We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Sindicatos
Andalucía: precariedad y sindicalismo de clase
A partir de 1977, finalizada la Dictadura Franquista, se produjeron las legalizaciones de gran parte de las organizaciones sindicales de clase, desarrollando a partir de este momento una actividad conforme parámetros de normalidad comparables a otros países europeos. La estrategia sindical se ha plasmado a través de una programática dotándose de una identidad ideológica y un fundamento teórico en cada una de las actuaciones que han llevado a cabo en el marco de la acción sindical.
El 4 de diciembre, como fecha clave en la identidad del pueblo andaluz, es la invitación perfecta para una necesaria reflexión encaminada a la construcción de herramientas colectivas que fortalezcan a la clase obrera de esta tierra en su lucha por una vida digna, y por ende hacia la emancipación. Valga como ilustración de la problemática de muchas personas cuyo día a día se desarrolla en Andalucía ciertas referencias que a continuación se exponen.
La población activa andaluza en 2017 estaba constituida por casi cuatro millones de personas. En 2011 (últimos datos) la tasa de actividad ascendía al 63,72% la cual puede desglosarse en un 68,31% para hombres y un 59,28% para mujeres. El empleo en 2017 viene recayendo principalmente en las mujeres en una proporción del 60% en el caso de las mujeres y del 40% para los hombres. La ocupación está marcada fundamentalmente por la temporalidad siendo ésta factor determinante en la calidad del empleo por sexos. En el caso de los hombres que trabajan por cuenta ajena en Andalucía, los indefinidos suponen más del 55% del total de personas contratadas. La proporción de trabajadores y trabajadoras por cuenta ajena indefinidos sigue siendo inferior a la media del estado.
A partir de los "números" que se muestran, los cuales en cualquier caso no dejan de ser una mera pincelada del mercado laboral andaluz, cabe aseverar que los rasgos distintivos de éste son el desempleo y la precariedad laboral. Frente a este panorama poco alentador y manifiestamente desfavorable de la mayoría de la población andaluza es indispensable dilucidar el papel de los sindicatos. La organización sindical presenta peculiaridades que la hacen manifiestamente diferente de otras expresiones del fenómeno asociativo, respondiendo a la necesidad de contar con instrumentos colectivos para compensar la posición de debilidad resultante de la prestación laboral por cuenta ajena. Es especialmente significativo el papel jugado en Andalucía por parte de los sindicatos de clase, siendo aquellos que en su ideario priorizan la defensa de los intereses de la clase trabajadora en su conjunto, asentándose sobre una amplia conciencia de clase.
A partir de 1977, finalizada la Dictadura Franquista, se produjeron las legalizaciones de gran parte de las organizaciones sindicales de clase, desarrollando a partir de este momento una actividad conforme parámetros de normalidad comparables a otros países europeos. La estrategia sindical se ha plasmado a través de una programática que les ha ido dotando de una identidad ideológica y un fundamento teórico en cada una de las actuaciones que han llevado a cabo en el marco de la acción sindical.
Del estudio de la documentación emanada de los Congresos de CCOO, UGT, CGT, SAT y CNT, como eje sobre el que se articula la acción sindical y el posicionamiento político emanan una serie de conclusiones. Por un lado, el sindicalismo mayoritario y más representativo, representado por los sindicatos CCOO y UGT, ha experimentado una variación en sus postulados respecto a aquellos que mantenían en las fases iniciales del periodo democrático. Si en la clandestinidad reiteraban la necesidad de transformación del sistema capitalista en un sistema socialista como única vía para suprimir la explotación que sufría la clase trabajadora, la llegada de la Democracia supuso un aplazamiento de estas metas que finalmente han quedado en el camino. Por otro lado, el resto de sindicatos de clase objeto de análisis (CGT, SAT, CNT), con una representatividad que dista mucho a la de las organizaciones mayoritarias y unos medios cuantitativamente menores, han mantenido sus postulados y principios anticapitalistas en todo momento. Su firmeza en la convicción de la defensa y promoción de los intereses y derechos de la clase obrera no se ha visto correspondida habida cuenta de que, ni la afiliación ni el impacto que estas organizaciones tienen actualmente en la sociedad andaluza, han recogido el descontento sindical de quienes pudieran haberse visto traicionadas por los sindicatos mayoritarios o las nuevas generaciones. Cabe por tanto, cuestionar en términos estrictamente de crítica constructiva, acerca de la validez de los instrumentos empleados estas organizaciones sindicales y a partir de ahí buscar experiencias que pudieran ser exportables a la realidad del pueblo andaluz.
De aquellas arenas estos lodos. El viraje ideológico de las organizaciones sindicales más representativas que tienen presencia en las empresas y capacidad de movilización social ha tenido una consecuencia lógica: la pérdida progresiva de derechos por parte de la clase trabajadora. Por tanto, en Andalucía, donde el sistema de acumulación capitalista se muestra con mayor voracidad por unas mayores tasas de desempleo y precariedad que vienen a ser estructurales al propio mercado de trabajo, el sufrimiento diario de muchas personas es manifiestamente mayor al de otras sociedades de nuestro entorno.
Esta situación se ha producido por la propia estructura productiva y el tipo de empleo que se ha generado pero también como consecuencia de la falta de capacidad de CGT, SAT y CNT para constituirse como defensores de los intereses de la totalidad de la clase trabajadora. Por tanto, queda patente la necesidad de articular los mecanismos y habilitar los espacios que permitan redefinir el papel del sindicalismo de clase, sus principios y estrategias como contrapoder a la propiedad de los medios de producción. Como agravante, el éxito del antagónico sindicalismo corporativo (SEPLA, USCA, CSIF) en determinados sectores productivos y el recrudecimiento de las políticas neoconservadoras con la aparición en escena de la ultraderecha a nivel institucional. Nada nuevo bajo el sol: reinvención o muerte.