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Agroecología
Acupuntura agroecológica
Acupunturas agroecológicas indispensables para una Extremadura desangrada demográficamente, camino de convertirse en monocultivo agroexportador y campamento minero.
Extremadura es fértil en hemorragias, aunque también en vida. Hablo aquí de hemorragias biofísicas y sociales. Las biofísicas están hechas de energía y materias sin transformar que nutren otras cuencas industriales o inmersas en la especulación urbanística. Como prueba está el afán por instaurar una república minera para financiar la transición a un llamado “capitalismo verde”. O los monocultivos agroexportadores, los cuales no consiguen equilibrar una balanza comercial lastrada por los mayores déficits en las relaciones económicas con otras regiones del Estados español. Son flujos que, paradójicamente (o no tanto, bajo la llamada “globalización”) proceden también de otras economías periféricas que proporcionan energía fósil, manufacturados de baja calidad o fruta que reposa unos días en algún almacén y continúa su rumbo hacia mercados centrales. Otras hemorragias se generan más al Sur.
Las hemorragias sociales son de dos tipos. Las externas apuntan hoy a las 45.000 personas emigradas en los últimos diez años. Las internas tienen que ver con los crecientes niveles de desigualdad que superan año tras año al resto de comunidades autónomas. Nos movemos ya en cifras de un 40% de pobreza relativa. Y de un 8,5% de la población que vive en condiciones de privación material severa, según definidas por el informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), esto es, no poder acceder a todas las comidas o no poder hacer frente a pagos del hogar, entre otros.
Las hemorragias sociales son de dos tipos. Las externas apuntan hoy a las 45.000 personas emigradas en los últimos diez años. Las internas tienen que ver con los crecientes niveles de desigualdad que superan año tras año al resto de comunidades autónomas. Nos movemos ya en cifras de un 40% de pobreza relativa.
Las hemorragias muestran que Extremadura no es tan viable como se quisiera hacer pensar. No faltan informes de autobombo, voluntades de conducirse por economías circulares, programas con nombre destinado a atajar las hemorragias bajo esta economía de campamento minero. Pero la realidad es tozuda y progresivamente vamos encabezando el furgón de la pobreza infantil o la creciente extracción de minerales y energías para el funcionamiento de otras maquinarias.
El desbaratamiento de opciones hemorrágicas requiere de algunas cicatrizaciones, de pequeñas acupunturas que nos hagan ver que es posible sembrar aquí una energía fértil. Y luego empujar para que dicha dirección saludable se acompañe de una articulación social que doblegue las agendas políticas del campamento minero. Visibilizar y ampliar el territorio de aquellas prácticas que cultivan sociedad y a la vez relocalizan economías puede ser un primer paso.
Desde primeros de octubre venimos celebrando encuentros en el marco del I Congreso extremeño de Agroecología. Por razones conocidas, algunos eventos han sido trasladados a la primavera del 2021. Otros prosiguen y nos dan sus primeros frutos. Las jornadas del pasado 9 y 10 de octubre en la localidad de Mérida nos dejaron apuntes muy necesarios para expandir el potencial agroecológico en Extremadura. Todo el material producido (audiovisuales, resúmenes y entrevistas) lo tenemos sintetizado en el Observatorio de Agroecología extremeño (OBAEX, www.obaex.org). El OBAEX pretende ser una herramienta plural de voces, investigaciones y experiencias para hacer avanzar la agroecología en nuestra región.
Soberanía alimentaria
Renta básica, medio rural y soberanía alimentaria
¿No existe la posibilidad de un “afuera” al hecho global que representa la pandemia? Bueno, en realidad no es un “afuera”, es más bien una posición contraria o periférica a la hegemónica: la mayor parte del mundo se sigue alimentando según pequeñas producciones y artesanales; la venta directa ha incrementado su presencia bajo el “estado de alarma”; los mercados locales han comenzado a rearticularse.
Las introducciones realizadas por Tomás García Azcárate (integrante del CSIC) y María Ramos (investigadora de CICYTEX) dejaron claro que la Unión Europea quiere incrementar hasta un 25% la superficie agraria dedicada a la producción y la ganadería ecológicas. ¿Una oportunidad o un nuevo desastre “en verde”? Las conclusiones del encuentro dejaron claro que en el territorio de transiciones ecológicas Extremadura presenta cierta dualidad tormentosa. Existen claros, como son la diversidad de su sector primario, el aumento de operadores en ecológico en los últimos años y la riqueza de sus ecosistemas. Y presenta también puntos oscuros: la pequeña producción se queda atrás o no recibe ayudas, existen pocos circuitos cortos para comercializar en Extremadura, el número de iniciativas de transformación crece lejos de la media española. Se habla del riesgo de la “convencionalización de la agricultura ecológica”, es decir, que sea la gran distribución y los bajos precios la que domine este sector, alejándolo de su potencial para crear economías viables en la región. Proseguiremos en Cáceres, el jueves 12 de noviembre, en la Facultad de Empresa, Finanzas y Turismo para hablar de “Retos ambientales, económicos y turísticos de la agroecología en Extremadura”.
Acupunturas agroecológicas hemos llamado a este proceso: intentar generar conocimiento contextualizado, atrayendo a círculos socioeconómicos que se manejan en iniciativas o investigaciones sobre sostenibilidad territorial, pero que en algunos casos aún transitan por campos convencionales. Seguramente estamos encontrando en el paraguas de la agroecología una posibilidad de articular diálogos y propuestas frente a las hemorragias indicadas. Con todo, la agroecología no es “la” respuesta a nuestra economía dual: débiles servicios hacia dentro, proveedora de insumos hacia fuera, marcadas desigualdades entre sus habitantes, acentuadas éstas por razones de género, edad o procedencia cultural. Pero sí puede facilitarnos visibilizar otros presentes más fértiles y, quién sabe, si nos lleve a incentivar otros futuros menos desangrantes e inviables. En ello estamos muchos compañeros y compañeras que habremos de encontrarnos por Granadilla, Guareña, La Vera, Jerte, etc. o las universidades de Badajoz y Plasencia al final de este proceso congresual reflexivo y práctico.
Soberanía alimentaria
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Con la que está cayendo y cierta izquierda ensimismada en palabros y conceptos marginales. Así no me extraña que el campo extremeño se eche a los brazos de Vox
La izquierda de derechas ataca a todo lo que en su incultura desprecia.
Vaya, que rápidamente se reparten carnet de la izquierda verdadera y de cultura. Hay que ser un poco más modestos y escuchar a la mayoría del campo extreneño. No veía yo a los campesinos que se levantaron el 25 de marzo del 36 reivindicando lo que se expresa en este artículo
¿Cuáles son esos conceptos no marginales que están reñidos con la agroecología?