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Libertad de información
EE UU acorrala a Assange
El pasado miércoles 27 de octubre arrancó el juicio de apelación a la extradición de Julian Assange, periodista y fundador de WikiLeaks, que de fallar a favor de la extradición, podría conllevar que fuera juzgado y condenado en suelo estadounidense, enfrentándose a una pena que podría alcanzar más de 170 años de cárcel.
Assange está acusado de hasta 18 cargos (bajo la Ley de Espionaje, Ley Patriota, y Ley de Fraude y Abuso Informático), por la difusión de miles de documentos “clasificados” del Departamento de Estado (diarios de las guerras de Irak y Afganistán, archivos de la cárcel de Guantánamo, etc.). El periodista se encuentra actualmente en un limbo judicial, preso sin fianza en la cárcel de alta seguridad de Su Majestad en Belmarsh, en Londres; habiendo cumplido ya la pena impuesta por saltarse la fianza en relación a acusaciones previas.
Assange permanece encarcelado desde el 11 de abril de 2019, después de que el gobierno ecuatoriano de Lenin Moreno le retirara su condición de asilado político en la embajada de Ecuador, donde permaneció siete años
Allí permanece encarcelado desde el 11 de abril de 2019, después de que el gobierno ecuatoriano de Lenin Moreno le retirara su condición de asilado político en la embajada de Ecuador, donde permaneció siete años, perseguido, acosado y sufriendo un aislamiento que podría calificarse como “tortura psicológica”, según la ONU, por revelar crímenes de guerra. Cabe recordar que el fundador de wikileaks llegó inicialmente a la embajada de Ecuador huyendo de la justicia sueca, como consecuencia de ser acusado de agresión sexual, a raíz de denuncias que fueron retiradas posteriormente.
Así son muchos años durante los que el estado norteamericano ha utilizado su posición de poder para manipular a la opinión pública, los medios de comunicación y la justicia internacional para perseguir hasta la muerte al periodista, aún cuando los delitos de los que se le acusan no tuvieron lugar en suelo estadounidense.
Primer y segundo asalto para evitar la extradición
El primer intento por evitar la extradición de Assange tuvo lugar el pasado 4 de enero, cuando la jueza británica del Tribunal de Distrito, Vanessa Baraitser, dictaminó que la situación de la salud mental de Assange era de extrema gravedad y estaba expuesto a un alto riesgo de suicidio. Llegó a estas conclusiones gracias a la ayuda del profesor de neuropsicología del King College, Micheal Kopelman, el cual antes de que se celebrase dicho juicio ya le había visitado más de veinte veces y había manifestado su preocupación por las pulsiones autodestructivas del periodista austrialiano.
Por otro lado, la jueza también tuvo en cuenta el argumento de la defensa, que sostenía que las condiciones a las que estaría expuesto en la cárcel de máxima seguridad, ADX Florence (Supermax), ubicada en el condado de Fremont (Colorado), no cumplían con las garantías mínimas necesarias para asegurar que Julian Assange no sufriría un deterioro psicológico mayor.
Finalmente, ante el fallo del Tribunal de no extraditar a Julian Assange, Estados Unidos interpuso un recurso de apelación contra la decisión de la corte británica, por considerar que tanto la jueza, como el psiquiatra cometieron ciertas irregularidades, a la hora de valorar “la gravedad” de la salud mental del acusado. El segundo asalto para evitar extraditar a Assange se desarrolla actualmente los días 27 y 28 de octubre, y tiene como principal caballo de batalla, determinar hasta que punto hay un riesgo real o no de suicidio del acusado.
Ante el fallo del Tribunal de no extraditar a Julian Assange, Estados Unidos interpuso un recurso de apelación contra la decisión de la corte británica, por considerar que tanto la jueza como el psiquiatra cometieron ciertas irregularidades a la hora de valorar “la gravedad” de la salud mental del acusado
Sin embargo, más allá de esto, las bazas principales de la fiscalía estadounidense para lograr la extradición consisten ante todo en tres puntos clave: por un lado, desacreditar al psiquiatra, que omitió información sobre la situación familiar de Assange (cuando aún no era pública la relación que el preso mantuvo con su abogada Stella Morris, así como los dos hijos que tuvieron en secreto) y que se considera clave para determinar que el preso no se suicidaría. Por otro lado, desacreditar a la jueza, que no dio suficiente tiempo a la fiscalía para presentar garantías que pudieran probar que las condiciones de salud del preso pudieran estar garantizadas en la cárcel estadounidense de destino. Por último, la incapacidad de la jueza para evaluar equilibradamente todas las pruebas ofrecidas, para determinar el riesgo real de suicidio, ya que dio más peso al diagnóstico ofrecido por Kopelman, que a otra versión, ofrecida por otra psiquiatra, que atenuaban el riesgo de suicidio de Assange.
La baza de la defensa
En el caso de la defensa, una de las principales bazas, sería también las recientes revelaciones, por parte de Yahoo News, sobre el intento de asesinato a Julian Assange cuando estaba en la Embajada de Ecuador, por parte de la CIA, cuando Mike Pompeo era su director, durante la Administración Trump. Revelaciones obtenidas gracias a las declaraciones de un ex-agente de contraterrorismo y de otros 30 oficiales estadounidenses. Esto pondría en cuestión definitivamente la seguridad de Julian Assange si llegara a pisar suelo estadounidense.
Más allá de lo estrictamente judicial, se espera que la presión popular y la opinión pública en torno al caso, también puedan tener una influencia a la hora de poder mostrar la necesidad de defender la libertad de prensa y el derecho a la información de la ciudadanía. Existe un juicio paralelo, por parte de colectivos, instituciones, personalidades del arte y la cultura, que quieren poner al descubierto los verdaderos motivos que han llevado a Julian Assange a convertirse en el enemigo número uno del sistema.
Escaso eco mediático en España
En España el seguimiento del caso Assange no ha tenido tanta repercusión como en otros países, y de hecho, la mayoría de las personas tienen una gran confusión con respecto a los detalles del caso. Motivo por el cual otra batalla crucial sería la necesidad de dar a conocer los detalles que mantengan a la opinión pública informada, con el fin de instar a la movilización de la sociedad.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Reporteros Sin Fronteras han sido unas de las pocas que han hecho seguimiento del caso, pero tan solo desde sus organismos internacionales, no sus delegaciones en España. Medios alternativos, como The Dissenter Newsletter covers ofrecen una detallada información con respecto al caso, saliéndose de la superficialidad de los medios convencionales.