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Política
“Hay que abrir espacios de colaboración entre las distintas fuerzas de la izquierda vasca”
Errenteria es el municipio más grande de Euskal Herria gobernado en coalición por EH Bildu y Elkarrekin Podemos. Charlamos con José Manuel Ferradás, Concejal de Medioambiente del Ayuntamiento, sobre lo colectivo, la política municipal y los retos inmediatos de la izquierda.
La respuesta a la crisis de la Covid19 puede articularse desde diferentes ámbitos, siendo el más pegado a la realidad de la gente, sin duda, el que opera a escala municipal. El Ayuntamiento de Errenteria (Gipuzkoa) vive su tercera legislatura con un gobierno de coalición de izquierdas, desde que en 2011 EH Bildu alcanzara la makila del consistorio. Errenteria tiene hoy 40.141 habitantes y un pleno municipal conformado por 9 concejalías de EH Bildu, 6 del PSE-EE, 3 del PNV y 3 de Elkarrekin Podemos.
El periodista y concejal de Medioambiente José Manuel Ferradás (Bilbao, 1963) es uno de los artífices de la coalición que gobierna en Errenteria. Desde su militancia en Podemos Euskadi, explica cómo el gobierno municipal puede cambiar a mejor la vida de la gente con acciones concretas, ahora más urgentes tras el confinamiento y dados los riesgos crecientes de degradación social.
Vaya tiempos para gobernar desde la izquierda un ayuntamiento, ¿no?
No resultan fáciles para nadie. Pero creo que existe una apreciación compartida a futuro. A la crisis sanitaria generada por el virus del Covid19 le seguirá una crisis de tipo económico y social de la que a día de hoy es muy difícil, por no decir imposible, delimitar su alcance. A la hora de afrontarla es importante situar desde donde lo haremos. Aunque no sea la más importante, el ayuntamiento es la institución pública más cercana a la gente y ahora se tiene que ver en los municipios que la izquierda tiene otra forma de gobernar.
“Ahora se tiene que ver en los municipios que la izquierda tiene otra forma de gobernar”
¿Cómo va a cambiar vuestra realidad?
No llegan señales especialmente alentadoras desde algunas instituciones o sectores como, por ejemplo, los empresariales, que a primera vista parece que van a actuar con parámetros no muy diferentes a los que utilizaron en la crisis del 2008. No es arriesgado decir que o bien no les ha dado tiempo a digerir la naturaleza de esta crisis o bien sus construcciones ideológicas determinan su eje de actuación. Posiblemente sea lo segundo.
¿Cómo ves a los gobiernos foral y autonómico, de los que dependéis para casi todo?
Como te decía, creo que en su ideología se desdeña lo colectivo, lo comunitario y se apuesta por lo piramidal, más allá de que en el discurso lo pretendan ocultar. En esa pirámide las instituciones municipales juegan un papel subordinado y de apoyo a una construcción social donde la apuesta por el individualismo es una seña de identidad. Lo individual se contrapone a lo comunitario.
¿Y pueden los ayuntamientos marcar la diferencia?
Algo sí, en esas estamos. Ante la actual situación de impasse legislativo, judicial y casi también ejecutivo, con un Gobierno vasco en funciones, hacemos un llamamiento a que las instituciones más cercanas a la ciudadanía rompan una lanza a favor de otra forma de hacer las cosas. Los ayuntamientos deben ser protagonistas junto a sus vecinas y vecinos en dar una respuesta compartida y solidaria a las crisis que está desatando la pandemia.
La otra opción que les queda a los ayuntamientos es verse subsumidos en la incapacidad de dar una respuesta a las necesidades de la gente y convertidos en meros agentes secundarios de políticas dictadas desde otras instituciones. Pero esa respuesta, desde lo colectivo, desde lo comunitario, no se improvisa. Se construye en el tiempo. En este sentido, cabe hablar del Ayuntamiento de Errenteria como una referencia.
¿Qué destacarías del trabajo hecho hasta ahora?
Errenteria, como otros pueblos vascos, vivió a finales del franquismo una división entre su vecindario. Las distintas procedencias originarias se trasladaban a los barrios y terminaban en diferentes expresiones políticas y sociales. Esa división se agrandó y prácticamente llegó hasta nuestros días. En el año 2011 se dio un cambio político significativo en la gestión del ayuntamiento y la nueva corporación se marcó el reto de superar, en lo posible, esa división. Tender puentes entre diferentes. Desde el respeto a la diferencia, construir comunidad. A día de hoy, se puede afirmar que se han dado pasos muy significativos en esta dirección.
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¿Y qué tal se han sentido en el pueblo esos cambios?
Ese construir comunidad tiene que tener consecuencias prácticas en la vida de la gente y no reducirse a un mero discurso. El objetivo más evidente cuando llegamos al ayuntamiento era intentar que nadie se quedase atrás a nivel social y más cuando en 2011 los efectos de la crisis económica se manifestaban en toda su crudeza. Así, durante dos años Errenteria ha sido el municipio de Euskal Herria y de España que más dinero por habitante ha destinado a servicios sociales, desde unos parámetros de transparencia y eficacia. Y eso revierte en beneficio de todo el mundo porque se resuelven problemas concretos de la gente.
“Es posible apostar por políticas que pongan a la gente y sus necesidades en el centro”
¿Cuáles han sido vuestras principales carencias?
Más allá de aspectos puntuales, sí que señalaría que en muchas ocasiones te encuentras que los ritmos de lo que quieres hacer chocan con los tiempos que la maquinaria municipal establece. Lo que crees posible en un tiempo determinado se alarga y se puede llegar a desdibujar. Por otro lado, en más de una ocasión ves que una cosa es lo que puedes desear y otra los límites que establecen los marcos legales. Hay que tener presente siempre lo que es posible para no generar expectativas que luego difícilmente se pueden cumplir.
¿Cómo va la coalición municipal entre EH Bildu y Elkarrekin Podemos?
La relación es buena y tiene bases sólidas. Se parte de una construcción compartida de la actuación municipal y EH Bildu, mayoritario, no ha buscado subsumir o limitar nuestro trabajo en ninguna ocasión. No buscamos ni queremos ser dos gobiernos municipales en uno, ni limitarnos solo a gestionar nuestras áreas correspondientes. No tendría sentido y generaría roces innecesarios que hasta el momento afortunadamente no se han dado.
¿Qué destacarías del mandato de Julen Mendoza, el anterior alcalde, en relación con el de la actual Aizpea Otaegi?
Creo que es pronto para hacer una valoración de ese tipo. El primero estuvo 8 años en la alcaldía y la segunda cumplirá ahora un año. De hecho, recientemente habíamos aprobado un nuevo plan de legislatura, elaborado en la segunda mitad de 2019, y cuando estábamos poniendo en marcha las primeras medidas nos hemos encontrado con la actual situación que lo trastoca todo. Ahora habrá que partir prácticamente de cero. Las bases de la actuación municipal se tienen que reescribir.
¿Qué actitud ha adoptado la oposición?
Esta nueva legislatura ha conllevado también una nueva forma de hacer política municipal por parte del PSE-EE, principal grupo de la oposición. Ha pasado de una política de confrontación desarrollada en las legislaturas anteriores a una política más propositiva, que tuvo su reflejo en la elaboración de los presupuestos para este año y especialmente en el momento actual, donde los cuatro grupos hemos trabajado de una forma totalmente colaborativa y propositiva. Esperemos que esta relación tenga continuidad en el futuro. Por su parte, el PNV tiene un papel secundario en la actividad municipal.
¿Y la participación de la gente en el gobierno municipal?
La actual crisis motivada por el Covid19 puede servir de ejemplo. Se han dado pasos con bastante anterioridad a los de otros lugares y se ha dado una sinergia entre la acción municipal y la actuación de la ciudadanía del municipio. Un ejemplo es la red comunitaria de cuidados, compuesta actualmente por más de 400 personas. Esta red, surgida en los primeros días del confinamiento, ha dado cobertura de todo tipo a las más de 7000 personas mayores de 70 años que residen en Errenteria. El Ayuntamiento forma parte de esta red y da cobertura de medios y recursos pero no ha sido la red del ayuntamiento, ha ido más allá con la participación de agentes sociales y fundamentalmente de personas a título particular.
¿Qué medidas se han tomado en Errenteria para hacer frente a la pandemia?
Por ejemplo, a finales de marzo identificamos a las niñas y niños con imposibilidad de acceder a la enseñanza por internet. Y a partir del 1 de abril se cubrieron sus necesidades. Sirva como referencia que la consejería de Educación del Gobierno vasco empezó el 15 de abril a hablar de como apañar esta cuestión.
También se ha dado alojamiento a personas sin residencia para que puedan afrontar en condiciones dignas la cuarentena establecida. Finalmente, cabe señalar que se ha aprobado un plan de choque y reactivación económica local de más de 3 millones de euros para el pequeño comercio y las personas autónomas. Un esfuerzo económico importante asumible desde unas cuentas municipales saneadas.
Desde la concejalía de Medioambiente, ¿qué hacéis contra el cambio climático y por la transición ecológica?
Nos hemos marcado retos diversos. En política de residuos, una apuesta decidida por el reciclaje. En pocos años hemos pasado de un 30% a más de un 60%. Por otro lado, el Ayuntamiento de Errenteria se ha adherido a la iniciativa de la Organización de Naciones Unidas Compact Of Mayors, acelerando una acción local frente al cambio climático ambiciosa, colaborativa y sostenible. En este sentido, hemos obtenido el estatus “Full Compliant”, es decir, se han cumplido satisfactoriamente todos los requisitos solicitados. Y todo, lógicamente, acompañado de inversiones en este terreno.
El Ayuntamiento de Errenteria tiene en marcha un Plan de Acción para la Energía Sostenible (PAES). Ahí se define la hoja de ruta baja en emisiones que permita al municipio alcanzar el compromiso adquirido con la adhesión a la iniciativa europea del Pacto de Alcaldes y Alcaldesas: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de 2020 al menos en un 20% respecto a las de 2007.
“Construir comunidad para afrontar esta situación, plantando cara a las heridas de todo tipo que dejará la pandemia”
¿Cómo veis el futuro?
Los tiempos venideros hay que abordarlos desde lo comunitario, porque es posible y además deseable. Se puede apostar por políticas que pongan a la gente y sus necesidades en el centro. Y es posible también, en tiempos de crisis, construir comunidad. En mi opinión, esa es la mejor manera de afrontar esta situación. Desde lo colectivo plantar cara a las heridas de todo tipo que dejará la pandemia. Y ahí, la política municipal debe jugar un papel transcendental. Es más, el marco local es útil para desarrollar actuaciones que otros marcos se han demostrado incapaces de desarrollar. Y en Errenteria estamos en ello.
Ahora que se acercan elecciones en Euskadi, ¿creéis que vuestra experiencia de coalición es traspasable al Gobierno vasco?
El marco municipal tiene sus propias lógicas que no siempre son trasladables a otros espacios. En todo caso sí que observamos que se van abriendo espacios de colaboración entre las distintas fuerzas de la izquierda vasca. Ahí están las nuevas experiencias de gobierno de coalición en Durango, Galdakao… y, a otro nivel, el acuerdo presupuestario en Irún entre PSE-EE, Elkarrekin Podemos y EH Bildu, que también merece ser reseñado. Se trata de ir abriendo caminos.
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Y con la nueva orientación de Podemos Euskadi, ¿qué ha cambiado?
En breve, en Podemos Euskadi vamos a realizar una asamblea ciudadana donde se marcará el rumbo político de los próximos años. Será una buena ocasión para valorar también lo realizado en estos últimos tiempos, con sus errores pero también con sus aciertos.
En España gobernáis con el PSOE. ¿Tiene alguna consecuencia en la realidad de Errenteria y Gipuzkoa?
Creo que son dos espacios diferentes. En lo que más conozco, el plano municipal, nos condiciona más el gobierno foral o el vasco que el estatal, por lo que ese referente tiene menos peso. Aún así es pronto. El gobierno estatal se ha constituido muy recientemente y además totalmente condicionado en su acción por la crisis del Covid19.