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El 53% de los mexicanos votaron para hacer a Andrés Manuel López Obrador el próximo presidente de México. Al tercer intento y con un nuevo partido hecho a su medida, el izquierdista ganó las elecciones presidenciales con 31 puntos de ventaja sobre el conservador Ricardo Anaya, según datos oficiales del conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE).
Con un 63% de participación sobre 89,9 millones de mexicanos llamados a votar, más de 29 millones de electores dieron una victoria histórica a López Obrador, que concurrió a las elecciones liderando el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y en coalición con los conservadores evangélicos del Partido del Encuentro Social (PES) y el Partido del Trabajo (PT).
“El Estado dejará de ser un comité al servicio de la minoría y representará a todos los mexicanos: ricos y pobres, pobladores del campo y de la ciudad, migrantes, creyentes y no creyentes, seres humanos de todas las corrientes de pensamiento y todas las preferencias sexuales. Daremos preferencia a los más humildes y a los olvidados, en especial a los pueblos indígenas de México”, prometió el presidente electo ante miles de simpatizantes congregados en el Zócalo de la Ciudad de México. “Por el bien de todos, primero los pobres”, reiteró, en una frase que, dijo, sintetiza su pensamiento.
López Obrador anunció un giro radical en las políticas de seguridad y adelantó que desde el lunes convocará a organizaciones de derechos humanos, líderes religiosos y la ONU para planificar un proceso de reconciliación y paz
Para ello, y a pesar de que no hay conteo rápido para la Cámara de Diputados y el Senado, las encuestas a pie de urna apuntan a que el nuevo presidente contará con una mayoría cómoda en las dos cámaras del legislativo. Hasta el punto de que sus aliados del PES, que mantienen una agenda conservadora respecto a los derechos sexuales y reproductivos, podrían adelantar a fuerzas históricas como el PRI y el PRD en el legislativo.
López Obrador anunció un giro radical en las políticas de seguridad y adelantó que desde el lunes convocará a organizaciones de derechos humanos, líderes religiosos y la ONU para planificar un proceso de reconciliación y paz. Los últimos doce años de “guerra contra las drogas” y militarización de la seguridad pública han dejado más de 240.000 víctimas de homicidio, 36.000 desapariciones forzosas y alrededor de 330.000 desplazados internos.
Un nuevo enfoque en las políticas de seguridad pública podría propiciar, según los más optimistas, aun proceso de justicia transicional en el país, un debate que se abrió desde que a comienzos de la campaña AMLO insinuara la posibilidad de promover una amnistía para ciertos delitos menores relacionados con el narcotráfico.
“Una mayoría importante de ciudadanos ha decidido iniciar la cuarta transformación de la vida pública de México”, afirmó en un eco de los momentos más solemnes de su campaña, en la que ha caracterizado su proyecto político como una transformación pacífica equiparable a las de la Independencia, la Reforma y la Revolución. Es una incógnita en qué consistirá esa transformación, que ha descrito en términos de “una nueva constitución moral” y un gobierno honrado que no estorbe al desarrollo del país.
Pero, en cierto modo, la transición que comenzó en el año 2000 con la primera presidencia de la República ajena al PRI —que bajo distintos nombres gobernó México sin interrupción desde 1929 en uno de los sistemas políticos más estables del continente— con el gobierno de Vicente Fox, culmina hoy con el primer presidente de izquierda por fuera de la Revolución Institucional.
Con un 16% del voto, el batacazo del PRI es histórico, por mucho que sea la segunda vez que quedan en tercer lugar desde 2006
El nuevo presidente ha insistido en que la corrupción es el principal problema del país y ha prometido hacerle frente, también dentro de sus propias filas. Según sus promesas, un nuevo plan de “austeridad republicana” y la lucha contra la corrupción —basada principalmente en su ejemplo, una postura muy criticada durante toda la campaña— bastarán para luchar contra la desigualdad e invertir en el desarrollo del país sin necesidad de subir impuestos a nadie ni endeudar al país.
La gran derrota de los partidos hegemónicos
La irrupción de Morena y sus aliados relega a los tres partidos que habían vertebrado la política del país al menos desde los años ochenta a un segundo plano. Ni el PRI, ni el PAN, ni el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD, que postuló dos veces a López Obrador a la presidencia) seguirán ocupando ese lugar privilegiado.En una ironía de la historia, quien nunca aceptó su derrota en 2006 —cuando alegó un fraude masivo y sostuvo protestas durante meses reclamándose el presidente legítimo—, fue reconocido por sus rivales sin que pasara una hora del cierre de urnas y con las encuestas a pie de urna como única información disponible.
No fue hasta las 11 de la noche cuando, como marcan los protocolos, el presidente consejero del INE, Lorenzo Córdova, anunció los primeros resultados oficiales, basados en el muestreo estadístico del conteo rápido. Inmediatamente después el presidente Enrique Peña Nieto saludó su triunfo.
El candidato del PRI fue el primero en reconocer la victoria del presidente. José Antonio Meade, de perfil tecnocrático e independiente, no pudo con la losa de corrupción, violencia e impunidad que arrastraba la gestión del presidente priista en funciones. Con un 16% del voto, el batacazo del PRI es histórico, por mucho que sea la segunda vez que quedan en tercer lugar desde 2006.
El partido que controló la vida política del país durante setenta años y fue capaz de volver al poder tras doce años de gobiernos del PAN en 2012, podría quedar relegado a ser la cuarta fuerza en el Congreso y sólo conservaría la gobernación de Yucatán de entra las nueve que estaban en liza. Ni siquiera lo tiene asegurado al cierre de esta nota.
A Ricardo Anaya no le ha ido mucho mejor. Su apuesta con el Frente por México, una insólita coalición entre los partidos hegemónicos de la derecha (el PAN) y la izquierda (el Partido de la Revolución Democrática, PRD) con los progresistas del Movimiento Ciudadano que le costó la división de su propio partido, no dio los resultados esperados. Además de quedarse ligeramente por debajo del 23% en la elección presidencial, la coalición del Frente pierde el gobierno de la Ciudad de México en favor de la candidata de Morena Claudia Sheinbaum —la primera mujer elegida en las urnas para gobernar la ciudad— y el PAN sólo se ha asegurado mantener la gobernación de Guanajuato, un bastión tradicional del partido de Anaya.
Los discursos de López Obrador contra el neoliberalismo se concretarán en lo práctico en una apuesta por fomentar el mercado interno y recuperar la productividad del campo mexicano
En total, la coalición de López Obrador se haría con los gobiernos de cinco Estados —casi todos a costa del PRD— y otros dos se mantienen en liza, de un total de nueve de las 32 entidades federativas que disputaron elecciones anoche. Un resultado más que excelente para un partido que sólo tiene cuatro años de historia como tal.
Sin giros radicales en la economía
Pese a los temores, López Obrador ha sido conciliador en su discurso económico. Desde el Zócalo, aseguró que se reconocerán “los compromisos contraídos con empresas y bancos nacionales y extranjeros”, aunque reiteró que “los contratos del sector energético suscritos con particulares serán revisados para prevenir actos de corrupción o ilegalidad”.La reforma energética, promovida por el PRI y el PAN durante la anterior legislatura y que abre la puerta a la inversión privada extranjera en el sector, ha sido uno de los principales puntos de roce entre Morena —que se opuso a ella— y las élites políticas y económicas del país. Podría ser, además, el principal punto de fricción con el capital transnacional durante la próxima gestión.
Durante el fin de semana electoral fueron asesinadas nueve personas vinculadas a partidos políticos, según un recuento del proyecto de periodistas mexicanos Pie de Página
Durante su campaña, que llegó a registrar enfrentamientos muy duros con los principales empresarios del país, López Obrador ha acabado limando asperezas con ellos y la acogida de las élites económicas ha sido cordial. “Habrá cambios profundos, pero se darán con apego al orden legal establecido. Habrá libertad empresarial, libertad de expresión, de asociación y de creencias”, insistió. A última hora de la noche, el peso mexicano se revalorizaba respecto al dólar.
Más allá de eso, sus discursos contra el neoliberalismo se concretarán en lo práctico en una apuesta por fomentar el mercado interno y recuperar la productividad del campo mexicano, uno de los sectores más golpeados por el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLC). A pesar de las dudas sembradas por Donald Trump sobre algunos aspectos del TLC, López Obrador no ha cuestionado su continuidad de incluso ha propuesto un negociador que se incorpore al equipo del gobierno de Peña Nieto, que seguirá siendo presidente hasta el 1 de diciembre.
Periferias
Periferias I: Mitos del libre comercio
Una jornada relativamente tranquila
Las elecciones del 1 de julio, las mayores de la historia de México por la cantidad de cargos locales, estatales y federales que se elegían, transcurrieron con relativa normalidad para los estándares del país. Gracias al amplio margen del presidente electo, no hubo discusión sobre los resultados y durante la jornada sólo hubo incidentes graves en territorios aislados.No obstante, durante el fin de semana electoral fueron asesinadas nueve personas vinculadas a partidos políticos, según un recuento del proyecto de periodistas mexicanos Pie de Página. Estas muertes han sido la continuación de una campaña extremadamente violenta, donde asesinaron al menos a 120 políticos, 48 de ellos candidatos a diferentes puestos municipales, estatales y federales. La primera tarea de AMLO, la más importante del sexenio, será pacificar el país.
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El presidente de los pobres? Que patraña, El Pais bien que lo apoya al Sr Obrador, es raro que se apoye a algun candidato de los pobres desde el periodico oficial del grupo Bilderberg en España. No hay por donde cogerlo. Si los medios oficiales lo tratan bien esque es un hombre de ellos y del narco.
Por fin vivir a estar un presidente honrado y del pueblo en México. No es ningún revolucionario y lastima que no condene este sistema asesino y explotador, pero si que va a reformarlo en beneficio de los olvidados y los trabajadores.
Solo con condenar y reducir la corrupción y la evasión fiscal, se pueden lograr grandes cambios que afecten muy positivamente a la mayoría social, que le permitan tener una vida digna y libre.
Por cierto, que se jodan todos los medios liberales y. Las multinacionales que han mentido hasta la médula ósea intentar engañar al pueblo mexicano, en vano!
ninguna confianza en AMLO para resolver los problemas de mexico, le quedan grandes las botas. remarcar q respecto a los pueblos indigenas su politica a sido de acoso y derrivo con el proceso de Mari Chuy y se ha llenado la boca diciendo q Mexico es un pais rico en recursos q explotar, sin mencionar q muchos de esos recursos estan en territorio indigena. Cambia la cara, pero no cambia el fondo