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Manteros
[Podcast] Muerte ¿accidental? de un mantero
La Ley de Extranjería que impone un apartheid jurídico está en el trasfondo de la muerte de Mame Mbaye y las personas forzadas a trabajar en la manta.
El 15 de marzo Mame Mbaye perdía la vida en la calle del Oso, en el madrileño barrio de Lavapiés. Un infarto ponía fin a una historia de migración, lucha y supervivencia en España. Una vida "sin papeles" dedicada al difícil oficio de la manta. Sobre las causas de su muerte, diversas dudas e incógnitas desde el primer momento: al principio reinará la confusión, pero rápidamente la prensa generalista producirá una suerte de relato único que copará páginas y textos de opinión. Todo un discurso oficial -compartido por la policía, el Ayuntamiento y una mayoría de medios- que aludirá a la "muerte accidental de un mantero" debido a causas tan fortuitas como naturales. Una narrativa que evitaba cualquier reconstrucción del contexto previo a la muerte de Mame o un análisis mínimo del trasfondo social del colectivo mantero -habitualmente hostigado por la policía municipal-. De este modo, todo quedaba reducido a un desafortunado accidente. Pero poco más. Caso cerrado.
La muerte de Mame Mbaye provocó la indignación del barrio de Lavapiés y la comunidad senegalesa, a la que pertenecía Mame. Varios testigos señalaban ya esa misma tarde que aquel infarto tenía poco de espontáneo: antes de morir, Mame huía con varios compañeros de un dispositivo policial en Sol. Otra de tantas persecuciones cotidianas a las que se ven sometidos los manteros, pero esta vez con un final trágico. La jornada del día 15 se saldaría con disturbios en Lavapiés y Embajadores, una algarada provocada por las cargas policiales contra las protestas espontáneas por la muerte de Mame Mbaye. Ante los excesos policiales, la rabia prendió en las calles. La noche terminaría con otra víctima, Ousseynou Mbaye, que fallecía a causa de un ictus, y varios heridos, como Arona Diakhate, cuyo caso -grabado por varias cámaras- ilustra la violencia policial desplegada aquella noche. Un golpe de porra directo a la cabeza con pérdida de consciencia inmediata.
Tras varios días de intoxicaciones informativas, el jueves pasado el Área de Seguridad del Ayuntamiento reconocía la persecución a Mame Mbaye desde Sol hasta la Plaza Mayor. El discurso de la policía y la prensa mayoritaria, que negaba cualquier tipo de presión policial, quedaba por tanto cuestionado.
No obstante, el Área de seguridad conocía sobradamente las denuncias del colectivo mantero en relación con la violencia policial: se sabía de los golpes, los abusos, persecuciones y era evidente para el colectivo mantero una vigilancia permanente que fue reforzada en 2016 con un nuevo plan antimanteros, aunque desde el propio ayuntamiento se insista en que este plan NO se estaba aplicando.
Estaban también al tanto de la situación el Defensor del Pueblo y la Fiscalía.. Para el gobierno de Ahora Madrid la contradicción es flagrante. No sólo porque su programa -que es claramente antirracista- se proponía velar por los colectivos sociales más vulnerables, como quienes no tienen papeles, sino porque las medidas adoptadas han provocado un escenario que se ha cobrado una vida.
La Contraparte queremos ayudar a visibilizar aquello que resulta invisible para la mayoría: la situación del colectivo de manteros y lateros, personas forzadas a la exclusión y a trabajar en la manta gracias a una Ley de Extranjería que impone un "apartheid" jurídico en aquellos que no tienen papeles. Y es que el racismo institucional permea todas las escalas de la administración. Queremos también -como muchas y muchos- justicia para Mame Mbay.
Para el debate invitamos a Malick Gueye, del sindicato de manteros y lateros; Ass, de la Asociación de Senegales y a Eduardo Gómez, abogado de Red Jurídica.