Música
Ser peligrosos juntos

Ahora que el capitalismo se ha convertido en un culto a la muerte, puede que la actitud más punk sea apoyarnos y defendernos los unos a los otros con toda la ferocidad de la que seamos capaces.

21 nov 2020 06:00

Cuando un inglés enciende la televisión un domingo a la hora del té es probable que se encuentre un montón de gente vestida como si acabase de salir de una boda y que sonríe como si los blanqueamientos dentales estuviesen cubiertos por la seguridad social. También es probable que toda esa gente esté cantando himnos religiosos o escuchando con lágrimas en los ojos a un cantautor con pinta de catequista. Puede parecer raro, pero ese inglés que acaba de encender la tele porque no sabe qué hacer un domingo por la tarde conoce de sobra el programa: Songs of Praise lleva emitiéndose 59 años en la BBC.

Por eso, cuando la banda londinense Shame puso ese mismo nombre a su primer disco, estaba claro que aquello era toda una declaración de intenciones. El álbum exudaba rabia, a veces explícita y a veces contenida, pero que empapaba todas las canciones. Rabia contra la sociedad inglesa que veía la televisión con fervor religioso, que había votado a favor del Brexit, que sacrificaba a sus hijos y a sus nietos sin ni siquiera ser consciente de ello, o quizá sin que le importase demasiado. “Dices que es un avance/ pero yo solo veo que retrocedemos./ En un momento de tantas injusticias / ¿cómo no vamos a querer ser escuchados?”, le gritan a Theresa May en la canción “Friction”.

Ahora que el capitalismo trocea cuerpos y trafica con los pedazos, la alegría es un acto de resistencia

Rabia también contra la hipocresía, como cuando Charlie Steen, el cantante, fue a una entrevista en una televisión francesa con una camiseta en la que se podía leer “Je suis Calais”, en referencia al campamento de migrantes que esperaban poder cruzar a Gran Bretaña. Rabia contra ellos mismos, contra nosotros: “Me gustas más cuando no estás cerca”, dicen en “Tasteless”. Un enorme resentimiento de clase que los Shame luchan por que no se convierta en autodesprecio o en una pulsión autodestructiva, sino que salga, que se exteriorice, que pueda exorcizarse en cada concierto y convertirse en un sentimiento colectivo.


La misma rabia con la que Joe Talbot grita “¡Unidad!” en el estribillo de la canción “Danny Nedelko”, aunque la de los Idles es una ira mejor encauzada, que ha ido evolucionando a lo largo de tres discos y cientos de conciertos. Ahora que el capitalismo se ha convertido en un culto a la muerte, como dicen los miembros del colectivo Salvage, puede que la actitud más punk sea apoyarnos y defendernos los unos a los otros con toda la ferocidad de la que seamos capaces. Ya no hay socialdemócratas a los que provocar o buenos ciudadanos a los que escandalizar, como hacía el punk de finales de los setenta con su estética feísta y sus afirmaciones lapidarias. Ahora que el capitalismo trocea cuerpos y trafica con los pedazos, la alegría es un acto de resistencia, como llamó Idles a su segundo álbum. Eso no quiere decir que la ira se haya atemperado, está ahí cuando hay que hablar de la guerra de clases que libra el país contra los pobres o del Brexit y la sociedad que lo hace posible, como en el tema “Model Village” de su último álbum, Ultra Mono. Es solo que ahora hemos comprendido que la vulnerabilidad es una armadura y que la unidad nos hace fuertes: “¿Oyes ese trueno?”, canta Talbot, “únete, únete, únete”.


Al otro lado del mar de Irlanda, en Dublín, el postpunk también está dando algunos de sus mejores ejemplos en los últimos años. Se ha vuelto casi un lugar común comparar a estas bandas con Joy Division, pero como los de Manchester, Fountaines DC y The Murder Capital también han sabido captar la atmósfera de su tiempo. Si para Joy Division esa atmósfera era la que iba a permitir la llegada de Thatcher al poder, ahora es la de un entorno urbano postindustrial y fuertemente gentrificado donde es fácil dejarse llevar por la desolación y la desesperanza. Sin embargo, no es eso lo único que hay. La melancolía, el vacío y la desorientación se mezclan con la beligerencia, la insolencia y también, de nuevo, con una rabia latente, en una mezcla que quizá sea lo que mejor defina a nuestra generación. Demasiado tristes y demasiado cansados, pero deseando internamente que alguien dé con el botón que conecta el desfibrilador o con la tecla que lo haga saltar todo por los aires. Quizá la clave está en donde señala Idles, en cuidar los unos de los otros para ser peligrosos juntos.


Archivado en: Música
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Música
Festival de Valdencín Música y reivindicación: así fue el II Festival Tejiendo Redes en Valdencín
Reivindicando el espacio de las mujeres en la música, Valdencín (Cáceres) se convirtió el 9 de noviembre en el escenario de una celebración que trascendió lo meramente musical: la segunda edición del Festival Tejiendo Redes.
Euskal Herria
Kortatu El “Sarri, Sarri” suena en la cárcel de Martutene y el Gobierno Vasco no volverá a permitirlo
Tras las críticas de Covite, PNV y PSE-EE apuestan por una postura unitaria que pasa porque el departamento de Justicia y Derechos Humanos endurezca los requisitos para los actos culturales dentro de las penitenciarías.
Opinión
Opinión Quan isc a buscar l'alegria (carta de amor a València)
Muchas aprendimos a amar València a kilómetros de distancia gracias a una cultura musical y antifascista llena de luz y de sal, de ardor y de dulzaina, de voces que pusieron letra y sonido a nuestros malestares.
#74843
21/11/2020 23:26

Me ha encantado, un montón de referencias y frases potentes. He sentido con tus palabras lo mismo que cuando escucho a esas bandas de las que hablas y que me encantan.

0
2
Asanuma
21/11/2020 22:30

Excelente. Ya conocía a IDLES y gracias al artículo he conocido a SHAME y THE MURDER CAPITAL

0
0
#74821
21/11/2020 13:11

Muy bueno, Layla

0
1
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea, ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto cómo el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
Más noticias
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.
Dana
Encuesta Tres de cada cuatro personas en España ligan la virulencia de la dana con el cambio climático
Una encuesta realizada por More in Common señala que una amplia mayoría de la población considera que el país está mal preparado para adaptarse a los fenómenos extremos que trae la crisis climática y debe hacer más esfuerzos al respecto.

Recomendadas

València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.