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Palestina
¡Por favor, Israel, mata con amor!
Los países del primer mundo están escandalizados con la dantesca carnicería. Las imágenes que se trasmiten del genocidio a través de los medios de comunicación son insoportables y nos revuelven las entrañas, es una pesadilla que perdurará para siempre en la memoria. Que pare de una vez por todas la guerra. Por favor, señor primer ministro, una tregua, el alto el fuego definitivo. Se lo rogamos con todo el respeto, vuestra excelencia, no se enoje, no se sienta ofendido. Los líderes políticos de EEUU y Europa presionan para que el ejército israelí no se exceda en su “legítima respuesta” a la agresión sufrida el 7 de octubre. Disculpe que nos inmiscuyamos en la política israelí pero esto ha sobrepasado todos los límites del derecho internacional pues las bajas civiles no paran de crecer.
La conmoción es tal que incluso los presidentes y primeros ministros y altas personalidades viajan presurosas hasta Jerusalén o Tel Aviv para rendirle pleitesía, solidarizarse y apoyar al Estado de Israel; felicitan a “Bibi” por su brillante operación “Espadas de Hierro” el castigo que se merecen los “terroristas de Hamás”. Los cómplices y aliados del sionismo reconocen el coraje del psicópata de Netanyahu y sus matones. El método que ha elegido la cúpula del FDI para limpiar la mala hierba de la franja de Gaza es “La solución final”, o sea, demolerla y borrarla del mapa.
Aunque también es cierto que la respuesta tiene que ser proporcionada, empezando por que los bombardeos sean más “humanitarios”; más sutiles y menos crueles. Hoy la tecnología ha desarrollado armas para la paz, armas preventivas; las bombas inteligentes, los aviones de combate pueden lanzar misiles teledirigidos capaces discriminar entre los buenos y los malos. Es muy impactante ver esas imágenes de criaturas masacradas; bebés, niños, niñas, madres, mujeres, jóvenes, adolescentes o ancianos aplastados y descuartizados. Asistimos a una matazón sin precedentes con escenas de horror insoportables. Los ciudadanos occidentales indignados se rasgan las vestiduras, reclaman y protestan: “peace and love”, “save Gaza”. ¡Basta ya de violencia! es la hora de la reconciliación y que juntos como hermanos se repartan la Tierra Santa.
Pero, claro, Israel tiene todo el derecho a defenderse y si caen víctimas civiles es el doloroso tributo que hay que pagar para que reine la paz y la seguridad en el mundo. ¿Acaso así no se combatió el nazismo en la II Guerra Mundial? EEUU y sus aliados le otorgan carta blanca para que cumplan los objetivos previstos: un diluvio purificador de fuego y de metralla. La soberanía de Eretz Israel ni se pacta ni se discute.
La comunidad internacional exige mesura, prudencia, serenidad: apunta bien soldado sionista, apunten bien pilotos de las escuadras de F-16, apunten bien tanquistas de los Merkava, apunten bien francotiradores, los comandos especiales afinen la puntería, seleccionen los blancos a batir con minuciosidad, no se dejen llevar por la venganza y el odio, Israel, por favor, contención, dispara con amor.
El primer ministro Netanyahu se ha visto obligado a dar una respuesta “justa y equilibrada” a la barbarie provocada por Hamás. Porque esta es una guerra entre el bien y el mal; entre los ángeles y los demonios. Y si pagan justos por pecadores, en las puertas del cielo Dios decidirá quiénes entran al paraíso y quiénes irán a quemarse en el infierno. Las autoridades de la Unión Europea y de EEUU se encuentran hondamente preocupadas por algunos “excesos” cometidos por su aliado Israel que con justicia ejerce el legítimo derecho a la defensa. Religiosamente y con mucho “amor” se han visto obligados a aniquilar a más de 15.300 habitantes de Gaza, la mitad de ellos niños, a los que el sionismo denomina “escudos humanos”. Exterminar niños es un factor decisivo porque son la simiente, la semilla del pueblo palestino.
Religiosamente y con mucho “amor” se han visto obligados a aniquilar a más de 15.300 habitantes de Gaza, la mitad de ellos niños, a los que el sionismo denomina “escudos humanos”. Exterminar niños es un factor decisivo porque son la simiente, la semilla del pueblo palestino.
Israel, afina la puntería, por favor, dispara con amor, respeten a la población civil reclaman la ONU, la Unión Europea, EEUU, el Vaticano, insisten e insisten en que sean compasivos y misericordiosos. El primer ministro Netanyahu, por Yahvé y la Torá, tiene que sensibilizarse, ya hay demasiada sangre derramada. Por favor, excelentísimo señor primer ministro respete las vidas de los civiles inocentes, que se cumplan las leyes del derecho internacional humanitario. Vuestra excelencia ya ha cruzado todas las líneas rojas con total impunidad. Señor primer ministro, utilice métodos menos dolorosos y más misericordiosos pues su ejército posee armas de tecnología punta capaces de realizar exitosas operaciones quirúrgicas y milimétricas para que no se cometan los desagradables “daños colaterales”. Los bombardeos sobre Gaza dejan diariamente cientos de muertos, heridos, mutilados, ciegos, tuertos, paralíticos. Resignación y que en el camposanto descansen en paz.
En todo caso los países occidentales son muy solidarios y envían a la franja de Gaza toneladas de ayuda humanitaria; pan y agua, los productos básicos y los suministros médicos necesarios para garantizar su supervivencia. Al menos para que aguanten un día más antes de ser amortajados. Pero paradójicamente los países occidentales también le proporcionan a Israel miles de toneladas de armas y municiones y así cumplan con su gloriosa tarea de exterminar a los “terroristas enemigos de la humanidad”.
Se calcula que desde que comenzó la ofensiva el ejército israelí ha lanzado más de 10.000 bombas y misiles sobre Gaza. Han agotado todos los arsenales. Tranquilos que Adonai proveerá. Definitivamente el único destino del pueblo palestino es el altar de los sacrificios. El próximo paso es fumigarlos con armas químicas para que caigan como moscas. Por favor, señor primer ministro Netanyahu, sea más comprensivo, con toda consideración que sus soldados disparen con amor y cariño para salvaguardar a la población civil inocente. ¿Qué dirá el santo padre que vive en Roma, que le están degollando a sus palomas? Existen avances tecnológicos para preservar la vida, las armas inteligentes son el mejor ejemplo de que Israel está comprometido en “construir la paz”. Por favor, que la artillería marque las coordenadas perfectas evitando escuelas y hospitales, que los drones cargados de explosivos y misiles de máxima precisión esquiven a los niños que juegan en las calles, los morteros teledirigidos que aciertan el 99% en el blanco y están dotados con un sistema de GPS que minimiza las víctimas civiles.
Ante esta bestial arremetida la última esperanza que les queda a los palestinos es orar para que los verdugos aprieten el gatillo con amor y compasión; rezar y rezar, oraciones contra balaceras, cañonazos o bombazos y que la divinidad los proteja. El único consuelo es que como mártires irán directo al paraíso.