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A Ramón le echo mucho de menos, nos hacen falta personas con su capacidad. Coincidimos muchas veces en muchas luchas, aunque a veces los detalles se me escapen. Si pudiera seguir con nosotros.
No recuerdo con precisión donde lo conocí. Me voy encontrando con él en casi todos los espacios sociales autogestionados que había en los 80. Él estaba por Minuesa, por el Laboratorio… coincidíamos por todos los sitios. Estaba con toda la juventud, hacía actividades, escribía libros que presentaba, daba charlas… era una persona entrañable. Nos llevamos muy bien de inmediato.
Estuve con él luchando en la Plataforma anti-Maastricht. No recuerdo si esto fue antes o después de los centros sociales. También estuvimos en la Plataforma anti-OTAN y en muchas movidas de aquellos tiempos. Nunca fue de la Comisión de Energía de Ecologistas como yo, aunque escribió muchos libros de energía. Era de Internacional, después Antiglobalización.
En esa etapa yo era más libertaria que ecologista, y Ramón era libertario también. En aquellos centros planteábamos charlas, protestas, presentaciones de libros… luego acabábamos de cervezas y terminamos muy amigos. Le quería mogollón. Era una persona digna de respeto y admiración. Siempre con la gente joven, precaria, que necesitara ayuda, él siempre estaba para ayudar. Lo que le echo de menos.
Era una persona digna de respeto y admiración. Siempre con la gente joven, precaria, que necesitara ayuda, él siempre estaba para ayudar.
El día que más me senté con él a hablar estábamos en el Patio Maravillas, otro centro social. Estaba hasta arriba, interveníamos en salas diferentes y hubo un momento que entre charlas nos fuimos al bar de al lado y nos sentamos los dos y su compañera. Solo para hablar, lo que no hacíamos muchas veces. Nos preguntamos por la salud, él tenía cáncer. Tanto tiempo compartido hasta entonces, pero no sé si nos habíamos sentado en nuestra vida a hablar de nosotros. Comimos, hablamos durante horas y ese recuerdo lo atesoro. Él era todo lucha y aquella fue la única vez que nos pudimos sentar para hablar de verdad. Porque de luchar no paraba.
Recuerdo una mani en la puerta del ayuntamiento del Gordo cuando empezaron los ataques contra nuestras personas y el acoso de la gente por la lucha contra Marina Isla Valdecañas. A esa concentración vinieron un par de autobuses de Madrid con activistas para apoyarnos, y después hicimos una mani contra Almaraz. En esas me manda Ramón una carta diciendo que no va a poder ir porque está ya muy enfermo. Estaba probando una medicación alternativa y que eso le tenía un poco débil. No podía acudir, pero que me debía una y que en cuanto se encontrara mejor, me iba a devolver el favor debido. Cuando me comunicó que ya estaba mejor y que recordaba que me debía una, me aproveché de él. Le preparamos una charla en la Vera, fue un exitazo. Flipamos con él porque no apuntaba quién hacía las preguntas, pero fue respondiendo uno a uno a nuestras dudas. Después nos fuimos a picar algo y fue un día entrañable.
Al día siguiente, porque quería aprovechar que me visitaba, quedamos en Almaraz y nos hicimos una foto. Comimos en la gasolinera Portugal en la Nacional 5, todos los antinucleares con nuestras camisetas. La gente nos miraba raro, pero nos daba igual. Aquella comida estuvo muy bien. Después fuimos a Villafranca de los Barros, donde dio una charla contra la refinería de petróleo que se pretendía hacer. Aquello fue apoteósico. Todo lleno, la gente sentada, de pie y en el suelo. Y toda esa gente, allí para escucharle. Nos dejó flipados, como siempre, diciendo que la refinería no se iba a poner. Sus conocimientos sobre el petróleo y la refinería nos ayudaron muchísimo. Luego nos fuimos a dormir a la casa rural de un miembro de Refinería No y a la mañana siguiente nos despertó Ramón diciendo que se tenía que ir. Y se fue.
Todo alrededor de Ramón fue igual. También su muerte. Nos envió una carta de despedida, nos invitó a cenar en la sede de Ecologistas en Acción para despedirse, eligió su fecha, cómo morir y quien le ayudara. Su funeral fue en su pueblo, Río Dulce, de Guadalajara. Aquello fue una gran fiesta tal y como él la programó. Ahora se hacen 10 años sin Ramón, todos nos acordamos de él muchísimo y me hubiera gustado que viviera unos días más, unos días más, para ver el 15-M. Te queremos, no te olvidamos.
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