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Unión Europea
Mucho Merkel y poco Sánchez en la propuesta de la Comisión Europea
La propuesta presentada hoy por la Comisión Europea, Next Generation EU, constaría de 750.000 millones de euros de los cuales dos tercios serían en transferencias directas y un tercio en préstamos. Pero sus condicionantes siguen siendo una incógnita.
El pulso entre los países del sur, con Sánchez a la cabeza, y la reconstruida y natural relación francoalemana, Merkel y Macron, se decanta por los segundos. Cero sorpresas. El fondo de recuperación anunciado hoy por la Comisión Europea (CE), que llega con cuatro semanas de retraso sobre su calendario inicial, sigue las pautas de la propuesta lanzada hace una semana por la canciller alemana y el presidente francés: 750.000 millones de euros, de los cuales dos terceras partes serán transferencias (los países no tendrán que devolverlo) y el restante mediante préstamos.
El gran fondo de recuperación de 1,5 billones propuesto por España se quedaría en la mitad. Los gobierno de Holanda o Austria dormirán algo más tranquilos al ver que, aunque haya parte de transferencias en vez de préstamos, el Presupuesto europeo no tendrá que aumentarse e incrementar su techo de gasto. Aún así, la reunión del Consejo, en la que los presidentes de todos los Estados miembro tendrán que aprobar dicho plan por unanimidad, no parece que vaya a ser una feliz votación sin pegas.
“Las posiciones están muy alejadas y se debe aprobar por unanimidad; así que las negociaciones llevarán tiempo. Es difícil imaginar que esta propuesta sea el final de esas negociaciones”, ha declarado un diplomático holandés recogidas por el medio Euroactiv. La cuenta de Twitter del Gobierno danés en Europa ha publicado que “estudiarán la propuesta”. Seguramente veamos un baile de tiras y aflojas para decantar ese “dos tercios, un tercio” hacia porcentajes que den más peso a que los países se endeuden y que sean los presupuestos de cada país los que acaben afrontando esa deuda, al contrario de lo que se pretende con el medio billón en transferencias.
Seguramente veamos un baile de tiras y aflojas para decantar ese “dos tercios, un tercio” hacía porcentajes que den más peso a que los países se endeuden
El Next Generation EU, como han llamado a este nuevo plan, se tiene que reintegrar. Nada es gratis en esta Europa. Lo que no está claro es cómo. La parte de transferencias se pretende pagar con nuevos impuestos a un nivel europeo y alzando temporalmente el techo de recursos al 2% del PIB europeo. Así, la Comisión Europea podrá pedir los 750.000 millones de euros a los mercados, a bajos tipos de interés al ser una deuda en cierto modo mutualizada ya que estará respaldada por una institución europea, para financiar el fondo.
Aquí no puedo evitar hacer un pequeño inciso para seguir dando la misma tabarra que he repetido en varios de mis recientes artículos con la herramienta que no se está usando y que nos ahorraría mucho dinero, pero es que la coincidencia de las cifras no me permiten pasarlo por alto. El Banco Central Europeo está inyectando 750.000 millones de euros a un ritmo actual de 40.000 millones semanales (40 veces lo que se fabrica en la famosa serie La casa de papel). Dinero que se lo da directamente a los bancos o lo utiliza para comprar bonos de grandes empresas privadas. La cantidad por la que quiere endeudarse frente a los mercados la CE para este plan son también 750.000 millones de euros. ¿Por qué no presta dinero el BCE directamente a la CE? Eso es lo que han hecho ya el Banco de Inglaterra, la Reserva Federal Estadounidense o el Banco de Japón. Creas dinero y se lo das a interés cero o con bonos perpetuos (se pagan intereses pero no se devuelve el capital) al organismo público que vaya a canalizar los planes de reconstrucción o la necesidad que tengan, sea la Comisión o los Estados directamente. La única respuesta a esa pregunta es que esta Unión Europea prefiere seguir manteniendo al sector financiero y a las grandes multinacionales, que abaratar y facilitar la reconstrucción económica. La vergüenza de un Tratado de Maastricht sin sentido alguno.
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Domar al BCE y a los mercados para ganar al coronavirus
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Tras el inciso, continúo. “A fondo perdido” o “subsidios” queda muy bien como eslogan. Pero la presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen, fue directa y específica hace tan solo diez días: “Las ayudas del fondo de reconstrucción irán ligadas a la modernización de la economía”. La pregunta aquí es qué entiende la Comisión Europea como “modernización de la economía”. ¿Modernizar es dar mucho más espacio al capital privado mediante más privatizaciones? ¿Se refiere a los mismas “reformas estructurales” que sufrimos tras la crisis del 2008? ¿Es la austeridad y el recorte de lo público una modernización económica? ¿Es la “modernización económica” un nuevo eufemismo para hablar de las mismas recetas aplicadas tras la crisis de 2008? Parece que todas las ayudas van vinculadas al Semestre Europeo, el programa de vigilancia y de rendición de cuentas a Bruselas en el que se enmarcan los programas de reformas, por lo que apunta a que la respuesta a esas preguntas sea un sí.
¿Es la “modernización económica” propuesta por la Comisión Europea un nuevo eufemismo para hablar de las mismas recetas aplicadas tras la crisis de 2008?
Las transferencias también se devuelven, aunque no salgan directamente de los presupuestos generales de los Estados miembro. Para poder afrontar este nuevo reto, la UE se prepara para instaurar nuevos impuestos y tasas. La tasa europea a los plásticos parece ser una de las principales herramientas, aunque el lobby del sector ya ha pedido que se retrase “a la vista del incremento del uso de plásticos que ha generado el confinamiento en muchos países”. O sea, cuando más están vendiendo, no quieren pagar o que lo pague el consumidor.
El documento lleva otra de las propuestas que ya estaban encima de la mesa supranacional, por parte de la OCDE, y en la de varios países, como España o Francia. La tasa Google o tasa GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple) parece que está en la agenda de la Comisión y, según el texto, apoyan las propuestas de la OCDE y los debates en el G20, pero dicen estar “dispuestos a actuar si no se llega a un acuerdo global”. Recadito para Trump y su matonismo a la hora de amenazar a Francia para que retirara dicha tasa. De cómo luchar contra la evasión fiscal producida en el mismo seno de la Unión Europea, no hay ni una palabra.
En cuanto a los plazos, el documento publicado hoy por la CE tras el anuncio del paquete de medidas dice que “no antes de 2028, pero no más tarde de 2058”. Es bastante curioso que un plan presentado para salvar el futuro de la UE llamado “Next Generation UE”, se pretenda devolver cargándolo sobre las nuevas generaciones de la UE. Veremos en qué quedan esos plazos tras las negociaciones del Consejo y la propuesta que se apruebe finalmente, si es que los “países frugales” (Holanda, Dinamarca, Austria, etc) admiten esta nueva herramienta.