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Andalucismo
Es la hora de tomar posición, es la hora de Defender Andalucía
Quienes llevamos años trabajando dentro del andalucismo político, sindical y social, vemos con alegría el surgimiento de un renovado espíritu andalucista, plural, joven, de carácter cultural y social, que sin embargo no tiene su reflejo en un movimiento político amplio, capaz de representar al conjunto de expresiones culturales, políticas y sociales que están en auge.
Organizaciones de todo tipo (feministas, ecologistas, sindicatos, partidos, asociaciones de vecinos, etc.) surgen en los últimos años con algo en común: la defensa de posiciones nacionalistas andaluzas, o bien soberanistas. Grupos de Telegram (nacional y por provincias), páginas de Facebook, Instagram, Twitter…también en internet, el andalucismo político ha eclosionado en estos tiempos inestables y extraños para la mayoría, como queriendo recuperar una identidad positiva que nos define, ante un mundo cada vez más despiadado, con menos redes de apoyo y menos referentes, que tiende hacia el individualismo extremo, el egoísmo y la desconexión de las personas con la realidad que les rodea. Hecho sumado en una España que nunca pudo completar una ruptura con el fascismo que asoló el mundo hace algo más de medio siglo, convirtiendo en lodo el tsunami nazi de los treinta del siglo pasado, lodo que pervivió durante más de 40 largos años, y que aún hoy perdura en mandos y gerifaltes de las más profundas cloacas del Estado español, lideradas por un rey desnudo, con un padre desnudado, que solo la arquitectura de una constitución semilibre pudo proteger de una justicia a su servicio, pues recuerden, es intocable.
Volviendo a Andalucía y centrándonos en el terreno político, podemos observar un espacio que, poco a poco, y a pesar de los desencuentros internos, va tratando de consolidarse como sujeto político andaluz, no sin dificultades: Adelante Andalucía. Esta coalición electoral, conformada ahora por Anticapitalistas, IU, Podemos, Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista, ha sacado un comunicado estos días reivindicando la creación y consolidación de un proyecto político netamente andaluz, en una pugna entre quienes defienden que AA debe ser una marca electoral para Andalucía (IU y Podemos) contra quienes parecen defender la creación de un partido andaluz con capacidad para presentarse también como AA en elecciones estatales y europeas (el resto de formaciones), haciendo una llamada a la unidad del andalucismo, llamada a las “personas”, que no a las organizaciones, ni de manera simbólica (haciendo una llamada expresa a estas o a algunas de ellas) , ni material (contactando con ellas).
Estamos ante una situación con un sinfín de contradicciones. Los tres partidos dentro de Adelante Andalucía que apuestan decididamente por un sujeto andaluz, con capacidad de presentarse a autonómicas, estatales y europeas son completamente minoritarios en cuanto a militancia, justo lo contrario que ocurre con IU y Podemos, en principio mayoritarias. Sabido esto, podríamos pensar que la partida acaba aquí, pero no parece ser así. El liderazgo de AA está en manos de Teresa Rodriguez, de Anticapitalistas (otra organización de ámbito estatal), quien insiste en la necesidad de crear un sujeto político de obediencia andaluza que sea capaz de confrontar al susanismo en lugar de pactar con él.
Por otra parte, existen más organizaciones andalucistas fuera de AA que dentro de la coalición. A los partidos de carácter nacional, hay que añadir las opciones municipalistas, sindicatos, organizaciones juveniles, feministas, asociaciones de vecinos y un largo etcétera de agrupaciones que, en su parcela, crean andalucismo desde lo concreto o desde las limitadas posibilidades de cada una de ellas.
Estando de acuerdo en la necesidad de tal sujeto político andaluz, y desde la convicción de que el andalucismo político no solo es AA sino que existe una amplia gama de organizaciones, parece que podemos hacernos algunas preguntas: ¿Puede el soberanismo andaluz constituirse como organización política y liderar posiciones de vanguardia en torno a todos estos colectivos, organizaciones y sus correspondientes reivindicaciones? ¿Puede liderar los procesos de movilización que se avecinan en Andalucía fruto de la más que segura crisis en marcha? ¿Cómo? ¿Quién? ¿En torno a qué ideas y prácticas?
El SAT por sí mismo no tiene capacidad para discutir opciones políticas, pues es un sindicato independiente, por lo que podemos descartarlo para liderar algo de este calibre. Sin embargo, cabe pensar que en un sindicato soberanista, la idea de tener un partido soberanista debería ser mayoritaria, o, al menos, importante. Corresponde, por tanto, a la militancia de base, cuadros, activistas y sindicalistas del SAT tomar posición, en base a tres posibles vías: seguir junto a los liderazgos históricos, colaborar con la nueva socialdemocracia española, o comenzar a organizarnos para defender Andalucía, construyendo nuevos espacios de discusión en torno a esta idea, en la búsqueda de un espacio político amplio andaluz, por Andalucía libre, los pueblos y la humanidad.
Defender Andalucía es una tarea que requiere la organización de los cuadros del amplio espectro andalucista, la formación de nuevos cuadros políticos y caminar hacia una organización andaluza con una presencia consolidada en la mayor parte del país, con una visión local y nacional, con presencia material en el máximo número de municipios posible, con visión de largo alcance y estable en el tiempo, no perdiéndose en lo inmediato del electoralismo, sino construyendo desde una visión estratégica de futuro anteponiendo la transformación positiva de nuestro país por encima de los liderazgos individuales y las disputas partidistas.
Tanto el SAT como AA son dos organizaciones soberanistas con gran potencial y capacidad de movilización en sus vertientes. También es cierto que en ambas organizaciones existen multitud de ideologías y posicionamientos políticos concretos. Además, existe una clara voluntad por parte de muchas de esas corrientes para que se conforme este sujeto andaluz. Quizá entonces solamente quede esperar que todo esto cristalice algún día, pero la historia nos dice que las cosas importantes no pasan por que sí, generalmente necesitan personas que estén realmente dispuestas a llevar a cabo estas tareas, así que o bien podemos entrar a la acción y tratar de ser pegamento, o bien podemos quedarnos en casa, como meros espectadores, esperando un milagro de la virgen del Rocío.
Ante este panorama, y sobre el respeto al resto de organizaciones políticas y sociales de Andalucía, me gustaría dejar sobre la mesa dos ideas centrales, que parecen sensatas de cara a lo que estamos planteando, dignas de tener en cuenta para quienes estamos en la idea de crear una organización nacional, que sea democrática y que sepa leer las distintas visiones y circunstancias que se dan en los diferentes territorios y municipios de nuestra Andalucía.
En primero lugar, un sujeto político andaluz tiene que nacer de la voluntad y empeño del andalucismo en su conjunto, no estamos para dejar fuera a la mayor parte de organizaciones andalucistas. Por tanto, saludamos los esfuerzos individuales y colectivos y llamamos a un espacio de diálogo amplio, de encuentro entre organizaciones de sentir andalucista, de cara a los inmensos retos que se nos presentan en esta inestable década de los 20 que nos aguarda.
En segundo, construir hegemonía no es solo construir un partido político, necesitamos también estrechar lazos entre sindicatos, organizaciones ecologistas, vecinales, feministas, etc. formando una tupida red que haga del pueblo andaluz un poder contrahegemónico, capaz de confrontar los intereses de aquellos poderes que nos mantienen como colonia interior, para permitir un desarrollo acorde con nuestras propias necesidades como pueblo.
En definitiva, construir un soberanismo andaluz plural, democrático, antifascista, feminista, que vaya desde lo concreto a lo general, desde nuestros pueblos y barrios hasta San Telmo , Madrid y Bruselas, que confronte los dolores que viene padeciendo Andalucía desde tiempo inmemorial, que señale sin complejo que Andalucía es una nación con una economía colonial, y que acabe con una dinámica interminable de subordinación política y social de las andaluzas y andaluces, que no nos permite superar tal estado de dependencia, marcado a fuego en nuestros datos de paro, emigración y desigualdad social, de carácter crónicos. Es, por tanto, la hora de tomar posición, es la hora de Defender Andalucía.
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buenas intenciones, pero asi llevamos 70 años y esto no avanza. No, cuando juntas distintos colectivos que pueden parecer hermanos (feministas, pensionitas, migraciones, jornaleros) no todos comparten el andalucismo, y especialmente despues del caso de Cataluña estan mas lejos que nunca; no digamos cuando unes a IU y Podemos que son antiandalucistas si bien dentro de Adelante. asi que no, así no vamos a ninguna parte. Hay que empezar por despertar conciencia en universitarios (que están huérfanos de ideas), en obreros (precarios, pero obreros) y que estan en su mayoria afiliados a CCOO y UGT, otros anti-andalucistas, y en toda persona que no quiera saber de politica, y que son la mayoria. Hay que crear un Think Tank, que inunde periodicos, tv y radio de reflexiones y propuestas andalucistas, que narre la historia de andalucia (siempre ignorada) que recupere sus traumas no reconocidos (expulsion de moriscos, negros, gitanos, etc.) esta es la via, el despertar de la conciencia popular
En Andalucía el andalucismo no tiene apoyo popular, una de las razones es porque el andalucismo no es más que una mala copia de los nacionalismo catalán y vasco, y cualquiera que se de una vuelta por la comunidad y pregunte se dará pronto cuenta de que la mayoría de la gente pasa de este discurso.