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Perú
Kelly Leonela Labra Panocca: “Me da mucho miedo participar en las protestas, pero hay que estar allí”
Me encuentro con Kelly Leonela Labra Panocca (2000 Espinar, Cusco), presidenta de la Federación Universitaria de Cusco, en un departamento abarrotado de estudiantes cusqueños en Lima. Los colchones ocupan todo el suelo. La dueña del lugar ha abierto su hogar para la delegación que viene a protestar a Lima desde el interior. Las protestas en Perú duran ya casi dos meses y ya pasan los 60 muertos. Los ojos de Leonela se ven agotados.
Casi llevan dos meses de movilizaciones en el país, ¿cómo tomaron tanta fuerza las protestas?
Empiezan con las muertes en Andahuaylas y después de las navidades vuelven a comenzar con las muertes en Ayacucho y en Puno. ¡Y nosotros decíamos, oigan!: En Lima cuando mataron dos personas, hemos tenido nuevo presidente. Y en el sur del país está muriendo gente y nadie dice, o sea, nadie dice, estas vidas importan. Es el tema de la injusticia, porque no era una muerte, no eran dos. Y así fuera una, creo que teníamos todo el derecho de poder salir a reclamar por qué lo habían matado.
Perú
Un día en el rebelde lago Titicaca
¿Cómo es el comienzo para ustedes, los estudiantes?
Nosotros reaccionamos tarde. Estábamos en nuestra universidad con un problema interno que era el cese del rector en Cusco. Además, a nivel nacional durante el gobierno de Castillo ya protestábamos porque habían tumbado la ley universitaria en el Congreso. Esta ley había creado el SUNEDU (Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria) que controlaba los estándares de universidades públicas y privadas y a muchos les incomodaba. Así es que no reaccionamos tan rápido, sino que fue cuando en Andahuaylas hubo muertos.
Entonces, ¿qué es lo que le piden los estudiantes a la presidenta Dina Boluarte?
Que renuncie. Es la única manera de asegurar unas elecciones presidenciales.
Además, se deben respetar a los muertos y apoyar a sus familiares para que encuentren justicia. Y ahí la responsable es Dina, y el Congreso que la blinda. ¿Entonces qué reclamamos? Las elecciones a presidente y a Congreso. Y claro una nueva constitución que nos defienda de la injusticia que está sucediendo ahora.
Se deben respetar a los muertos y apoyar a sus familiares para que encuentren justicia. Y ahí la responsable es Dina, y el Congreso que la blinda. ¿Entonces qué reclamamos? Elecciones a presidente y a Congreso
Ustedes los estudiantes de Cusco, como otras delegaciones del interior del país, ¿por qué vinieron hasta Lima?
A nosotros nos hostigaban, nos hacían reglaje [seguimiento, vigilancia] a los dirigentes, nos señalaban, nos amenazaban con matarnos, nos quieren buscar amedrentar, nos llamaban delincuentes, todo.
Ahí es cuando molestos dijimos mira, a nivel regional llevamos casi todo el año luchando y nada. Entonces había también una grave represión en Puno y hubo como 17 homicidios más. Que se mate a la gente, así por así, sea por lo que sea que esté protestando, justo o no justo... No hay forma de justificar una muerte. Lo peor de todo es que en Puno se mató a médicos, ¡médicos! Un médico que atendía un herido. Perdón, dime, pero ¿dónde estamos? ¿En qué estamos? Entonces, yo y todos los compañeros que fuimos cuestionados dijimos tenemos que ir a Lima. No hay otra forma de que nos puedan escuchar.
¿Cómo fue la acogida al llegar?
Algunos de Cusco se fueron a la Universidad de San Marcos, otros a la UNI (Universidad Nacional de Ingeniería). Los estudiantes de la San Marcos habían tomado la universidad para que vayamos. Allí, la rectora permitió que la policía reprimiera y humillara a mis compañeros. Yo creo que con todo ese contingente policial los podían haber sacado caminando, y no de la manera en la que les han sacado, porque a ellos se les ha tratado como terroristas, como narcotraficantes, como la peor delincuencia más organizada a nivel de los mundos mundiales y de todo el planeta.
¿Y a ti esta represión también te afectó? Hay un video que se hizo viral en redes y en la prensa donde te intentan meter a un auto de policía. ¿Qué pasó ahí exactamente?
Estábamos en Cusco y Dina estaba dando una conferencia ahí a los medios. Su visita fue improvisada, mal hecha y eso molestó a la población. Quería demostrar presencia fuera de Lima, pero no había invitado a ninguna organización social. Entonces se hizo un plantón, pero nosotros con mis compañeros, estábamos desayunando y nos reconoce la policía. De ahí nos vienen a golpear.
A mí me empezaron a arrinconar y vino un efectivo policial que se burló de mí. Antes habíamos hecho huelgas y en un paro un policía pateó la olla comunitaria en la que estaban cocinando mis compañeros. Y él pasa por mi lado y me dice ¿Te acuerdas terruca? ¿Te acuerdas de la olla? Burlándose de mí, entonces yo le respondí, usted vaya a lavarle las ollas a Dina. Y se enfadó, porque me parece que él era coronel, algo así, digamos mayor. La cosa es que él dice: Ya, arréstenla, métanla al patrullero. Alguien me jala del cabello, yo no creo que eso sea parte de arrestar a alguien. Cuando me jalan del cabello veo la parte de arriba de la camioneta y tenía como una baranda. Me agarré de la baranda y no me metí. Y yo recuerdo que por mis pies me jalaban. Si yo hubiese sido violenta le hubiese podido dar una patada en la cara, pero no, porque yo lo único que hice es resistir, ni siquiera pelearme. Y ahí, cuando vino la prensa, me soltaron y no querían que me graben. Y lo peor fue que me pusieron esposas. Es algo que yo nunca me imaginaba en la vida. A la prensa yo les dije yo estoy así y acá y yo no he hecho nada. Absolutamente. O sea, no había forma que pudieran decir o avalar que me querían arrestar por algo. Era solo persecución política.
Desde que hemos estado en la UNI, había dos patrulleros en la puerta, siempre. Luego, como salimos de la UNI, porque con tanta presencia policial era peligroso. Nos fuimos repartiendo en casas. Allá donde están las delegaciones, hay movimiento policial. Y a los compañeros que se van de un lugar a otro los siguen. Es así todos los días.
Yo me sentí bastante amenazada el día en el que, literal, se pararon en la puerta de la casa en la que estaba. Y yo acababa de llegar, porque hasta ese momento los chicos que estaban ahí no habían tenido ningún problema con la policía. Llego yo, y justo la policía llega y se para en la puerta, ni en frente, ni más abajo, ni más arriba, ni en la esquinita, se para en la puerta de la casa.
Ese día fue cuando exploté, porque ya veía que el tema era conmigo, no con mis compañeros. Y eso era lo que me desbordó un poco. Aparte de que días antes habían golpeado a mi compañero, lo habían amenazado, lo torturaron, lo tuvieron dos días en la carceleta fría.
Yo estaba preocupada porque cuando tú eres dirigente, aunque cada uno venga autoconvocado, cuando las víctimas son estudiantes, hay terceros, detrás de ellos padres. Además, nosotros somos jóvenes, tenemos una vida por delante.
Y como te digo tenemos padres y madres.
Mi mamá me dijo: Si en algún momento tú llegas a ser torturada o algo, pide que no sean cobardes y que te de maten de una vez. Y yo le escucho a mi mamá y le dije, no, mamá, yo quiero vivir
En tu caso ¿no te da miedo participar en las protestas?
Mucho, pero es una responsabilidad que se asume y que, pase lo que pase, uno tiene que estar ahí. Algo que pasó conmigo en particular fue que cuando yo vine, mi mamá no estaba enterada. O sea, yo vivo en Cusco, no vivo con mi familia. Pero por dar ese ejemplo dije bueno, tendré que ir y enfrentar el miedo, porque no hay otra.
Entonces, llegamos acá y yo estaba preocupada, más que todo por mis cursos. Dije bueno… ¿y si mi mamá se entera que estoy en Lima? O sea, al inicio mis padres no me apoyaban. Se enojaron, ¿no?: ¿por qué estás allá? ¿Qué quieres que pase? ¿Qué quieres en tu estudio? Y yo decía: ya fue, estoy acá. Mi delegación es mi delegación, yo soy la presidenta y no hay forma de que yo le encargue venir a otra persona.
Y luego, pues vieron que había sido un esfuerzo, estábamos acá, y decidieron apoyarlo. Y creo que hace poco mi mamá me dio ese apoyo moral que necesitaba, de decir: Si estás en un lugar donde te están torturando, y es que puede pasar eso, aunque claro que no quiero a mi hija torturada ni que esté sufriendo, si te dan la oportunidad de morir dignamente, tú hazlo. Yo cuando escuchaba a mi mamá pensaba, ¿qué fue? Tú no querías que esté en Lima. Ella me dice, si en algún momento tú llegas a ser torturada o algo, pide que no sean cobardes y que te de maten una vez. Y yo le escucho a mi mamá y le dije, no, mamá, yo quiero vivir.
Por último, como estudiante, cuál sería tu mensaje para los estudiantes del resto del mundo y del Perú.
Como estudiantes tienen que ser conscientes, no pueden ser ajenos a la realidad de su país, de su universidad, de su sociedad, de su entorno. Y de lo que pasa en Perú, por supuesto, no pueden ser ajenos. No importa si las opiniones son diferentes, pero lo que siempre el estudiante debe hacer es no ser ajeno a la realidad.