We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Ecologismo
Me duele Extremadura porque me duele ADENEX
Cuando tenía 8 años vivía frente a la primera sede de ADENEX en Mérida, en Mariano José de Larra. Calle de rollos y acacias, de juegos con vecinos y primos. Poco a poco la “Secta” me fue captando. Jugaba a pegar sellos para que las hojas verdes llegasen a todos lo/as socio/as, en tiempos previos a los correos electrónicos masivos.
Recuerdo perfectamente la banda sonora de aquellas tardes de calor: Radio Futura y su arde la calle… tan apropiado en Mérida. Eran muchos los asiduos: Javi Calero, Lucas, Jesús Valiente, José Román, La Pitufina, José Sardina, Moncho y por supuesto Paco Blanco, dueño de aquel local y secretario general ya entonces.
Energías renovables
Centrales renovables Satisfacción de ADENEX por la sentencia del TS impidiendo las fotovoltaicas gigantes en los Llanos de Cáceres
Esa semana santa se hizo el primer campamento en Monfragüe. Cuatro días sin padres, que te llevaban el jueves y te recogían el domingo, bien llamado de resurrección. Pero, además de sin padres, eran cuatro días sin baños ni cocina, comiendo filetes empanados y huevos duros.
Recuerdo la magia de los hallazgos en riachuelos, como aquellos tritones ibéricos. Recuerdo aprender los primeros nombres científicos de plantas: lavándula stoechas y cistus ladanifer, la lavándula y la jara pringosa. Recuerdo también las aventuras cuando llovía y en mitad de la noche había que buscar asilo con el saco empapado, porque las tiendas de campaña militares no aguantaban los aguaceros. Y recuerdo, cómo no, las historias a la luz de la candela. Chistes, cuentos, todo mágico frente al fuego.
A esta experiencia imborrable le siguió otra. Querían arrancar los árboles de nuestra calle. Contra las excavadoras hubo escaladas a los árboles, e incluso ataron con cadenas a mi hermano de seis años, y hasta quiso actuar la fiscalía… Pero los árboles se tiraron con activistas subidos en ellos.
Se consiguió proteger Monfragüe y Cornalvo. Y el Tajo. Y no se llegó a poner en marcha Valdecaballeros. Y conseguimos un aula de naturaleza en la solana de la sierra de Hornachos y un centro de recuperación de fauna en la umbría
Eso sí, se consiguió proteger Monfragüe y Cornalvo. Y el Tajo. Y no se llegó a poner en marcha Valdecaballeros. Y conseguimos un aula de naturaleza en la solana de la sierra de Hornachos y un centro de recuperación de fauna en la umbría.
Por aquel entonces no me perdía ni un campamento. Contábamos los meses para los Ana Salas, que era el campamento de semana santa. Y conseguimos servicios y cocina. Y las tiendas militares fueron sustituidas por chozos de pastores.
La educación ambiental que disfrutamos las niñas y niños de ADENEX era pionera en los 80, y aun hoy lo sigue siendo. Personas como Antonio Gentil, Godfried, Ana Isabel Cordero, Samuel López, Carmen Conde o Ángel Moreira nos marcaron con su forma de ver la vida, con su respeto por el medio ambiente. Pero sobre todo con el respeto entre nosotras.
En los campamentos hemos plantado encinas, reparado muros secos, ayudado en el centro de recuperación de fauna, anillado aves y murciélagos, hecho quesos, cerámica por la técnica de rakú. Hemos realizado arte desde material de desecho, nos hemos dado baños de bosque cuando aún no tenían este nombre.
Medio ambiente
Adenex inicia una campaña de anillamiento científico de aves en la cuenca del Guadiana
La sección de Zoología de Adenex ha iniciado este fin de semana (13 y 14 de junio) un estudio de las aves en la cuenca del Guadiana a su paso por las comarcas de Mérida y las Vegas Bajas por medio del anillamiento.
Con ADENEX he visto gato montés, linces, meloncillos, jinetas, zorros, grullas, aguiluchos... Pero también amanitas cesáreas, russulas, orquídeas... He aprendido a valorar el patrimonio histórico y cultural de nuestra tierra. Sus monumentos, sus fiestas y su gastronomía.
Y crecimos y ya era otra la sede y muchos más socio/as.
Y los niños y niñas de ADENEX ya éramos monitores/as en esas experiencias con el listón tan alto.
Hemos limpiado los pilones en septiembre durante años. Fuimos a limpiar chapapote. Con ADENEX he viajado por toda Extremadura, y del extranjero he estado en Portugal, en Alemania y Noruega. Le debo tanto de lo que soy y siento…
Tengo muchas personas tan cercanas que para mí son familia afectiva. Hace poco despedimos a Nando, otra parte importante de la familia de ADENEX, y con él revivimos tantas historias... Porque Nando sí que no se perdía una.
El ecologismo es política. Es inevitable. ADENEX es apartidista, pero hay grupos con los que invariablemente va a chocar por sus marcados caracteres negacionistas del cambio climático o, por ejemplo, por ver a nuestra tierra como un vertedero y una oportunidad de negocios energéticos y mineros
El ecologismo es política. Es inevitable. ADENEX es apartidista, pero hay grupos con los que invariablemente va a chocar por sus marcados caracteres negacionistas del cambio climático o, por ejemplo, por ver a nuestra tierra como un vertedero y una oportunidad de negocios energéticos y mineros. Incluso por un Elysium que nada tiene que ver con esa Extremadura último paraíso, ejemplo de economía verde y circular, conciencia medioambiental que aparece y desaparece según en qué momento electoral nos encontremos.
ADENEX está viva desde 1978. Y gracias, en parte, a ADENEX, Extremadura es paraíso con grandes parques nacionales y naturales, grandes reservas de la biosfera, con Almaraz con los días contados…
ADENEX hace años publicó un libro con los árboles notables de Extremadura. Creo que el más notable de todos es, sin duda, la encina de ADENEX. Es el que más ha hecho por los aires limpios y las aguas puras. Por la biodiversidad, por ti y por todas. Porque el medioambiente empieza en la relación con el o la otra, es la base de la ecología. Y tras ello, nuestro patrimonio.
Personas que han sido parte importante de esta familia ahora se desligan, justo en este momento, y apoyando la caza y los toros. Y criticando la deriva política de nuestra asociación
Con todo lo expuesto se entiende el título ya, creo. Me duele Extremadura y me duele ADENEX. Porque no sé que va a ser de nuestra tierra en manos de personal que no priorizan lo medioambiental, lo ecosocial. Y me duele porque, encima, personas que han sido parte importante de esta familia ahora se desligan, justo en este momento, y apoyando la caza y los toros. Y criticando la deriva política de nuestra asociación.
¿Qué deriva, virgen santísima?
Si en Valdecañas hemos estado ahí desde el minuto 0. Si ADENEX no vive de subvenciones y sigue siendo una asociación independiente, le pese a quien le pese… Porque igual lo que escuece es eso. Que seguimos denunciando y que seguimos protegiendo, aunque ya no sea con esa alma caciquil y cortejil de antaño. Alma que por lo visto quieren resucitar unos cuantos.
Más motivos para permanecer unidas y en la lucha, porque los santos inocentes ya pasaron. Y de los errores, afortunadamente, algunas aprenden.
Me duele Extremadura, pero confío en ADENEX y en muchas personas que no van a permitir que se destroce lo que ha costado más de 40 años construir y preservar de garras usureras.
Extremadura tiene que seguir siendo un paraíso, y lo vamos a lograr entre todas.
Relacionadas
Represión
Rodea el Congreso Arranca el juicio del Rodea el Congreso con una petición de penas de más de 112 años
Opinión
Opinión Capitalismo del desastre: cuando el “pueblo salva al pueblo” (y a las instituciones)
Galicia
Movimientos sociales Vigo se organiza contra la masificación turística: ‘‘Queremos una ciudad para vivir todo el año’’
Gracias a Adenex por defender el patrimonio cultural y natural extremeño como lo hacéis. Esta gente de Fondenex no ha aguantado la influencia de Vox y el desarrollismo de la derecha económica, también presente en el PSOE de Extremadura, que tanto daño hace al planeta de diversas formas.
En el pasado, cuando no estábamos en una situación crítica de emergencia climática irrefutable y dramática y en un evento catastrófico de erosión de lo biodiversidad denominado sexta extinción quizás se podía hablar de caza sostenible y socialmente justa: la que hacían los campesinos para añadir unas proteínas preciosas a sus ollas siempre escasas, aún hoy hay quien caza para hacer chorizos del animal abatido, pero es una ínfima minoría. La caza deportiva, la caza como negocio de élites urbanas, la caza que diezma a especies que malamente sobreviven al rigor climático, a la devastación y fragmentación del territorio, a los venenos de la agricultura es inmoral, insostenible y antiecológica. Respecto a los toros: la tortura de otros seres sintientes para el gozo sádico de especímenes de nuestra especie es inmoral y deleznable, ya en el siglo XIX el padre de Antonio Machado que fue fugaz alcalde de Sevilla lo explicó con detalle. Los que reivindican hoy en día la caza y los toros podrán asociarse cómo y dónde quieran, podrán trabajar a sueldo de sendos lobbys, podrán votar a la extrema derecha, pero nunca, nunca serán ecologistas.