Pobreza
El futuro del trabajo y la lucha contra la pobreza

La lucha contra la pobreza no consiste en amortiguar los males de unas personas específicas, sino de crear una sociedad compleja que sea capaz de dar respuestas colectivas a las nuevas necesidades.
Pikete Social en Iruñea U30
Pikete Social en Iruñea U30 Ione Arzoz
Red Navarra de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social
28 ene 2023 06:45

Queda de sobra comentado el cambio de época al que nos enfrentamos en la actualidad: muchas de las bases del sistema, aunque llevaban tiempo agrietadas, parecen saltar por los aires con increíble facilidad. El mundo parece que se ha hecho viejo de pronto, y solo la novedad parece insuflarnos algo de expectativa, porque por el momento la esperanza es escasa, aunque nace como suele acostumbrar, en las periferias, en las grietas, como las plantas.

La novedad tecnológica es lo único que, por el momento, parece ofrecer algo de aliento. Pero es curioso que en una época en la que se habla tanto del futuro, lo estudiemos a modo de adivinación; parece tratarse de acertar lo que pasará mañana. Sin embargo, no explotamos al máximo la capacidad de las Ciencias Sociales y de las Humanidades para construir el futuro, para pensarlo en forma de aspiración. No es cuestión de tejer fantasmas totalizadores (hemos escarmentado), pero sí de inventar soluciones sociales, imaginativas y abiertas, de componer programas integrales que refuercen nuestra humanidad.

El mundo parece que se ha hecho viejo de pronto, y solo la novedad parece insuflarnos algo de expectativa, porque por el momento la esperanza es escasa, aunque nace como suele acostumbrar, en las periferias, en las grietas, como las plantas

El trabajo (el empleo) ha sido desde la condena bíblica hasta nuestro tiempo el eje de las relaciones sociales. El valor trabajo ha organizado luchas, equilibrios, desigualdades y acceso a la vida digna. Todo fue organizado en los dos últimos siglos bajo esa gramática. No obstante, en los estertores del sistema que presenciamos, vemos que la idea del empleo se está desvaneciendo. La maquinización, por un lado, nos expulsará del mercado laboral: no será necesaria la mano humana para generar riqueza. Por otro lado, la crisis del soporte vital (el planeta) nos obliga ya a reducir la idea de producción infinita, el paradigma de transformar la materia en bienes de consumo. Ante este derribo, se anuncia en las jóvenes generaciones prioridades nuevas que son distintas a tener una carrera profesional: si hay riqueza en el mundo, repartámosla, dediquémonos al consumo y al ocio como única actividad humana... Esto provoca ya muchos desencuentros y quizá anuncie una ruptura generacional.

Lo llaman desafección por la implicación en el empleo, en la participación política o en el amor. El aire de los tiempos nos hace evitar excesivos compromisos, proyecciones, estructuras. El trabajo significó todo en la sociedad hasta hace unos días: te permitía disponer de recursos, te daba identidad, te marcaba un proyecto, un sentido, era el lenguaje de las relaciones y el “organizador” comunitario. Y claro, hablamos de una tendencia, porque la parte empobrecida de la humanidad sigue sufriendo condiciones de trabajo penosas, y muchos de ellos saltan al Norte para cubrir unos empleos cada vez más difíciles de cubrir con personal local. Del paro masivo podemos pasar a una carencia radical de personas que quieran o que puedan trabajar de una manera organizada. La pandemia ha sido un acelerador de todo este proceso paradójico en el que la presencialidad es cada vez más prescindible mientras lo material y real recupera su importancia. La comida, el transporte, la mascarilla, la salud del cuerpo...

El trabajo vs. el empleo

La lucha humana por dominar a la naturaleza y sacar rentabilidad de sus riquezas nos aportó bienestar material, confort y nos permitió desarrollar capacidades e intereses; pero no hace mucho tiempo que esta lucha se revertió, y ahora hablamos de Antropoceno, es decir que nuestro trabajo de transformación de la naturaleza ha cambiado la relación de fuerzas. Hemos herido al zócalo habitable y ahora vivimos la emergencia climática. Este proceso se hizo mejorando la productividad, explotando a personas, organizando y diseñando, haciendo del mundo una gran fábrica. Se inventó el concepto de crecimiento ilimitado frente a todo sentido de la realidad. Y en ese proceso el trabajo se convirtió en la manera de comprender todos los fenómenos sociales y en la principal palanca de desarrollo y de interrelación social.

Habría sin embargo que diferenciar la noción de trabajo y el concepto de empleo. El empleo tiene que ver con un sistema económico, con relaciones de producción, con tiempo disponible y con la necesidad de obtener recursos para vivir. El empleo ha cambiado mucho, ahora se maquiniza, las personas van y vienen, se reorganizan. Las carreras profesionales se disuelven y con ellas la vida basada en el empleo, en sus recursos, sus símbolos, sus estatus, sus padecimientos, sus jerarquías y su ocio conquistado. Ya no es que el trabajo manual se vea colonizado por las máquinas, sino que los llamados profesionales del conocimiento también están amenazados (ver ChatGPT).

Pero el sueño del ocio absoluto produce monstruos: el ocio no se entiende sin trabajo, están vinculados. Si los sistemas de protección mejoran y garantizan una renta universal para sobrevivir, habrá que explorar nuevas formas de estar en el mundo, porque estar con el frigorífico lleno de comida viendo series de televisión sin cesar en el sillón no parece un plan de futuro muy apetecible. Así que, asumiendo que las máquinas relevarán a la mano de obra (esperemos que pagando impuestos) y que hay riqueza suficiente en el mundo para todas las personas, se trataría de construir un nuevo sistema no solo económico, sino de ocupación del mundo social. La situación tecnológica puede ser una buena noticia, el desarrollo de los sistemas de protección es algo que hemos deseado desde siempre, pero queda que le demos a todo eso un sentido, que aprovechemos la coyuntura, no vaya a ser que las oportunidades que aparecen se conviertan en nuevos elementos que provoquen malestar.

Asumiendo que las máquinas relevarán a la mano de obra (esperemos que pagando impuestos) y que hay riqueza suficiente en el mundo para todas las personas, se trataría de construir un nuevo sistema no solo económico, sino de ocupación del mundo social.

La pobreza y las oportunidades

Existe un gran debate sobre si vivimos en sociedades más desiguales y parece que la respuesta es doble. Los datos dicen que, en el conjunto del mundo, hay menos pobreza. Pero claro ese hecho tiene un impacto en los países occidentales, y en ellos efectivamente la precariedad se ha extendido, y las clases medias están en proceso de desclasamiento. Aunque el sistema de protección en España siga construyéndose, el tratamiento de la pobreza sigue anclado en décadas anteriores; existe por un lado un cierto moralismo, atenuado por protocolos pero presente en la gestión, y un conjunto de mensajes paradójicos que vienen a decir que “tienes que trabajar” en un mercado laboral cada vez más sofisticado que no ofrece muchas oportunidades. Los esfuerzos se centran en mejorar las competencias personales (algo fundamental), pero sin abordar las cuestiones colectivas. Por eso además de garantizar coberturas materiales, deberíamos aumentar los esfuerzos para ofrecer oportunidades. La pobreza es la carencia material, pero también la falta de espacios para participar y para contribuir al colectivo. Si sólo cubrimos las necesidades básicas no pasaremos de una cierta paz social. La cohesión social se fragua con la participación de todas las personas. Y ese es el reto, reinventar un tejido que garantice la circulación social, que establezca un sistema de “toma y daca” en el que todas las personas se sientan legitimas y presentes, que todas reciban apoyo y que todas puedan contribuir a la vida en común.

La cohesión social se fragua con la participación de todas las personas. Y ese es el reto, reinventar un tejido que establezca un sistema de “toma y daca” en el que todas las personas se sientan presentes, que todas reciban apoyo y que puedan contribuir a la vida en común.

En esta posmodernidad, la pobreza es un fenómeno complejo, que no solo tiene que ver con la renta, que tiene muchas caras y en la que las cuestiones culturales y cívicas son cada vez más importantes. Por eso necesitamos hacer una política económica que establezca algunas prioridades, luchar contra la pobreza no caso por caso, sino desarrollando una sociedad distinta. Si el empleo ya no va a ser el centro de todo, quizá podamos imaginar el final de la pobreza construyendo un nuevo pacto interclasista e intergeneracional en el que establezcamos unos mínimos materiales y de participación en la vida colectiva de todas las personas. Un pacto que recoja los derechos ya reconocidos, pero que los articule y los haga dialogar entre sí. Sin cuestionar las libertades por supuesto, proponemos llegar a un acuerdo que establezca una relación con el trabajo más creativa y compartida. Pasaríamos del paradigma del crecimiento económico al paradigma de los cuidados. Cuidar a los demás, cuidarse a uno mismo, cuidar del planeta.

Un circuito nuevo

Con todo ello proponemos un nuevo sistema que conecte la formación, el empleo, los cuidados, el desarrollo personal y la participación política. Haría falta un potente “organizador” que tratase las demandas, perfiles y deseos de las personas y las necesidades sociales para adjudicar circuitos a medida. Todas las personas contarían con recursos materiales básicos para vivir, y a cambio participarían en ese circuito, con revisiones cada cinco años, por ejemplo. Periodos lo suficientemente largos para estabilizarse y lo suficientemente cortos para probar otras cosas en la exploración y el aprendizaje. Los circuitos tendrían en cuenta por supuesto la formación de base, las capacidades y los centros de interés, pero siempre habrá tareas sociales no demasiado agradables pero necesarias. Proponemos un tiempo mensual organizado alrededor de cinco ejes: el trabajo productivo, el desarrollo personal (artístico, cultural, deportivo), la participación (cuidados y política), la formación permanente (laboral, personal, cívica) y la desconexión y el ocio (higiene digital, viajes, descanso). El tiempo “laboral” sería uno, porque el trabajo es nuestra capacidad de hacer. El reto sería organizar circuitos equilibrados y con el suficiente margen de libertad. Se podrían imaginar incentivos para labores especiales, o límites para algunas personas que deben de dedicarse a tiempo completo a una tarea muy específica. Pero podría funcionar para la mayoría. Y sería muy interesante alternar trabajos manuales con tareas cívicas más intelectuales, y nunca desprenderse de las labores de cuidado, a propios o a extraños, dependiendo de la situación vital de cada persona.

En estos circuitos se pueden despertar vocaciones, tener segundas oportunidades, promover el lazo social, y por obligación, hacer que todas las personas se hagan responsables de algo colectivo.

Pondríamos así a los cuidados personales y colectivos y medioambientales en el centro. Los ciclos vitales, los ciclos menstruales, necesitan de una nueva organización no basta con hacer encajar todo en un sistema productivista. En estos circuitos se pueden despertar vocaciones, tener segundas oportunidades, promover el lazo social, y por obligación, hacer que todas las personas se hagan responsables de algo colectivo, que todas contribuyan a la democracia.

Debemos formar parte de las soluciones

Asumiendo la complejidad de esta propuesta, consideramos que es necesario ir explorando nuevas vías de mayor articulación. El tiempo de la segmentación y de los departamentos estancos entre el empleo, la vida política y los cuidados, entre otros, parece que termina. Necesitamos experimentar y soñar nuevas maneras de hacer. Nos hace falta debatir y no asumir la predestinación de las máquinas, nos hace falta esperanza y sentido de la realidad. Y debemos ser capaces de que este cambio de modelo sea global, eliminar la división geográfica del trabajo, con un Sur que se agota trabajando y un Norte que dimite y consume.

Las redes de lucha contra la pobreza y la exclusión se deben implicar en estos diseños; no es suficiente con gestionar las ayudas, con tratar de poner sobre la agenda las cuestiones sociales. Debemos participar en los foros económicos y en las estrategias transversales de los territorios. El reto es que las máquinas nos liberen pero que no nos expulsen; que nos devuelvan tiempo para trabajar humanamente en la mejora de la vida. Hay que imaginar otros futuros, enhebrarnos en una esperanza llena de acciones y propuestas. La lucha contra la pobreza no consiste en amortiguar los males de unas personas específicas, sino de crear una sociedad compleja que sea capaz de dar respuestas colectivas a las nuevas necesidades. Es un programa que convendría colocar en el centro de todas las políticas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El PSOE da muestras de cansancio con Yolanda Díaz
Tanto en Moncloa como en Ferraz la opinión sobre la gestión política de la vicepresidenta está en mínimos. Sin criticar su labor en Trabajo, la tropa de Sánchez ya anhela un socio que impulse la unidad a su izquierda con la mira puesta en el 2027.
Palestina
Palestina Israel prohíbe regresar a los 40.000 palestinos desplazados en el norte de Cisjordania
El ejército de Israel desplaza a miles de sus casas en campos de refugiados en diferentes ciudades de Cisjordania ocupada. Mientras, Israel presiona para no llegar a una segunda fase de alto el fuego.
Turismo
Turismo depredador Poca agua, mucho turismo: la crisis hídrica amenaza las islas Eolias en Italia
Las islas italianas del Mediterráneo están acusando especialmente las consecuencias de la turistificación, pero también de una crisis hídrica sin precedentes provocada por el cambio climático. Es el caso de las islas Eolias, en el norte de Sicilia.
Palestina
Palestina Illan Pappé: “No esperaba esta magnitud de indiferencia europea ante lo que está sucediendo en Palestina”
El historiador de origen israelí no se ha sorprendido la violencia cometida por Hamás en octubre de 2023 ni de la reacción de Israel o el apoyo a Estados Unidos, pero sí de cómo ha abordado la cuestión la sociedad europea.
Argentina
Argentina Gauchito Gil, uno de los nuestros hace milagros
En enero, más de 620.000 personas llegaron a Mercedes, una localidad de la provincia de Corrientes, en Argentina. Caminando, de rodillas, a caballo, para agradecer y hacer promesas a un santo popular: el Gauchito Gil.
Andalucismo
Día de Andalucía ¿Por qué Andalucía sigue celebrando el 28F?
Las andaluzas y andaluces celebramos el día de Andalucía entre los actos institucionales y las reivindicaciones políticas, reflexionamos sobre la vigencia y la influencia política de este día.
Macrogranjas
Maltrato animal Una investigación revela una nueva “masacre” en una granja de pollos que salpica a Mercadona
En España, la granja investigada comercializa el producto ‘Cuartos traseros de pollo’ en la cadena de Juan Roig y está certificada con el sello catalán Welfair de bienestar animal, según denuncia el colectivo ARDE que ha realizado la investigación.
Oriente Próximo
Oriente próximo Abdullah Öcalan llama a deponer las armas para lograr la plena democracia para el pueblo kurdo
El líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán llama a la disolución de la organización. Ankara dice que “estudiará” la situación, que también influye sobre Siria, Irán, Iraq y la situación en los países de Oriente Próximo.

Últimas

Ley de dependencia
Derechos sociales Reclaman más financiación para la ley de dependencia ante el nuevo anteproyecto
Bustinduy garantiza como universales servicios como la teleasistencia o recibir sanidad se resida donde se resida, en referencia a los protocolos del covid en las residencias.
Opinión
Opinión De Errejón a Monedero: reflexiones sobre el ciclo del desasosiego
¿Qué pasa cuando quien abusa ha sido o es tu compañero de filas, tu colega, alguien que se consideraba feminista, y no una caricatura facha o un incel de manual? ¿Cómo manejamos la complejidad?
Barcelona
Activismo Absueltos los ecologistas que pintaron el megayate de Walmart en Barcelona
La sentencia afirma que la acción no constituye un delito de daños leves, ya que “la pintura biodegradable fue fácilmente limpiada con una manguera de agua”.
Sanidad pública
Barómetro sanitario La mitad de las personas que piden cita en el centro de salud esperan más de seis días para ser atendidas
De media, la población espera 8,7 días para ser atendida por su médico o médica de Atención Primaria, cuando hace diez años la espera media era de 3,5 días.
Más noticias
Ecuador
América Latina El final abierto de las elecciones en Ecuador
El 13 de abril, la correísta Luisa González y el multimillonario y actual presidente Daniel Noboa se disputan la presidencia de Ecuador en la segunda vuelta. Todas las miradas están en la posición del poderoso movimiento indígena.

Recomendadas

Pensamiento
Mar García Puig “Habitar la metáfora es un peligro que merece la pena”
La escritora catalana Mar García Puig publica ‘Esta cosa de tinieblas’, un breve ensayo narrativo que defiende el poder liberador de la metáfora frente a una pureza simplificadora y paralizante.
Guerra en Ucrania
Geopolítica Trump fuerza a Zelensky a hipotecar la explotación de minerales críticos a cambio de su apoyo
Según el borrador del acuerdo comercial presentado por EE UU, esta potencia deberá obtener el 50% de todos los beneficios de las nuevas explotaciones minerales de Ucrania.
Represión
Represión Javitxu, desde la cárcel de Zuera: “Lo que peor llevo es estar lejos de la gente que más quiero”
Francisco Javier Aijón, Javitxu, es uno de ‘los seis de Zaragoza’. Entró en la cárcel el pasado mayo con una condena de casi cinco años basada en las declaraciones policiales durante el juicio.
Racismo
Fatima Ouassak “Las madres tenemos un papel estratégico dentro del feminismo”
En Francia hay una organización antirracista que lucha por una infancia sin violencia. Es el Frente de Madres y Fatima Ouassak es su fundadora. En ‘El poder de las madres’ (Capitán Swing, 2025) defiende la maternidad como sujeto político.