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Fronteras
Llegan a Barcelona las 60 personas a bordo del barco de Proactiva Openarms
El barco de Proactiva Openarms ha atracado en Barcelona, donde han desembarcado las 60 personas rechazadas por Italia y Malta.
El sol abrasa al centenar de periodistas que desde las diez de la mañana esperan a los 60 migrantes que desembarcan hoy en el Puerto de Barcelona a bordo de Proactiva Openarms. Son 50 hombres, cinco mujeres y cinco menores (de los cuales tres son menores no acompañados), que llegan al puerto de la capital catalana después de que Malta e Italia rechazaran acogerlos. Además del Openarms, los migrantes también han ido acompañados del tradicional barco de la Barceloneta, una embarcación de Salvamento Marítimo y el barco Astral, en el que viajaban cuatro eurodiputados de Podemos, PSOE, Nacionalista Gallego y Rifondazione Comunista- Potere al Popolo.
La prensa solo lleva una hora y media esperando a la famosa embarcación pero los migrantes navegan desde hace tres días a bordo del barco de la ONG que les ha salvado la vida, aguantando la dureza del sol y las olas, y sobre todo con la incertidumbre de llegar a un país que se predispone a acogerlos con un permiso humanitario de entre 30 y 45 días, pero que a su vez ha pactado a nivel europeo continuar la política de externalización de las fronteras.
Entre los asistentes no solo hay periodistas, sino personas como Anabel Montes, representantes de entidades como Proactiva Open Arms. De ojos y pelo azul, Montes relata a los medios la diversidad de las personas que habitan la embarcación: son de 14 nacionalidades distintas, y tanto su origen como la razón por la que han decidido migrar son tan distintas que no se pueden generalizar sus vidas en un único esquema. Montes, que confía en que la embarcación rojiblanca no vuelva a desembarcar en ningún puerto que esté lejos del país que legalmente corresponde, afirma que si no hay alternativa intentarán venir a España “porque lo que importa es que esta gente llegue a un lugar seguro”.
Fuentes de Cruz Roja han explicado que, mientras que las cinco mujeres irán a equipamientos especiales de protección especial del Ayuntamiento de Barcelona, los hombres irán a la residencia Blume, que normalmente acoge a deportistas de élite.
La portavoz de la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado (CCAR), Pascale Coissard, especifica a El Salto que los menores no acompañados pasarán a ser tutelados por la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia, que irán a un centro especial de menores no acompañados, y que, aunque podrán pedir asilo como los adultos, su procedimiento va a ser totalmente distinto.
La CCAR, puntualiza Coissard, hace asistencia especializada en frontera con un dispositivo de emergencia que está coordinado por Cruz Roja. Uno de los principales problemas con los que se encuentra la Comisión es que el sistema de asilo “está colapsado”, ya que no se ha aumentado el número de plazas de forma proporcional a la demanda: ahora mismo hay más de 42.000 expedientes de asilo que están a la espera de ser resueltos, y cerca de mil personas están esperando entrar en el sistema de acogida a nivel estatal.
Pese a que celebra los gestos de la llegada de Aquarius y Open Arms que ha coincidido con la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa, Coissard detalla que “no podemos decir que sea una nueva política de acogida en el Estado en términos de derechos humanos. Esperemos que sea así, pero paralelamente hemos visto en el Consejo Europeo de la semana pasada ha habido un acuerdo, también por parte de Sánchez, de crear centros controlados dentro o fuera de la Unión Europea”.
Entre las personas que esperan a los migrantes también está la investigadora especialista en migraciones del Centro de Información y Documentación Internacionales en Barcelona (CIDOB), Blanca Garcés, quien apunta a El Salto que la acogida de los sesenta migrantes sirve para cambiar la narrativa del gobierno italiano, pero remarca que “una verdadera política migratoria no es solo recibir los 60 migrantes que llegan con Open Arms, sino pensar en una política que piense en una respuesta que respete los derechos humanos y el derecho a la vida”.
“Siempre hay una gran diferencia entre los refugiados visibilizados y deseados, como los sirios que tenían que llegar de Grecia e Italia —que al final nunca llegaron—, y los que llegan por la frontera Sur, que son la mayoría, a los que ni se les espera ni se les visibiliza ni se los quiere”, denuncia Garcés.
En referencia a las políticas de asilo, la experta afirma que ve una contradicción entre los discursos que apelan a la voluntad de acoger si las plazas de acogida no aumenten junto a la demanda. Además, añade que uno de los puntos débiles del sistema de agogida es que se trata de un modelo muy centralizado, mientras que para la experta sería mucho más eficiente apostar por el principio de la gobernación multinivel (comunidades autónomas, ciudades, ONG), en el que todos los órganos tengan capacidad de decisión.
La ONG de Barcelona salvó la vida de 60 personas la mañana del sábado en el Mediterráneo central, a unas 33 millas de las costa de Libia. Sin embargo, ni Italia ni Malta estaban dispuestos a permitir la entrada a puerto al barco, y la ONG se había convertido en el centro de las críticas e insultos del ultraderechista ministro del Interior y vicepresidente italiano, Matteo Salvini. De hecho, la entidad ha sido investigada por la fiscalía italiana, quien la acusaba de favorecer el tráfico de personas. Debido a que ya ni la guardia costera italiana ni la libia les autoriza para hacer operaciones de rescate, en los últimos días ha habido naufragios de 60, 100, 120 y 200 personas, lamenta Anabel Montes.
En ese sentido, Garcés advierte que estamos viviendo el último proceso de externalización, que es la externalización del rescate en la guardia costera libia, hecho que “implicará muchas más muertes en el Mediterráneo”. Por otro lado, la vinculación de las ONG con los traficantes de personas hace la frontera aún más mortífera. “Se ha convertido en una lucha entre estados miembros y la Unión Europea, la cual se pudo ver en el Consejo Europeo de la semana anterior”, puntualiza.
Ya con los pasajeros fuera del barco, el responsable de Cruz Roja en Catalunya, Enric Morist, confirma que no ha habido ningún ingreso hospitalario y que ya han trasladado los tres menores no acompañados a sus centros, mientras que a los otros dos niños los trasladarán durante esta tarde junto a sus familias. El desembarco y reconocimiento médico, cuenta, ha sido más lento de lo esperado porque el 70 % de los migrantes provienen de países árabes, por lo que se ha precisado servicio de traducción en esa lengua. Morist remarca que algunos pasajeros llevan meses de travesía y que están “muy desorientados, muy cansados” y con miedo a la deportación, aunque el responsable asegura que la mayoría proviene de países en conflictos reconocidos, por lo que aumenta las probabilidades de que tengan asilo.
Barcelona acogerá hoy a los migrantes recién llegados con una rueda de prensa en el Museu Marítim en el que participaran la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el conseller de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, Chakir el Homrani, y el director y fundador de Proactiva Open Arms, Oscar Camps, entre otros. Al finalizar el acto informativo, la ciudad se vestirá de fiesta y claudicará su bienvenida con “Barcelona Port Segur”, un evento que contará con la participación de entidades como “Casa Nostra Casa Vostra” y que pondrá su broche de alegría con un concierto de Yacine. El futuro de estas personas es incierto, pero como mínimo hoy contarán con la calidez de una sociedad civil que celebra su llegada.