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Brexit
Escocia ante el Brexit: nacionalismo contra nacionalismo
Recogemos la opinión y el ánimo ante el Brexit a pie de calle en Escocia. El sentimiento de descontento se ha visto amplificado con las últimas cifras sobre el turismo británico aportadas por la Oficina Nacional de Estadística británica.
Edimburgo se despierta, como cualquier otra mañana de agosto, entre música y ajetreo. Los sonidos de las gaitas se entremezclan con las melodías del Fringe o con la percusión del Military Tatoo, los dos grandes festivales de verano en la capital escocesa.
Miles de personas se amontonan en la calle principal de la New Town, la bulliciosa Princes Street. En una esquina, entre familias, estudiantes y turistas, un pequeño grupo trata infructuosamente de sobresalir, cartel y pancarta en mano: se trata de una organización Anti-Brexit.
“Quieren llevarnos a la ruina. Esto volverá a ser como en la época de la postguerra”. Con lemas que rezan “Brexit is an undemocratic outrage” (el Brexit es un ultraje antidemocrático), Katey y su pequeño grupo de remainers intentan llamar la atención ante el desastre al que tendrán que enfrentarse los escoceses a partir del próximo 31 de octubre.
Esa fecha, que coincide con la celebración celta de Samhain, supondrá la ruptura de Reino Unido con la Unión Europea, tras 46 años de cooperación y acuerdos bajo una misma organización. Escocia, que votó “NO” a la salida de la UE, vive la espera hacia la autodeterminación de una manera excesivamente pasiva, más marcada por el hartazgo que por la neutralidad ante el acuerdo.
Escocia, que votó “NO” a la salida de la UE, vive la espera hacia la autodeterminación de una manera excesivamente pasiva, más marcada por el hartazgo que por la neutralidad ante el acuerdo
“Los escoceses no son conscientes de lo que se nos viene encima. Cuando la gente hacía campaña proBrexit, antes del referéndum, nadie lo tomaba en serio. Si yo hubiera sabido lo que iba a pasar, hubiera actuado de otra manera”, lamenta Katey. La activista, que no ha querido dar su apellido, asegura que jamás se hubiese planteado una Escocia fuera de Reino Unido, pero ahora le parece la única alternativa posible.
La líder del Partido Nacional Escocés, Nicola Sturgeon, tampoco lo ha descartado en sus algunas de sus apariciones. La ministra principal escocesa ha acercado posiciones a los laboristas ingleses en un intento de bloquear un (ya probable) Brexit duro. Estos, a su vez, estarían dispuestos a apoyar un futuro referéndum de independencia en Escocia a cambio de una alianza con el SNP.
La única forma de frenar a Johnson sería presentar una moción de censura, alternativa que también se han planteado los demás partidos de la oposición. El Primer Ministro, consciente de la situación, ha pedido a la Reina de Inglaterra que cese las funciones del Parlamento para evitar cualquier tipo de protesta o intento de frenar un Brexit sin acuerdo hasta el próximo 14 de octubre.
El Primer Ministro, consciente de la situación, ha pedido a la Reina de Inglaterra que cese las funciones del Parlamento para evitar cualquier tipo de protesta o intento de frenar un Brexit
G.M., escocés de 80 años, opina que la situación es insostenible. “Nunca me ha gustado May, pero la prefiero antes de que a Johnson. Lo que está haciendo es una temeridad y no se le puede tomar en serio. Creo que realmente en Escocia existe este pasotismo porque sentimos que hagamos lo que hagamos, nadie nos va a escuchar” afirma este ingeniero jubilado. Al contrario que Katey, no cree que la solución sea un nuevo plesbicito soberanista.
La nación escocesa, cuya renta per capita de 23.690 libras (según datos de 2015), la segunda más alta de Reino Unido, obtiene sus principales ingresos del petróleo, el whisky y la banca. La mayor entidad financiera del país, el Royal Bank of Scotland, ya dejó claro en 2014 que se trasladaría a Londres en el caso de una hipotética independencia de Reino Unido, lo que provocaría la pérdida de 200.000 puestos de trabajo (un 8% del empleo de la región).
De la misma forma, la venta de whisky podría sufrir graves contratiempos ya que según la Asociación de Whisky Escocés (SWA), actualmente el 37% de sus exportaciones son a países de la Unión Europea gracias a la ausencia de aranceles. Esto podría cambiar tanto con el Brexit, como con la independencia escocesa de Reino Unido.
Escocia e Inglaterra han estado ligadas histórica y culturalmente desde hace cientos de años, casi siempre por conflictos bélicos marcados por el nacionalismo escocés y el imperialismo inglés. Esto ha provocado una sensación de vasallaje en los habitantes del norte de la isla, que se niegan a ser considerados ciudadanos de segunda ante sus vecinos del sur
El sentimiento de descontento se ha visto amplificado con las últimas cifras sobre el turismo británico aportadas por la Oficina Nacional de Estadística británica. Al contrario que Londres, que ha visto incrementado el número de visitantes turísticos gracias a la caída de la libra, Escocia ha sufrido un 35% de pérdidas y una bajada del 42% en sus ingresos por turismo.
Un sector que, afortunadamente, no es vital para la economía escocesa, pero que podría resultar peligroso a largo plazo y que no hace más que incrementar la brecha entre una y otra región.
“Se conocen las posibles consecuencias políticas y económicas del Brexit, pero las sociales podrían ser mucho peores” comenta Katey. “Mi familia vino de Francia huyendo de la Segunda Guerra Mundial y fue acogida muy bien aquí. No me gustaría que se sintiesen aislados por culpa del incompetente de Boris Johnson”.
Empieza a llover y la gente acelera el paso. Algunos salpican al pasar por la esquina donde el pequeño grupo de voluntarios lleva de pie más de 5 horas. Siguen siendo invisibles para una ciudad que prefiere no pensar en lo que puede ocurrir dentro de unos meses.
Los activistas disculpan la indiferencia de sus paisanos de forma amable y comprensiva. Algunos intentan regalarles planfletos; otros han fabricado sus propios pines con eslóganes llamando a la acción. Un par de ancianas se acercan para hablar con Katey, que antes de despedirse, afirma tener claro lo que hará ante un Brexit sin acuerdo. “No estoy a favor de la independencia de Escocia, pero ten por seguro que esta vez no me quedaré quieta. Pienso hacer campaña para que ocurra”.
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Hay un error: el SNP no es el partido "nacionalista" escocés, si no el Partino Nacional Escocés.
Parece lo mismo pero no lo es.
Están bien los testimonios pero el poso de "son todos iguales" mientras se obvia un dato vital: que Escoia permanece en el RU por tratado en 1707 me parece un poco superficial,
Escocia se unió a Inglaterra en el siglo XVIII, como tú bien dices, por meros intereses económicos tras el desastre de intentar crear una colonia escocesa en América. Son dos naciones que, supuestamente, deberían ser iguales, pero no lo son por el poderío económico de Inglaterra, que trata a Escocia como ciudadanos de segunda desde siempre.