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Laboral
Sin descansos: trabajadores de Mercamadrid con discapacidad denuncian abusos laborales
Ya lo dijeron el año pasado ante la Inspección de trabajo. Los trabajadores del centro especial de empleo de Mercamadrid no tenían descansos durante jornadas superiores a las seis horas, no les avisaban con la suficiente antelación de sus próximos turnos, la empresa les obligaba a realizar formaciones fuera de su horario laboral y no fichaban sus ni a la entrada ni a la salida, tal y como estipula la ley. Por aquél entonces, el contrato estaba en vigor con la empresa Integra. Un año después, cuando el contrato ha sido adjudicado a Eulen, las irregularidades persisten, agravadas por ciertos problemas reiterados en el cobro de las nóminas de estos trabajadores que prestan servicios en la zona de peaje de Mercamadrid cobrando y pesando los camiones que entran a las instalaciones.
Un trabajador que prefiere no dar su nombre por miedo a represalias laborales explica su situación: “A la nueva licitación solo se postuló Eulen, que ganó pese a haber presentado a Mercamadrid una oferta un 31% más baja de lo establecido en los pliegos, llegando a catalogarla como de 'anormalmente baja'. Desde ese momento, aludiendo desconocimiento, hemos tenido problemas para cobrar complementos salariales y algunos pluses, cuando sabemos que la empresa saliente tiene la obligación de comunicar a la corporación entrante todas y cada una de las condiciones en la que nos encontramos los trabajadores”.
Este mismo operario relata que han puesto en conocimiento de Mercamadrid su situación, “pero dicen que van a hablarlo y al final no hacen nada aunque vean las cosas que pasan, que no tenemos descansos durante la jornada o que nos cambian los turnos a mitad de semana”. Por otra parte, desde Mercamadrid no quieren hacer ninguna declaración al respecto, al igual que la empresa contratante.
Desde Eulen comunicaron a un trabajador a las 23h que el día siguiente tendría que ir a trabajar, un día que era festivo y que entraba dentro de sus libranzas
Otro de los hechos que denuncia la plantilla es una pretendida superioridad por parte de Eulen sobre lo establecido: “Nosotros, antes, teníamos una paga extra cada seis meses, pero ahora nos dicen que sus liquidaciones de pagas extras las hacen una vez al año. Cuando les comentamos que tienen la obligación de mantener las mismas condiciones que con las que nos subrogaron, nos dicen que ahora lo hacen a su manera”, agrega el trabajador.
Una conciliación imposible
Una irregularidad más. Cuando les comunican sus próximos turnos, la empresa siempre agrega que pueden ser susceptibles de cambios, “pero esos cambios los hacen de un día para otro, así que es imposible que podamos conciliar nuestra vida familiar con la laboral”. Tal y como ha podido saber El Salto, desde Eulen comunicaron a un trabajador a las 23h que el día siguiente tendría que ir a trabajar, un día que era festivo y que entraba dentro de sus libranzas. “Además, te llaman varias veces al teléfono personal y te recriminan que no contestes. Nos exigen estar totalmente disponibles para la empresa durante nuestro tiempo libre sin cobrar ningún tipo de plus de disponibilidad”, continúa denunciando el operario.
“Pese a que sus comunicaciones con los trabajadores se realizan fuera de horario de forma continuada, a la entrada de nuestro trabajo hay un cartel que nos dice que no molestemos a los coordinadores en sus horas libres y fines de semana; así que si tenemos algún problema nos vemos obligados a buscar nosotros la solución cuando muchas veces no está en nuestra mano”, relata este afectado que al principio de la pandemia cayó infectado.
En julio, 19 empleados pusieron una denuncia ante Inspección de trabajo. Su principal demanda: que no haya que estar reclamando constantemente lo que les deben en las nóminas
La nueva situación provocada por el coronavirus alteró la realidad que ya venían experimentando los trabajadores. “Al principio del todo y durante 15 días nos dieron mascarillas FFP2, pero debe ser que eran muy caras y empezaron a dar quirúrgicas solo a aquellos que las piden. Lo peor de todo, es que a nosotros nos hacen firmar un escrito en el que confirmamos la recepción de un equipo de protección individual cuando es totalmente falso, porque una mascarilla quirúrgica o una mampara no es un equipo. De hecho, hemos tenido que compartir pantallas faciales con un protocolo de intercambio entre turno y turno establecido desde la propia Eulen. Casi es mejor que no te den nada, porque eso sí que es un foco de contagio”, reflexiona el operario que trabaja en Mercamadrid.
Abandono por parte de los coordinadores
Pasó el tiempo y el turno de tarde empezó a quedarse sin mascarillas. ¿Por qué? “Porque los coordinadores solo trabajan de once de la noche a once de la mañana, el horario fuerte de Mercamadrid y durante el cual se exige la presencia de un coordinador, el responsable de proporcionarnos los materiales de seguridad. De repente, los coordinadores dejaron de preparar al siguiente turno los equipos de protección y los geles hidroalcohólicos, aunque a base de reclamaciones ahora hemos conseguido que pongan uno en cada vía en la que trabajamos”, narra el afectado que no se olvida de incidir en el trato que reciben en ocasiones, como cuando exigían el material de protección y la respuesta que obtenían era “pues no te la puedo pintar” o “no tengo una fábrica de guantes”.
Ya en julio, 19 empleados pusieron una denuncia ante Inspección de Trabajo, siguiendo el mismo camino emprendido en la ocasión anterior. Su principal demanda: que no haya que estar reclamando constantemente lo que les deben en las nóminas, ya que todos los meses hay problemas. “Al final acaba siendo una política de empresa, porque para reclamar tienen todo tipo de modelos, y te derivan de un departamento a otro y tienes que mandar la documentación en repetidas ocasiones”, en los propios términos del trabajador. Así pues, los inspectores visitaron el pasado viernes 25 de septiembre las instalaciones para comprobar la motivación de la denuncia y si la realidad se ajustaba a ella.
Lo normal en un centro especial de empleo
La visión global del asunto la aporta Lola Barral, sindicalista en el sector de atención a la discapacidad de CC OO. Ella misma informa de que en unos días saldrán elegidos varios delegados sindicales, inexistentes hasta la fecha, lo que conferirá de mayor seguridad todos los procesos que la plantilla quiera emprender. “En general, en los centro especiales de empleo hay muy poco respeto hacia los derechos de los trabajadores y hacia los trabajadores mismos; y esto sucede porque se han planteado como un negocio, al menos los que tienen ánimo de lucro, que se han olvidado de su objetivo social: proporcionar un puesto de trabajo a quienes por su discapacidad tienen mayores dificultades en el mundo laboral”, en sus propios términos.
Asimismo, Barral incide en que una plantilla de estas características pueden tener mayor reticencia a denunciar los abusos por parte de la patronal, “y las empresas saben que pueden apretar un poco más las tuercas que una empresa ordinaria”, completa. Desde su punto de vista, otro hecho remarcable es la cantidad de bonificaciones que este tipo de centros tiene por parte de la Administración: “Exención de la parte patronal de la cotización a la Seguridad Social, un porcentaje importante del salario está subvencionado, y muchas ayudas orientadas a mejoras del centro de trabajo o la ampliación de los puestos. Es un negocio redondo, por eso todas las grandes empresas, desde hace unos años, han creado su centro especial de empleo, porque casi es un dinero limpio que ganan debido a que apenas tienen gastos”.
De esta forma, la plantilla del centro especial de empleo de Eulen en Mercamadrid espera la resolución de Inspección de Trabajo, que puede desembocar en ciertas recomendaciones o sanciones, “dependiendo de la gravedad del incumplimiento y del talante del inspector”, en los propios términos de la sindicalista.
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Seria interesante que se pasaran por Mercamadrid inspectores preguntando cuantos días festivos nos deben