Laboral
Dario Salvetti: “No sabemos qué es la victoria, pero hemos creado una lucha que será ejemplo”

Ensamblaba coches en GKN (Florencia) hasta que, junto con sus compañeros, ocupó la fábrica una hora después de que la dirección les comunicara el despido. Son una referencia del movimiento obrero en Italia. Y también, de la lucha climática.
Dario Salvetti
Dario Salvetti en el puente de San Antón antes de la charla organizada por LAB. Gessamí Forner

Dario Salvetti y sus 421 compañeros de GKN (Florencia, Italia) fueron despedidos el 9 de julio de 2021 por el fondo de inversión que en 2018 compró esta fábrica de automoción con el objetivo de deslocalizar la producción. En octubre de 2023, Salvetti y sus compañeros volvieron a ser despedidos. Esta vez, por el segundo fondo de inversión que había recomprado GKN, también con la intención de desmantelarla. En ambas ocasiones, los trabajadores han ganado las demandas por despido improcedente en los tribunales, pero ¿qué es una victoria?, se pregunta este sindicalista italiano al que decenas de personas escucharon atentamente el martes en Bilbao. 

Vino invitado por el sindicato LAB en el contexto del cierre de la fábrica vizcaína Mecaner. “No sabemos qué es la victoria realmente, pero hemos creado una lucha que va a ser un ejemplo. Y, como mínimo, hemos percibido la existencia de una alternativa”, afirma. Después de producir chasis para Ferraris y Maseratis, están montando una cooperativa para producir bicis eléctricas y placas fotovoltaicas. O, dicho a su manera, han conseguido “converger la lucha obrera con la lucha por la justicia climática”. 

Industria
Transición ecosocial LAB y ESK denuncian que Stellantis ha empezado a sacar la maquinaria de Mecaner
Sin los troqueles, la fábrica se convertirá en una nave industrial más en venta. Solicitan al Departamento de Industria la paralización de la salida de las máquinas y canalizar la compra pública transitoria de Mecaner.

¿Qué ocurrió el 9 de julio de 2021?
Nos dijeron que iba a ser un día de vacaciones colectivas por una parada de la producción. A las 10.30h, cuando estábamos en esa pausa y no había obreros dentro de la fábrica, la empresa envió un mail a la organización sindical informando de que todos los trabajadores habíamos sido despedidos y que habían cerrado la fábrica definitivamente. 

¿Cómo reaccionasteis?
En media hora, empezamos a agruparnos fuera de la fábrica. En una hora, todos estábamos allí. Era un golpe que estábamos esperando. Llevábamos años intuyendo que intentaban cerrarla, a pesar de que estaba en plena producción y que tenía líneas de producción nuevas con mucha inversión detrás —en concreto, 26 millones de euros—. Pero como obreros, éramos conscientes de la situación actual del sector de la automoción y de que el grupo internacional GKN había sido comprado por un fondo especulativo financiero.

¿Qué encontrasteis al llegar a la fábrica?
La custodiaban guardias privados vestidos sin uniforme, parecían  un grupo de fascistas. La ocupamos y, desde ese día, empezamos lo que en Italia se llama Asamblea Permanente Obrera. 

¿Cuántos trabajadores ocupasteis la fábrica?
Calculamos que unos 500, incluyendo a trabajadores indirectos. En la fábrica fuimos despedidos 422 obreros y unos 350 participamos activamente en la ocupación. Pero después de tres años de luchas, seguimos 150.

¿De quién es ahora la fábrica?
La titularidad es de otro fondo especulativo financiero. Pero llegó sin plan de producción ni capital, fue un movimiento muy sospechoso. Temíamos que, de nuevo, todo era una trampa para seguir con el desmantelamiento de la fábrica. Y así fue: en octubre de 2023 llegó la segunda ronda de despidos, que nuevamente fueron derrotados por la lucha y por los tribunales. Desde enero de 2024, seguimos sin recibir carga de trabajo ni sueldos, pero no hemos sido despedidos.

La lucha del fin del mundo será por los salarios, habrá desesperación

¿Las máquinas siguen dentro?
Sí.

¿Todas?
Sí. La función de la Asamblea Permanente es guardar la maquinaria y no permitir que la fábrica sea destruida sin tener un plan de conversión. Si con el nuevo plan llegan nuevas máquinas, las viejas pueden irse.

Habéis decidido constituiros como cooperativa y dejar de producir chasis para Ferraris y Maseratis para pasar a producir bicicletas eléctricas con remolque y placas fotovoltaicas. ¿Necesitáis otra maquinaria?
Sí y no. Alguna se podría reutilizar. La línea productiva de los chasis es muy difícil de reconvertir, porque es una línea de ensamblaje. Queremos construir una nueva línea para los paneles y empezar con soldadores los carro-bike.

¿Qué son los carro-bikes?
Bicis eléctricas que llevan remolque y pueden sustituir a las furgonetas en entornos urbanos.

¿Por qué es necesario que el movimiento obrero converja con el movimiento por la justicia climática, tal y como has defendido en la charla?
El movimiento climático sin abordar la producción no profundiza. Y la lucha contra los despidos sin recuperar la producción, tampoco profundiza. Así se creó esta convergencia, tras abrir la fábrica a los movimientos sociales y empezar a hablar. La primera etapa de la lucha, la de resistir a los despidos, fue la más fácil en realidad. Luego llegaron los meses con sueldo y de Asamblea Permanente en los que los obreros nos lo cuestionamos todo: desde el modelo de familia a por qué éramos una fábrica solo de hombres y por qué ensamblábamos automóviles. Todo lo que hemos aprendido estos años no lo hemos aprendido de un libro. Pero hemos aprendido a desenmascarar al capital: no hay lucha fuera de la lucha, todo converge.

En tres años habéis organizado siete manifestaciones multitudinarias, cinco conciertos y un certamen de literatura de working class. ¿Cómo llegasteis ahí?
Para que pudiéramos dormir, venían solidarios a guardar de noche la fábrica. Muchos eran estudiantes universitarios e investigadores. Mario, mi compañero de cadena de producción que estudió en la escuela, pasaba largas horas hablando con ellos y un día nos dijo: “Si vamos a converger, ¡converjamos del todo!”. Y decidió que había que montar una ‘convergencia cultural’, por lo que pidió a esos investigadores universitarios que organizaran la primera charla de la convergencia cultural: el papel del trabajo en el desarrollo del hombre paleolítico. Fue un éxito. 

En aquellas noches teníais sueldos, pero luego ya no… 
La lucha tiene un poder pedagógico muy fuerte, pero no debe ser idealizada. El periodo más fácil fue la primera etapa. Pero cuando paramos sin sueldo, algunos obreros empezaron a preguntarse qué comerían mañana. La lucha del fin del mundo será por los salarios, habrá desesperación. A pesar de que éramos obreros, no teníamos la costumbre mental de ser pobres, por lo que para algunos fue algo muy traumático.

¿Qué sueldos tenéis ahora?
Ninguno. El gobierno regional nos ha dado 3.000 euros en julio, es algo que se acaba rápido. Son meses que llevamos sin sueldo. Tenemos una caja de resistencia y el apoyo mutuo, pero es algo que no puede sustituir al salario [en vez de aceptar las donaciones de la caja de resistencia, se prestan el dinero de la caja, con el objetivo de devolverlo cuando la cooperativa funcione]. Nuestro plan industrial necesita siete millones y el objetivo es llegar a uno en septiembre mediante el accionariado popular.

La lucha obrera no solo radicaliza a los obreros, también a los técnicos de las instituciones, que necesitan sentirse involucrados en un objetivo social

¿Las instituciones os han ayudado en algo más?
El sector público no sabe o no quiere hacer una socialización de la fábrica. El sector público solo sabe socializar las pérdidas del capitalismo. Pero en estos tres años hemos aprendido otra cosa: la lucha obrera no solo radicaliza a los obreros, también a los técnicos de las instituciones, que necesitan sentirse involucrados en un objetivo social. El trabajo es una parte de la vida muy grande y es muy difícil pasar gran parte de la vida sin un objetivo social, aunque ganes un buen sueldo. Si no, te acabas quemando. Hemos presentado una ley para que el gobierno regional declare el suelo de la fábrica como público. 

¿Qué habéis aprendido del movimiento feminista durante la convergencia de los movimientos sociales siendo una fábrica de casi solo hombres?
No sé si podemos decir que hemos aprendido algo. En una sociedad patriarcal como la nuestra el hombre nunca aprende realmente. Pero hemos estado escuchando al movimiento feminista y hemos intentado dejar que nos contamine con sus palabras y métodos de lucha. Una fábrica de casi solo hombres en Asamblea Permanente en lucha ha sido algo nuevo también para los movimientos sociales. Así que hemos aprendido algo todos juntos.

¿Cómo sobrelleváis estos tres años de intensidad emocional?
No puedo decir que bien ni mal. La lucha no es solo felicidad. Claramente hay un trauma. Es cómo preguntarle a un boxeador al que le dan golpes en un ring. Los golpes no son buenos, hacen daño. Y nos han hecho daño. Nuestra vida no existe más. A veces no puedo recordar las caras de muchísimos compañeros que se fueron, pero al final uno racionaliza que los despidos existen, que la pobreza existe y que la explotación existe. Así que el problema no ha sido la lucha, el sistema es el problema. Pero por lo menos hemos intentado responder a ese problema con la lucha. Alguna vez nos preguntamos si estábamos bien antes de los despidos, algunos compañeros incluso dicen que ha sido una suerte ser despedidos: por lo menos hemos dado un golpe a esa gente que cierra las fábricas y hemos creado, no una victoria, porque la victoria no se sabe qué es realmente, pero hemos creado una lucha que va a ser un ejemplo. Y, como mínimo, hemos percibido la existencia de una alternativa. 

La convergencia de luchas.
Si la defensa de la fábrica no se convierte en una herramienta, se queda en una lucha un poco naïf y por ello hemos presentado un plan industrial que funciona. Una cooperativa es muy fácil de constituir, pero la verdad es un poco más complicada: el capital se expresa a través del mercado, de los bancos y de los precios. Es fácil para el capital vetarte. Porque el capital no solo defiende lo que hace, sino quién lo hace. Y el control obrero no le gusta al capital, por eso no invierten en un plan industrial rentable.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Turismo
Turismo depredador Poca agua, mucho turismo: la crisis hídrica amenaza las islas Eolias en Italia
Las islas italianas del Mediterráneo están acusando especialmente las consecuencias de la turistificación, pero también de una crisis hídrica sin precedentes provocada por el cambio climático. Es el caso de las islas Eolias, en el norte de Sicilia.
O Teleclube
O teleclube 'O Teleclube' viaxa á preciosa aldea de 'Vermiglio' a finais da Segunda Guerra Mundial
A película de Maura Delpero, seleccionada para representar a Italia nos Oscar, retrata a vida dunha familia de Vermiglio, unha aldea nevada nos Alpes italianos.
Fronteras
Fronteras Italia libera al jefe de la policía libia acusado por homicidio, secuestro y desaparición de migrantes
El general Najeem Osema Almasri Habish, jefe de la policía de Libia, fue detenido en Italia con una orden de la Corte Internacional acusado de torturas, homicidio y desaparición de refugiados. Las autoridades italianas decidieron liberarlo
OTAN
Europa Los líderes de la UE cierran filas con Zelensky en el contexto de derrumbe de la alianza con Estados Unidos
La cumbre de Londres del domingo 2 de marzo se cerró con una hoja de ruta para llevar a EE UU de nuevo la mesa de negociaciones con Ucrania. La UE apuesta por el rearme ante la amenaza rusa y el desfallecimiento de la Alianza Atlántica.
Estados Unidos
Análisis Trump, la naranja mecánica
La rueda de prensa entre el presidente de los Estados Unidos y su homólogo ucraniano fue una muestra de una humillación pública al más alto nivel.
Huelga
Derechos laborales Los sindicatos en Renfe y Adif llaman a siete días de huelga por “incumplimientos” en el traspaso de Rodalies
Las organizaciones consideran que no se están cumpliendo los acuerdos que previnieron una primera huelga en 2023. El traspaso de competencias es un momento delicado y los sindicatos quieren asegurarse de que la plantilla no sale perdiendo.
Madrid
Madrid Inquilinas despliegan decenas de piquetes para ampliar la lucha antirrentista e impulsar huelgas de alquileres
Estos grupos agitativos territoriales, que se mantendrán a lo largo de los próximos meses, se han distribuido por distritos y barrios de Madrid como Villaverde, Lucero, Vallecas o Leganés.
Mozambique
Neocolonialismo La expansión del eucalipto en Mozambique para la papelera europea
VV.AA.
La creciente demanda de celulosa en Europa está dando lugar a nuevos mercados y a la expansión de las plantaciones de eucalipto en Mozambique. Pero algunas comunidades rurales ahora quieren recuperar la tierra que han perdido.
Sphera
Soberanía alimentaria Sembrar zanahorias, recolectar comunidad
Una comunidad que sostiene la agricultura es un grupo de personas que alquila tierra y contrata a agricultores para cultivar. Es la forma de obtener frutas y verduras de kilómetro cero.
Nicaragua
Salvador Marenco “Los crímenes de lesa humanidad no solo deben ofendernos a nosotros como nicaragüenses”
El abogado, activista y miembro de la colectiva Nicaragua Nunca Más habla sobre las sistemáticas vulneraciones de DDHH y el silencio mediático entorno al régimen de Ortega
Opinión
Pueblo gitano 3 de marzo, 526 años de persecución racista antigitana
Ni los Reyes Católicos ni toda su ralea, incluidos los Borbones que aún detentan la Corona, consiguieron su propósito.

Últimas

Opinión
Opinión Vitoria 3 de marzo. El memorial que soñamos
Cuando se cumplen 49 años de una de las masacres que marcaron el periodo postfranquista, se ha avanzado poco en la creación de un Memorial que establezca el relato preciso de lo que sucedió en Vitoria y por qué luchaban quienes estuvieron allí.
Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania Las izquierdas rusa y ucraniana, ante un posible acuerdo de alto el fuego en Ucrania
Una de las principales demandas de la izquierda rusa es la liberación de los presos políticos. La ONU ha alertado de que la aplicación por parte de Ucrania del tipo de “colaboracionismo” está siendo excesivamente amplia.
Estados Unidos
Genocidio Trump aprueba un paquete de armas de 3.000 millones de dólares para Israel
El presidente estadounidense ha alegado una “emergencia” para eludir al Congreso y aprobar un envío de armas que no llegará a Israel hasta 2026.
Más noticias
Migración
México México, la última frontera
En la frontera sur, la presencia de migrantes está aumentando, entre otras razones, debido a la política del gobierno mexicano de devolver a los migrantes sin documentación desde el norte del país hacia el sur.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El PSOE da muestras de cansancio con Yolanda Díaz
Tanto en Moncloa como en Ferraz la opinión sobre la gestión política de la vicepresidenta está en mínimos. Sin criticar su labor en Trabajo, la tropa de Sánchez ya anhela un socio que impulse la unidad a su izquierda con la mira puesta en el 2027.
Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania Trump y JD Vance matonean en un show televisivo a Zelensky, que se va de vacío de la Casa Blanca
El presidente de Ucrania abandonó Washington DC sin firmar el pacto por el que se comprometía a vender los recursos minerales del país a cambio de garantías de seguridad.

Recomendadas

Feminismos
June Fernández “Estoy abierta a reconocer modelos en los que haya personas cuyo rol sea gestar”
La periodista June Fernández publica ‘Sueños y vasijas’, un volumen sobre la gestación subrogada que no quiere sacar a nadie de su posición, pero sí sumar elementos para analizarla con perspectiva feminista.
Palestina
Palestina Illan Pappé: “No esperaba esta magnitud de indiferencia europea ante lo que está sucediendo en Palestina”
El historiador de origen israelí no se ha sorprendido la violencia cometida por Hamás en octubre de 2023 ni de la reacción de Israel o el apoyo a Estados Unidos, pero sí de cómo ha abordado la cuestión la sociedad europea.
Dana
El Salto Radio Relatos para no olvidar de víctimas de la dana
Este podcast recoge la parte más humana, los detalles y los nombres propios de lo que sucedió el pasado 29 de octubre, relatos para no olvidar de víctimas de la dana.