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El grupo de la izquierda europea (La Izquierda) apura sus contactos con el resto del Parlamento para poner en marcha una comisión que investigue la actividad de Frontex. La agencia europea de fronteras, que ha ganado un peso sustancial a nivel presupuestario, pasando de seis millones de euros en 2005 a 420,6 millones de presupuesto en 2020, se encuentra en este momento bajo una investigación de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude, y salpicada por nuevos escándalos.
Hoy, 18 de enero, EuObserver ha publicado que Frontex gastó en 2015 94.000 euros en una cena corporativa en Varsovia y detalla cómo el presupuesto para esa clase de saraos ha seguido una línea ascendente. En 2018, un evento de las mismas características costó 580.152 euros a los contribuyentes europeos.
Sira Rego, parlamentaria de Izquierda Unida en Bruselas, ha anunciado a la prensa la iniciativa para poner en marcha una comisión de investigación. Dicha iniciativa cuenta ya con el apoyo del grupo de los verdes europeos (Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea) y de determinados elementos de Renovar Europa, el grupo liberal.
La clave para la puesta en marcha de la comisión es el apoyo de los Social Demócratas (S&D), grupo que se encuentra en proceso de deliberación ante los graves hechos que rodean a Frontex.
“Leggeri debe dimitir”, ha valorado Rego, quien sin embargo cree que la actuación del actual director de Frontex no es sino un “síntoma de una agencia que está fuera de control”
Uno de los elementos que ahora mismo forman parte de la investigación por parte de Olaf es si Frontex realmente contrató a personal especializado en derechos humanos, tal y como dijo su director, Fabrice Leggeri, o si este mintió deliberadamente en las instituciones europeas y no existe tal trabajo especializado. Frontex, según investigaciones periodísticas, está detrás de la práctica ilegal de “devoluciones en caliente”.
“Leggeri debe dimitir”, ha valorado Rego, quien sin embargo cree que la actuación del actual director de Frontex no es sino un “síntoma de una agencia que está fuera de control”. En este sentido, la eurodiputada de IU, valora que hay “cierto sentido común” transversal a todo el Parlamento Europeo y compartido también por Ylva Johansson, la comisaria europea de Interior, sobre la falta de transparencia de Frontex.
Pese a ello, el equilibrio de fuerzas en el debate sobre fronteras es complejo. Los países del grupo de Visegrado (Eslovaquia, Hungría, Polonia y la República Checa) se muestran más reacios a poner luz y taquígrafos sobre las políticas de fronteras, y el tema Frontex también es incómodo para los socialdemócratas españoles (PSOE) en el Parlamento Europeo.
Sira Rego confía en que en dos semanas estén las 170 firmas necesarias para poner en marcha una investigación que debe permitir, a su juicio “construir otro tipo de agencia e instrumento, que rinda cuentas, que tenga una cadena de responsabilidad, que sea transparente y democrática”. Esta diputada valora por último que Frontex debe ser una agencia formada por funcionarios civiles y no un cuerpo militarizado.