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Granada
Diez mujeres que dan la cara por Granada

Granada es una ciudad andaluza marcada por la huella de los pueblos que la habitaron. No sólo por la belleza de los edificios y las calles empedradas que dejaron como herencia, también por su legado cultural que convirtió la capital nazarí en uno de esos lugares que atraen a gente de todo el mundo con su magnetismo. Ciudad marcada por la Universidad, su alumnado inunda cada curso la sociedad granadina de savia fresca, una gran parte se queda tras sus estudios, si tiene la suerte de encontrar trabajo y casa, algo no tan fácil.
Sin embargo, la ciudad está lejos de ser idílica para quienes la habitan. Los problemas son muchos pero detrás de casi cada uno de ellos hay un grupo de personas dedicadas a abordarlos de forma altruista. Su tejido asociativo goza de una salud envidiable. En Granada, los colectivos sociales saben organizarse. Con un alto coste personal pero con una gran determinación. Trabajamos con ellos en nuestras piezas periodísticas, son quienes nos señalan los últimos acontecimientos, las fechas, los datos; quienes toman acciones para solucionar o explicarlos. Caminamos con estas personas de la mano y son parte, como el periodismo, de los mecanismos que aseguran una sociedad democrática.
En la semana del Día Internacional de las Mujeres hemos reunido en la emblemática plaza de Mariana Pineda a diez mujeres que representan a distintos movimientos sociales granadinos para que nos cuenten lo que no abordamos muchas veces en el día a día. Ellas decidieron participar en causas sociales, medioambientales, sanitarias y de defensa de derechos humanos, muchas son fundadoras de la organización a la que representan.
Nos interesaba preguntarles por la motivación, los retos, por las dificultades pero también por los beneficios de dar ese paso al frente para luchar por una ciudad más sostenible, más humana y sobre todo, más justa. Este reportaje va dedicado a Loli, a Marta, a Laura, a Lola, a Silvia, a Saskia, a Roxana, a Margarita, a Olalla, a Bethlem, a todas las personas que trabajan codo a codo con ellas. Afortunadamente no son las únicas. Hay muchas más lideresas a lo largo y ancho de la provincia de Granada, agradecemos esas voces y cuerpos que se alzan por un mundo mejor.
Marta García Caballos, la lucha por un sistema sanitario público, universal, equitativo y feminista
Marta García Caballos es médica de familia y forma parte de la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Granada. Es la voz y cara visible que defiende un sistema sanitario público, lejos de la tendencia actual privatizadora que, según su experiencia profesional, está aumentando las demoras y disminuyendo la respuesta a los problemas de salud de la ciudadanía. Un sistema universal, que dé a cada persona lo que necesita, independientemente de donde viva. No como ahora, explica Marta, “que si vives en un pueblo, tienes menos recursos, estás en una determinada situación social, eres un enfermo crónico, una persona migrante, una persona sorda o con alguna discapacidad, normalmente tienes muchas más dificultades para acceder al sistema sanitario”.

Reconoce que en la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública en Granada hay más mujeres que hombres, “pero en el conjunto de la Coordinadora Andaluza de Marea Blanca, a la que pertenecemos, hay mucha presencia masculina”. Señala la dificultad entre las mujeres para dar un paso adelante y ejercer una portavocía, ponerse delante de las cámaras y hablar “porque tenemos esa sensación de que no lo hacemos del todo bien o que no tenemos suficientes conocimientos que hay que romper. Creo que hace falta una presencia con conciencia feminista, sean hombres o mujeres que pongan por delante esa perspectiva de género en el sistema sanitario que tanta falta hace”.
“Creo que hace falta una presencia con conciencia feminista, sean hombres o mujeres, que pongan por delante esa perspectiva de género en el sistema sanitario que tanta falta hace”, Marta García Caballo.
Según su punto de vista, las mujeres médicas son las que deben representar la defensa de la sanidad pública y como es su caso, la medicina de familia, “por eso es tan importante que también sean estas figuras y no sólo hombres mayores, las que salgan en prensa, en las entrevistas, las que representen la defensa de la sanidad pública y al conjunto de profesionales sanitarios”. Marta defiende una verdadera transformación del sistema sanitario con perspectiva de género “que cambie las dinámicas de atención a las mujeres, que ahora mismo son bastante negativas y perjudiciales”. Apunta a que las mujeres, en general, reciben peor atención para los problemas graves y, sin embargo, “estamos muy medicadas, con mucha más farmacología en problemas como el dolor crónico o problemas emocionales”.
Roxana Gutiérrez Portugal, la lucha del proceso colectivo de empoderamiento de las trabajadoras del hogar y los cuidados
Roxana participa de forma activa en la Asociación Nosotras por los Cuidados y el Empleo del Hogar de Granada desde su constitución hace ya 16 años. La asociación que integra a 264 mujeres trabajadoras de hogar de distintos países de origen tiene tres objetivos principales: la sensibilización de sus derechos como trabajadoras “pero también en cuanto a la exigencia del Estado para que cumpla como titular de esas obligaciones”, puntualiza Roxana; potenciar el auto cuidado tanto personal como colectivo, y el fortalecimiento de las redes de apoyo y la red de trabajo con otras organizaciones de trabajadoras de hogar y organizaciones aliadas que van en este camino.

Confiesa que antes estaba enfadada con el tema del liderazgo “yo no me pongo aquí a poner la voz a nadie. Hablo desde mi experiencia propia, desde mi proceso personal como laboral. A partir de ahí voy construyendo y lo pongo al servicio del resto de compañeras”. Para ‘Nosotras’, es fundamental el empoderamiento personal, “que no es algo que alguien viene a darte, significa entender el proceso, pasarlo por el cuerpo, por las emociones, y esto lleva su tiempo, no es inmediato. Es fundamental respetar los procesos personales de cada compañera para que a partir de ahí puedan expresar sus necesidades”.
“Una sola no va a cambiar la situación, pero sí unidas, juntas y cuidando esos espacios personales”, Roxana de la Asociación Nosotras por los Cuidados y el Empleo del Hogar de Granada.
Han tenido constancia de muchas compañeras a las que el miedo les paraliza a la hora de denunciar una injusticia cuando están en situación de irregularidad, “Y hemos conseguido que den un paso adelante para esa denuncia, pero no lo han hecho solas; tienen el apoyo jurídico de una abogada laboralista y el apoyo emocional del equipo de trabajo. Sin ese sostén es muy complicado dar un paso adelante tanto a nivel personal como a nivel colectivo. Una sola no va a cambiar esta situación, pero sí unidas, juntas y cuidando esos espacios personales”.
Saskia Vierheilig, la lucha por la justicia ecosocial contra el cambio climático
Saskia Vierheilig es activista en ‘Juventud por el Clima’, que forma parte de un movimiento internacional llamado ‘Fridays For Future’. Es una organización integrada por jóvenes que lucha contra el cambio climático y por la justicia social y climática poniendo de relieve todas las problemáticas y desigualdades que se ven exacerbadas por el cambio climático. Realizan distintas acciones y campañas. En Granada fueron multadas hace unos años por hacer una campaña reclamando acciones contra la contaminación en nuestra ciudad, la tercera con más polución en España, con tizas, caso polémico que llevaron a juicio y ganaron.
Forman parte de la corriente ecofeminista que “entiende que el cambio climático no es un problema aislado, sino que todo forma parte de un contexto más grande de patriarcado, de capitalismo, que tenemos que combatir”, nos cuenta Saskia. Es por esto que participan en manifestaciones contra el genocidio en Palestina, los cortes de luz en el Distrito Norte o en defensa del feminismo.

A Saskia le sorprende que la presencia de mujeres en puestos de liderazgo todavía sea algo que se tenga que explicar, “me parece que la pregunta debería ser ¿Por qué no estamos? Y también decir, ¿cuántas veces se le pregunta a los hombres por qué vale la pena estar en un movimiento colectivo?”. En Fridays For Future y otros movimientos ecologistas formados principalmente por jóvenes en los que ha participado ha visto más mujeres que hombres, “Pediría a los hombres que participen. Es importante que estén las mujeres pero también que haya gente de todas las perspectivas”.
Durante estos años de activismo ha advertido que hay una cierta barrera para acceder a los movimientos ecologistas más veteranos “en los que los hombres llevan mucho más tiempo”. También “que las mujeres no hemos sido acostumbradas tanto a decir nuestra opinión y hablar, siempre se ha animado más a los hombres a hacerlo. Creo que estamos viendo un cambio en eso y estoy orgullosa de mi generación. Estamos participando en esa transición”.
Silvia González, la lucha por la memoria de las asesinadas y las que se quedaron para vivir en el franquismo
Silvia Gonzalez es memorialista. Comenzó hace 12 años a reconstruir la historia de las víctimas del franquismo, sobre todo en Granada, “para saber qué vida llevaron, qué es lo que les pasó y cómo se vieron así y quiénes eran, para que no sean simplemente un nombre en una lista”. Durante este tiempo, ha atendido a familiares de esas víctimas para darles información sobre sus seres queridos desaparecidos. “y también acogerles, porque hay una parte del trabajo que es de apoyo más emocional, psicológico”.

Está especializada en mujeres represaliadas durante el periodo de la Guerra Civil Española y la dictadura. Su empeño por saber “por qué sobre esas mujeres había recaído una cosa tan grave como para que la asesinaran” le empujó en esta búsqueda que no se ha limitado a las mujeres ejecutadas sino también a las familiares de los hombres represaliados, “de esas mujeres que fueron las que levantaron las familias, las que tiraron para adelante, las que en muchos casos no trabajaban y tuvieron que ponerse a trabajar, y que sacaron nuestra memoria también adelante”. Silvia reconoce que gracias a ellas tenemos mucha información que de otra manera no hubiéramos sabido. “Me parece importantísimo reivindicar a esas mujeres. Ellos se fueron. Los mataron. Desaparecieron. Pero ellas se quedaron aquí y tuvieron que sostener sus familias en pleno franquismo, con lo que eso suponía siendo mujeres de asesinados, de republicanos y familiares de republicanos”.
“Me parece importantísimo reivindicar a esas mujeres. Ellos se fueron. Los mataron. Desaparecieron. Pero ellas se quedaron aquí y tuvieron que sostener sus familias en pleno franquismo”, Silvia González, documentalista.
Reconoce que su trabajo ha supuesto un reto muy grande porque, “como todas las mujeres, siempre pensamos que a lo mejor no tenemos suficiente capacidad para hacer ciertas cosas. Luego vas descubriendo que sí y que además, si tienes la humildad aprendes mucho y muy rápido”. Reconoce satisfacción por los resultados de realizar este trabajo voluntario aunque tome mucho de su vida personal y familiar, “ahora mismo, que ya se está identificando a gente muy concreta, con trabajos que he realizado o donde he contribuido con una gran parte de la información, todavía me siento más satisfecha. El reto es seguir adelante. Quizás en el futuro a la memoria histórica no le queda mucho tiempo y debemos dejar un legado de alguna manera, modesto pero que estará ahí”.
Margarita Arango, la lucha contra la contaminación y para transformar un barrio “de toda la vida”
Margarita Arango es portavoz de la Asociación por un Realejo Habitable. Comenzó como socia fundadora en 2017 y sigue siendo una de las caras visibles de una organización ciudadana que está enfocada principalmente en la movilidad y el problema habitacional de vivienda en el barrio. Margarita es abogada, emprendedora con un negocio familiar en el barrio. Su hijo va a la escuela pública del Realejo y es una de las afectadas por la falta de oferta de vivienda en un barrio que pierde alquiler a la carrera.
Nos explica que “Por un Realejo Habitable” se organiza por grupos de temática y realizan acciones reivindicativas por cuenta propia o se adhieren a proyectos de otros colectivos, nos explica. Una de esas acciones es el proyecto vecinal autogestionado ‘Vive tu calle’ que nace “por esa necesidad que teníamos de transformar el espacio del barrio, que los agentes políticos y la propia ciudadanía se diera cuenta de que la calle puede tener otro uso más público y no solo reservado al coche”.

Reconoce que la participación de las mujeres dentro de la asociación es bastante activa y mayoritaria, “hace unos años éramos mayoritariamente madres y debido a la crisis habitacional que hemos sufrido, esas familias se han ido desplazando a otros sitios de la ciudad, con lo cual el perfil ha cambiado por gente más joven”. A nivel de liderazgo, Margarita asegura que las mujeres llevan la batuta en casi todas las acciones de la asociación, “son el motor de todas las cuestiones que se están haciendo ahora”.
Describe su trayectoria activista como una lucha de aprendizajes, de compañerismo, de unir lazos, de hacer redes, con desafíos importantes como es su caso por ser mujer y migrante, que tiene que enfrentar opiniones del estilo: “¿Cómo nos vienes a pedir en un barrio que es tan de toda la vida que se transforme el entorno?” y es que señala que en el caso de contaminación asociada a la movilidad en el barrio, “han sido las mujeres las que decíamos, oiga, esto no puede seguir así, esto no puede continuar. Los datos estadísticos y científicos demuestran que las mujeres y los niños somos las personas que más sufrimos la contaminación”.
Olalla Luque Colmenero, la lucha por unir a las personas contra la soledad y el turismo masivo
Olalla Luque Colmenero es una de las portavoces de la plataforma por un Albayzín Habitable, “una organización ciudadana que nace del clamor popular de las vecinas y los vecinos ante la transformación total del Albaicín por los intereses de unos pocos, del sector inmobiliario de vivienda dedicado a un turismo muy masivo que está destrozando el barrio”.
Según Olalla, el problema de la soledad parece afectar a más mujeres en el barrio histórico, “mujeres mayores que de repente se encuentran solas y a una soledad que ya existe de por sí en la tercera edad o en la segunda edad, se suma el hecho de que no cuentan con vecindario porque están rodeadas de apartamentos turísticos”. Además de los problemas de movilidad porque no pueden hacer uso del transporte público copado por el turismo o la desaparición de líneas de asistencia médica o de educación en centros públicos por esa pescadilla de falta de vivienda por uso turístico, expulsión poblacional y recortes en servicios públicos.

Señala que el día a día de una plataforma vecinal es complicado por la diversidad de tiempos entre las personas que la integran, “y la dificultad de un trabajo voluntario que quita muchísimo tiempo”. Tratan de documentar todas las irregularidades que se están haciendo, la información sobre el barrio y esto, “Es un trabajo diario de todos y nos vamos desgastando porque vemos que la administración y los políticos de nuestra ciudad no nos toman nada en serio, a pesar de que trabajamos muchísimo en propuestas y actividades”. La otra cara, apunta, “es la satisfacción cuando conseguimos un cambio de perspectiva en la gente respecto al turismo masivo o a la vivienda en el barrio gracias a pequeñas acciones”. También considera muy satisfactoria la unión entre las vecinas, “antes sentíamos que estábamos más solas. Hoy vuela sobre el Albaicín, la idea de conservar nuestra identidad, la identidad del barrio, una vida plena, una vida buena para personas de todo tipo”.
Bethlehem Habboob, la lucha por el derecho de justicia para el pueblo palestino y los pueblos ocupados
Bethlehem Habboob es granadina-palestina, activista “entregada” del 'Movimiento BDS' de boicot, desinversión y sanciones a Israel en Granada, y de 'A-Yudur, Juventud por Palestina en el Estado Español'. Su objetivo, nos cuenta, es hacer entender con distintas herramientas la importancia de dejar de cooperar con la entidad sionista y centrar los esfuerzos en que se deje de masacrar al pueblo palestino, que éste pueda regresar a sus hogares y se ponga fin a la ocupación. “Defender y explicar el derecho para muchas personas dentro y fuera de la Palestina histórica a volver a sus ciudades de origen estén o no dentro de esa Palestina histórica. Esto está amparado por la propia Organización de las Naciones Unidas”, señala.
Entrevista La Poderío
Bethlehem Habboob “Es fundamental llevar el boicot a Israel a lo académico”
Como parte del Departamento de Antropología Social en la Universidad de Granada donde está doctorándose en estudios de las mujeres y de género, y en el papel de las mujeres palestinas. Trata de romper con los estereotipos, con esa homogeneización generalizada de las mujeres palestinas cuando, para Bethlehem, las mujeres palestinas han participado y contribuido de forma activa en la sociedad de diversas formas. Como Leila Jaled, uno de los símbolos de la resistencia palestina, “La mujer palestina ha llevado sobre su hombro el peso de mantener la identidad social, de tratar siempre de que la sociedad se apoye emocionalmente en ella, pero también ha llevado el peso de las armas”.

Nos cuenta que las mujeres palestinas han estado presentes a lo largo de la historia contribuyendo a la causa desde una perspectiva antirracista y decolonial, utilizando el arte e incluso la natalidad como forma de resistencia, “Las mujeres palestinas no han dejado de dar a luz en este año y pico. La reproducción es una cuestión también política. Y dependiendo de cómo se enfoque y cómo se utilice, puede ser empoderante y una forma de resistencia en su mundo”. También nos cuenta que las mujeres han tenido un papel muy importante en la denuncia de presas y presos en las cárceles sionistas, “ellas están documentando esas violencias que están sufriendo sus familiares, lo cual no es fácil, y también ellas mismas han experimentado esa violencia en sus cuerpos”.
Defiende que el activismo “es algo que hacemos porque hay algo que nos mueve y también tenemos ansias de justicia social y de transformación social”. Entiende la injusticia como una motivación para generar espacios seguros, colectivos, “en los que podamos luchar de forma conjunta para intentar hacer de este mundo un mundo más justo. Hablo de Palestina porque creo que es un deber como persona palestina fuera de Palestina, por el privilegio que tengo al tener una segunda nacionalidad”.
Lola Ortega Reyes, la lucha por un medio ambiente sano y limpio para nosotras y las que vienen detrás
Presidenta y fundadora de la ‘Asociación Árboles contra el Cambio Climático’ que nace en 2019 con la intención de plantar árboles y arbustos autóctonos en las zonas carentes de arbolado de Granada y sus alrededores, “no solamente los plantamos, también los cuidamos, los regamos durante los primeros años de vida, ya que en las condiciones actuales de cambio climático, si no riegan los árboles durante el verano, se mueren porque llueve poquísimo y cada día menos, es un grave problema”, nos cuenta Lola.
La asociación realiza tareas de concienciación ambiental ciudadana en distintos ámbitos y llevan a cabo campañas en la lucha contra la presencia del plástico concienciando sobre su gestión, su recogida y sobre todo la presencia del césped plástico en la ciudad de Granada, “que es la ciudad europea que cuenta con más metros cuadrados”, señala la bióloga.

Lola comparte con El Salto Andalucía que en el mundo ambiental la mayoría de la gente son hombres pero en su asociación, “las mujeres son las que más presencia tienen y las que más se involucran. Hay hombres que plantan árboles, pero por ejemplo, cuando hacemos concienciación ciudadana, las que se prestan a colaborar, a participar en las charlas, son mujeres”. Entiende que quizás esto se debe al hecho de que “nosotras las mujeres estamos más concienciadas de la necesidad de un medio ambiente sano y limpio, no solamente para nosotros los adultos, sino para las nuevas generaciones, para nuestros hijos y nuestras hijas, y para nuestros nietos y nietas”. Destaca la tarea de las mujeres en el campo medioambiental como “fundamental” y reconoce el papel de las mujeres reconocidas a nivel mundial como famosas activistas en África y en otros países, “Aquí en España está Teresa Ribera, que fue ministra, pero realmente no hay muchas mujeres que se dediquen a los temas medioambientales”.
Reconoce tener la inmensa suerte de estar jubilada que le permite dedicarse a la causa a tiempo completo “porque requiere mucho esfuerzo, tiempo y sacrificio; por desgracia, nuestra sociedad no es paritaria en el cuidado del hogar y de los hijos y las mujeres tienen siempre una carga extra. Dedicarse a temas de voluntariado teniendo hijos pequeños es tremendamente difícil y muy trabajoso”. Para ella su aportación es muy gratificante, “hacer una tarea de voluntariado social, trabajar para los demás me reporta una gran satisfacción personal”.
Loli Ortiz, la lucha que no se rinde en la defensa de los derechos de las personas sin hogar
Loli Ortiz forma parte de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, APDHA en Granada y es portavoz de la plataforma La Calle Mata, una organización ciudadana formada por distintas asociaciones que actúan para ayudar y mejorar de forma directa la vida de las personas sin hogar en nuestra ciudad, sensibilizar a la población ante estas situaciones y defender sus derechos ante las instituciones. Puedes encontrar a Loli en diferentes acciones sociales en las calles de Granada porque, como casi todas, defiende que para acabar con un problema, la solución debe ser estructural así que también se une a casus para asegurar el derecho a la vivienda, a la sanidad, a la educación y al empleo de forma generalista, pero sobre todo para esta población sin hogar.

La plataforma, nos cuenta, está formada por alrededor de 35 mujeres y 15 hombres, “que dan lo mejor de sí”. Aunque la diferencia en el número ya es significativa, señala que hombres y mujeres redactan comunicados, acuden a las asambleas o participan de las distintas acciones pero sí que son las mujeres las que “llevan y mueven el grupo”.
Loli dice que no va buscando protagonismo ni se siente una heroína, “sencillamente la vida me lo ha ofrecido y yo lo he recogido”. Reconoce que le llena mucho estar con personas que viven en la calle, “cuando hablo con personas me preguntan si tengo miedo y yo les respondo que no, son personas como nosotros, personas simpáticas, personas agradables con mucha riqueza humana”. A Loli le conmueve mucho que las personas sin hogar les permitan que “entren” en sus vidas contándoles sus cosas importantes, “esto hace que no te rindas ante esa persona que está fatal”. Ayer mismo, nos cuenta que dos compañeras de la plataforma salieron a acompañar a estas personas —pues los vieron en condiciones infrahumanas— al hospital, a la policía, intercedieron para que los llevaran al albergue, “nos movemos mucho, no queremos dejar las cosas como están”.
Laura Guillén, la lucha por las mujeres del distrito norte que siempre sacan adelante al barrio a pesar de todo
Laura Guillén es la vicepresidenta de la Asociación Vecinal Nueva Cartuja en el Distrito Norte de Granada. Una asociación que “lucha y trabaja por la mejora de un barrio muy dejado donde queremos que la situación cambie. Luchamos para que la situación de los vecinos que viven en unas condiciones bastante deterioradas puedan ir mejorando con su esfuerzo y su trabajo, pues se puede ir dando este cambio”.

Laura nos cuenta que el número de hombres y mujeres en la asociación es paritaria aunque la presidencia, la vicepresidencia y gran número de vocalías, son ocupadas por mujeres, “las mujeres somos mayoría en las asambleas mensuales”. Laura cree que las mujeres tienen una sensibilidad muy grande “que les motiva a meterse en el entresijo de esa persona que está sufriendo, que lo está pasando mal; y hacer un esfuerzo y no escatimar esfuerzos por implicarte y cambiar esa realidad”.
Se considera una defensora de los derechos de las mujeres, “mi foco siempre ha estado en defensa de la promoción y el salir adelante de la mujer más deteriorada” y reconoce que la asociación vecinal es un marco abierto donde seguir llevando a cabo sus objetivos,“siempre han sido ellas las que sacan adelante la familia, sobre todo en esta realidad tan pobre y tan deteriorada”.
Considera que estar junto a ellas es un gran reto en el que no se tienen que escatimar esfuerzos. Apunta como la principal dificultad el trato con las administraciones, “somos una entidad para establecer puentes entre nuestros vecinos y el Ayuntamiento. Toda la vida ha costado mucho trabajo el que se nos dé esta credibilidad. No estamos ahí para dar palmas ni para hacer folclore. Todo es bueno y necesario, pero estamos para cambiar la estructura de nuestro barrio y sobre todo las condiciones de esas personas que viven en nuestro barrio. Aquí seguimos porque creo que es un trabajo serio y muy responsable el que estamos haciendo. Pues sale del corazón”.