Música
Kike Babas: “Yo inventé la palabra ‘barrionalismo’”

Cronista y cantante del Madrid menos oficial, Kike Babas repasa su trayectoria: un cuarto de siglo de carrera musical desarrollada y celebrada con familia y amigos, según sus propias palabras.

Kike Babas 1
Kike Suárez, conocido como Kike Babas, en un pasadizo de la zona norte de Madrid. David F. Sabadell
26 feb 2019 06:00

Sábado 26 de enero, cae la noche frente al edificio de la Dirección de la Guardia Civil en Madrid y la zona empieza a poblarse de gente de aspecto poco habitual por esas calles de gente adinerada. Greñas, chupas de cuero y estampados de leopardo, incluso alguna cresta que da colorido a un variopinto grupo cada vez más numeroso. La mayoría ya no tienen edad para semejantes atuendos. Sobre las 20:00h la calle se vacía. Han entrado en la sala Cats, una discoteca de gente de bien que, extrañamente, se puebla esa noche de turbas llegadas de lejanos barrios.

Encontramos al culpable de tal felonía. Se trata de un tal Enrique Suárez que se hace llamar Kike Babas y se dice músico. No solo eso, resulta que celebra sus 25 años de carrera musical con “familia y amigos”, según dice nada más subir al escenario. Allí están otros músicos de la misma estofa como Kutxi Romero, que cantaba en Marea y ahora hace la guerra por su cuenta; el Capitán Cobarde, otrora conocido como Albertucho; el Lichis que puso voz a La Cabra Mecánica; y Rubén Pozo de Pereza. Por el escenario también circulan las malas compañías del homenajeado durante estos 25 años de andadura: su tocayo e inseparable Kike Turrón y buena parte de los que formaron bandas con nombres de tan dudoso gusto como The Vientre, King Putreak y Huevos Canos, amén de sus dos formaciones actuales, la Desbandada y la Banda del Cante Pirata.

Citamos al interfecto unos días después para hacerle algunas preguntas sobre esta y otras tropelías musicales.

¿Cómo prefieres que te llamemos: Kike Suárez o Kike Babas?
Kike Babas me parece bien.

¿Por qué decidiste ese cambio de nombre artístico?
El origen de todo sería por qué me puse Kike Babas como nombre artístico. En realidad, era un apodo de barrio de la adolescencia. Cuando años después empecé a firmar, porque ya hacía cositas, canciones, fanzines, relatos, me pareció un nombre rompedor, muy punk. Además me alejaba de mi familia y me decanté por Babas que era lo más malsonante que me encontré.

Al empezar con la Desbandada quise hacer un cambio profundo, incluso en la manera de hacer la música, y me empecé a llamar Kike Suárez.

Ahora estreno etapa de nuevo como Kike Babas, al darme cuenta de que era un cambio más de gente, más emocional, dejar de tocar con los colegas de toda la vida, que de estilo. Babas es un nombre más original, siempre he seguido firmando como Kike Babas todo lo que escribía con Kike Turrón y era un lío de nombres, así que vuelvo a unificarlo todo. Además, todo el mundo me seguía llamando Babas.

Has cantado, has formado parte de varias bandas, eres crítico musical, has dirigido videoclips, ¿qué hubiera sido de Kike Babas sin la música?
Confío en me hubiera tirado hacia la literatura porque el dibujo se me hadado mal siempre. Son mis dos pasiones de siempre: la música y la literatura. Y eso que decir que soy escritor me queda grande, decirme músico también y decirme cantante se me queda gigante. Me gusta leer, me gusta la literatura de la literatura y me gusta la literatura de la música. Me considero un ser creativo pero antes que todo soy fan.

¿Y qué hubiera sido de Kike Babas sin Kike Turrón?
Pues… yo creo que hubiera llegado a conclusiones similares pero sin tanta gracia. Kike y yo nos conocimos precisamente por tener gustos similares en la música y, cuando fuimos leyendo, en la literatura, y yo diría que hasta en una estética de la vida. Al principio éramos más, pero los años pasaban y la gente se dedicaba a otras cosas, pero nosotros seguíamos empecinados en aquello que a los 17 años nos voló la cabeza.

No te sé decir muy bien qué no hubiera sido pero sí sé lo que ha sido y ha sido una fortuna tenerle como colega y seguir teniéndole cerca, tan cerca como que hoy es mi vecino.

El sábado 26 de enero celebraste 25 años desde que te subiste por primera vez a un escenario, ¿cómo valoras tu carrera musical?
He hecho discos que era lo que yo quería hacer y he hecho algunas canciones que yo considero que son buenas. Desde el lado artístico y estético estoy razonablemente contento, para no tocar nada y no cantar una mierda no está nada mal. Creo que voy afinando las letras y tengo un estilo propio, difícil de definir. La gente me dice que cómo defino mi música...

Kike Babas 2
Kike Babas, el Madrid subterráneo. David F. Sabadell

Y ¿qué le dices?
Músico popular. Lo que hago es música popular. Me gusta la música popular en el más amplio sentido. Es música popular a mi manera, música popular de barrio. ¿Significa eso rock urbano? No necesariamente, yo me he criado en el rock urbano pero puedo hacer una balada o un pseudotango o algo parecido a un chotis y me parecen igual que un rock a lo Leño o a lo Burning, no lo distingo. Tengo más querencia por el rock, que es donde empecé, pero las raíces latinoamericanas me fascinan.

Y volviendo a la pregunta que me hacías, estoy contento. Eso sí, desde el punto de vista más económico ha sido un desastre, un desperdicio de estrella. A veces me da rabia toda esta tendencia al malditismo y toda esta vivencia en el underground, pero eso c’est la vie. Gustas lo que gustas y eso es así. Me gustaría gustar más pero, ay amigo, al underground bajan poquitos y no suben todos.

En estos 25 años has formado parte de muchas bandas, ¿por qué esta promiscuidad musical, si se puede llamar así?
No es que me haya visto muy promiscuo. Son cosas de local, cuando estaba con The Vientre me vino Kike Turrón y me dijo: “Yo quiero hacer lo mismo contigo que haces con The Vientre”. E hicimos King Putreak. Luego, los The Vientre con King Putreak, con los Ministers que eran los del estudio de al lado formamos Huevos Canos. Pero yo no sentía que me estuviera yendo con nadie porque éramos los mismos más unos pocos más del local de al lado que tocaban los vientos. Cuando todo aquello se terminó, me quedé solo con Javito que era el bajista de The Vientre y él me buscó a la Desbandada. Desde mi punto de vista es como haberme liado con tres hermanos. Es una promiscuidad relativa, dentro de la misma familia. Eso se llama endogamia.

Ahora tienes dos proyectos en paralelo, quizá el más conocido sea con la Desbandada pero me gustaría que nos hablaras de la Banda del Cante Pirata.
Pues tengo mi banda para adultos que es la Desbandada y tengo mi grupo de música infantil que se llama la Banda del Cante Pirata. Surge en torno a una escuelita libre que hay en la sierra norte de Madrid que, como todos estos proyectos, siempre anda necesitada de acciones para su financiación y una de ellas fue hacer un disco.

El disco salió, nos hizo mucha ilusión, se cumplieron los objetivos de financiación pero se quedó un gusanillo y decidimos hacer una banda. No hicimos la banda y luego el disco sino al revés. La banda está funcionando muy bien, las fiestas necesitan una hora de diversión infantil y la Banda del Cante Pirata ocupa bien ese tiempo. Somos piratas, salimos vestidos de piratas y hacemos un concierto de rock más o menos al uso. No hacemos un espectáculo infantil.

Es para un público infantil pero son canciones que yo podría defender con la Desbandada. Son canciones que me creo y me creo a la banda.

Y con la Desbandada ¿qué proyectos tenéis entre manos?
Tenemos la idea de sacar un directo con la grabación del otro día en la sala Cats. Ya veremos a ver con qué la complementamos. Hay mucho material pero mucho no se puede meter porque tiene mucho de show con su locura, su desorden, sus cambios de ropa y demás. Cosas que en el audio de un CD no tendrían sentido. Ahora hay que hacer una selección y ver qué disco hacemos. También estamos preparando otro disco con canciones nuevas que hemos ido grabando. Así que Kike Babas y la Desbandada estamos trabajando en dos discos a la vez.

Te quería preguntar sobre algunos temas recurrentes en las letras de tus canciones. El primero es sobre el barrio como concepto y sobre tu barrio, que es, o era, Hortaleza...
Mi barrio ha sido, es y será siempre Hortaleza. Con lo del barrio te voy a decir una cosa que nadie me cree pero que es verdad: la palabra barrionalismo la inventé yo. A principios de los años 90, pensando en el termino nacionalista, me dije, joder, nosotros somos barrionalistas y lo comenté en el Stop, el bar donde parábamos entonces, y gustó y lo metimos en un tema de The Vientre.

¿Qué es, en el fondo? Pues a los que nos falta patria o nos sobra patria, a los que nos cuesta entender los colores o los símbolos patrios, a los que nos sobra todo eso, pero queremos la tierra que pisamos, nos queda el barrio. Es un gesto romántico diría yo.

Otro tema que aparece mucho en tus canciones, tanto en sentido literal como figurado, son las drogas.
Sí, últimamente yo diría que menos. Siempre he escrito sobre lo que manejo y toco. No soy muy imaginativo. Los personajes que habitan mis canciones son personas de carne y hueso, como mucho he cambiado los nombres. Pues lo mismo con toda la química que pueda rodear mis canciones, tanto esa química más tóxica y exterior como esa más mística e interior. Cuando fui padre por primera vez le canté a la paternidad y cuando volví a ser padre le volví a cantar a la paternidad. El Babas habla en sus canciones de lo que vive, cuando ha habido química en mi vida la ha habido en mis canciones y como química ha habido bastante... [risas].

Por último, sobre temas, te quería preguntar por el enfoque de género. En tu último disco aparece un tema como “Cenicienta” que me parece un alegato feminista en toda regla pero también has abordado la masculinidad desde perspectivas muy diferentes en temas como “El tierno” o “Canto a lefa”.
Como hombre estoy en el camino de ser un aprendiz de feminista. Esa es una de mis luchas personales ahora y eso en mis canciones, creo que se ha notado. Hay canciones como “Lumi, lumi” o “Escupiendo en la cara de dios” que a día de hoy no cantaría por la carga machirula que tienen.

Yo creo que hay una oleada feminista que viene de más allá del anterior 8M, que viene cabalgando desde hace 8 o 10 años. Como te digo, yo canto lo que vivo y “Cenicienta” tenía que aparecer al igual que apareció hace tiempo “Virgen de la caradura” porque, además, he tenido la suerte de vivir rodeado de mujeres potentes y poderosas que me han echado una mano para salir del camino del machirulismo y para replantearme cosas, la propia masculinidad.

El género es algo que me interesa y creo que para entendernos y disfrutarnos el máximo posible tenemos que seguir aprendiendo a ser feministas. No sé si mi generación hemos salido demasiado tocados y algún día podré ser un feminista de verdad, de momento me considero un aprendiz de feminista. En ello estoy y en ello están mis canciones.

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Como crítico, ¿cómo ves el panorama del rock estatal ahora mismo?
Supongo que estará reventao de bandas, a mí no me da tiempo a escuchar tanto. Calidad seguro que hay pero a mí me cuesta, a veces, encontrar referentes porque me parece que el rock estatal es uno de los estilos que más se repite a sí mismo. Me falta una oferta novedosa pero estoy apabullado por la cantidad y seguro que a la vuelta de la esquina salta la chispa.

Ante esta falta de originalidad ¿dónde está el futuro de la música popular? ¿en el rock o hay que ir a buscarlo a otros estilos como el trap o la electrocumbia?
El trap tiene cosas interesantes y la electrocumbia también, me gusta mucho. Creo que el mestizaje siempre ha sido el padre de todos los estilos musicales. Toda la música está hecha de la juntanza y la adaptación de otras.
El futuro de la música popular está en que siga siendo popular y, a lo mejor, algún día alguien de la electrocumbia se junta con uno del rock urbano de toda la vida y nos demuestran que con los mismos ingredientes de siempre han hecho algo nuevo.

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Para cerrar te voy a mencionar algunos grupos sobre los que has escrito o con los que has colaborado y nos dices lo que se te viene a la cabeza. Como hemos hablado de tu barrio, de Hortaleza, vamos a empezar por los Porretas.
Mi barrio, Hortaleza, el Rober, Mahou, chupa de cuero.

Los Enemigos.
Inteligencia, ironía, guitarrones, rock de una pieza.

Leño.
[Silencio] La piedra filosofal, la lija, el arrastrao, la biblia.

Reincidentes.
Coherencia, honestidad, asamblearismo, internacionalismo, comunismo, Andalucía.

Siniestro Total.
Inteligencia, ironía, rockanroll sureño, blues, Julián Hernández.

Doctor Deseo.
Sensualidad, vicio, ternura, fragilidad, amistad, encanto de gente.

Barricada.
Maestría, prolíficos, himnos, chupa vaquera, melenas, rockanroll.

Marea y Kutxi Romero.
Amistad, Motorhead a la navarra, letras de órdago, músicos como peones, atentos siempre a la obra.

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#31092
28/2/2019 21:00

Letras de horgado. Qué letras serán esas.

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es.pinedo
es.pinedo
26/2/2019 10:45

Creo que conocí a los Kikes a raíz del disco BNCA. Y me pareció lo más subversivo y bizarro que había escuchado nunca: poesía, música, sexualidad, drogras y tabúes varios mezclados de una forma explosiva y divertida. A día de hoy, sigo conservando esa misma opinión. Es una pena que grupos así queden enterrados en el underground y no lleguen a públicos más amplios, porque creo aportarían colorido y variedad al panorama actual.

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