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Sáhara Occidental
Las hermanas Jaya denuncian haber sido torturadas y violadas
Sultana y El Ouaara Jaya, activistas saharauis por la liberación de su pueblo, obligadas al confinamiento forzoso en su casa en Bojador desde hace 174 días por decisión del ocupante marroquí, han sido violadas en el transcurso de una agresión de las fuerzas de ocupación.
La madrugada del 11 de mayo, los paramilitares marroquíes entraron por la terraza en la casa de la familia Jaya. Lo destrozaron todo, muebles, enseres, ropa. Las hermanas Sultana y El Ouaara Jaya denuncian que les taparon la boca, casi no podían respirar, las apalearon y las violaron con palos y tubos.
El día anterior, el 10 de mayo, la casa ya había sido allanada. También entraron por la ventana los policías marroquíes y secuestraron a tres activistas que se habían instalado en la casa para apoyarlas. Se trata de Salek Baber, Khalid Boufraioua y Babozid Lbaihi, éste último, presidente del Colectivo de Defensores Saharauis de los Derechos Humanos—CODESA. Tras torturarles durante unas horas, les llevaron al desierto y allí les abandonaron.
La madrugada del 11 de mayo, los paramilitares marroquíes entraron por la terraza en la casa de la familia Jaya. Lo destrozaron todo, taparon la boca a las hermanas Jaya, las apalearon y las violaron con palos y tubos
El 21 de noviembre de 2020, nada más llegar de un viaje por Europa, Sultana fue arrestada en el control de policía al norte de Bojador donde fue maltratada y amenazada de muerte. Desde entonces padece un encierro en su propia casa. Nadie la puede visitar. Ni ella ni su familia pueden salir. Vive con su madre y su hermana El Ouaara y un niño pequeño. Últimamente se habían infiltrado los tres activistas mencionados para socorrerla en su asilamiento.
Sultana y su familia han padecido de todo, palizas, amenazas de muerte, ofensas. Las personas que se acercaban a verla también eran rechazadas y apaleadas.
Las fuerzas de ocupación les han echado aguas residuales y pescado podrido por la ventana, también veneno que afectó al ojo postizo de Sultana (la policía le arrancó un ojo de jovencita). Les han tirado piedras que han alcanzado al ojo bueno de Sultana y a la boca de su hermana El Ouaara. Han pegado a la madre. Les han requisado el teléfono. Les han cortado la luz.
En la madrugada de hoy, paramilitares marroquíes irrumpieron en la casa de la familia Jaya, destrozándolo todo. Agredieron a las hermanas, les taparon la boca, no podían respirar, las apalearon y las violaron con palos y tubos.@OBS_defenders @AmnestyMENA @hrw_de @FrontLineHRD pic.twitter.com/p7AUjMWCDe
— Equipe Media (@Equipe_Media) May 12, 2021
Pero Sultana y su familia resisten. Cuanto mayor es la agresión, mayor es la fuerza con que Sultana empuña su bandera desde el balcón o la terraza. Ese gesto se ha visto reflejado en la actual campaña #OndeaBanderaDeLaRASD como acto de rechazo a la ocupación marroquí en los territorios ocupados del Sáhara Occidental, consistente en ondear banderas de la República Árabe Saharaui Democrática en las terrazas, bajo el lema “mi casa, mi bandera”.
Ya se ven muchas banderas en las azoteas de los territorios ocupados, y las consecuencias para los protagonistas están siendo muy duras, allanamientos de las casas por la policía de ocupación, destrozo de todo lo que encuentran ya sean muebles, coches o fachadas, cortes de la luz, palizas dejando a las víctimas abandonadas en el desierto. Humillaciones, amenazas de muerte.
Las hermanas Jaya dicen que no pueden más. Están destrozadas, pero siguen resistiendo. La familia Jaya, que durante este asedio se ha dirigido constantemente a los organismos internacionales para pedir ayuda, pide al mundo que las escuche.