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Urbanismo
Expropiación de casas y sobrecostes: los restos de la gestión de Feijóo en la reforma del hospital de A Coruña
Angustia, incertidumbre y, sobre todo, frustración. Esos son los denominadores comunes de los testimonios de las familias que viven en las cercanías del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC). El barrio donde se encuentran se llama Eirís y allí viven cuarenta familias sobre las que sobrevuela el fantasma de la expropiación. ¿El motivo? La ampliación del centro sanitario de referencia del norte de Galicia. Un complejo que adolece de grandes heridas estructurales y espaciales y que prometía ser la obra magna de la cuarta legislatura de Alberto Núñez Feijóo como presidente de la Xunta. No fue tal. Feijóo emprendió su viaje hacia Madrid y lo que aspiraba a ser una revolución sanitaria, cinco años después, es más una quimera que un proyecto real. En el camino, se encontró de frente no solo a los vecinos que pueden ser expulsados de sus viviendas, sino también a los trabajadores y usuarios de la sanidad pública, que solicitan un nuevo hospital y no uno viejo con remiendos.
El sobrecosto en referencia al primero anuncio es de, por lo menos, el 25%
La inversión bien vale la crítica. En el primer anuncio que hizo Feijóo en el año 2019, el presupuesto planeado era de 395 millones de euros. Con el proceso casi intacto, volvió con él a primera plana a unos meses de celebrarse las elecciones que él mism adelantó para el Parlamento de Galicia. “La política no puede ser oportunismo (...) Hoy esta ciudad [A Coruña], en mi opinión, tiene más servicios públicos, más oportunidad y más prestaciones de las que tuvo nunca. La primera obligación de un presidente autonómico es intentar mejorar los servicios públicos, y lo intentamos cumplir”, dijo entonces en una rueda de prensa que fue recogida de manera amable por los periódicos regionales. Pero fue papel mojado. En 2021, la Xunta ya había elevado a 457 millones de euros la inversión prevista inicialmente por el ahora líder del Partido Popular en el Estado español.
Hace un mes, la conselleira de Infraestructuras y Movilidad, Ethel Vázquez, ya colocó la previsión de gasto en “más de 500 millones de euros”. Es decir, el sobrecoste en referencia a aquel gran y primer anuncio es de, por lo menos, el 25%. Fuentes de los sindicatos sanitarios implicadas en el proceso auguran “una constante de subidas” que irán llegando nos próximos años.
¿Remodelar o construir?
Pero más allá del baile de cifras y de los plazos incumplidos, en este polémico proyecto están las personas. Las que trabajan y hacen uso de uno de los hospitales más punteros del Estado en trasplante renal cruzado, cardiopatías familiares, cirugía de la válvula mitral y cirugía cardíaca neonatal e infantil, pero también todas las familias que viven en sus cercanías y que cabalgan, como pueden, el miedo de tener que abandonar sus hogares. Mónica Díaz es la presidenta de la asociación de vecinos del barrio y, de facto, quien los representa: “Hay mil razones para hacerlo de una manera totalmente diferente, en otros espacios como ya se hizo en otras ciudades gallegas. Tanto el Ayuntamiento como la Xunta argumentan públicamente que no hay terrenos públicos donde hacerlo, como si estas casas que van a expropiar sí que lo fueran”. Desde la Plataforma de Afectadas por la Ampliación del CHUAC argumentan la necesidad de un nuevo complejo. Denuncian que el viejo, con más de cincuenta años, está localizado en una “zona de difícil acceso con pendientes y barreras para personas con movilidad reducida” y que está “mal conectado con el transporte interurbano y promueve atrancos” en una de las arterias de la segunda ciudad más grande del país.
“El hospital está mal estructurado y no se adapta a las necesidades actuales ni futuras de la salud pública”
Desde los sindicatos sanitarios concuerdan con la plataforma en que el hospital “está mal estructurado y no se adapta a las necesidades actuales ni futuras de la salud pública”. En ese contexto, señalan años de obras que, a su juicio, “serían incompatibles con muchas cirugías de las que el CHUAC es hospital de referencia”. “Cerraron el Hospital Materno Teresa Herrera, el Oncológico Labac y las consultas de especialidades en Ventorrillo y Abente”, añaden los afectados. Y rematan: “Sólo aumentan las camas disponibles en un 15%. No hay transparencia, ocultan los informes en que se basa la decisión y favorecen una confusión mediática que no presenta la realidad con infografías e incoherentes”.
Hay una persona que conoce las dolencias desde dentro y desde fuera. Lourdes Cordero es doctora de medicina intensiva en el Hospital de A Coruña e integrante de una de las familias que vive a apenas unos metros de él. “Lo que no está saliendo a la luz y lo que nos preocupa a los trabajadores es el largo período de obras que implica la ampliación de un hospital”, relata. “Sólo hay que darse una vuelta por el centro, por los pasillos... No hay espacio, hay goteras... Con las especialidades desbordadas, es una decisión fatal seguir colapsando el hospital”, añade. Como vecina, Cordero se reconoce agobiada: “Vamos a perder nuestras casas. Nos esperan cinco años de incertidumbres. No sabemos nuestro proyecto de futuro”. El caso de la familia de Lourdes es representativo de la situación colectiva. Su familia tiene una hipoteca sobre la casa en la que viven de la que aún le quedan quince años por pagar. “Lo nuestro es trágico, pero es peor aún lo de las personas que llevan sesenta años viviendo en el barrio y que ahora se le presenta un cambio radical en su vida. Con setenta años y algunas enfermedades lo van a tener que cambiar todo“, relata.
Un acuerdo entre el Ayuntamiento de A Coruña y la Xunta
La Plataforma de Afectadas por la Ampliación del CHUAC pide “escucha y sensatez” a los representantes del Partido Popular y del PSOE. La razón es que el proyecto tiene el beneplácito del Gobierno local de A Coruña, de la socialista Inés Rey, y de la Xunta de Galicia, donde gobierna el sucesor de Feijóo, Alfonso Rueda. De hecho, ambas administraciones alcanzaron la semana pasada un acuerdo para impulsar las obras de ampliación del complejo hospitalario, con el objetivo de comenzarlas este año, según expusieron cada uno de sus representantes después de un encuentro conjunto. Allí estuvieron presentes la conselleira de Infraestructuras y Movilidad, Ethel Vázquez, y el portavoz del gobierno local y concejal de Economía, José Manuel Lage, que destacaron el acuerdo y la “prioridad” existente para aproximar posturas tras unos últimos meses de desfalcos en el contexto político de las elecciones municipales.
En esa junta, se dio una aparente luz verde y un armisticio entre Xunta y Ayuntamiento. El gobierno municipal mantendrá su inversión de 22,2 millones de euros, pero destinará esta partida de forma íntegra a los accesos al hospital. Unas carreteras que también han recibido fuertes críticas de la sociedad civil por la proyección de nuevos viales y viaductos de alta capacidad en zona urbana y que, segundo sostienen los vecinos, “romperá en dos el parque de Eirís”. Por su parte, la Xunta asumirá las expropiaciones de los terrenos necesarios para acometer la ampliación, “un cambio que se concretará en uno nuevo convenio que se prevé esté listo entre abril y mayo”. La consejera de Infraestructuras y Movilidad, Ethel Vázquez, quiso rebajar las tensiones políticas y calificó de “cordial” el encuentro. Destacó la concreción del incluso “en soluciones viables para despejar el camino”, haciendo referencia al inicio de las obras y la licitación de las primeras actuaciones.
Aunque tanto desde la consellería del ramo como los vecinos afectados reconocen contactos para “buscar alternativas”, las familias avisan de que harán “todo el posible” por mantenerse en sus hogares. “Además nos juntaremos con las necesidades que sostienen los profesionales sanitarios de dedicar toda esta cantidad de recursos en la construcción de un nuevo hospital”, recalca la portavoz de la Asociación de Vecinos de Eirís. La tercera fuerza con mayor representación en el Pleno local, la Marea Atlántica, también se posicionó alegando contra esta fase del proyecto. Pidieron “máxima transparencia en los planes de ampliación” y su portavoz, María García, señaló en un comunicado durante lo proceso: “Es imprescindible replantear la movilidad y mejorar los accesos al nuevo Hospital de A Coruña, pero hacerlo no tiene por qué agredir al núcleo protegido de As Xubias o al Pazo de Guyatt, construyéndoles encima una rotonda de 20 metros de altura”.