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Industria
Se multiplican las protestas por la falta de seguridad en los centros de trabajo en Asturias
La industria asturiana, sin medidas de prevención frente al covid19. En las residencias del ERA la dirección restringe a las personas empleadas el uso de mascarillas y batas. Las limpiadoras, desprotegidas ante el virus.
El lunes, a primera hora de la mañana, se producía un plante de los trabajadores del astillero de Armón, Xixón, para denunciar la falta de medidas de seguridad e higiene ante la emergencia sanitaria producida por el covid19. “No tenemos productos sanitarios, ni desinfectantes, ni nada”, denuncian fuentes internas de un astillero donde trabajan casi medio millar de personas entre empresa matriz y auxiliares, y donde asegurar la distancia de precaución resulta una quimera sin una reorganización de los turnos de trabajo. Los trabajadores denuncian que desde la empresa se ha quitado hierro a los peligros del contagio, alegando que es una situación novedosa. También, según fuentes del astillero, se ha ha respondido por ahora con amenazas de despidos a quienes dejen de trabajar.
Las grandes empresas asturianas parecen tomarse la crisis sanitaria menos en serio que muchos establecimientos hosteleros o pequeños comercios, que ya antes de la declaración del estado de alarma decidieron cerrar para proteger a sus clientes y empleados. También en Duro Felguera la asamblea de trabajadores ha emitido un comunicado en sus redes en el que ironizan sobre la falta de prevención en la empresa: “Nosotros con las fundas, los sopletes, las pinzas de soldar o los guantes de cuero ya estamos protegidos de la amenaza. Nuestras familias encerradas en casa pueden estar tranquilas, según Duro Felguera somos inmunes al coronavirus”.
Representantes sindicales denuncian improvisación en la acería Mittal, donde trabajan a diario más de 7.000 personas
El corazón de la industria asturiana no se ha paralizado a causa de la crisis sanitaria. Únicamente la fábrica de armas de Trubia, Oviedo/Uviéu, ha paralizado su producción. En la principal industria de la región, Mittal, los representantes de la Corriente Sindical de Izquierdas denuncian la improvisación hasta ahora por parte de la empresa en adoptar medidas de prevención. Más de 7.000 personas trabajan a diario en la acería. En los vestuarios y zonas comunes coinciden cientos de trabajadores.
El martes, por primera vez, la empresa se planteaba modificar algunos turnos. Un empleado de la factoría, propiedad del magnate hindú del acero Lakshmi Mittal, denuncia la situación: “hasta hoy está todo funcionando como si nada, premia la producción antes que la salud. Hay protocolo pero no lo están cumpliendo... les pillo en bragas por todos laos”.
Servicios a la intemperie
También en los servicios hay malestar acerca de la gestión de la emergencia sanitaria. En la principal cadena asturiana de supermercados, Alimerka, la sección sindical de CC OO denuncia en un duro comunicado que “desde que se desató la crisis del coronavirus en Asturias se ha disparado el consumo de productos de alimentación, con lo que Alimerka ha incrementado considerablemente las ventas y los beneficios”. Sin, embargo, según el sindicato este aumento de las ventas no ha venido acompañado de un reforzamiento de la plantilla, “lo que conlleva sobreexplotación y una serie de consecuencias negativas en cadena que estamos soportando las trabajadoras y los trabajadores”.
También en la empresa Clece, que limpia estos supermercados, se denuncia la falta de medidas básicas de higiene. Otras limpiadoras, las de la Universidad de Oviedo/Uviéu, están siendo obligadas por la empresa a ir a unas facultades cerradas, donde no tienen nada que hacer, y se exponen a contagiar o ser contagiadas. También las limpiadoras del Hospital Universitario Central de Asturias, dependientes de la empresa Lacera, están denunciando en redes su situación, y la falta de medidas de prevención.
Las trabajadoras de las residencias públicas pertenecientes al ERA critican asimismo el caos existente en la respuesta a la situación, así como la falta de medidas especiales para proteger a un grupo muy vulnerable al covid19 como son los ancianos. Una circular de la dirección dirigida a las personas que trabajan en las residencias, restringe el uso de batas y mascarillas a quienes traten con residentes diagnosticados como enfermas de coronavirus o “con sospechas evidente”. La sección sindical de CSI denuncia el hacinamiento de las personas mayores en habitaciones, salas de estar y comedores: “Están comiendo en los comedores igual que lo hacían antes, sin distancia entre ellos”. También critican la falta de información, de más personal de limpieza y hasta de mascarillas.
Trabajadoras de residencias de ancianos denuncian que en algunos centros la dirección prohibe poner mascarillas “para no alarmar a los residentes”
Según la sección sindical incluso en algunos centros, como el de Santa Teresa, de Oviedo/Uviéu, la dirección prohibe poner mascarillas “para no alarmar a los residentes”. Las empleadas de esta residencia de la capital asturiana han redactado un comunicado criticando “la falta de materiales necesarios para la prevención del virus”, así como la negativa de la dirección del centro a conceder permisos a quienes tienen hijos a su cargo o dar flexibilidad horaria a “aquellos trabajadores que se han visto afectados por la reducción del transporte público”. También las trabajadoras de los servicios critican la falta de información para poder hacer su trabajo.
Coronavirus
O equipo de mantemento traballa en Citroën pese ao parón
Desde otros colectivos que trabajan al aire libre, muy expuestos a la epidemia, también llegan críticas. Se trata de los carteros, que denuncian estar siendo obligados a salir a repartir con guantes inadecuados. Trabajadores del servicio público postal critican que ni se les proporciona gel individual desinfectante ni mascarillas. En las empresas privadas de mensajería los falsos autónomos tienen miedo a plantarse por temor a represalias y despidos. Las empresas de mensajería no han cerrado y en algunas naves asturianas se concentran hasta un centenar de empleados, con el consiguiente peligro para la propagación del coronavirus.
Un pequeño sector obligado a seguir trabajando expuesto al contagio son los fotoperiodistas. Mientras en los medios de comunicación muchos redactores están teletrabajando, los reporteros gráficos siguen teniendo que salir a la calle. La Asociación Asturiana de Fotoperiodismo ha redactado un comunicado pidiendo equipos básicos de protección compuestos por guantes, gel desinfectante y mascarilla, así como las consecuencias de enfermar para un sector donde predominan los falsos autónomos y free lances sobre los contratos.