Especulación urbanística
Tetuán: vivir entre los descampados y las torres

Quince años después de que se iniciara la remodelación de esta zona de casitas bajas del distrito de Tetuán, vecinas nuevas y antiguas, recorren, a la sombra de unas torres de 25 pisos, la historia reciente de otro pelotazo urbanístico que ha alterado la fisionomía del barrio.
Solares desalojos y ocupación Valdeacederas - 9
Vista de las torres de 100 metros de altura en construcción desde la calle Cosmos. David F. Sabadell

Fotógrafo

6 mar 2022 07:00

Eran familias humildes viviendo sobre un suelo de oro, al norte, en la capital. En 2006, pleno apogeo de la burbuja inmobiliaria, donde cualquier suelo se veía como un campo fértil en el que cosechar millones de euros el mismo Florentino Pérez puso sus ojos en Valdeacederas: un barrio obrero, lleno de casitas bajas, apetitosamente cercano a Plaza Castilla, la Castellana, Chamartín. Con la reconversión del barrio vecino, Ventilla Almenara, prácticamente concluida, llegaba la hora de rediseñar este barrio, un rediseño marcado por la época.

Lleno de cuestas, irrregular, de calles estrechas, pequeños edificios viejos, casitas, e infravivienda, el barrio no contaba (ni cuenta) prácticamente con equipamiento. Pero sobre todo —ajeno a la gentrificación y a la idea de la ciudad financiera— no encajaba en la Madrid moderna, era un muy digno candidato al pelotazo. Con el objetivo explícito de materializar una renovación del barrio comprometida desde los años 80, Gallardón dio la concesión de la reurbanización de la zona, tras concurso, a Dragados.

Aquel era solo el principio de una historia de expropiaciones complejas, parones en el proceso, y replanteamientos que tuvieron como uno de sus ejes centrales la remodelación del Paseo de la Dirección, una calle de dos kilómetros llena de curvas y poblada por pequeñas casas bajas, que es hoy una vía mucho más recta con dos sentidos para la circulacion y una colección variopinta de edificaciones, desde edificios de tres o cuatro plantas, a un voluminoso bloque de realojo curvo, pasando por unas torres de 25 pisos.

Lleno de cuestas, irrregular, de calles estrechas, pequeños edificios viejos, casitas, e infravivienda, el barrio no contaba (ni cuenta) prácticamente con equipamiento. Pero sobre todo no encajaba en la Madrid moderna, era un muy digno candidato al pelotazo

15 años después de que Gallardón y Florentino se dieran la mano, Biel Navarro, un joven valenciano aterrizado en el barrio en 2018, cuando okupó una de las viviendas que una década de expropiaciones y realojos habían dejado vacías, presentaba otra propuesta a algunas de sus vecinas: un documental sobre cómo respira el barrio resultante de este proceso en calles donde cohabitan quienes se resistieron a la expropiación y quienes entraron en las viejas casas para reclamar el derecho a la vivienda y a la ciudad.

El propio Biel lo explica en el mismo bar de la Plaza de la Remonta donde expuso su idea a las vecinas: hacer un  pequeño proyecto audiovisual donde reflejar la pugna de las vecinas, en esto consistiría el trabajo final de una de las materias que cursa en la facultad de Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.  A las vecinas, dice Biel, les gustó el resultado, así que lo proyectaron en La Enredadera, un centro social de los vecinos. “Nadie sentía que había utilizado su palabra de una forma extraña”, dice consciente de lo importante de ser fiel a la palabra de vecinas que se han sentido engañadas por las administraciones. 

“Es que lo que hay en el documental es lo que decíamos”, asiente Lola, una de las protagonistas del proyecto. Sentados en la misma cafetería donde empezó todo, los dos vecinos, el joven okupa y la mujer que lleva desde 1984 viviendo de alquiler a pocos metros de Capitán Blanco Argibay, en la casa donde nacieron su hija y su nieta, recrean la historia de amor entre Dragados y los distintos Ayuntamientos: Artífice de la remodelación del barrrio, la empresa tenía encomendada sufragar la expropiación de sus habitantes, su realojo, y la urbanización de la zona, explica Biel. Lola recuerda cómo en 2015 se paralizó todo “porque Dragados siempre quería más pasta. Entonces, cuando entró Carmena, hablan con Dragados y se pacta, la empresa obtiene más dinero, pero el Ayuntamiento se queda con más terreno”. El suelo destinado a las torres, sin embargo, ya estaba perdido, y Dragados lo vende por 130 millones al fondo hispanosuizo Stoneweg, que tiene ambiciosos planes para ese solar privilegiado.

Todo este proceso de la historia reciente de la transformación de un barrio bajo lógicas neoliberales narra Biel en su  ¿Qué pasa con el cogollito? El barrio de Valdeacederas contra la especulación inmobiliaria, un documental que podrá verse de nuevo el 6 de mayo en el espacio Bellas Vistas, no muy lejos de allí. Un proceso que Marisa, una de las vecinas expropiadas que aparece en el documento, explicará así por teléfono: “El resumen es que han expropiado a gente humilde realmente, pagándole muy poco para beneficiarse Dragados y el ayuntamiento”. En una de las manzanas a expropiar coincidieron Lola y Biel, ella aguantaba en su casa, él ocupaba con otras compañeras. El Cogollito, así llamaba Lola a esa manzana en las reuniones de la Junta Municipal donde se explicaba a las vecinas qué fisionomía iba a dar Dragados al barrio y en las que ella levantaba la mano para preguntar qué pasaba con casas como la suya, que no aparecían ni en los planos. “Me hizo mucha ilusión que el documental lo llamara el Cogollito”, cuenta ella. “Normalmente lo llamamos la manzana, la manzana ocupada o la Gran Manzana, pero ‘el cogollito’ era como un homenaje a Lola yendo a las reuniones a liarla”, sonríe Biel.

Lola, que contaba con un contrato de alquiler indefinido, se ha resistido todo este tiempo pidiendo garantía de que, con el realojo, mantendría estas condiciones que para ella son fundamentales. En 2013 se le asignó una casa por sorteo, pero no ha firmado aún el contrato atendiendo a estas condiciones. Su bloque de realojo cambió la geografía del barrio: en el Paseo de la Dirección es una masa semicircular que tapa a los edificios que quedaron atrás, mucho más bajos. En el caso de Lola, parece que no hay mucho más que hacer, el pasado 21 de febrero iban a desalojarla junto a su hija, su yerno y su nieta. Algo que no entiende, pues la casa asignada está cerrada desde hace 10 años. El lanzamiento fue finalmente aplazado y está esperando poder poner en regla lo papeles para entrar en la casa nueva, aunque aún el proceso judicial esté abierto. Lola esperaba que a su hija —que era menor cuando empezó el proceso de expropiación— junto a su yerno y nieta les asignasen otro domicilio en alquiler, como asegura que ha sucedido en otros casos. Avisa que cuando ella se vaya, probablemente quedará el resto de su familia en la casa, que espera se resuelvan los juicios que han iniciado por su cuenta.

La casa vecina a la de Lola y su familia, que okupaba Biel junto a otras activistas ya no está, fue finalmente derribada, sin embargo quedan los vínculos que se tejieron en el Cogollito: “lo que más me gusta de lo que construimos aquí, es que las relaciones sociales no se quedaban sólo entre nosotras, que las había, pues ahí hay mucho tejido militante, sino que nos relacionamos con la gente del barrio”. Para ello, considera, compartir el espacio con Lola, también fue fundamental para acercarse al barrio: “para nosotras ocupar no es solo tener una casa, una lucha contra la especulación inmobiliaria, sino que también era una lucha por la construcción de barrio”. 

“Lo que más me gusta de lo que construimos aquí, es que las relaciones sociales no se quedaban sólo entre nosotras, que las había, pues ahí hay mucho tejido militante, sino que nos relacionamos con la gente del barrio”

“De repente apareció un bloque de bolleras maricas, peña joven, con pintas, que no escondíamos nada”, rememora el joven, quien recuerda que aquello no supuso ningún choque para esas vecinas junto a las que resistían, que lo importante eran los lazos que se construían y construyen en las relaciones cotidianas. “Si hay desalojos, desahucios en el barrio, pues también estamos. Nos relacionamos mucho con la Enredadera, que es un centro social muy de barrio”. Un barrio que se niega a su descomposición:  “Otra cosa muy importante que queremos saber las vecinas es qué van a hacer con todos los descampados que hay”, explica Lola mientras va enumerando todos los solares vacíos que han ido quedando: “a la gente nos echan, o se van voluntariamente o los obligan como a mi, se derriba la vivienda y se queda el descampado. ¿Para qué?”. 

“Para que los perros hagan pis y caca”, le responde Biel entre risas

Dialogar entre excavadoras

Al teléfono, Marisa vuelve a tirar de capacidad de síntesis “El PP expropió a la gente y le daba al suelo a Florentino, prácticamente todo, y cuando llegó Ahora Madrid se lo repartió con Florentino. Pero ambos ayuntamientos —bajo el PP y bajo Ahora Madrid— lo que han hecho es expropiar y pagando muy poco”. Marisa es una de estas expropiadas, denuncia que la operación —pagar “una basura” por suelo urbano— reportó a Dragados un beneficio económico importante.  Sobre los descampados, apunta, “el Ayuntamiento tiene muchísimas parcelas que en teoría son para equipamientos y vivienda pública. Pero está por ver cómo acabará todo eso. Porque es verdad que al ser suelo expropiado no lo puede vender, pero hay mil maneras, mil triquiñuelas para hacer algo similar como una cesión a empresas, está por ver cómo acaba todavía la historia”. 

La historia, según recuerda Lola, comienza con mucho caos, con gente que se resiste en sus casitas bajas, y excavadoras que las rodean como en la película Up. Mientras intentaban llegar a acuerdos económicos, les quitaban la luz, les presionaban de diferentes formas. “La gente a buenas o malas maneras se fue yendo, bien porque te echo y me asusto, o bien porque me voy voluntariamente, ha sido todo así”. Casas para realojar había de sobra: consecuencia de meter en edificios en altura a gente que vivía en casas bajas, razona Biel. “En este último edificio de realojo de Capitán Blanco Argibay [que ocupa parte de la manzana de “El Cogollito”] ya sobraban muchísimas viviendas para expropiados, pero también estaba la gente resistiendo, sobre todo la gente ya mayor que tenía su casa pagada, que se han ido de alquiler porque con el justiprecio [la indemnización por expropiación] que les daban no han podido comprar”. Lola apunta que para convencer a los últimos reticentes les han dado pisos “golosos” como áticos. 

En todos estos años Marisa ha acumulado un montón de documentos que dan fe del proceso de expropiación y remodelación del barrio en el que vive. Manda las fotos por wassap y los explica: en un documento, “Dragados pide el reequilibrio y que se liberen fincas porque eso le supone menos coste, es descarado todo porque se liberan tres edificios, pero porque Dragados le interesaba”, eran edificios con muchos vecinos cuyo realojo la constructora tenía que cubrir a cambio de muy poco suelo. Al no ser un buen negocio quedaron exentos de lo que se dijo al resto de expropiados “Es una expropiación forzosa por tasación conjunta y pronta ocupación, es forzosa y aquí nadie elige si le expropian o no”, argumenta Marisa.

“La gente a buenas o malas maneras se fue yendo, bien porque te echo y me asusto, o bien porque me voy voluntariamente”. Pisos para realojar había de sobra: consecuencia de meter en edificios en altura a gente que vivía en casas bajas

A Marisa le parece una vergüenza lo sucedido en el barrio, aún cuando no considera que su familia esté entre las más perjudicadas. Un puñado de familias como la suya, consiguieron una mejor respuesta por resistir y pelear. “Cuatro que fueron al Supremo, que tenía muchos metros de suelo, han recibido quizás un precio razonable, todos eran suelo no eran viviendas y luego están los que recibieron una subvención, que son como 15 familias, que también les salió bastante bien. Pero claro, es una minoría”. Pero si hay algo que califica de particularmente vergonzoso, es lo que pasó con las torres.

Monopolizar el horizonte

“Skyline es un nuevo proyecto residencial de dos torres de 100 metros de altura y 25 plantas que creará una nueva visión de Madrid para la zona norte de la capital. Skyline está ubicado en una situación privilegiada rodeado de comunicaciones y zonas verdes, a pocos minutos del Paseo de la Castellana, de las 4 Torres Business Área, de Azca, de la estación de Chamartín, de los accesos norte y nordeste de la M-30 y de multitud de zonas verdes como el Parque Agustín Rodriguez Sahagún, el Parque Norte o la Dehesa de la Villa”, puede leerse en el anuncio de Idealista.com donde se desglosan las bondades (y los precios) de las edificaciones de lujo plantadas en el borde del barrio, con acceso directo al parque y vistas a la sierra. 

Biel y Lola recuerdan cómo los modestos actos de resistencia de los vecinos no consiguieron alterar lo que ya se había decidido. Las acciones de protesta: pintadas, huevos, fueron escasas ante la seguridad continúa de las obras. El cauce institucional tampoco dio muchos frutos, ni siquiera cuando en 2015, una nueva formación política, Ahora Madrid, llegó enarbolado la bandera del cambio. 

Decían que al construir torres en el Paseo de la Dirección se limitaría la edificabilidad, teniendo menos impacto en el paisaje. “Mentira, porque el resultado al final no es que sean unas torres esbeltas, es que son unos monstruos”

“Cuando llegaron es verdad que pensábamos que iba a haber un cambio importante en el Ayuntamiento. Y sí, tuvimos cantidad de reuniones tanto con Carmena que vino dos veces, como con Jose Manuel Calvo [el entonces concejal de urbanismo], infinidad de reuniones”, explica Marisa por teléfono. El consistorio y Dragados negociaron en aquel entonces el fin de la concesión, algo que la empresa de Florentino Pérez no iban a “vender” barato. Como afirma en el documental esta vecina incide en que no había cambio posible respecto a las torres a pesar de la oposición de los vecinos “desde un comienzo Calvo sí dijo ‘el suelo de las torres está comprometido’”. Se hablaba entonces de que al construir torres se limitaría la edificabilidad, teniendo menos impacto en el paisaje. “Mentira, porque el resultado al final no es que sean unas torres esbeltas, es que son unos monstruos”.

Unos monstruos que cortan la vista y hacen sombra a las viviendas que quedaron detrás, como recuerda una de las protagonistas del documental de Biel, que habla del sol como un privilegio copado por quienes puedan pagarse esos pisos de lujo.

Formas de entender el barrio

Bajo la sombra de los monstruos que cortan el horizonte en Capitán Blanco Argibay y entre la incógnita de los descampados, Biel reflexiona sobre qué supone la resistencia de los pocos expropiados y los nuevos habitantes del barrio en las casas que fueron desalojadas, rescata una idea de pertenencia y comunidad: “estas casas, que están conectadas, tienen un patio que nos podemos ver, que podemos hablar, que no estamos separadas entre nosotras y entonces ahí se crea una relación de cuidados muy grande, no solamente entre nosotras, que también, sino con Lola, con Marisa, con Pilar [otra de las protagonistas del documental], que son personas a las que incluimos en nuestra vida y en nuestro tejido, desde el cuidado totalmente”.

Un apoyo mutuo que va desde arreglar el grifo de la vecina, o estar presente cuando hay una amenaza de lanzamiento: “creo que ahí hay una ruptura de las relaciones sociales establecidas por el capitalismo en las ciudades, de la anomia”. Mientras el barrio se idea y se piensa para otros, Biel quería mostrar “cómo construimos alternativas de cuidado en las ciudades cuando todo esto nos está machacando. Creo que aquí en este barrio se están dando cosas muy horribles y muy bonitas al mismo tiempo, de un lado: un proceso urbanístico muy bestia contra las vecinas y contra el propio suelo del barrio, pero del otro, gente resistiendo, hay gente relacionándose entre sí de otra manera”.

Solares desalojos y ocupación Valdeacederas - 1
Ampliar
Niños jugando en el patio del desaparecido colegio Gil Díaz, situado en la calle Sorgo. Al fondo edificio de la EMVS en construcción.
Niños jugando en el patio del desaparecido colegio Gil Díaz, situado en la calle Sorgo. Al fondo edificio de la EMVS en construcción.
Solares desalojos y ocupación Valdeacederas - 1
Ampliar
Casas de la antigua Calle Alberdi, ya desaparecidas, en una imagen de 2011.
Casas de la antigua Calle Alberdi, ya desaparecidas, en una imagen de 2011.
Solares desalojos y ocupación Valdeacederas - 2
Ampliar
Vecinos de la Calle Alberdi en sus casas ya desaparecidas, en 2011.
Vecinos de la Calle Alberdi en sus casas ya desaparecidas, en 2011.
Solares desalojos y ocupación Valdeacederas - 3
Ampliar
Vista de una de las Torres Skyline en construcción desde la plaza de La Remonta, en Valdeacederas (Madrid).
Vista de una de las Torres Skyline en construcción desde la plaza de La Remonta, en Valdeacederas (Madrid).
Solares desalojos y ocupación Valdeacederas - 4
Ampliar
Uno de los últimos edificios antiguos que sobreviven en la calle Capitán Blanco Argibay, en Valdeacederas.
Uno de los últimos edificios antiguos que sobreviven en la calle Capitán Blanco Argibay, en Valdeacederas.
Lola en la puerta de la vivienda que habita actualmente.
Biel en el solar de la que fue su casa en Valdeacederas.
Solares desalojos y ocupación Valdeacederas - 7
Ampliar
Biel en el solar que ocupaba la casa que habitó algunos años en Valdeacederas.
Biel en el solar que ocupaba la casa que habitó algunos años en Valdeacederas.
Solares desalojos y ocupación Valdeacederas - 8
Ampliar
Una de las antiguas casas que quedan en pie en Valdeacederas, Madrid.
Una de las antiguas casas que quedan en pie en Valdeacederas, Madrid.
Solares desalojos y ocupación Valdeacederas - 9
Ampliar
Vista de las torres de 100 metros de altura en construcción desde la calle Cosmos.
Vista de las torres de 100 metros de altura en construcción desde la calle Cosmos.
Solares desalojos y ocupación Valdeacederas - 10
Ampliar
Lola ha luchado durante años por una vivienda en el edificio de la EMV en el Paseo de la Dirección
Lola ha luchado durante años por una vivienda en el edificio de la EMV en el Paseo de la Dirección
Solares desalojos y ocupación Valdeacederas - 11
Ampliar
Vista de las casitas del Paseo de la Dirección en 2011, antes de su demolición
Vista de las casitas del Paseo de la Dirección en 2011, antes de su demolición
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Turismo
Turistificación Las asociaciones vecinales piden la Tasa Turística en Andalucía y la Junta se aleja de convertirla en realidad
La Junta de Andalucía se niega a ponerle límites a “la gallina de los huevos de oro” del turismo mientras las Asociaciones de Vecinas piden la implementación de la Tasa Turística en las ciudades con mayor número de visitantes
Derecho a la ciudad
Gentrificación La Triana que (se) fue
Un reportaje dedicado a Triana y su gente, quienes fueron y son obligados a abandonar su hogar. A un barrio que, frente a constantes amenazas, lucha por mantener su idiosincrasia
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Análisis
Análisis No dejemos de hablar de Siria
La situación humanitaria en Siria se endurece en un contexto de inestabilidad regional, mientras que la ayuda internacional que el país recibe es muy inferior a la necesaria.
Represión
Represión La Policía detiene por segunda vez en 2024 al portavoz del SAT, Óscar Reina
La Policía Nacional ha detenido al Portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Óscar Reina, durante la mañana del jueves en Navarra. El líder del SAT es uno de los sindicalistas que más detenciones acumula dentro del Estado español.
Sindicatos
1 de mayo Cargas policiales mandan a una persona de 70 años al hospital en el 1 de mayo de Castelló
Desde CGT Castelló anuncian que tomarán medidas legales por las provocaciones y agresiones sufridas por los diferentes cuerpos policiales que han actuado en las cargas.
Francia
1 de mayo La policía carga violentamente contra la manifestación de CGT en París y detiene a 45 personas
Las cargas policiales extremadamente violentas, de la unidad BRV-M, dejaron decenas de heridos. Según CGT en la manifestación participaron más de 50.000 personas.

Últimas

Comunidad El Salto
Palestina La campaña de apoyo a Gaza de El Salto recauda más de diez mil euros para la UNRWA
El pasado 26 de febrero, tras más de cuatro meses de ofensiva militar de castigo por parte Israel sobre la Franja de Gaza, desde El Salto decidimos ir más allá del periodismo ante la gravedad de los hechos.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
Más noticias
Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
PNV
CLIENTELISMO El Ayuntamiento de Bilbao coloca como interventor al cuñado de Josu Erkoreka por libre designación
Juan Mari Aburto explicó que Mikel Astorkiza, pareja de una hermana del vicelehendakari, “es el único candidato que cumple con los requisitos del puesto” para el control y fiscalización interna de la gestión económico-financiera.
Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.

Recomendadas

Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.