de la Virgen de la Macarena, en Sevilla, guardan sendos y santos sepulcros del dictador Francisco Franco y de su general Queipo de Llano, responsable máximo en Andalucía de la muerte de más 45.000 de ciudadanos republicanos, en su mayoría enterrados todavía como alimañas en más de 700 fosas y cunetas.

Nunca, que sepamos, hasta que el actual pontífice se refirió a ello en la entrevista con Jordi Évole, la iglesia católica española tuvo a bien coincidir con la voz del Papa de Roma: “Una sociedad no puede sonreír al futuro teniendo sus muertos escondidos”. Su silencio en este sentido rebasa los 40 años.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Memoria histórica
Memoria histórica Cultura, exilio e loita das bibliotecarias galegas na Segunda República: a vida de María de los Ángeles Tobío
Durante os primeiros anos trinta, as bibliotecas tornaron en espazos de traballo ideais para un modelo de muller que aspiraba ser independente e que manifestara un claro compromiso político. A Guerra Civil remataría con todas as súas aspiracións.
Memoria histórica
No olvidamos Armas pal pueblo
Tratando de seguir el rastro y procedencia del armamento usado por la guerrilla libertaria, tanto en el estado español como en el francés.
Fascismo
Memoria antifascista Allí donde hay humo, hay fuego
A unos días de las elecciones alemanas, donde la ultraderecha acude fortalecida, un repaso sobre el proceso de desnazificación posterior a la Segunda Guerra Mundial y sus medias verdades.
#48028
26/2/2020 3:35

Un detalle, entrar a fondo sería para hacer un libro; los revolucionarios asturianos,los mineros;todavía están esperando la ayuda de los catalanes,que parecen tener otros intereses inmarcesibles que les mantienen ocupados.

0
0
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que el movimiento de vivienda anuncia la manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Opinión
Opinión ¡Que vivan los aranceles!
Que Trump propugne aranceles no debe hacernos caer en la trampa de defender los intereses de los grandes oligopolios.
Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.

Últimas

Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.
Galicia
Galicia La Xunta de Feijóo, condenada por negar visitas a una mujer que murió de cáncer por tener covid-19
La jueza dice que la situación exigía “flexibilizar” las medidas de prevención. Falleció a inicios de 2022 en el Hospital Álvaro Cunqueiro durante los últimos meses de la administración del jefe del PP con Julio García Comesaña de conselleiro.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.