Racismo
Madrid será la tumba del racismo

Hay lugares que no se olvidan y fechas que no se borran de la memoria. Son lugares y fechas de dolor y trauma, pero también de resignificación y resistencia colectiva frente al miedo y la injusticia.
15 mar 2023 06:43

Las personas, los pueblos, las ciudades, los países y sus memorias están cargados de espacios de dolor, trauma y resignificación.

También las comunidades racializadas, que reviven cada año traumas pasados.

En Madrid hay dos grandes fechas que permanecen ancladas de forma dolorosa en la memoria colectiva del antirracismo: el 13 de noviembre de 1992 con el asesinato de Lucrecia Pérez, dominicana llegada a la ciudad hacía apenas un mes y que malvivía junto a otras compatriotas en la abandonada discoteca Four Roses, en el distrito de Aravaca, y el 15 de marzo de 2018, día en el que el senegalés Mame Mbaye, perseguido por la policía por las calles de Lavapiés, sufrió un infarto a causa del sufrimiento al que se había visto sometido durante años por parte del racismo institucional.

Ambas fechas se recuerdan cada año con sendas manifestaciones, como una forma comunitaria de decir que fueron ellos, pero pudimos ser otras muchas las que cayeron aquellos días que se han vuelto para siempre grises en la memoria de las comunidades negras y el antirracismo.

Lucrecia acababa de llegar a España hacía poco tiempo, corrían los primeros años 90, aquellos en los que ni siquiera estaban tipificadas las leyes de odio y, por supuesto, tampoco existía la ley antirracista que está preparando el gobierno y a la que con tanto anhelo esperamos desde los pueblos y las comunidades racializadas. Fue asesinada de dos disparos por un guardia civil al que su color de piel le sirvió como excusa perfecta para manifestar su abominable odio racista.

Mame Mbaye cayó en una tarde de marzo mientras huía perseguido por la policía por haber cometido el único delito de ser vendedor ambulante, mantero, en las calles de la capital

Las niñas y niños afrodescendientes que crecíamos en aquellos años en Madrid, sabiéndonos ya distintas, nos vimos atemorizadas y desamparadas pues sentimos de forma colectiva que cualquiera de nosotras era susceptible de caer bajo sus pistolas. Eran los años en los que los skin-heads campaban a sus anchas por las calles de Madrid, creando espacios de peligro y exclusión para nosotras, que nos sentíamos amenazadas cada fin de semana, sobre todo si el Real Madrid había jugado en el Bernabéu. Con sus botas militares, sus cabezas rapadas y sus esvásticas cosidas a la ropa, recorrían las calles sin miedo, infundiéndonos, sobre todo a las y los afrodescendientes, una sensación de desprotección que, en la mayoría de los casos, conservamos hasta hoy. No se podía ir a los bajos de Argüelles, pues allí estaban ellos defendiendo la rabia de su odio a lo distinto, no se podía pasar los 20N cerca de la Plaza de España, pues allí estaban ellos para recordarnos que no pertenecíamos a la ciudad que nos había visto nacer y crecer. Pero, sobre todo y ante todo, no se podía no tenerles miedo con aquellas historias que se contaban casi cada fin de semana en los informativos sobre las palizas que habían dado a personas negras frente a la casi total impunidad por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, en muchos casos aliadas de forma clara con su discurso de odio.

Migración
Mame Mbaye, doce años abocado a la manta

El joven senegalés fallecido ayer por un ataque al corazón tras una persecución policial llegó a España en mayo de 2006 desde Senegal. 

Muchos años más tarde cayó Mame Mbaye en una tarde de marzo mientras huía perseguido por la policía por haber cometido el único delito de ser vendedor ambulante, mantero, en las calles de la capital. Su muerte indignó a toda la comunidad senegalesa, que inundó Lavapiés de gritos de rabia y dolor durante días, y aún permanece como un recuerdo doloroso para todo el movimiento antirracista de la capital. Mame había llegado a España diez años antes de aquel día, diez largos años en los que se había visto enredado en la ley de extranjería, especialmente diseñada para atrapar a cualquiera cual tela de araña en el laberinto de la ausencia de contrato de trabajo sin papeles en regla y la ausencia de papeles en regla sin contrato de trabajo. Pocos son los que salen de ese laberinto y los que lo hacen se van dejando en él, cual jirones de piel en las concertinas de las vallas de la frontera, ilusiones, promesas, esperanzas y miedos. Su muerte, como la de Lucrecia, significó un antes y un después para muchas personas que nos sentimos directamente amenazadas por unas fuerzas y cuerpos de seguridad que, en lugar de proteger a las personas racializadas como miembros iguales de esta sociedad, tienden a criminalizarnos y que están entrenadas para clasificarnos por rasgos fenotípicos, como si tener la piel más oscura o los ojos más rasgados, fuesen señales de una mayor tendencia a la delincuencia y la criminalidad.

En la calle del Oso en la que murió Mame, se colocó una placa que decía “calle de Mame Mbaye” y así fue y ha sido rebautizada para siempre, aunque la placa ya no se encuentre allí, victima una vez más de la intolerancia y el odio de algunos. Es imposible no pasar por esa calle y recordarle, estremecerse ante su muerte inesperada y absurda y para los senegaleses pensar que cualquiera de ellos en situación irregular podría también haber sido el que cayese ese día. Hoy hay dos murales en el barrio de Lavapiés que recuerdan su figura y su muerte injustificada, pero nada podrá traerlo de vuelta de nuevo a la vida para darle la oportunidad que las instituciones le negaron de vivirla.

Las niñas y los niños afrodescendientes que crecimos en los años del asesinato de Lucrecia Pérez nos seguimos sintiendo distintas, pero ya no estamos tan solas como antes. Aprendimos a organizar nuestra rabia y a defender nuestra ciudad de los bárbaros

Hay lugares que no se olvidan y fechas que no se borran de la memoria. Son lugares y fechas de dolor y trauma, pero también de resignificación y resistencia colectiva frente al miedo y la injusticia.
Desde entonces muchas cosas han cambiado en Madrid, las niñas y los niños afrodescendientes que crecimos en aquellos años del asesinato de Lucrecia Pérez nos seguimos sintiendo distintas, pero ya no estamos tan solas y aisladas como antes. Hemos aprendido a organizar nuestra rabia y a defender nuestra ciudad de los bárbaros sin escrúpulos que pretenden hacernos sentir extranjeras en ella y que, incluso, hace apenas dos años campaban por el centro de Madrid una tarde de sábado en una manifestación permitida y escoltada por la policía, portando bengalas que inundaban junto con sus cantos racistas y xenófobos el cielo de la capital de vergüenza.

La comunidad senegalesa está cada día más unida y fuerte y también ha aprendido a defenderse de la injusticia, a ordenar su rabia y a contraponerla al odio fascista que aún inunda nuestra ciudad. Pantera, la tienda del sindicato de manteros, es un buen ejemplo de ello. Los que antes se veían obligados a correr, ahora tienen en la calle Mesón de Paredes su propio puesto de fabricación y venta, lo que les convierte en algo más dueños de su futuro y sus vidas.

El antirracismo en Madrid se organiza cada día con más fuerza gracias a miles de personas que, sabiéndonos distintas, somos también conscientes de que no estamos solas ni lo estaremos nunca más si sabemos encontrar en la unión con nuestras hermanas y hermanos las razones para luchar, para enfrentarnos, para contra atacarles y decirles que esta ciudad es también nuestra, que Madrid, lo quieran o no, no es ni ha sido nunca sólo blanca y también nos pertenece.

Porque no fueron los blancos los que vinieron a salvarnos, no fue la condescendencia de las administraciones y los poderes públicos ni el buenismo de la sociedad civil. Fuimos nosotras, las personas negro africanas y afrodescendientes las que, organizando de manera colectiva nuestra indefensión y nuestro miedo, transformamos y estamos transformando esta ciudad para hacerla más abierta, tolerante y vivible para todas y gritar juntas que por y para siempre “Madrid será la tumba del racismo”.

Archivado en: Migración Racismo
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Euskal Herria
Justicia Aplazado el juicio contra los activistas por el paso de migrantes durante la Korrika
La vista se retrasa al 7 de octubre para que el tribunal pueda responder a las preguntas de los abogados. Los acusados han presentado más de 3500 autoinculpaciones recogidas con la campaña “J'accuse”
La internacional Sonora
El Salto Radio La Internacional Sonora 19: Libia
Entrevistamos a Rasha Nagem, analista y especialista libia en radicalización extremista, sobre la situación actual de Libia.
Opinión
Opinión ¿Y si lo xarnego fuese otra cosa?
Lo xarnego no es una ideología: marca un origen migratorio y a partir de aquí cada cual es de su padre y de su madre: hay xarnegos indepes como los hay anarquistas.
Hidrógeno
Descarbonización Los planes de expansión del hidrógeno en Europa chocan con la falta de energía verde para producirlo
La escasez de hidrógeno producido con renovables y el exiguo desarrollo del aluvión de proyectos anunciados ponen en entredicho la estrategia de descarbonización en Europa, según un informe de Global Energy Monitor.
Crisis climática
Parlamento Ciudadano Climático Un jurado popular ciudadano para combatir la crisis climática y el retroceso democrático
En un momento crítico para la democracia y la acción climática, cinco organizaciones medioambientales reunieron en el Congreso de los Diputados a científicos, actores sociales y asambleístas para impulsar un Parlamento Ciudadano Climático Permanente.
Pensiones
Revalorización de las pensiones Los pensionistas no se fían y salen a la calle tras el rechazo al decreto ómnibus
La Unidad de Acción de Madrid convoca a manifestarse este viernes 31 frente a la sede del PP tras la “posición negativa de la derecha ultranacionalista, sea española o catalana”.
Ayuntamiento de Madrid
Convenio colectivo Las cuidadoras ganan a Almeida: Madrid anuncia nuevos pliegos con la subida salarial pactada
Las trabajadoras de cuidados seguirán en huelga dado que “no hay nada tangible”. El anuncio afectaría a 12.000 personas empleadas por el Ayuntamiento, pero no a las 2.000 trabajadoras más convocadas a la huelga que trabajan para la Comunidad.

Últimas

Cine
El Salto recomienda Diez películas y series en Filmin para acercarse a la diversidad de Andalucía
Una selección realizada por la periodista de El Salto Aurora Báez Boza sobre las mejores películas y series para descubrir las diversidades que habitan dentro de Andalucía
Salario mínimo
Pacto bipartito Trabajo y sindicatos acuerdan la subida del salario mínimo en 50 euros sin el apoyo de la patronal
Díaz anuncia un acuerdo con los sindicatos que llevará al Congreso de Ministros de forma “inminente” la propuesta del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos proponían una subida de 66 euros y la patronal, de 34 euros.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Sin materiales, sin protección adecuada y sin financiación: los bomberos de Madrid denuncian “abandono”
La contaminación de los equipos de protección de cinco bomberos en un incendio en una nave de reciclaje hace levantar de nuevo la voz de los sindicatos, que ya tienen denunciada ante el TSJ de Madrid, la falta de financiación.
Opinión
Opinión No es Poder Popular todo lo que reluce
VV.AA.
No hay alternativa capaz de cambiar este sistema que no hable claramente de socialismo y de clase trabajadora
Lavapiés
Madrid Lavapiés gana un asalto a la organización fascista Hacer Nación
La empresa en la que se iban a organizar unas jornadas con figuras de la extrema derecha europea ha confirmado que comunicó a Hacer Nación que no le cedía su espacio.
Más noticias
Madrid
Justicia El fiscal general del Estado, en el alambre, declara como investigado ante el Supremo
Álvaro García Ortiz acude al alto tribunal a explicar su versión de las filtraciones denunciadas por el entorno de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Es la primera vez que un fiscal de su categoría declara como investigado.
El Salto Radio
EL SALTO RADIO Cultura y resistencia desde América del sur
Cuatro historias sonoras de experiencias creativas y comunitarias en algunas ciudades de Perú, Argentina y Paraguay

Recomendadas

Dana
Tres meses de la dana “Aquí no llovió casi nada”
VV.AA.
Un vecino de Benetússer explica cómo la riada arrasó y cambió para siempre las vidas de miles de personas.
Crímenes del franquismo
Isabel Alonso Dávila “El franquismo fue una máquina de fabricar miedo y dolor hasta el final”
Detenida en Granada en 1974 y 1975 por su vinculación con el movimiento estudiantil antifascista de la época ha presentado la primera querella en Andalucía por Crímenes contra la Humanidad en la dictadura franquista
Jaén
Andalucía Lopera no quiere que Greenalia especule con sus olivos
Decenas de pequeños olivareros de la Campiña Norte de Jaén podrían perder sus terrenos en beneficio de una empresa que quiere talar los árboles para instalar siete parques fotovoltaicos.
Redes sociales
Nuevas normas Meta abraza el discurso de odio y desafía la normativa anti discriminación
La plataforma de Mark Zuckerberg anunció cambios en sus normas: cuando empiecen a aplicarse, los comentarios misóginos y LGTBIAQ+fobos no violarán su política, pero existen herramientas para denunciar el discurso de odio.