We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Pista de aterrizaje
Ajuar: “Hala, ¿dice eso esta jota? ¿Y si la cambiamos?”
Ana es de León; María, extremeña. Viven en Madrid y cantan jotas reescritas en clave antipatriarcal.
Ana es de León; María, extremeña. Ambas viven en Madrid y cantan jotas, pandereta y mortero en mano. Con su grupo, Ajuar, se han propuesto rescatar canciones antiguas y reescribirlas en clave antipatriarcal. Ahora versan sobre abuelas republicanas, amores lésbicos o críticas a la cultura de la violación. Incluso se han animado a componer nuevas letras, como la que hicieron para la huelga del 8 de marzo. Pero están dando un paso más: buscar la memoria de todas esas mujeres que tuvieron que quedarse en casa tejiendo.
¿Por qué volver a la jota?
María: Nos apetecía cantar las canciones que nos sabíamos de nuestros pueblos, que casualmente nos sonaban a la una las de la otra, porque se comparten muchas jotas por la trashumancia. Y claro, escuchando las canciones que tú recuerdas bonitas, porque lo son, tienen melodías preciosas, de repente piensas “hala, ¿dice eso esta jota? ¿Y si la cambiamos?”.
¿Y cómo se hacen feministas?
Ana: Pues nos salió bastante rápido. El primer día que quedamos a cantar hicimos tres. Porque el ritmo lo tienes, las sílabas las tienes y sabes cuál es la parte que no te gusta y muchas veces lo que hacemos es contestar precisamente a esa parte.
¿Un ejemplo?
A: Pues “El Baile”, que decía “ten cuidado rapaciña no vayas al baile sola”. Y nosotras pensamos ¿y por qué no puede ir al baile sola? Y le respondemos “que te pinte mal, que te pinte bien, sola voy a ir, eso es lo que haré”.
Y seguís con “cuándo se acaba esta historia de que la culpa sea nuestra si nos matan y nos violan”...
A: A mí cuando cantamos eso me da un poco de pellizco. Y la reacción a esa canción es muy fuerte, para todo tipo de público.
M: Es que nadie puede decir nada a eso. Así como en la “Jota Antipatriarcal” cuando decimos “vente mocita, dame la mano, juntas nos cargaremos el patriarcado”, a veces los señores se quedan un poco como “no sé si me gusta mucho esto”.
¿Y hay alguna jota que os haya sorprendido por lo contrario, porque sea en esencia feminista?
A: Una que escuché el otro día, que es una jota cántabra y además es religiosa, en la que le pregunta la Virgen a Jesús “dime hijo mío, por qué has venido a este mundo tan pecador”. Y le responde “para morir crucificado, lo que nunca fue el varón”. Es como una puntilla que está ahí metida, tiene ese punto.
Igual algunas tienen firma de mujer...
A: Seguramente, porque las mujeres son las que transmitían la cultura oral. Luego se dan estas cosas curiosas como mujeres que cantan letras tradicionalmente de hombres y que en la misma canción están enamoradas de un señor y una señora.
Lo que se destila es que el sentido de comunidad es muy importante en Ajuar, ¿para cuándo un filandón?
A: Pues el primer concierto que hicimos fue un filandón, de hecho, que es una reunión que se hacía en el norte de León, en el sur de Asturias y algunas partes de Galicia, en la que se reunían las mujeres a tejer y a hilar en una casa y así compartían el fuego y contaban historias. Y esta tradición se recuperó en los ochenta por intelectuales de la izquierda española, todo hombres, donde contaban sus cuentos. A mí siempre me han gustado pero, en fin, cuando he sido mayor me he dado cuenta de que igual podría haber alguna mujer... Y nosotras con Ajuar quisimos retomarlo en nuestra primera actuación para cantar algunas canciones en un ambiente más relajado, como si fuera una prueba de concierto. Y fue muy emocionante.
M: Y es curioso porque pensábamos que era una cosa personal nuestra que no despertaría interés, pero que de repente a la gente le llega de una manera que no esperábamos, y nos empezaron a invitar a talleres, donde ni sabíamos qué hacer.
Y exactamente, ¿qué hacéis?
A: Pues hacemos un poco de todo. En el primer filandón, por ejemplo, empezamos cantando. Y luego la gente se trajo historias y anécdotas de su vida y nuestra amiga Tania, que es la que nos hace los chalecos, se puso a bordar. Y la gente contaba historias de todo, cosas graciosas y otras más duras de la guerra,o historias de amor…
¿Ponemos en valor esa sabiduría de puertas para dentro, donde históricamente ha estado la mujer?
M: A veces pienso que soy una romántica del pasado y es duro pensar que las mujeres se pasaron toda la vida encerradas en casa, haciendo el ajuar de sus hijas. Pero también nos emociona saber que hay mujeres hablando de sus vidas, cantando y tejiendo juntas, y nos gustaría que quedara constancia de eso.
Relacionadas
Culturas
Izaskun Mata Coloma, agitadora cultural “Estoy entre Alejandro Sanz y Evaristo”
Pista de aterrizaje
Fátima Ait-Benali, inmigrante marroquí “Al final ganamos, vivimos donde queremos”
Pista de aterrizaje
Edurne Lekunberri Urmeneta, maestra “Buscamos un dolmen”
Qué maravilla este grupo. Conocí a Ana en su faceta literaria con su magnífica novela Mancha y me han emocionado mucho las canciones que hacen Ajuar. Muchas gracias y ojalá hagan más canciones pronto.
¡Qué grande, María no para! Otra sorpresa de esta creadora incansable...