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Antifascismo
Paco Simón (València Acull) tras la retirada de sanciones a una mujer que protestó contra un acto racista: “no se ha actuado contra el proceder irregular de la policía”
En días pasados, la Delegación del Gobierno ha rectificado su pretensión inicial de sancionar a una de las personas que expresaron públicamente su rechazo al acto islamófobo realizado por España 2000 el pasado 18 de diciembre en la Plaza de los Pinazo de València. Paco Simón, del programa de lucha contra la discriminación de València Acull, quien ha acompañado a la mujer afectada durante todo el proceso, atendió a El Salto para explicarnos los pormenores de la denuncia que presentaron varias organizaciones sociales.
¿Qué pasó el diciembre pasado en el acto de la formación España 2000 en València?
El pasado 18 diciembre de 2020 los ultraderechistas de España 2000, aprovechando las fiestas prenavideñas, convocaron una concentración bajo el lema “No al Islam”, en pleno centro de València, en la Plaza de los Pinazos, frecuentadísima por las fiestas navideñas. El acto consistió en una parodia grotesca, en la que aparecían primero saltando unas chicas a la comba en el año 2020 y con música de fondo del folklore valenciano y se alternaban con unas chicas vestidas con burka en el año 2050 con música de fondo árabe, tratando de difundir el mensaje de que esto pasaría en la sociedad valenciana. Además, los ultras lo transmitieron en streaming, donde se escucha la voz en off de Jose Luis Roberto, líder de España 2000, interviniendo en el acto, llamando “contra la invasión musulmana” y contra los integrantes de esta religión, porque para ellos, estos inmigrantes “son la quinta columna de la invasión”. También se veía en la grabación que había un grupo de jóvenes que les gritaban “esto es un acto racista”, y la policía se limitó a estar ahí.
A València Acull nos contactaron algunas de las personas que habían presenciado la convocatoria para mostrar su indignación por lo que había ocurrido y no sólo por la convocatoria del acto, sino por la actitud de la policía que no actuó para nada contra los ultras, sino que al contrario, el mundo al revés, sancionó a una de las mujeres que mostraba su indignación, le pusieron una sanción por falta de respeto a la autoridad de 200 euros y otra por perturbar el orden público con 601 euros de multa. Desde València Acull pusimos los hechos en conocimiento de la Fiscalía de Odio.
¿Cómo ha sido el proceso para que la Delegación de Gobierno retirara a la mujer implicada las multas por denunciar el acto de la ultraderecha?
Conjuntamente con CEAR, el MPDL y Rumiñahui, presentamos un escrito a la Delegada del Gobierno, Gloria Calero, denunciado que las sanciones que había para esta mujer suponían una complicidad con los ultras y denunciando que la policía cometió irregularidades, tanto por acción, al sancionar a quien estaba precisamente denunciando un acto racista e islamófobo y por omisión, por no haber actuado cuando había indicios de delito, y no haber instruido ningún atestado por un supuesto delito de odio. Al revés, en su atestado, textualmente, dijeron que no habían apreciado simbología de carácter xenófobo, violento o racista.
A raíz de ese escrito nos reunimos con el Subdelegado del Gobierno, quien justificó la actuación policial, porque aseguró que criticar al Islam está amparado por la libertad de expresión y que la policía no actúa frente a discursos sino ante hechos. Nosotros replicamos que esto no fue una crítica a quienes procesan esta religión sino una incitación al odio contra quienes la profesan y que si la policía sólo actúa por hechos, no entendemos como pueden ejercer la función preventiva contra la violencia racista. Para nosotros, claramente, esa tarde se estaba incitando al odio. No tenemos constancia de un llamamiento explícito de “vamos a atacar a las personas musulmanas”, no hubo un grito en ese sentido. Pero claramente, se estaba incitando al odio y probablemente alguna de las personas que estaba ahí, luego puede pasar a la acción y agredir a las y los musulmanes. Creemos que el discurso de odio es violencia, es la antesala de la violencia.
“Creemos que el discurso de odio es violencia, es la antesala de la violencia”
La Delegación del Gobierno finalmente archivó las sanciones contra esta mujer, aunque no explicó las causas de su cambio de criterio. Señaló textualmente que apreciaba razones objetivas que deben de ser tomadas en cuenta para modificar la propuesta de sanción, pero no respondió nunca a lo que las entidades sociales reclamamos: que se abriera una investigación sobre la actuación policial y se determinaran responsabilidades. No se ha sancionado a la mujer que denunció el acto racista de España 2000, pero no se ha actuado contra este proceder irregular de la policía. Si no se corrige la forma de actuar de la policía se está lanzando el mensaje de que los racistas pueden volver a actuar del mismo modo, que no les va a pasar nada.
¿Por qué no hubo un juicio y llamada al orden a la policía desde Delegación de Gobierno?
En este caso, lo que se aplicó fue la ley 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana, más conocida como la Ley Mordaza. Esta norma otorga valor probatorio a los agentes de autoridad, a la policía. Antes de la entrada en vigor de esta ley, un caso como este lo hubiera juzgado un juez supuestamente imparcial, pero ahora, es la Delegacion de Gobierno, de la que depende la propia policía, la que propiamente juzga y condena o absuelve, como en este caso. Por eso, decidieron archivar las sanciones tras protestar públicamente y presentar alegaciones, cosa de la que nos alegramos, pero sin dar mayores explicaciones, ni tomar medidas para que esto no pueda volver a pasar, por lo menos que nosotros conozcamos.
Si la ley considera como libre expresión los discursos racistas ¿Cómo puede la ciudadanía denunciar un acto racista?
La libertad de expresión no ampara los actos racistas, lo que pasa es que a veces el aparato judicial hace una interpretación errónea de la libertad de expresión en el sentido de que considera, por ejemplo, algunas afirmaciones de partidos de la ultraderecha como expresiones legítimas y esto no es así. El derecho internacional de los derechos humanos, las normativas y los propios tribunales europeos lo condenan y exigen que se investigue hasta el fondo cualquier acto de tipo racista o de incitación al odio. La ciudadanía cuando presencie o sufra un acto racista, debe acudir al juzgado a denunciarlo y paralelamente a la Fiscalía. Porque la Fiscalía tiene una sección especializada en delitos de odio, que investigará a fondo si constituye un delito de odio para poder actuar contra los responsables.
“La libertad de expresión no ampara los actos racistas, lo que pasa es que a veces el aparato judicial hace una interpretación errónea”
Finalmente, ¿Piensas que con la llegada de formaciones como Vox a la política en el Estado Español, se aprecia un aumento de la islamofobia y del racismo en el País Valencià?
Creo que la islamofobia está invisibilizada en la Comunidad Valenciana. Creo que existe un racismo estructural y cotidiano que no percibimos. Me estoy refiriendo al rechazo a alquilar piso a las personas musulmanas, a contratar a mujeres con velo o a las identificaciones con perfil étnico que hace la policía a la gente, que se centra muchísimas veces en personas con apariencia de profesar la religión musulmana. Todo esto ocurre cotidianamente, pero no se denuncia porque la gente no confía en que se vaya a hacer algo, porque es el propio aparato del Estado, a través de la propia policía, el que discrimina a quienes tienen rasgos árabes o, incluso, porque las víctimas asumen que es el precio que tienen que pagar por estar aquí. Y tampoco se denuncia porque muchas de las víctimas son personas que están en situación irregular y temen acabar con un procedimiento de sanción que pueda acarrear una multa cuantiosa o la expulsión del país si pisan una comisaría. Ese racismo e islamofobia está invisibilizada.
No obstante, ha habido casos, que sí que se han conocido, pero son los de calado más grueso, como la agresión que sufrió la gran mezquita de València en el año 2018, cuando apareció con la pintada “Stop el islam”, graffitis contra los “moros”, firmados por una esvástica y la cruz propia de la ultraderecha y en la verja colgaron los despojos de un cerdo. Y recientemente lo que hizo el influencer ultra, Alvise Pérez, que convocó a un acto de rechazo en València a que se hubiera indultado a una media luna en una falla, ahí hubo un discurso de odio claramente contra los musulmanes y esa misma noche hizo una réplica de una media luna y en un descampado le prendió fuego.