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Centros sociales
Colectivos en Barcelona denuncian las actuaciones del Ajuntament para desalojar la Antiga Massana
Los colectivos integrantes de la Antiga Massana, el centro social más grande de Barcelona, acaban de recibir la noticia de que el distrito de Ciutat Vella ha incoado un expediente administrativo para la recuperación de la finca, propiedad de titularidad municipal. Se trata de una antigua escuela de arte en el número 1 de la calle Floristes de la Rambla, comprendida dentro del conjunto del antiguo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.
La acción llevada a cabo por el Ajuntament de Barcelona fija diez días para que los integrantes del espacio acrediten la legitimidad de su ocupación, o de lo contrario, se solicitará su desalojo. Se trata del mismo proceso que la institución siguió para el desahucio del edificio contiguo, La Tancada, donde vivían 35 personas migrantes en situación de vulnerabilidad.
“El expediente se incoa en base a diferentes informes municipales sobre la ocupación y la constatación de malestar vecinal por la ocupación del edificio, por considerar que los ocupantes han tenido ciertos privilegios para disponer de espacios gratuitamente, la preocupación por las actividades dentro del espacio ocupado y la contribución a la degradación del entorno”, señalan fuentes municipales a El Salto.
Este diario se ha desplazado en la última semana hasta la Antiga Massana, un espacio amplio, situado en la parte trasera del Mercado de la Boquería y autogestionado por los vecinos del barrio del Raval. El mismo sirve de reunión a diversos colectivos del movimiento vecinal, como la red de alimentos del barrio, la sección sindical del Raval del Sindicat d’Habitatge Socialista de Catalunya y el sindicato laboral. En su planta baja, también se sitúa una escuela infantil, y en el piso superior, un gimnasio popular y una biblioteca. Dentro de la finca, se han llevado a cabo diferentes eventos orientados a sostener la actividad de los movimientos sociales en la ciudad.
“El PSC está instrumentalizando su gestión en el Ajuntament de Barcelona para desmantelar los espacios sociales”, critican desde la Antiga Massana
“El PSC (Partido Socialista de Catalunya) está instrumentalizando su gestión en el Ajuntament de Barcelona para desmantelar los espacios sociales. Lo está haciendo, además, de la mano de un discurso que reproduce los marcos de la extrema derecha, intentado representar a los movimientos vecinales como agentes conflictivos que degradan el barrio, cuando eran ellos mismos quienes nos derivaban a gente en la pandemia porque Servicios Sociales no podía asumir la gestión asistencial”, señalan desde la Antiga Massana a El Salto. Las fuentes del espacio explican que esta es precisamente la razón por la que sus integrantes ocuparon el espacio en 2020, para dar respuesta a las necesidades del barrio del Raval y sus vecinos en plena crisis del covid-19.
Un acuerdo de cesión que se quedó en el aire
Los colectivos en la Antiga Massana denuncian que en 2023, durante el mandato de En Comú Podem, se aprobó por mayoría en el plenario de distrito de Ciutat Vella la cesión de la Antiga Massana a los movimientos vecinales que actualmente ocupan el espacio. Según el acta del consejo plenario de Ciutat Vella del 21 de julio de ese año, esta proposición que encaminaba la cesión a los colectivos del espacio y otras entidades comunitarias de referencia fue aprobada en la sesión con el voto a favor de todos los grupos políticos y la abstención del PSC. Esta fue presentada por Junts per Catalunya y requería el compromiso de la realización del proyecto y posterior construcción de un equipamiento social para atender las necesidades del distrito en la Antiga Massana, además de la generación de un espacio de acompañamiento a los colectivos que la integran para conocer todos los mecanismos de obtención de la cesión de uso de espacio mediante la autogestión.
“Aunque el pacto quedó cerrado, debido a los tiempos electorales no se pudo ejecutar, quedando pendiente para el próximo consistorio, el actual PSC. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el concejal de distrito, Albert Batlle, niegan reiteradamente la existencia de este pacto, a pesar de haberles leído actas oficiales en público. Su estrategia es maniobrar y mentir de forma reiterada para incumplir la concesión, y amenazan con desalojar. El único proyecto alternativo que se ha propuesto es un posible túnel que conecte el mercado de la Boquería, ubicado en la misma plaza, con el interior del barrio del Raval, para facilitar el flujo de turistas que vienen desde el centro de la ciudad”, indica el portavoz de la comisión jurídica del Movimiento por la Vivienda en Cataluña, encargado de la defensa de los colectivos ocupantes del espacio.
El Salto también ha preguntado al Ajuntament de Barcelona por este pacto cerrado a nivel municipal, pero la institución no ha podido proporcionar más información al respecto en el momento de la publicación de este artículo.
El Plá Endreça y las tensiones con los movimientos sociales en el barrio
Desde la llegada del gobierno del PSC al Ajuntament de Barcelona, los colectivos vecinales han denunciado recurrentemente una de las medidas prioritarias del mandato de Jaume Collboni, el Pla Endreça. A dicha estrategia (en castellano, plan de orden) se han destinado 435 millones de euros en el marco del Plan de Ordenamiento Integral, y está orientada a intensificar y optimizar las actuaciones municipales en materia de limpieza, seguridad y convivencia, aumentando la vigilancia respecto a “las conductas incívicas que estropean el espacio público”. Una línea donde también se enmarca el desalojo de la Antiga Massana.
“El Gobierno municipal de distrito ha expresado en varias ocasiones la voluntad de llevar adelante un proyecto para reforzar los usos públicos y equipamientos de este recinto y cambiar las dinámicas del entorno. En los alrededores se ubica la Plaza de la Gardunya y los jardines del Doctor Fleming, donde ya se ha aprobado inicialmente un proyecto de remodelación de los Jardines y de mejoras puntuales, en el que se invertirá 1,81 millones de euros y se mejorarán 4.635 metros cuadrados. Se renovará el suelo con pavimento blando, un arenal y más superficie para los alcorques, se creará una nueva área de juegos infantiles con columpios y juegos de equilibrio, balanceo y salto, se plantarán nuevos árboles y se instalará mobiliario urbano. Se prevé licitar obras durante este verano y terminar los trabajos a finales de verano de 2026”, informan desde el Ajuntament de Barcelona a El Salto.
Albert Batlle, antiguo director de los Mossos d'Esquadra y actual teniente de alcaldía, concejal de distrito y principal promotor de esta medida, se pronuncia así al respecto de la misma: “Abordamos esta actuación para recuperar el uso ciudadano, familiar y del vecindario en uno de los puntos más sensibles del barrio del Raval y del distrito de Ciutat Vella, con un proceso trabajado y que forma parte de la remodelación del corazón del Raval y la recuperación cada vez más de los jardines del antiguo hospital”.
El concejal expone que en concreto este espacio “es una pieza clave de un ambicioso proyecto de transformación que incluirá el recinto del Antiguo Hospital de la Santa Cruz y Sant Pau y la conexión con la plaza de la Gardunya y el mercado de la Boqueria, con el objetivo principal de mejorar las dinámicas de uso y seguridad del espacio público en el Raval”, indican fuentes municipales.
Desde la Antiga Massana critican frontalmente el Pla Endreça y el consecuente desalojo de la Antiga Massana: “Como estamos observando actualmente, la incapacidad de la socialdemocracia para combatir el empobrecimiento de los trabajadores en un contexto de crisis capitalista, ha abierto la puerta al ascenso de fuerzas reaccionarias. En toda Barcelona, los Comuns se vieron arrastrados por el discurso de la limpieza y la inseguridad, un caldo de cultivo perfecto para el PSC de Collboni y Batlle, quienes se han presentado como los encargados de ‘limpiar la ciudad’: limpiarla de pobres para poner una alfombra roja a empresarios y especuladores”, indican.
En esta línea, las fuentes ocupantes del espacio responsabilizan a la institución de las problemática de vivienda y desmantelamiento de espacios sociales en el Raval. “Este barrio ha sufrido las consecuencias de la gentrificación, pero sigue contando con una notable presencia de clase trabajadora y organización barrial, terreno aún fértil para la especulación y el turismo masivo. Esta es la lógica detrás del incumplimiento del pacto para realizar la concesión. Reiteradamente se niegan a hablar y a reconocer la existencia de este pacto, a pesar de la existencia de actas públicas y haberlas leído en persona. Solo recibimos amenazas y mentiras”, denuncian.