We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Elecciones 12J (País Vasco y Galicia)
La derecha socialista vasca o la izquierda abertzale española
El Parlamento Vasco es una cámara con pocos escaños y muchos partidos en la que para formar gobierno es necesario pactar desde 1986. En el debate electoral de anoche, el PNV y el PSE mostraron una clara sintonía que invitaba a repetir el Gobierno de coalición. “¡Con voto obrero, PNV de acero!”, clamaba este lunes el presidente del PNV, Andoni Ortuzar.
Hablan de cambiar la economía, pero son mayores. El más joven es Joserra Becerra, candidato a lehendakari por Equo Berdeak, nacido en 1969. El más mayor, el lehendakari Iñigo Urkullu, de 1961. En medio, Maddalen Iriarte (EH Bildu, 1963), Idoia Mendia (PSE, 1965), Carlos Iturgaiz (PP-Ciudadanos, 1965) y Miren Gorrotxagegi (Podemos-IU, 1967). Tres candidatos y tres candidatas a lehendakari debatieron en la noche de ayer, 7 de julio, San Fermín, y a cinco días de las urnas, las elecciones al Parlamento Vasco más inéditas de la democracia, aunque las de 2009 fueron mucho más intensas —cuando la izquierda abertzale fue ilegalizada—.
Y es que aunque se escucha un run-run sordo de la calle, ese que dice ya estamos hartas de tanto PNV, la balada de los jetzales aún seduce a una sociedad donde la estabilidad es el acorde más valorado, aunque sea sinónimo de matrimonio fallido.
Iñigo Urkullu fue el responsable de abrir el debate, y lo abrió hablando como un robot —como el personaje de Urkutron—, con un homenaje aprendido de memoria hacia las personas fallecidas por covid-19. A medida que fue pasando el debate, se fue sintiendo cómodo, tanto que hasta en dos ocasiones le asestó sendas puñaladas a Miren Gorrotxategi, preguntándole si estaba al día del trabajo parlamentario de su partido, en una actitud desafiante que repitió con Maddalen Iriarte.
A Iriarte le discutió el número de contagiados en Ordizia: “Son 19”, defendía Urkullu. “Se han elevado a 34”, le insistía Iriarte. De hecho, eran 35, según el último recuento. A Gorrotxategi le rebatió la posibilidad de publificar La Naval. Harta de la postura del líder del PNV, la de Podemos le contestó que es más barata La Naval que un kilómetro del tren de alta velocidad.
Como si nada hubiera cambiado en todos estos años, Carlos Iturgaiz hacía reír a los compañeros y hasta al presentador, aún sin acordeón. En cambio, Joserra Becerra floreció y hasta Urkullu le tomó en serio: le miró a los ojos y asintió. ¿Está pensando Urkullu en ampliar coalición? Solo en un momento del bloque de preguntas sobre el autogobierno, al final del debate, el ecologista tuvo un encontronazo con la de Podemos, antigua compañera de batallas y que debía poner distancia ante un contrincante que bien puede arrebatarle un puñado de votos.
Siempre en coalición
El Parlamento Vasco es una cámara con pocos escaños y muchos partidos en la que para formar gobierno es necesario pactar desde 1986. Todos los partidos saben que están condenados a entenderse. No queda otra que buscar pareja o formar un trío, y anoche Iñigo Urkullu e Idoia Mendia volvían a bailar juntos: él marcaba el compás, ella recibía los pisotones (Zaldibar). El consejero de Medio Ambiente es socialista, y con ayuda del portavoz nacionalista del Gobierno (Josu Erkoreka, PNV) en una entrevista al diario Público el pasado fin de semana, la coalición trató de tejer un relato en el que intentan inculpar a EH Bildu de responsabilidades administrativas en el accidente del vertedero de Zaldibar. Anoche lo intentaron de nuevo. Con rabia contenida, la abertzale Maddalen Iriarte les conminó a terminar con el disparate.
Ni siquiera Zaldibar fue un tema lo suficientemente agrio para tumbar un Gobierno que no cambia. Pero fue en ese bloque de preguntas, junto con el minuto final, en el que brilló Maddalen Iriarte, incluso más que Joserra Becerra: insistió en que no se puede seguir manteniendo una política industrial caduca y comprometer el futuro de las siguientes generaciones. Junto con el ecologista, que mencionó a los jóvenes contra el clima, la abertzale fue la única candidata que habló claramente del futuro y de la importancia de “dar respuestas necesarias para un escenario distinto”.
Quizá porque es madre de cinco hijos, o porque esta semana EH Bildu ha amadrinado al Sindicato de Estudiantes, un colectivo juvenil estatal que públicamente ha pedido el voto para el partido soberanista vasco tras llegar a un acuerdo de diez puntos, entre los que destacan la derogación de la Lomce, el rescate de la educación pública, que la religión salga de las aulas y el refuerzo del euskera.
Urkullu se mostró prepotente con Iriarte, y con Gorrotxategi. Sabe que juntas, si suman a Mendia, podrían defenestrarle a través de una coalición de izquierdas abertzale española. A su paso por el País Vasco, Pablo Iglesias insistió el lunes en esa idea de tripartito progresista, porque recuerda que es una idea como la del Gobierno de coalición del Estado, que jamás estuvo presente en la campaña de Pedro Sánchez, pero que le sobrevino a la necesidad de frenar a la derecha.
Las coaliciones forman parejas extrañas, y aunque pocas combinaciones más contradictorias ha habido en el Estado que la del PSE y PP en el Gobierno vasco desde 2009 a 2012, los partidos de Euskadi se plantearán el próximo lunes una izquierda abertzale española o una derecha socialista vasca. “¡Con voto obrero, PNV de acero!”, clamaba este lunes el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en un mitin en la Margen Izquierda, comarca vizcaína que un día fue cuna del socialismo vasco.
Relacionadas
Euskal Herria
Kortatu El “Sarri, Sarri” suena en la cárcel de Martutene y el Gobierno Vasco no volverá a permitirlo
Vox
Bilbao Ocho de los nueve acusados por boicotear un mitin de Vox en Bilbao pactan con la Fiscalía
Opinión
Precariedad Lanbide ejerce violencia institucional sobre las personas pobres
El mayor partido en las decadentes 'democracias liberales', y creciendo, es la abstención...
Por algo será
Evidentemente, las razones serán múltiples, variadas y en muchas ocasiones, enfrentadas y contrapuestas. Pretender unificar la abstencion es una idea de "cuñao" de libro.