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Sindicatos
El despido por “represalias sindicales” de un trabajador de Iveco termina con una huelga en la compañía
Enrique Ruiz, operario de Iveco, estaba de vacaciones cuando le notificaron su despido disciplinario. Según la empresa, en repetidas ocasiones había fichado su hora de salida en el reloj que no le correspondía, pese a que siempre lo había hecho una vez terminado su turno y no estar establecidos los terminales en los que los trabajadores deben fichar su entrada y salida de la planta. Desde la sección sindical de CGT tachan el despido como “una represalia” debido a las críticas vertidas por parte del trabajador en sus redes sociales y su actividad en defensa de sus compañeros de plantilla. La empresa se niega a negociar el despido, por lo que el sindicato ha convocado varias jornadas de huelga.
“Se me imputa un despido disciplinario porque según la empresa había fichado unas 20 veces desde el 2020 hasta el 23 de junio de 2021 en un reloj que no me correspondía, es decir, el que no está más cercano a mi zona de trabajo”, cuenta el afectado.
Julián Martínez, el secretario de la ya mencionada sección, recalca que “no hay nada punible en su acción y se debe a una represión sindical”, y así lo explica: “Si él termina su turno a las 23.00 horas, ficha unos segundos después. La empresa lo que dice es que tiene que abandonar su puesto de trabajo para llegar al reloj unos segundos antes de que termine su jornada”.
Con una experiencia de nueve años en la planta de Iveco, 45 años de edad y una hija de 15 años a su cargo, Ruiz lucha ahora por su readmisión
Ruiz es una “persona extremadamente crítica”, aduce Martínez, con la empresa y el resto de sindicatos que conforman el comité, CC OO y UGT. “Hace poco salió adelante el convenio de la empresa sin el apoyo de CGT, y realizamos algunas movilizaciones en las que Ruiz siempre participaba. Además, él fue el primer trabajador que iba en nuestras listas y que no entró al comité, así que no tiene ciertos derechos garantizados para los representantes de los trabajadores”, continúa explicando el sindicalista de CGT. Él mismo es el que se sorprende de lo acontecido, pues nunca había sucedido algo así con ningún otro trabajador: “Llevo 22 años en el comité de empresa y salvo casos brutales, de gente que fiche en un reloj que está a 400 metros de su puesto de trabajo, nunca había pasado nada así, y en todo caso sería un apercibimiento verbal”.
El trabajador también ve cierta inquina por parte de la entidad hacia él, y no entiende cómo una posible falta de esas características se puede materializar en su despido. Con una experiencia de nueve años en la planta de Iveco, 45 años de edad y una hija de 15 años a su cargo, Ruiz lucha ahora por su readmisión en los tribunales, donde asesorado por CGT reclama la nulidad. Iveco, consultada por este medio, prefiere no hacer declaraciones al respecto.
“Han ido a por mí”
Asimismo, el afectado afirma que la mayoría de la plantilla hace lo mismo que él, y recuerda que oficialmente no hay establecido ningún reloj para fichar según qué puesto de trabajo ocupas y que él siempre lo ha hecho una vez terminada su jornada. “Lo hace la mayoría de la plantilla, incluso me lo han reconocido algunos mandos que me han llamado y me han dicho que si esto lo hacen conmigo lo tendrían que hacer con el resto”, esgrime. Ahí fue el momento en el que Ruiz empezó a sospechar la verdadera motivación de su despido: “Han ido a por mí porque he sido muy crítico con el tema del convenio y con algunos sindicatos en cuanto a su actitud, porque aquí los sindicatos mayoritarios dejan mucho que desear”.
“En el siglo XXI tenemos actitudes del siglo pasado, con compañeros y sindicatos que parecen más verticales que defensores de la clase trabajadora”, se explaya Ruiz.
Más de un mes después, el operario no entiende por qué no le señalaron desde el primer momento que tienen registro de ello que lo que hacía podría terminar en un despido, y denuncia mala fe por parte de la empresa al registrar el despido menos de una semana después de haber empezado su periodo vacacional. “No estoy apenado, sino con una rabia bastante grande por las formas en que lo han hecho. Si me echan por ser una mosca cojonera, porque molesto como trabajador que lucha por sus derechos, pues lo afronto como sea, pero aquí con regates de si he fichado y demás… Sí es verdad que he sido muy crítico con la empresa en redes sociales. En un grupo de Facebook donde estamos muchos trabajadores, en ocasiones escribía algo que terminaba borrando, porque siempre hay algún chivato. En el siglo XXI tenemos actitudes del siglo pasado, con compañeros y sindicatos que parecen más verticales que defensores de la clase trabajadora”, se explaya Ruiz.
Él mismo incide que este tipo de maniobras son comunes por parte de Iveco: “A un chaval le salió un bulto en la espalda, estuvo de baja y luego le despidieron diciéndole que no había aportado los partes médicos, aunque ahora parece que la justicia le ha dado la razón”. Y prosigue: “Otro compañero de mantenimiento pasó un tribunal médico y resolvieron que no podía realizar las funciones que venía efectuando, y se lo cargaron. Dime tú a mí que en una empresa de 2.500 trabajadores no hay otro puesto para él cuando hay cuarenta mil enchufados de los otros sindicatos y la empresa”.
Silencio en el resto de sindicatos
La sección de CGT se ha volcado con su compañero, no así las demás secciones, UGT y CC OO, recalca la central anarcosindicalista. “No hemos tenido ningún tipo de respuesta por parte de la empresa, y eso que hemos pedido reuniones con el director de la fábrica y Recursos Humanos, y no contestan”, arguye Martínez. Este sindicalista, además, estuvo en el pleno del comité de empresa convocado para recabar apoyos por parte de los dos sindicatos mayoritarios: “Hace más de 10 días nos dijeron que tenían que pensárselo, y no nos han dicho nada. Cuando acudimos al Instituto Laboral de mediación, se pusieron de perfil diciendo que no saben si realmente es una represalia de la empresa por no haber firmado el convenio”.
El secretario general de la sección sindical de CGT en la compañía no se olvida de Recursos Humanos: “Su hostigamiento es brutal. Ya tuvimos el tema de Verónica, que no se cortó a tiempo. El departamento ha hecho dos veces una encuesta de riesgos psicosociales y han salido muchísimos puntos en rojo por la tensión que soportan los trabajadores, y no han hecho nada para remediarlo”.
Huelgas en solidaridad con el trabajador
CGT ha convocado varios paros en la planta para presionar a Iveco en cuanto a la readmisión de Ruiz. Varias jornadas de huelga en las que se medirá la solidaridad de los compañeros frente a la fuerza de la empresa. Aunque en un primer momento los paros estaban convocados para el 11, 18 y 25 de septiembre, la primera fecha se ha caído de la planificación: “Convocamos los sábados porque es cuando la empresa tiene un pico de producción. Lo que ocurre es que, como el resto de la automoción, la falta de piezas ha hecho que apenas vaya a haber trabajadores ese día, así que pronto nos asamblearemos para decidir si cambiar las huelgas a los miércoles, porque casualmente aquí faltan piezas cuando hay paros”, explica Martínez.
Ruiz, por su parte, anima a todos sus antiguos compañeros a movilizarse, no por él, sino por la clase trabajadora. “La empresa está en un tiempo de bonanza económica y eso, en ningún caso, ha repercutido en la plantilla. Parece que la gente se ha olvidado de que en enero de 2018 empezaron con varios ERTE que han durado hasta 2020, el año en que se prolongó el convenio con una subida salarial del 0%”, determina el afectado. Él pone punto y final a este artículo, que no a esta historia: “Se lo he dicho a todos mis compas, que si mi despido sirve para que abran los ojos y vean que la única salida es unirse y luchar por su futuro, bien está, pero para eso tienen que perder el miedo”.