We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Cuidados
Escritos de confinamiento #2: pequeña reflexión sobre los cuidados en la situación actual
Terrorismo, feminicidios, hambrunas, desplazados climáticos, refugiadas… Es el pan de cada día, ha pasado a ser la normalidad democrática capitalista; protagonizan asquerosas portadas, copan los telediarios y llenan nuestra cabeza.
Como tantas otras veces he vuelto a Nueva ilustración radical de Marina Garcés. Es un libro prestado por un colega, allá por el 2018, y que todavía no devuelvo por miedo, miedo a perder una fuente de vitalidad personal; a menudo, cuando me encuentro sin esperanza y quemada recurro a él. Así que supongo que más pronto que tarde lo terminaré robando.
Se nos ha impuesto un horizonte poco halagüeño. Pasamos de una modernidad que prometía un futuro esperanzador, a un situación actual (más allá de las posmodernidad, ¿no?) donde la necropolítica se ha situado en el centro de la vida. La muerte no natural no es algo residual, marginal; ha pasado de ser excepción a norma. Terrorismo, feminicidios, hambrunas, desplazados climáticos, refugiadas… Es el pan de cada día, ha pasado a ser la normalidad democrática capitalista; protagonizan asquerosas portadas, copan los telediarios y llenan nuestra cabeza. Ante esta sobre(necro)información deliberadamente narrada por cualquier medio, padecemos una insensibilización tal, que olvidamos cómo y hacia qué o quiénes actuar. Parece que, como si de un barco a la deriva se tratase, hemos olvidado que debemos agarrar el timón y redirigir el rumbo. Sólo si somos capaces de hacerlo, a través de la acción individual y colectiva, recuperaremos la posibilidad de rehacer el mundo. Pero no está ocurriendo, nos ahogamos; nos ahogamos como lo hacen miles de cuerpos en las aguas del mediterráneo cada mes, quedando solamente la emergencia: la acción de salvación. Nadar o morir.
En los últimos años la emergencia social ha protagonizado las políticas mundiales - porque si algo ha hecho bien el capitalismo más salvaje y voraz ha sido unir los problemas globales bajo el “amigable” manto de la globalización-, evitando así utilizarlas como herramientas de transformación política. Entonces me pregunto, ¿qué nos queda hacer como colectividad? Ante esta situación hemos tragado, hemos asumido el dogma de que estamos ante una catástrofe ecológica y social irreversible, provocando en nosotras una sensación de imposibilidad, precariedad e inacción. Pero es esto, esto es lo que el Poder quiere –y se lo estamos poniendo en bandeja-, nos quieren desmovilizadas y crédulas. Nos infantilizan, nos hacen creer ingenuas.
Ante esta situación hemos tragado, hemos asumido el dogma de que estamos ante una catástrofe ecológica y social irreversible, provocando en nosotras una sensación de imposibilidad, precariedad e inacción. Pero es esto, esto es lo que el Poder quiere –y se lo estamos poniendo en bandeja-, nos quieren desmovilizadas y crédulas
Por eso debemos mirar con actitud muy crítica: No os creo, no os creemos, no me creo vuestro relato, tenemos herramientas colectivas, saberes compartidos que permiten crear capacidad emancipadora, destruir jerarquías de poder que pueden ir ligadas al conocimiento. Por eso me declaro incrédula; defiendo la capacidad colectiva de auto-educarnos y organizarnos para construir, juntas, una vida vivible, basada en la justicia ecológica y social, cuyo fin sea la vida misma y no la acumulación capitalista.
Por eso me declaro incrédula; defiendo la capacidad colectiva de auto-educarnos y organizarnos para construir, juntas, una vida vivible, basada en la justicia ecológica y social, cuyo fin sea la vida misma y no la acumulación capitalista
Por eso hoy más que nunca hablamos de cuidados: cuidarnos es realmente una revolución. Pero ojo, debemos ser conscientes que cuidamos y cómo lo hacemos, y no ser cómplices – aunque sea de forma inconsciente-, porque a veces la acción de socorro oculta el crimen, y por tanto al criminal. Aprender a responder, a responder ante el relato actual basado en la muerte programada: mujeres violadas y asesinadas, refugiadas y emigrantes… Sin dejar que nos pisen y sin creernos pequeñas. Es cierto que las condiciones de vida (económicas y ambientales) se están endureciendo, por ello necesitamos tejer una red colectiva, segura y ser lúcidas. Nuestra respuesta es estar vivas, luchar por una sociedad basada en el apoyo mutuo, en armonía con los ritmos naturales y los ritmos propios. No aceptamos vuestra condición, hemos aprendido de las catástrofes anteriores y vosotros no.
Es cierto que las condiciones de vida (económicas y ambientales) se están endureciendo, por ello necesitamos tejer una red colectiva, segura y ser lúcidas
En palabras de la escritora austriaca Ingborg Bachmann (o algo así): no nos estamos extinguiendo, nos están matando, asesinando de forma selectiva.
Cuidados, porque la lucha que viene contra el dogma del progreso va a ser dura. Por eso veo esencial descifrar las necesidades individuales (entender los tiempos humanos, naturales, animales, de forma totalmente distinta a la emergencia que responde ante el capitalismo; pararnos a pensar, pormenorizar) y colectivas; medir las energías y repartir responsabilidades, pues todas debemos llevar a cabo un trabajo históricamente feminizado y degradado. Porque sólo así entiendo que podemos hilvanar un futuro en el que seamos mejores, un futuro que el capitalismo nos ha arrebatado y no lo creemos perdido. Arrebartarles su relato que nos atomiza y confronta, para transformarlo en un tiempo que merezca la pena ser vivido.
Por eso amigas; todo, nos queda todo por hacer.
Perrexila
Relacionadas
Opinión
Opinión Capitalismo del desastre: cuando el “pueblo salva al pueblo” (y a las instituciones)
Cuidados
Permisos de nacimiento Victoria para las familias monomarentales: no ampliar los permisos las discrimina, dice el Constitucional
El Salto Radio
El Salto Radio Semana de las Economías Transformadoras
Reflexión muy necesaria en estos tiempos que nos toca vivir... Cuidémonos!