Italia
Zingonia: la Brasilia italiana que no fue

Zingonia nació bajo la premisa de ser una ciudad de 50.000 habitantes en la Lombardía italiana. Dependiente de cuatro municipios, el proyecto de ciudad aloja ahora a 4.000 personas que luchan por conseguir unas condiciones de vida digna

Zingonia 1
Jubilados pasan su tiempo libre en la sede de la ONG Auser en Verdellino. Su presencia es fundamental para el mantenimiento del parque. Mattia Marzorati
12 ago 2018 06:46

Los fragmentos de vidrio y escombros dispersos por el suelo crujen bajo los zapatos. Una familia pakistaní intenta evitar los esqueletos de electrodomésticos hechos pedazos en uno de los pisos de la torre D. Lo acaban de comprar en una subasta y han empezado las obras para poder mudarse allí. La estrategia de las fuerzas del orden de destruir ventanas, sanitarios y muebles para obstaculizar la ocupación ilegal de los alojamientos vacíos está obteniendo escasos resultados; la mayoría de las veces se llenan montones de basura de hasta dos metros bajo los que es fácil ocultar drogas.

Zingonia nace, por voluntad del conde Zingone, a 20 kilómetros de Bérgamo, en Lombardía. Su plan era crear una ciudad ideal, siguiendo el modelo de Brasilia, para luchar contra la depresión de una zona agrícola sin perspectivas.

Zingonia 2
La mezquita se ubica bajo las torres Athena 1,2 y 3 Mattia Marzorati

En 1964 se construyó la guardería y la escuela primaria. Primeros pasos de una utopía de 50.000 habitantes que se quedó en 4.000 residentes reales. El proyecto fracasó porque nunca se creó la municipalidad de Zingonia, que quedó bajo control de cinco pueblos: Verdellino, Ciserano, Osio di Sotto, Verdello y Boltiere.

La inmigración que llegaba desde el sur de Italia paró en los años 80, cuando empezaron a llegar personas extracomunitarias desde Senegal, Marruecos y Pakistán. Las instituciones abandonaron Zingonia, y empezó un proceso de degradación, que dio lugar a un polo de narcotráfico y criminalidad difícil de controlar. A pesar de todo, la situación, según algunos inquilinos, en las cuatros torres de la zona de Verdellino mejora lentamente. La recuperación de la zona es difícil, pero no imposible.

A la hora de cierre de las escuelas, la multiculturalidad del barrio se derrama por las calles. Caminando hacia Ciserano se percibe la concentración de migrantes de todas las edades. Los extracomunitarios constituyen más del 50% de la población. Muchos niños, acompañados por sus madres, juegan en el césped de un parque público. La ONG Auser tiene su local en el interior del jardín. Es un lugar de reunión para las personas mayores del pueblo, llegados aquí desde Campania y Sicilia en los años de oro de Zingonia. “Nosotros también somos inmigrantes, aquí no hay racismo”, afirma Ciro, que en su tiempo libre se ocupa de la limpieza del parque.

Zingonia 3
Vista de la torre C en Verdellino. Mattia Marzorati

Auser organiza actividades abiertas con el objetivo de luchar contra la brecha generacional entre residentes italianos y extranjeros. El CDD —centro de cuidado diurno para personas con diversidad funcional— es otra entidad alrededor de la cual rotan decenas de personas. Organiza talleres de carpintería y cuidado de un huerto. “El nombre de Zingonia siempre se asocia con criminalidad, pero la mejora del barrio se consigue a través de actividades como ésta, que mejora la vida de muchas familias”, afirma Celestina, responsable del centro.

Los ritmos de un pequeño pueblo se entrecruzan con la presencia de un gran entramado de narcotráfico. Las fuerzas policiales son numerosas, pero muchos denuncian la ineficacia de las espectaculares operaciones con helicópteros y decenas de patrullas frente a un control más capilar y constante. “Hemos asistido a peleas con machetes y pistolas y, cuando hemos llamado a la Policía, no han venido”, denuncia María, quien, con su esposo Enzo, vive en la cuarta planta de la torre llamada Anna 1. “Es una degradación planeada. Las instituciones nos abandonan voluntariamente para poder comprar nuestros pisos a un precio ridículo y derribar las torres”.

Zingonia 4
La iglesia “búnker” de Zingonia, así llamada por estar bajo el suelo, se construyó en 1968. Mattia Marzorati

La torre Anna 1 se presenta devastada. En cada altura hay pisos destruidos. En la pared externa a los tres bloques Anna 1, 2 y 3 se ve un graffiti en blanco y negro en el que se lee Madonna delle torri (“Virgen de las torres”). Junto a la virgen, aparecen Eugenio Zanotti —histórico inquilino del Anna 2— y Roberto Rusconi —director general de Habilita, clínica ubicada al otro lado de la vía Bologna—. La relación entre los dos se fundamenta en la acusación de que, desde la clínica, se hace presión a la Administración para derribar las torres y obtener un claro beneficio logístico y de imagen. Eugenio, por su parte, aceptó una oferta para abandonar su vivienda y vivir de alquiler. Se suicidó en 2017.
Una Zingonia sin sus icónicas torres obligaría a drásticos cambios también a la comunidad musulmana, que tiene su principal lugar de reunión y oración en el Centro Cultural Islámico (CCI), punto de encuentro de 7.000 personas residentes en pueblos cercanos. Para evitar la pérdida de la mezquita, la comunidad, con la autorización del Gobierno, compró una nave en desuso y empezó las obras. Meses después, la municipalidad afirmó que la cubierta no era apropiada y dejó al CCI sin ninguna indicación de cara al futuro y con gastos de más de 300.000 euros.

Zingonia 5
Una familia pakistaní limpia un piso de la torre D devastado por la Policía tras comprarlo en una subasta. Mattia Marzorati

Frente a los 16 pisos de escaleras que la separan de su habitación, L. espera. Sufre de graves problemas de salud, pero no recibe ayuda del Ayuntamiento. Sin ascensor, depende de su vecino, que la carga y lleva hasta la octava planta. Hace unos días, unos ladrones entraron en su piso para robar algunos bienes, entre los que figuraba el ordenador en el que la periodista tenía guardados los trabajos del último año. El piso de la planta inferior se quemó la semana pasada y L. no se siente segura. Cuando llegó aquí era un ático de lujo. “Yo soy de Venezuela. He vivido muchas realidades difíciles y no tengo miedo a nada. Yo me quedo aquí, el alcalde tiene que entenderlo”, dice.
Kama, llegado desde Senegal hace 15 años, ha pagado ya buena parte de su hipoteca y ahora corre el riesgo de perder su casa a cambio de una indemnización de 6.000 euros y una reubicación en alquiler sin garantia tras los primeros dos años. “Europa era un sueño que acabó aquí. La semana que viene cortarán el agua a todo el edificio”.

Zingonia 6
Maria vive con su esposo Enzo en la torre Anna 1. Mattia Marzorati

Entre los muros de las torres se respira rabia y frustración. Decenas de personas resisten cada día contra el abandono por parte del Estado. En la fracasada ciudad del futuro se vuelve a luchar por los derechos fundamentales.

Archivado en: Italia
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Turismo
Turismo depredador Poca agua, mucho turismo: la crisis hídrica amenaza las islas Eolias en Italia
Las islas italianas del Mediterráneo están acusando especialmente las consecuencias de la turistificación, pero también de una crisis hídrica sin precedentes provocada por el cambio climático. Es el caso de las islas Eolias, en el norte de Sicilia.
O Teleclube
O teleclube 'O Teleclube' viaxa á preciosa aldea de 'Vermiglio' a finais da Segunda Guerra Mundial
A película de Maura Delpero, seleccionada para representar a Italia nos Oscar, retrata a vida dunha familia de Vermiglio, unha aldea nevada nos Alpes italianos.
Fronteras
Fronteras Italia libera al jefe de la policía libia acusado por homicidio, secuestro y desaparición de migrantes
El general Najeem Osema Almasri Habish, jefe de la policía de Libia, fue detenido en Italia con una orden de la Corte Internacional acusado de torturas, homicidio y desaparición de refugiados. Las autoridades italianas decidieron liberarlo
#21790
13/8/2018 19:52

Curiosa distopía real si no fuera porque es el relato en miniatura de nuestra crisis civilizatoria.

0
0
Migración
Migraciones Bruselas anuncia un nuevo proyecto de ley para acelerar las deportaciones de personas migrantes
La Comisión Europea ha presentado este martes un nuevo proyecto de ley que tiene como objetivo intensificar y acelerar las deportaciones de personas indocumentadas a sus países de origen o países de tránsito.
Toledo
Medio ambiente El vecindario de Seseña lucha contra una planta de asfalto que se instalará a 650 metros de sus casas
Tan solo falta un informe de la Junta de Comunidad de Castilla-La Mancha para que se comience a levantar una planta de asfalto cerca de las viviendas de este pueblo de Toledo.
Pueblo kurdo
Siria Las milicias kurdas firman un acuerdo ambiguo con Damasco en un Estado sirio aún sin definir
Las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), lideradas por los kurdos, y el Gobierno de Al Jolani han firmado un acuerdo que promete estabilidad, pero que deja más preguntas que respuestas.
Formación El Salto
Formación Escritura situada: creación literaria para trazar un relato colectivo
El Salto propone un curso para desbordar los límites del periodismo. Con esta formación, nos adentramos en la escritura creativa de la mano de Sarah Babiker, Marisa Mañana y Gloria Fortún, en una formación coordinada por Patricia Reguero.
Ecuador
Ecuador Los derechos de la naturaleza en Ecuador, una “luz de esperanza” en la lucha por el medio ambiente
El derecho de la naturaleza, una figura jurídica introducida en la Constitución de Ecuador, está sirviendo para frenar proyectos que atentan contra los ecosistemas. Así ocurrió en el Bosque Los Cedros, en el norte de este país sudamericano.

Últimas

Galicia
Galicia La Xunta del PP ejecuta su última maniobra para hacerse con el control total de la TVG
El PP lleva al Parlamento la nueva ley de medios que otorga al Gobierno gallego la capacidad de elegir al director de la cadena sin mayoría cualificada, elimina la fiscalización de contenidos por profesionales y abre la puerta al castellano.
Rusia
Guerra en Ucrania Kagarlitsky, desde la cárcel, sobre las negociaciones de alto el fuego: “Sin liberación de presos no hay paz”
Borís Kagarlitsky es una de las figuras más reputadas de la izquierda rusa. Desde 2023 escribe desde la cárcel. El Salto publica dos cartas recientes ante la perspectiva de un alto el fuego en la guerra que Rusia sostiene con Ucrania.
Más noticias
Música
Vivir Quintana “Desde la alegría resignificamos la tristeza y la violencia que nos ha estado machacando”
La artista mexicana se encuentra en Madrid, donde marchó junto a miles en la manifestación del sábado 8 de marzo por la mañana. El martes 11 ofrece un concierto en la Sala Villanos presentando canciones de un álbum que estrena en abril.
Opinión
Opinión El belicismo de Europa
Los gobernantes europeos hablan de que ese rearme está destinado a proporcionar paz a Europa. Pero hay que recordarles que armarse hasta los dientes es paz negativa.

Recomendadas

Galicia
Galicia La Xunta entorpece el acceso a más de 8.500 contratos que suman 57 millones de gasto
La Axencia de Doazón de Órganos e Sangue indexa miles de pagos sin concepto e imposibilita su fiscalización. La Xunta de Alfonso Rueda aduce que la opacidad es causada por “un fallo de codificación”. Sin embargo, esa práctica se repite desde 2018.
Islamofobia
Religión El aumento de vetos al hiyab en escuelas reaviva el debate sobre la islamofobia en España
Cada vez son más los centros educativos que están vetando estas prendas propias de la cultura musulmana a través de disposiciones en sus protocolos internos.
Fronteras
Fronteras Sombras en el acuerdo de cesión de competencias pactado por el PSOE y Junts
El acuerdo sobre transferencia de las competencias en materia de migración entre PSOE y Junts encuentra el 'no' de Podemos y de organizaciones de migrantes y el 'sí' con matices de la izquierda independentista y de Sumar.
República del Sudán
Belkis Wille “En Sudán hay milicias practicando violaciones a gran escala contra mujeres y niñas”
Belkis Wille, investigadora de Human Rights Watch, denuncia los abusos de grupos armados como las Fuerzas de Apoyo Rápido en el conflicto sudanés, donde se registran crímenes tanto de esclavitud sexual como de sometimiento mediante violaciones.