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Tren de alta velocidad
El gobierno italiano da la razón al movimiento contra el Tren de Alta Velocidad
Un documento publicado por el Consejo de Ministros de Italia reconoce las razones de ser del movimiento NoTAV.
El equipo de presidencia del Consejo de Ministros italiano ha publicado recientemente un documento titulado Adecuamiento del eje ferroviario Turín-Lyon. Verificación del modelo de ejercicio para el tramo nacional del lado italiano fase 1 - 2030.
En la página 58 se puede leer: “No hay duda (...) de que muchas de las previsiones realizadas hace casi 10 años, desde la buena fe y apoyándose en previsiones oficiales de la Unión Europea, han sido desmentidas por la vía de los hechos, sobre todo como consecuencia de la grave crisis económica de estos años, que ha llevado a la sociedad a nuevos objetivos; en el caso de los transportes, a la búsqueda de la seguridad, la calidad y la eficiencia. El escenario actual es, por tanto, muy distinto de aquél en el que se tomaron en su momento las decisiones y ninguna persona con sentido común y de buena fe puede asombrarse por ello. Así, es necesario dejar a los estudiosos de historia económica evaluar si las decisiones tomadas en su momento podían haber sido distintas. Lo que se ha hecho en el presente documento y nos interesa hoy es, en cambio, evaluar si el contexto actual, del cual forma parte la construcción del nuevo túnel principal (...) requiere y justifica la construcción de las obras complementarias: estas son, de hecho, las decisiones que tendremos que tomar en breve. Precisamente por la necesidad de asumir estas decisiones de forma consciente, hemos de liberarnos de la obligación de defender los contenidos analíticos de las evaluaciones hechas años atrás”.
Si la intención era buena, lo demás no importa. No importa que aquellas evaluaciones equivocadas generaran la crisis más grave de las últimas décadas, e irreversible en muchos aspectos, entre una vasta comunidad y el Estado.
Miles de juicios, cientos de arrestos, enfrentamientos violentos, barricadas, veinticinco años de lucha. Las palabras del Gobierno, que reconocen plenamente las razones de ser del movimiento NoTAV —el TAV está fuera de escala—, no generan en el Valle de Susa [principal región geográfica afectada por las obras, N. del T.] la más mínima sensación de satisfacción, más bien un enorme sentimiento de rabia. Entre otras cosas, porque la conclusión del documento gubernamental, que reconoce la ausencia de tráfico en el tramo Turín-Lyon, transciende el reconocimiento de los hechos: no es necesario, pero se realizará de todas formas.
¿Pero cuánto se equivocaron las previsiones que originaron el proyecto de la Alta Velocidad entre Turín y Lyon? Los estudios de LTF [Lyon Turin Ferroviaire, sociedad anónima creada por Francia e Italia para promover la realización del la Alta Velocidad entre Turín y Lyon, N. del T.] de 1999 preveían un incremento del tráfico de mercancías del 100%, entre los años 2000 y 2010, es decir, de diez a veinte millones de toneladas.
Tras el accidente y cierre del túnel del Mont Blanc, que desplazó al túnel del Fréjus [mucho más cercano a Turín, N. del T.] el tráfico de mercancías, las previsiones fueron revisadas en 2004, sufriendo una prepotente subida: de ocho millones en 2005 a 40 en 2030. Y todo porque las mercancías en tránsito hacia Austria o Suiza serían atraídas, quién sabe por qué, hacia la línea Turín-Lyon.
Hoy día pasan por el actual túnel del Fréjus —modernizado hace solo unos años—, tres millones de toneladas de mercancías. Si se suman los flujos de la autopista que corre en paralelo, se llega a 13 millones. Estos datos fueron, y son aún, parte esencial de la revuelta del Valle de Susa.
La responsabilidad sería de la Unión Europea, que se equivocó en sus cálculos, según parece desprenderse del documento del gobierno italiano, aunque ahora es ya tarde para echarse atrás. Un obstáculo enigmático, ya que, por el momento, de la Alta Velocidad entre Turín y Lyon no existe ni un solo metro construido, a excepción de un pequeño túnel geognóstico en la localidad de Val Clarea.
Piercarlo Poggio, docente del Politécnico de Turín, que forma parte del grupo de académicos que se han opuesto desde un punto de vista científico al tramo de Alta Velocidad entre Turín y Lyon, comenta: “Las palabras del Gobierno corroboran la validez del enfoque científico sostenido por el movimiento NoTAV: nunca hemos tenido una posición ideológicamente contraria. Nuestros estudios han sido siempre correctos, y demuestran la inutilidad de la obra. Hoy, con mayor razón, es momento de volver atrás, no de seguir hacia delante como si nada hubiera pasado”.
El túnel de base costará 8.600 millones de euros, repartidos entre la Unión Europea (40%), Italia (34,7%) y Francia (25,3%). El Estado italiano gastará por tanto 3000 millones de euros, a los que hay que sumar otros 1.700 millones necesarios para el potenciamiento de la línea actualmente en uso: es lo que se conoce como “TAV low-cost”.