Migración
Hungría normaliza el maltrato sistemático de personas migrantes en la frontera

La policía húngara se ceba con los grupos de migrantes que entran al país cruzando la frontera Serbia. Testigos denuncian la brutalidad con la que son tratadas las personas que toman esta ruta.
Abuso policial migrantes Serbia
Policías húngaros rapan a la fuerza y golpean a las personas migrantes que llegan desde Serbia.
No Name Kitchen
22 sep 2022 07:43

El jueves 15 de septiembre, la mayoría de los miembros del Parlamento Europeo (MEP) publicó un informe en el que alertaron sobre la caída del Estado húngaro, a cargo del primer Ministro Viktor Orban, hacia el “autoritarismo”, con “esfuerzos deliberados y sistemáticos” para atentar contra la democracia y los derechos fundamentales. El comunicado de prensa, que contó con la aprobación de 433 eurodiputados y 123 en contra, enciende alarmas en tópicos como la libertad religiosa, la libertad académica, la libertad de asociación y advierte sobre las problemáticas que atraviesan los derechos de las minorías, de los migrantes y de los solicitantes de asilo y refugiados, entre otros.

En línea con lo argumentado y en base a los testimonios de violencia fronteriza que registramos cada semana, No Name Kitchen (NNK) concluye que en el último tiempo se hicieron más frecuentes, notorios y violentos los casos de pushback (devoluciones en caliente) por parte de las fuerzas de seguridad húngaras contra las personas en movimiento. A su vez, se destaca la adopción de mecanismos sistemáticos de humillación y brutalidad, que profundizan aún más en la grave violación a los Derechos Humanos dentro de territorio europeo que hace años lleva adelante el gobierno de Orban bajo la mirada de la Unión Europea.

Un grupo de jóvenes fue devuelto de manera violenta de Hungría a Serbia: se les obligó a comer cigarrillos, les raparon la cabeza a la fuerza, les echaron gas pimienta en los rostros, extrajeron sus móviles y los destruyeron

En un squat (edificio abandonado donde viven personas en tránsito) ubicado en la ciudad de Horgos, se recopilaron testimonios de un grupo de jóvenes que fueron devueltos de manera violenta de Hungría a Serbia y en el que algunos de sus miembros fueron obligados a comer cigarrillos y les raparon la cabeza a la fuerza. Según lo que nos contaron, un joven de 18 años y otros tres de entre 18 y 30 años fueron detenidos cerca de la medianoche por un grupo de cinco agentes húngaros cubiertos con pasamontañas. Les echaron gas pimienta en los rostros, extrajeron sus móviles y los destruyeron, lo mismo con las gafas de una de las víctimas. Luego tomaron lo que había dentro de sus mochilas y lo volcaron sobre sus cabezas, incluyendo latas de atún y bebidas energizantes.

Tras hallar una máquina de afeitar entre los elementos personales, uno de los agentes procedió a rapar las cabezas de los jóvenes. A uno de ellos le afeitaron la forma de una cruz, como se puede ver en las imágenes publicadas por KliKaktiv; mientras que a otro joven lo dejaron con una cresta. Antes de despacharlos en la frontera serbia, los golpearon y patearon en el suelo, en sus cabezas, costillas y pantorrillas. Debido a los golpes, uno de ellos sufrió una fractura en una de sus piernas.

Unos días después, el equipo de NNK registró nuevos testimonios en Sombor, otra localidad serbia cercana a la frontera húngara. En este caso, tal como nos manifestaron las víctimas, una veintena de sirios fueron rodeados de noche por cuatro furgonetas y 16 agentes de la policía húngara a pocas horas de haber cruzado la frontera. Los obligaron a arrodillarse en el suelo y los rociaron con gas pimienta. “Dos policías comenzaron a golpearnos, los demás se limitaron a observar. Ahora no puedo respirar, me duele mucho”, dijo una de las víctimas mientras señalaba los golpes recibidos por porras y patadas en la espalda y la cadera. Al finalizar la golpiza, los subieron a las furgonetas y los echaron a Serbia.

Dos semanas antes, registramos otra situación de abuso policial, esta vez, contra un grupo de cuatro personas que incluían un padre con su hijo. Como nos contaron, tras pasar la noche bajo una lluvia torrencial y perdidos en uno de los bosques que separan Serbia de Hungría, las víctimas, desesperadas por el frío y las dificultades para continuar a pie, se acercaron a una carretera y, el padre, le pidió ayuda a cuatro policías uniformados que vio. Sin mediar palabra, uno de los policías comenzó a golpearle las rodillas y las piernas con una porra. Otro hizo lo mismo con el resto del grupo, dando puñetazos en cabezas y cuellos. Acto seguido, los obligaron a dejar sus teléfonos en el suelo.

Al poco tiempo llegó una furgoneta con más policías, perros y con una veintena de personas en movimiento, entre ellas cinco menores y cuatro mujeres. El padre nos contó que, afectado por problemas de salud en sus pies, pidió asistencia para entrar en la furgoneta pero un policía le respondió con un fuerte golpe en la espalda. Según el testimonio, una vez dentro del vehículo, un policía señaló a los perros y le dijo: “Si intentas hablar o moverte, te daré de comer a los perros”. Permanecieron quietos, en silencio y sin acceso a agua por varias horas hasta que más tarde los dejaron en la frontera serbia.

Migración
Fronteras Un nuevo ataque marroquí contra personas migrantes deja una mujer muerta y tres heridos graves
Nueve organizaciones denuncian el ataque con fuego real por parte de la Gendarmería marroquí contra un grupo de 35 personas migrantes que se preparaban para tomar una patera.

Otra historia recopilada narra lo sucedido en Kiszombor, una ciudad ubicada al sudeste de Hungría. Durante las primeras horas de la mañana, un grupo de media docena de personas en movimiento y otro joven proveniente de Siria fueron interceptados en dos sitios por agentes de policía. Según el primer testimonio del grupo, que había caminado 22 horas bajo la lluvia, varios agentes uniformados los detuvieron en la calle y uno de estos policías exigió a las personas dinero. Al no obtenerlo, acabó agarrando uno de los teléfonos y lo lanzó contra el suelo. Finalmente, ingresaron a las personas en vehículos, para llevarlas a la estación de policía.

En un lugar cercano, mientras cruzaba el puente que atraviesa el río Mures, un joven proveniente de Siria fue capturado por una oficial de policía que iba acompañado por un hombre de civil. Luego de reconocerse ambos por una devolución previa y de tomarle fotografías con su smartphone, la agente lo obligó a entrar en el vehículo y lo amenazó: “Si lo intentas de nuevo (cruzar el territorio húngaro), la próxima vez te tiraremos debajo del puente”.

Las siete víctimas fueron trasladadas a un centro de detención, donde permanecieron unas cinco horas encerradas en una pequeña celda donde ya se encontraban alrededor de 25 personas más. Pidieron agua y alimento pero la policía se negó. Finalmente, las más de 30 personas fueron trasladadas en un vehículo hasta la frontera y forzadas a cruzar a pie hasta la ciudad de Horgos.

A finales de agosto, un grupo de 20 personas procedentes de Siria —quince de ellas adolescentes— fue interceptado cerca del río Kis Sori Csatorna por dos patrullas y cuatro oficiales uniformados. De acuerdo con lo narrado por uno de los jóvenes, la policía los obligó a inclinarse en el suelo y comenzó a propinar puñetazos, patadas y golpes con bastones y con una rama de árbol. Luego registraron sus mochilas y destruyeron sus teléfonos móviles y baterías externas. También dicen que se quedaron con todo el dinero que llevaban, un total aproximado de 1.200 euros.

Un joven relataba cómo, mientras esperaban que llegara la furgoneta que los trasladaría hasta la frontera serbia, los agentes caminaban entre ellos y los golpeaban: “Elegían a una persona para abofetearla sin ninguna razón, era como un juego para ellos”

La víctima recordó que, mientras esperaban que llegara la furgoneta que los trasladaría hasta la frontera serbia, los agentes caminaban entre ellos y los golpeaban: “Elegían a una persona para abofetearla sin ninguna razón, era como un juego para ellos”. Antes de ser obligados a cruzar la frontera, fueron trasladados a una sala pequeña donde permanecieron detenidos y les tomaron videos.

Una madrugada de septiembre, a pocos metros antes de ingresar a la ciudad húngara de Szeged, un grupo de cuatro sirios levantaron sus brazos al oír el llamado de cinco policías. El testimonio de uno de ellos narra que, tras arrojarles un producto lacrimógeno, dos agentes empezaron a golpearlos. Y otra vez se repitió el mecanismo: los obligaron a sentarse en el suelo y repartieron patadas en las piernas y golpes en el torso mientras los insultaban.

Colocados en fila y de espaldas, ataron sus muñecas con precintos y volvieron a golpearlos tras descubrir que varios miembros del grupo de sirios habían escapado antes de ser capturados. “¡Hermano, por favor, detente!”, dijo una de las víctimas al agente que respondió con nuevos golpes: “Hermano no, hermano una mierda (No brother, fuck brother)”. Una furgoneta blanca los trasladó hasta la frontera después de la golpiza. Antes de marcharse, una víctima recordó que uno de los agentes le amenazó: “Si vuelves a pasar, te dispararé”.

Estos son solo algunos ejemplos de la brutalidad, humillación y la violencia fronteriza que sufren a diario las personas en movimiento que intentan ingresar a Europa a través de Hungría. Otras voces que el equipo de No Name Kitchen registró en el norte de Serbia relatan acerca de vehículos oficiales húngaros arrastrando las escaleras que las personas en movimiento utilizan para cruzar la valla de cuatro metros que separa ambos países. Como resultado de ello y en sintonía con sus testimonios, pueden observarse con mayor frecuencia fracturas, lesiones en rodillas y tobillos, que coinciden con la caída desde altura, así como cortes profundos en manos y brazos, producto del alambre de púas que recubre la valla.

Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Melilla
Fronteras Denuncian expulsiones sin respaldo legal en el CETI de Melilla
La organización Solidary Wheels cuestiona las expulsiones recurrentes de solicitantes de asilo del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes en la ciudad autónoma.
Opinión
Regularización Iniciativas populares vs pactos institucionales: caminos colectivos frente a los callejones sin salida
Mientras el pasado martes la perseverancia de los colectivos migrantes se anotaba una victoria en el Congreso, el miércoles el Parlamento Europeo ratificaba de nuevo, como único horizonte, la razón securitaria.
Industria armamentística
Banca armada El Banco Sabadell financia con más de 70 millones de euros la industria de las armas nucleares
La entidad financiera concede préstamos y realiza inversiones en empresas que fabrican armamento nuclear saltándose la legalidad internacional y en compañías que hacen posible la militarización de las fronteras de Europa.
Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas las entradas
Catalunya
Catalunya Pere Aragonès, de presidente a segundo plato de Illa o Puigdemont
Las encuestas y el tirón de Pedro Sánchez acompañan a Salvador Illa, quien probablemente volverá a ganar las elecciones catalanas, como ya ocurrió en 2021. Esta vez, tiene más probabilidades de gobernar.
Genocidio
Genocidio La ONU advierte de que un ataque sobre Rafah colapsaría la distribución de ayuda en Gaza
Turquía suspende todo el comercio con Israel. El fiscal del Tribunal Penal Internacional advierte de que no admitirá “amenazas” después de que trascendiera que imputará a Netanyahu y los suyos.
Fútbol
Fútbol Vicente del Bosque como respuesta a las presiones de FIFA y UEFA
El nombramiento del exseleccionador como presidente de la Comisión de Normalización, Representación y Supervisión busca alejar los fantasmas de una intervención política de la RFEF.
Palestina
Palestina Bicicletada contra el genocidio palestino en Alicante
El núcleo local del BDS País Valencià ha realizado un recorrido reivindicativo para exigir el fin del genocidio contra Palestina por las principales calles de las tres capitales valencianas.
La vida y ya
La vida y ya Futuros laborales
Lo que está claro es que para mí pensar en mi futuro laboral tiene que ir acompañado de pensar qué puedo hacer para que el mundo sea un poco diferente.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Cine
Cine 'Civil War', estética geopolítica en tierra de nadie
La sensación es que Civil War se queda en algunas ocasiones en una peligrosa tierra de nadie, tanto en sus cambios de estilo como en su contenido.
Que no te lo cuenten
Que no te lo cuenten De estrategias y misiones incumplidas
VV.AA.
La no dimisión de Pedro Sánchez y la imposibilidad de la Flotilla de la Libertad de llevar ayuda a Gaza marcan unas semanas intensas.
Memoria histórica
Memoria histórica Relatores de la ONU piden a España que actúe contra las leyes antimemoria de tres autonomías
Los relatores internacionales denuncian las posibles vulneraciones de derechos de dos normas en proceso y una aprobada por los Gobiernos de coalición de Partido Popular y Vox en tres comunidades autónomas.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Más noticias
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Pueblo gitano
Pueblo gitano Silvia Agüero y Nicolás Jiménez: “Hay que gitanizar a los anarquistas que se han burocratizado”
Son pareja en la vida, en la divulgación y en la tarea de gitanizar el mundo. Silvia Agüero y Nicolás Jiménez acaban de publicar '¿Anarquismo gitano?' para romper estereotipos y profundizar en la realidad de su pueblo.
Comunidad El Salto
Palestina La campaña de apoyo a Gaza de El Salto recauda más de diez mil euros para la UNRWA
El pasado 26 de febrero, tras más de cuatro meses de ofensiva militar de castigo por parte Israel sobre la Franja de Gaza, desde El Salto decidimos ir más allá del periodismo ante la gravedad de los hechos.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.

Recomendadas

Colombia
Colombia Sostener la vida en un ETCR
En la vereda colombiana La Plancha, la convivencia entre excombatientes y población civil es una realidad marcada por necesidades comunes.
Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.