Gambia
“Sabemos que migrar puede llevarte a perder la vida, pero hay veces que no hay otra opción”

Al menos mil personas murieron en 2023 al intentar alcanzar las costas canarias desde Gambia. Ante la negación sistemática de visados, los jóvenes de este país, con un 53% de la población bajo el umbral de pobreza, acaban arriesgando sus vidas.
Serekunda (Gambia)
27 jul 2024 06:00

En la vereda de una carretera secundaria de tierra y polvo de Brusubi, una zona turística de Gambia y muy cerca de Serekunda, la ciudad más poblada del país, Sherif kandeh, un joven de 19 años, pasa otra jornada de trabajo bajo un sol castigador limpiando y arreglando zapatos. Kandeh, oriundo de Guinea Bissau, llegó ahora hace un año a este lugar sin saber el idioma, sin familia, sin documentos, sin nada. “Algunos días hago 200 dalasi (alrededor de dos euros con ochenta). Los mejores puedo llegar hasta los 400 (cinco euros con sesenta). Pero hay otros que no hago nada. Es una labor dura, pero es lo que tengo”, explica. Vive en una pequeña casa de dos habitaciones que ha alquilado junto a una veintena de compañeros cerca de su pequeño taller callejero, que apenas consta de los utensilios más elementales para ejercer su oficio. “Mis padres están en Bissau y no saben a lo que me dedico. Yo no les he dicho nada”, prosigue.

La realidad de la que habla Kandeh es tónica habitual para los jóvenes que viven en esta nación, situada en el oeste africano y rodeada completamente por Senegal salvo por su salida al océano Atlántico. Gambia es, además, el país más pequeño del continente africano sin contar los estados insulares, y su población apenas alcanza los 2,7 millones de personas. Y también es uno de los lugares más pobres del mundo. Naciones Unidas lo sitúa en el puesto 174 de su Índice de Desarrollo Humano, una lista compuesta por 193 naciones. El Banco Mundial, por su parte, afirma que más del 53% de los gambianos vive bajo el umbral de pobreza y vaticina que lo que está por venir no es mucho más esperanzador. Por eso, Kandeh habla así sobre su futuro: “Aquí no hay dinero, no hay posibilidad de trabajar. No sé cómo hacerlo, pero si yo tuviera una oportunidad de ir a Europa, la aprovecharía. Creo que allí podría tener una vida mejor”.

“A mí no me dejan ir allí, pero europeos vienen a Gambia a tener sexo, a menudo con menores de edad, y nadie hace nada”

Ante las dificultades, muchos jóvenes se plantean migrar a tierra europeas, pero este deseo se torna en una utopía casi irrealizable; la denegación de visados es sistemática incluso cuando parece claro que el objetivo no es una larga estancia. Los ejemplos son múltiples y diversos. Fatou (nombre ficticio) tiene diez años. Sus padres, gambianos, tienen ingresos bajos, pero por razones académicas, un sponsor decidió hacerse responsable del pago de una estancia de seis semanas en Reino Unido para estudiar. Hasta ahora ha resultado imposible. “Según la ley internacional, no se puede deportar a un menor de edad, así que muchos países prefieren no arriesgarse a que un chaval se quede para enviar dinero a su familia”, afirma el hombre, con experiencia en el mundo diplomático y que pide el anonimato. Y enseña uno a uno todos los documentos solicitados por las autoridades británicas, incluido un resguardo actual de su cuenta bancaria, con más de 50.000 euros. “Estoy hablando con mis abogados para volver a intentarlo”, concluye.

Una situación parecida ha vivido Charlotte Oldman, inglesa de 32 años y residente en Gambia, y su pareja, el gambiano de 34 años Alasan Sanneh. Ella la cuenta así: “La primera vez que pedimos un visado fue en 2019, pero declinaron la solicitud porque él no tenía una casa en propiedad, una nómina y una cuenta bancaria. Queríamos visitar a mis padres, pero nos dijeron que no era financieramente independiente”. La pandemia de Covid19 detuvo los procesos. Y ahora que Sanneh posee una vivienda a su nombre en Ghana Town, un pueblo costero del país, un contrato de trabajo como adiestrador canino y unos 10.000 euros en el banco, el resultado ha sido el mismo: la denegación del permiso para ir a ver a su familia política. “Me parece una situación tremendamente injusta; a mí no me dejan ir allí, pero los europeos vienen aquí, a menudo a tener sexo con locales e incluso con menores de edad, y no pasa nada”, lamenta el joven.

Muerte o marginación

“Para la inmensa mayoría de los gambianos, migrar a Europa por vías oficiales es casi imposible. Entonces muchos de ellos se plantean otras opciones”, resume Ebrima Badjie, piloto de profesión de 39 años y activista por los Derechos Humanos. Badjie, de padre gambiano y madre alemana, lleva más de una década desarrollando proyectos de apoyo a la juventud en el país y fundó The Gambian Connection, una ONG que, entre otros objetivos, busca frenar que los gambianos escojan las rutas migratorias irregulares para llegar a las costas europeas, a menudo peligrosas y mortíferas. “Hace unos años, los que querían salir solían atravesar el desierto hasta llegar a Libia, y de ahí intentaban pasar a Italia. Ahora prefieren ir a Senegal, a Mauritania o, directamente desde aquí, montarse en una patera para alcanzar las islas Canarias”, cuenta Badjie.

Pero el viaje del que habla es una trampa llena de muerte. El informe ‘Monitoreo Derecho a la Vida’, de la organización Caminando Fronteras, recoge que la ruta Atlántica hacia las islas Canarias fue la región migratoria más letal del mundo en 2023, con 6.007 muertos. El organismo afirma, además, que el año pasado fue el más mortífero desde que hay registros en los distintos accesos al estado español con 6.618 fallecimientos, una media de 18 diarios. Hasta 84 embarcaciones desaparecieron con todas las personas a bordo. “Hay que destacar el aumento de salidas desde los lugares más lejanos como Mauritania, Senegal y Gambia”, dice el escrito, que desgrana caso por caso estos tres países. En concreto, de la nación gambiana destaca que, al ser la más remota, la travesía también es la que más riesgos comporta. Y que, en ella, repleta de menores de edad, ha habido 12 tragedias con 1.018 decesos y al menos cuatro cayucos de los que no se ha vuelto a saber nada.

“Hay chavales que, por vergüenza, no se atreven a decir que se encuentran en una situación desesperada. He conocido a chicos que pensaban en el suicidio. La presión es extrema”

Los que consiguen llegar a las Canarias, unos 2.000 en total el año pasado, afrontan un sinfín de dificultades. Primero, porque los pasaportes y partidas de nacimiento que muestran algunos levantan sospechas en las autoridades españolas; hay jóvenes que aseguran ser menores de edad y no se les cree, lo que puede llevar aparejado un procedimiento engorroso y un estado de indefensión. Y segundo, porque la vida que encuentran en Europa dista mucho de la que ellos pensaban que iban a tener. Ebrima Badjie explica al respecto: “Sus familias esperan que empiecen a mandar dinero rápidamente. Si no lo hacen, y para la mayoría es muy difícil, los acusan de mentir, de ser unos egoístas. Hay chavales que, por vergüenza, no se atreven a decir que se encuentran en una situación desesperada”. Badjie dice que muchos tienen que aceptar trabajos miserables y que se vuelven alcohólicos o drogadictos. “He conocido a chicos que pensaban en el suicidio. La presión es extrema”, concluye.

Pese a que hay quien emprende este peligroso viaje por otras razones, como huir de la mutilación genital femenina, una práctica demasiado frecuente en este país, la mayoría de los jóvenes lo hace por la completa falta de oportunidades. Musa Mbye tiene 36 años y trabaja en unos talleres de formación que una empresa local de construcciones dedica a jóvenes desempleados. Mbye dice que él siempre ha sido albañil, que intenta formarse, aprender nuevas habilidades y aprovechar todas las oportunidades que se le presentan, pero que aun así su vida es demasiado difícil. Cuenta que, el mejor mes, puede hacer 3500 dalasi (algo menos de cincuenta euros). Y que esas ganancias ni siquiera le han permitido formar una familia. “Un hermano y varios amigos han ido a Europa en cayuco. En Gambia, por muchos conocimientos que tengas, no encuentras trabajo. Entonces, ¿qué podemos hacer? Sabemos que migrar puede llevarte a perder la vida, pero es que hay veces que no hay otra opción”, finaliza.

Archivado en: África Migración Gambia
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Italia
Racismo La muerte de Ramy Elgaml recrudece la indignación de la juventud migrante en Italia
La muerte de un joven de origen egipcio que vivía en Italia ha puesto de relieve las políticas de exclusión y de mano dura policial que sufren los jóvenes migrantes en este país.
Unión Europea
Europa Fortaleza La presidencia polaca del Consejo de la UE, mala noticia para los derechos de las personas migrantes
Ha llegado el turno de Polonia de presidir el Consejo de la UE y el país centroeuropeo presenta un programa que habla de la “instrumentalización de la migración” y de externalizar fronteras
Sevilla
Racismo Instiucional Sevilla se manifiesta contra la muerte del mantero Mahmoud Bakhum
La comunidad senegalesa de Sevilla exige “responsabilidad” a los medios de comunicación en el tratamiento del fallecimiento de Bakhum y denuncian que se está estigmatizando y criminalizando la protesta del colectivo.
Rap
Poetas Puestos “Tanto los medios como la política quieren que seas un tonto feliz”
Charly Efe y Teko, acompañados de una banda, publican el disco ‘Tontos felices’ donde mezlcan su carrera en el rap con ritmos rock para crear lo que han bautizado como rap‘n’roll.
Análisis
Análisis El PSOE intenta pescar en el río revuelto de la izquierda para acercarse al PP
Entre los votantes del PP solo hay dos cosas que produzcan ilusión: el rechazo a Sánchez y su Gobierno e Isabel Díaz Ayuso. Feijóo no es una de ellas.
Groenlandia
Análisis Por qué Groenlandia es clave en la carrera por las materias primas
El anuncio de Trump parece salido de una precuela de la película 'Don’t Look Up', en la que los intereses geopolíticos y económicos no nos dejan ver el colapso inminente.
Historia
Historia La segunda vida de Joaquín Maurín
Alberto Sabio reconstruye en ‘Excomunistas’ la vida y el pensamiento del fundador del POUM: desde su politización en el republicanismo hasta su giro socialdemócrata y anticomunista durante la Guerra Fría.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El CIS vuelve a situar la vivienda como el principal problema de la población
Uno de cada dos votantes de las izquierdas sitúan la vivienda entre los tres grandes problemas que afronta el país. La encuesta del CIS muestra a los partidos de la izquierda en la misma situación de desinfle que el mes pasado.
Ocupación israelí
Expansionismo israelí El Golán sirio, radiografía de una joya natural diezmada por la ocupación israelí
Las actividades extractivistas del Estado israelí sobre los recursos hídricos o proyecto de parque eólico en las tierras colonizadas amenaza el sustento diario de las comunidades locales.

Últimas

China
Pulsos bajo el cielo Beijing rave: amor, unidad y respeto
Exploramos los entornos de la música electrónica underground en Beijing, donde los jóvenes siguen creando espacios y nuevas formas de relacionarse y entenderse
Galicia
Literatura Daniel Salgado reformula las claves de la poesía política en la contemporaneidad en 'Poemas realistas'
El discurso de este poemario convoca las dos ideas-fundamento que vertebran la poética de Salgado: la constatación de la ruina y la perseverancia en la posibilidad de un horizonte no clausurado.
Opinión
Derecho a la vivienda Cuando el cuñao eres tú: cinco bulos progresistas sobre la crisis de la vivienda
Ni la compraventa de vivienda la protagonizan los fondos ni las zonas tensionadas bajan los alquileres ni el PP es el único que no las aplica.
Entrevista La Poderío
Entrevista La Poderío Carmen Fernández Gálvez: “El origen de la creatividad está en la naturaleza”
Carmen Fernández Gálvez (1979) nace en Vélez Málaga. Como mujer inquieta y curiosa decide realizar estudios de psicología. Su pasión por la cosmética natural y los remedios vegetales comenzó años más tarde.

Recomendadas

Represión
Represión Cómo descubrir a un infiltrado, el manual
Un grupo de afectadas por el espionaje policial publica un texto colectivo como herramienta y reflexión sobre este fenómeno.
Violencia sexual
Violencia sexual El ocaso de Neil Gaiman, el maestro de la literatura fantástica acusado de violar a varias mujeres
Un reportaje revela los testimonios de ocho mujeres que sufrieron agresiones sexuales por parte del escritor Neil Gaiman, autor del cómic ‘Sandman’ y nombre clave en la ficción contemporánea. Dos de ellas han presentado denuncias por violación.
Sareb
Derecho a la vivienda Civio lleva a la Justicia a la Sareb para que revele cómo malvendió 10.000 viviendas protegidas
La Fundación Civio presenta un recurso contra el ‘banco malo’ por negar el derecho al acceso a la información sobre los compradores y el precio al que fueron vendidas 9.400 viviendas de protección pública.
Brasil
Ana Carolina Lourenço y Fabiana Pinto “Organizar la imaginación es la lucha de nuestro tiempo”
En la vanguardia de los movimientos que plantaron cara a la extrema derecha bolsonarista, las mujeres negras cuentan con una largo recorrido en la disputa política brasileña. Un libro recoge su genealogía y sus miradas para el futuro.