Huelga general
La huelga del 30E y los bloques por la ruptura proletaria

La reciente huelga general no consiguió paralizar la producción ni materializar sus reivindicaciones, pero los bloques proletarios han supuesto un avance respecto a las anteriores y han mostrado la existencia de una juventud comunista por la ruptura política.

Bloque proletario
Bloque proletario durante las manifestaciones del día 30 de enero, huelga general. Imagen: GEDAR.EUS
20 feb 2020 10:38

El 30 de Enero se celebró en Euskal Herria Sur una Huelga General, convocada por la plataforma ‘Carta de los derechos sociales’, a la que convocaban, entre otros, los sindicatos ELA y LAB, y el partido EH Bildu, y a la que también se sumaban, además, grupos como la CNT, GKS o Ikasle Abertzaleak. En este artículo vamos a presentar una serie de conclusiones sobre lo que ha supuesto políticamente esta Huelga, centrándonos sobre todo en lo que han supuesto los bloques proletarios como elemento de novedad.

En primer lugar, respecto a la naturaleza de la huelga y a su contexto político, hay que tener en cuenta que la huelga general fue convocada por un colectivo particular, “La Carta de los Derechos Sociales”, en nombre de los “pensionistas”, y en colaboración con los sindicatos y el partido EH Bildu desde el primer momento. A muchos pensionistas, a gran parte de los afiliados sindicales y de la base militante de ese mismo partido y, por supuesto, a la inmensa mayoría de la clase trabajadora vasca le pilló por sorpresa que se les convocase a una huelga general de forma inminente, para cuyo plan no se les había tenido en cuenta y sobre la que no sabían nada: ni el modelo de movilización, ni la fecha, ni los objetivos. Es más, gran parte de esa clase trabajadora se enteró de que había huelga el mismo 30 de enero.

Se da la circunstancia, además, de que la huelga general fue anunciada sorpresivamente en medio de la campaña electoral para las elecciones generales a las Cortes Españolas. Se hizo deprisa y corriendo, con una maniobra mediática de claro tinte electoralista, sin ni siquiera concretar el día exacto de la jornada de huelga. Con relación a esto último, y ya en el mismo día 30 de enero, en una de las movilizaciones principales, LAB avisaba al PNV, al que no había interpelado seriamente hasta ese mismo día, de que tenía dos meses de plazo para aplicar las demandas. De lo contrario, se arriesgaba a una supuesta “primavera roja”. Es decir, que en caso de adelantarse las elecciones autonómicas, y de coincidir con una campaña o precampaña electorales, podría reeditarse la huelga, previsiblemente con un formato muy similar.

Por todos estos elementos, y algunos más, parece bastante evidente que se ha tratado de una huelga que ha respondido a intereses políticos particulares, diseñada por grupos particulares: por un lado, del partido Sortu y EH Bildu; y por otro, de alguno de los sindicatos convocantes como ELA y LAB. En lo que respecta a Sortu, probablemente buscaba hacerse publicidad con lo que su doctrina obrerista entiende por lucha de clases: es decir, la movilización nacional por la reforma económica dentro del marco capitalista. De este modo, por un lado y a nivel de calle, buscaronn arrinconar a la oposición comunista dentro de la sociología histórica de la izquierda abertzale, preocupados por un sector comunista amplio, autónomo y al alza entre los sectores juveniles organizados. Su plan era dejar en evidencia a las organizaciones comunistas de la juventud proletaria, otorgando todo el protagonismo de discurso y acciones a sus juventudes de Ernai. Probablemente tenían calculado que las organizaciones comunistas se abstendrían de participar en una huelga tan marcadamente reformista y corporativa.

Por otro lado, y a nivel mediático, buscaban hegemonizar tanto el espacio electoral de izquierdas como el descontento de los sectores más golpeados por la crisis a través de EH Bildu y de cara a las elecciones autonómicas, apareciendo ante Podemos como el único partido que realmente lucha junto con pensionistas, feministas, trabajadores, etcétera.

Los bloques proletarios utilizaron la movilización como trampolín y como medio de fortalecimiento. Pusieron sobre la mesa su planteamiento político.

La maniobra planeada contra la juventud comunista les salió mal. Las organizaciones comunistas de la juventud proletaria se adhirieron a la huelga y apostaron responsablemente por la unidad de clase. Definieron los objetivos de mejora de las condiciones del proletariado e impulsaron el componente de lucha de la jornada planteada, convocando huelga y paralizando los espacios en los que están presentes (especialmente campus universitarios y centros de enseñanza secundaria). Fueron activas en piquetes de las zonas donde tienen fuerza, además de convocar cuatro bloques proletarios “por la independencia política del proletariado”, uno en cada manifestación de capital de provincia, a los que se sumaron diversos colectivos del proletariado más combativo, reuniendo en total a más de de 3.000 personas. De tal manera que, lejos de quedar arrinconados con la maniobra de la huelga, utilizaron la movilización como trampolín y como medio de fortalecimiento. Pusieron sobre la mesa su planteamiento político, más directo y consistente que el de los sindicatos y EH Bildu.

En lo que respecta a Podemos, el mismo día aprobaba desde el gobierno español la subida de 50 euros del SMI, quitando protagonismo, con reformas objetivas, a la masa movilizable de EH Bildu y sindicatos, que planteaban la necesidad de reformas en la misma dirección.

Los sindicatos, por su parte, muy probablemente buscaban justificarse ante sus propias bases como centrales operativas y útiles en un contexto de ofensiva generalizada del Capital y de proletarización masiva. Es una coyuntura en la que estas mismas centrales sindicales, preparadas para responder a una situación de empleo estable, no acaban de encajar. En el caso de LAB, habría que sumar los objetivos políticos de partido anteriormente descritos.

Como jornada de bloqueo de la producción capitalista, se puede decir que la “huelga general” fue un fracaso: los sindicatos no consiguieron extenderse más allá de sus bases (cerca de 200.000 afiliados), y la huelga triunfó sólo en los valles controlados por la cultura política del oficialismo de la izquierda abertzale. La huelga tuvo un seguimiento menor que las últimas huelgas generales de Hegoalde. La producción y el comercio en los grandes centros productivos y comerciales estuvo más o menos operativa. Probablemente, las industrias que pararon su producción redoblaron la misma el día anterior o el siguiente, ahorrando salarios y seguramente sobreexplotando a la capa de trabajadores subempleados.

Las centrales sindicales, preparadas para responder a una situación de empleo estable, no acaban de encajar en un contexto de ofensiva del Capital y proletarización masiva.

Como jornada de movilización simbólica hegemonista hay que decir que los sindicatos consiguieron mostrar músculo en la calle (el de los afiliados y de su base social), aunque sin sumar nuevas fuerzas:

1. Los sindicatos cumplieron con su objetivo de justificarse ante sus bases, y ahora pelean en los despachos por conseguir una mejora simbólica que los refuerce como cuadros sindicales operativos para la capa superior de la clase trabajadora que tiene condiciones de sindicarse, y para ganar referencialidad entre pensionistas, jóvenes y desempleados.

2. El colectivo de “La carta de los Derechos Sociales” ha tenido diversas críticas y su legitimidad ha quedado en entredicho como plataforma partidista disfrazada de pluralismo, aunque es posible que todavía sigan usándola.

3. El partido y sus juventudes incumplieron sus objetivos de hegemonizar el espacio de izquierdas frente a los comunistas y frente a los movimientos sociales que no controlan, por las razones anteriormente descritas.

Si algo esta claro es que estas centrales sindicales y estas direcciones de partidos políticos están pensando en todo menos en la independencia política y en la participación de la capa más baja de la clase trabajadora (en la toma de decisiones que afectan al proletariado). No digamos ya en la necesidad de que éste tome el poder y transforme las relaciones de producción. Un proletariado cuya base social no para de crecer en el contexto de crisis económica global y de perdida de centralidad imperialista de Europa, y al que el clásico modelo sindical y de partido de cuadros ya no le sirve de nada, como tampoco le sirve el discurso por la reforma nacional, política y económica.

Lo que nadie se esperaba el 30 de enero es que la juventud proletaria fuera a irrumpir con personalidad política propia, un discurso bien estructurado, y una aceptable capacidad de movilización.

ALGUNAS CONCLUSIONES SOBRE LOS BLOQUES PROLETARIOS

Los bloques independientes por la ruptura política proletaria han sido la novedad respecto a anteriores huelgas en Euskal Herria. En primer lugar hay que aclarar que no se les llama “bloques proletarios” porque estén compuestos de proletarios: en el bloque general también los había, y muchos. Se les llama bloques proletarios porque, a diferencia de los sindicatos y partidos que convocaban a la manifestación general, las organizaciones y colectivos que convocaron a los bloques independientes sí que estaban controladas totalmente por el proletariado, con una agenda netamente proletaria. Porque se muestran por una ruptura política con el poder del estado burgués y la producción capitalista, a diferencia del bloque por la reforma, hoy mucho más amplio pero con un futuro incierto, que actúa bajo una óptica de clases medias y aceptando la existencia del estado y de la producción burguesas. Los bloques proletarios han supuesto un avance respecto a las dinámicas huelguísticas anteriores en varias planos :

1) Por un lado, han roto la hegemonía absoluta de EH Bildu y la autodenominada “mayoría sindical” a la hora de plantear las huelgas generales. Los debates surgidos sobre si los bloques tienen derecho o no a sumarse a las movilizaciones, así como otras discusiones, han dejado en evidencia que existe un sector con una agenda política muy concreta que privatiza simbólicamente las grandes movilizaciones obreras como la huelga general o el 8 de marzo, para responder a sus intereses políticos particulares. Han demostrado, también, que ese sector reacciona con agresividad ante cualquier expresión políticamente independiente en estas jornadas de lucha, que deberían ser plurales y de toda la clase obrera. Una buena muestra de ello es que el concepto de “bloque” que se incorpora a las manifestaciones unitarias, se ha convertido en Euskal Herria en un asunto de separación de manifestantes por edades, lugar de origen, género, características físicas, etcétera, bajo un paraguas de pensamiento único que confluye en una gran manifestación unidimensional. En realidad, se debería impulsar o, al menos permitir, la existencia de bloques conformados por las distintas sensibilidades y corrientes políticas de la clase obrera, que unan sus fuerzas de movilización para objetivos comunes. Esta actitud tradicional de privatizar las grandes movilizaciones plurales mantenida por la socialdemocracia abertzale, acaba debilitando a la clase obrera, porque empobrece el debate ideológico, y conduce a las masas movilizadas a un bloqueo permanente. Además, esta manera de proceder impide la incorporación de nuevas fuerzas que podrían tener un eco fuerte entre el proletariado, si éste viese que se le toma en cuenta, y que no deberían de subestimarse. Los bloques proletarios han servido para poner encima de la mesa esta problemática.

2) Además, los bloques por la ruptura política han evidenciado la necesidad de superar un modelo de huelga ordenado, esterilizado y simbólico, y totalmente dirigido por la burocracia sindical y de partido, en cuanto a objetivos, modalidad de lucha y tiempos. Estos han reaccionado a las críticas hablando de comités de huelga, supuesta participación, etcétera. Pero los comités de huelga pueden tener la competencia de decidir objetivos, discurso, tiempos y modalidad de lucha o pueden, por el contrario, limitarse a ser mera correa de transmisión para ejecutar un planteamiento que ya viene cocinado desde fuera. En este caso, conformados a escasas semanas del día de huelga, es evidente de qué modelo de comités estamos hablando, más si cabe cuando ha habido un colectivo concreto que llama a la huelga a espaldas de toda la clase obrera, y que va informando sucesivamente sobre cuáles van a ser los objetivos, la modalidad de la misma, o el discurso. Tengamos en cuenta el agravante de que este modelo de huelga no obedece realmente al objetivo de paralizar la producción capitalista y forzar desde la calle la subordinación de la burguesía, sino que responde a una demostración simbólica partidista. Lo que estaba en juego era si EH Bildu y los sindicatos que la orbitan tienen más o menos capacidad de movilización frente a otros partidos del juego parlamentario, para luego poder erigirse en protagonistas de negociaciones muy lejos de los ámbitos de decisión de la clase trabajadora. De ahí que se planteen seguir empleando este modelo esterilizado de huelga para intervenir en la campaña electoral de las elecciones de abril.

Lo que nadie se esperaba el 30 de enero es que la juventud proletaria fuera a irrumpir con personalidad política propia, un discurso bien estructurado, y una aceptable capacidad de movilización.

3) En tercer lugar, los bloques proletarios han puesto encima de la mesa la necesidad de dejar de plantear reformas económicas nacionales sin tener en cuenta el marco global, de división internacional del trabajo y de la explotación, y de la lucha de clases. Es decir, los bloques proletarios han señalado que la reforma económica, en forma de limosna en el marco nacional del centro imperialista, sin ruptura política frente a la oligarquía internacional, puede impulsar los esfuerzos de ésta última para aplastar al proletariado periférico, extrayendo un extra de plusvalía que le permita mantener la paz social en las sociedades centrales. El planteamiento socialdemócrata obvia permanentemente el elemento central de que toda reforma tiene que tener como fondo la seguridad de que es a la burguesía a quien arrebatamos la riqueza, y no a nuestra propia gente en el sur global, allá donde no la vemos. Pero eso sólo puede darse mediante la ruptura política, mediante la subordinación creciente del enemigo de clase a la política proletaria. Es decir, que este modelo sindicalista y obrerista de reforma nacional debe ser sustituido por un modelo de lucha de clases política e internacional, con movilizaciones de calle y una agenda política proletaria que permita conseguir realmente avances de clase a costa de los acumuladores de ganancias.

4) Por último, y en relación con lo anterior, los bloques han servido para criticar un discurso político de fondo que permanentemente blanquea las desigualdades capitalistas, la producción asalariada y la sociedad clasista. El concepto de “dignidad” de vida y de trabajo digno ha servido al reformismo convocante para considerar digno cobrar un salario mínimo en el marco de relaciones de explotación, cobrar una pensión mínima, o una jornada laboral de 35 horas. Es extremadamente grave emplear la lucha obrera para dignificar de esa manera las desigualdades y la explotación, se haga consciente o inconscientemente. No hay “dignidad” en nada que no sea una sociedad con igualdad de condiciones materiales para todas. No hay dignidad a menos que la libertad política sea universal, y no patrimonio del poder económico. No hay dignidad alguna en tener que trabajar para otro siete horas al día, cuando es evidente que, dado el desarrollo de las fuerzas productivas, con una división equitativa del trabajo, y si no fuera por la necesidad de producir ganancias, la jornada laboral sería hoy mucho menor a las 35 horas. Es perfectamente posible un planteamiento que defienda que las mejoras que consiga el proletariado se tienen que obtener arrebatando cuotas de poder a la burguesía, conformando y reforzando la organización independiente de clase, sin necesidad de blanquear permanentemente con terminología moral a los sindicatos, a los partidos de cuadros burgueses, a las reformas institucionales y a las relaciones de producción capitalistas.

Huelga general
Voces después de la huelga

Dos semanas después de la huelga convocada en Euskal Herria abrimos un espacio para los análisis y el debate desde los movimientos. En lo próximos días publicaremos diversos textos de valoración.

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#47825
21/2/2020 15:57

Del "La Huelga General ha sido un fracaso" de PNV e EITB al "La Huelga General ha sido una mierda" de Balbás y Kolitza

Balbás hablando a toro pasado de lo que se "debería haber hecho".
Y después, lo que podríamos llamar la Coctelera de Kolitza: Meter muchos conceptos del M-Lismo clásico para meter su victimismo y después su rollo de pensamiento mágico del estilo "si sacamos muchas banderas rojas y marchamos con chaqueta de pana, bigote y cantando canciones de los años 30 se van a cagar".
No, queridos, la realidad de la clase obrera vasca, económica y sociológicamente, es terriblemente más compleja y EHBildu, LAB, ELA, etc son organizaciones que manejan sus estrategias y tácticas (como todas), pero me temo mucho que los objetivos van bastante más allá de aislar a un colectivo político del cual poco más se sabe que lo que dicen en RRSS y los carteles que ponen cerca de los bares. Colectivo político que si por algo se caracteriza es por su autoaislamiento, al estilo de La Chinoise de Godard o aquellas BBRR que quedaron aisladas en pisos francos.
Mal plan

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#47802
21/2/2020 10:08

Que a Kolitza, seudónimo conocido, pero se agradecería nombre y apellidos, se le dé tanta autoridad moral para ser una voz después de la huelga y se silencia a mucha gente de colectivos, que de manera crítica, se partieron el pecho trabajando y organizando la huelga, mosquea bastante, si no tiene una finalidad, que ya empezó en esa editorial infumable, desprestigiar el movimiento sindical vasco. Cierto, Gedar no es una organización, dejémoslo en panfleto. Panfleto de corte obrerista, gatopardista. En este panfleto escriben personajes de GKS. Se hacen llamar Gazte Koordinadora Sozialista, pero quienes peinamos alguna cana, sabemos que Gazte… algunas referencias de gazte nada, tantas canas como el señor Iñaki Gil de San Vicente.

Funcionamiento escuadrista, participan y hacen entrismo en movilizaciones organizadas por partidos y sindicatos (también movimientos sociales o movimeinto feminista) a los que consideran "BURGUESES". Hablan, ad nausean, de PROLETARIADO, pero en las manifestaciones donde participan, actúan como escuadrones diferenciados de ese proletariado, clase trabajadora vasca, a la que deben considerar lumpen proletariado. No los verás en ningún movimiento social, y sí haciendo referencia a luchas obreras (como las residencias, por poner un ejemplo) en las que no participan, y omiten que son luchas organizadas bajo sindicatos “burgueses”.

A GKS y sus referencias políticas, habrá que combatirlas, con debate, política e ideología. Pero cuidado con estos movimientos juveniles nostálgicos de la extinta URSS, de corte autoritario, negacionistas de la diversidad (que también es burguesa) en un mundo de ideologías extremas.

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#47806
21/2/2020 10:48

1-Aquí la huelga la hemos sacado adelante entre todas. Más respeto a GKS e IKASLE ABERTZALEAK.
2-Gedar no es un panfleto, es un periódico sacado adelante con esfuerzo de jóvevens militantes, que informa con noticias de interés para los trabajadores todos los días. No es obrerista, el obrerismo considera que la clase trabajadora es la clase de los empleados, mientras que Gedar emplea el término clase trabajadora como el conjunto de los empleados y desempleados, mujeres, jóvenes, personas migrantes, que no son propietarios de Capital y están bajo el dominio de la clase capitalista. No se puede decir lo mismo de otros medios más grandes y salarizados, que limitan la cuestión de clase a meras luchas por la reforma económica.
3-Iñaki gil de San Vicente ni escribe en Gedar, ni es de GKS. Todos los militantes de GKS son jóvenes.Es una coordinadora de jóvenes, autoconstituida para explorar nuevas vías en el contexto de crisis, e impulsar la independencia política del proletariado.
4-El funcionamiento de GKS es perfectamente participativo, y también disciplinado y de calidad. Si a eso llamas escuadrismo bienvenido sea.
5-Actúan diferenciados, aunque sumando sus fuerzas cuando es necesario, de los partidos y sindicatos reformistas. Pero buscan alianzas con los grupos y pequeños sindicatos que tienen perspectiva de ruptura. Tu para descalificar esa táctica la calificas de 'escuadrismo'.
6-Los verás en gaztetxes, centros sociales okupados, en el movimiento juvenil contra las casas de apuestas, en el movimiento contra la eurocopa, apoyando todos los días la lucha de las limpiadoras en la universidad, en la lucha por los presos, en el movimiento feminista, en colectivos que trabajan el tema de la vivienda, en los colectivos que luchan contra impagos a trabajadores y contra la sobreexplotación, etc. Muchos de esos movimientos sociales no existirían si no fuera por ellos. Pero claro movimiento sociales sólo son los que montas o controlas tú.
7-Tu desprecio absolutista a un fenómeno complejo, con claroscuros, como la URSS, deja en evidencia de qué pie cojeas. Seguro que piensas que vives en una democracia pluralista. GKS está a favor de la diversidad real, no de los que se os llena la boca de diversidad y luego cuando sale algo nuevo empezáis a dispararlo.
8-Si vas a combatir a GKS hazlo con sinceridad, sion caricaturizar y mentir compulsivamente.
Y deja de intoxicar.

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#47809
21/2/2020 11:06

El nombre y apellido de Kolitza es bien conocido, ha militado en organizaciones de la IA en las que su discrepancia se ha silenciado y hoy es el día en que realiza actos y debates públicos en los que se sabe quien es y se le llama por su nombre, aunque firme sus textos con el seudónimo con el que es conocido.

Y bueno, los colectivos sociales que participaron en la huelga saben que pueden enviar a Hordago sus opiniones y que serán publicados. Solo desde la paranoia desinformada se puede afirmar que les silenciamos. Prueba de ello es que hemos abierto una ronda de artículos entre sindicalistas y activistas sociales que participaron en la huelga bajo el título 'Voces después de la huela'.

Esperemos que más militantes de sindicatos y colectivos sociales nos manden sus textos para que los publiquemos.

Milesker danei zuen eztabaidarako prestutasunagaitik.

Ondo izan

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#47774
20/2/2020 20:04

¿Pero este tio quién es y de qué nube se ha caído?
Este artículo tiene más de egolatría de su autor que de análisis.

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#47765
20/2/2020 16:05

El 23 de octubre de 2019 se dio la primera rueda de prensa, con amplio seguimiento en los medios, de la convocatoria de una huelga general para la segunda quincena de enero, posteriormente, el 26 de noviembre, en una segunda rueda de prensa se sitúa la fecha del 30 de enero, de nuevo con amplio seguimiento en los medios, como día de convocatoria. La campaña electoral se inicio el 1 de noviembre y las elecciones fueron el 10, por tanto ni se anuncio “sorpesivamente” ni la sociedad desconocía la convocatoria.
El colectivo de pensionistas, en verano del 2019, se dirigió a los sindicatos, a todos, pidiéndoles un movimiento contundente para defender y potenciar las movilizaciones y reivindicaciones que desde el mismo se estaban impulsando, es en esa fecha cuando se inicia todo el proceso que desencadena en una huelga general, por tanto difícil pillarle fuera de juego al que ha venido a pedir juego.
La “Carta de derechos sociales de Euskal Herria” es una plataforma formada por colectivos, organizaciones sociales, vecinales, migrantes, feministas y sindicatos y ningún partido político. La convocatoria la realiza la Carta por los derechos sociales y los sindicatos apoyan la convocatoria al igual que otras organizaciones no participantes de la carta.
Respecto a si la clase trabajadora vasca, afiliados sindicales, amas de casa , estudiantes,… recibieron por sorpresa la convocatoria o, incluso, que algunos se enteraron el mismo día de la huelga resulta cuando menos una salida de tono bastante desafortunada de no ser que Kolitza entiende que la sociedad vasca esta formada por iletrados y analfabetos, que no leen, ni se comunican. Con la honrosa excepción de esas organizaciones de nuevo cuño, claro está.
Y finalmente y dado que no dispongo del mismo espacio que kolitza para rebatir muchas de las ideas que siembra en el conjunto de su articulo, una breve reflexión sobre los bloques y más especialmente el que representaba la corriente ideológica donde Kolitza pontifica. En las diferentes movilizaciones que se dieron en las cuatro capitales existieron un sin fin de columnas y/o bloques que convergieron en las multitudinaria movilizaciones del mediodía, las de la tarde en pueblos y barrios no merecieron, en muchos casos, la presencia de la vanguardia revolucionaria.
Ahora bien, practicar la critica continua y la descalificación al mismo tiempo que el entrismo en todas y cada una de las movilizaciones que parte de impulsos ajenos, hablo en el plano ideológico, a vuestros planteamientos me resulta realmente incomprensible. Si sois lo que decís ser, liderar, si tenéis la fuerza incontenible que produce la certeza, demostrarlo, si el resto somos una cuadrilla de reformistas, sindicalistas pesebreros o maquiavélicos agentes al servicio del capital, ya estáis tardando.

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#47784
21/2/2020 0:19

Buenas noches, #47765:

Mira si pontifico, que siempre estoy dispuesto, como tod@s mis compañer@s, a discutir mis ideas y puntos de vista, con los instrumentos de la razón y el argumento, hasta con quienes comentan mis textos desde el anonimato. Lamentablemente no se puede decir lo mismo de otros.

Empiezas intentando convencernos de que la campaña electoral de las elecciones de Noviembre duró lo que marca el calendario oficial, (8 días), con lo que pierdes de golpe toda la credibilidad. El común de los mortales tuvimos que aguantar el insustancial debate de los partidos en campaña desde el verano, y muy especialmente en Septiembre y Octubre, fechas en las que por ejemplo, en EH Bildu se volvieron a encender las alarmas de movilizar a un electorado bastante vago en elecciones estatales, y a dos semanas de las elecciones se anuncia aprisa y corriendo una huelga general. ¡Qué casualidad! Por cierto, felicidades por el resultado electoral, fruto de meses y años de propaganda, no de 8 días.

La Huelga pilló por sorpresa a la sociedad, y a gran parte de vuestra masa social, que desconocía que se iba a hacer esa convocatoria. No se en qué te basas para negar algo que hemos experimentado la mayoría al leer en el periódico que llamáis a Huelga. Y no es porque la sociedad sea iletrada o analfabeta como sugieres, sino porque igual no sois tan importantes como te crees para la mayor parte de la clase trabajadora, y no digamos del proletariado. Vamos, que a gran parte del proletariado le da igual vuestra dinámica política. Tu creerás que es porque están enajenados. Bajo mi punto de vista es normal que no se sientan interpelados por vuestra referencia política. El proletariado despolitizado no es idiota, por mucho que la socialdemocracia insista en la idea.

Por otro lado, ‘La Carta de los derechos sociales de Euskal Herria’ es un proyecto controlado por agentes políticos concretos, deberíais de dar la cara y dejar de intentar engañar a la gente con el disfraz de movimiento popular independiente y abierto a todo tipo de propuestas. No hay más que ver quiénes habéis sido los protagonistas de la Huelga llamada por ese ‘colectivo’: los sindicatos ELA y LAB y el partido EH Bildu. El día de la Huelga los portavoces que salieron en los medios de comunicación eran los líderes sindicales y del partido, y después las valoraciones públicas y la explotación simbólica de la jornada de movilización las hacían los líderes sindicales y del partido, y a negociar en nombre de la Huelga con el gobierno de navarra fueron los jefes de esos sindicatos. Parece bastante absurdo pretender disfrazarse de ‘Carta de los derechos sociales de Euskal Herria’, o peor, instrumentalizar a la gente mediante ese rótulo, cuando es uno mismo el que tarda tan poco en quitarse el disfraz. Eso si, no querer trabajar para vosotros y apoyar la Huelga General desde la independencia organizativa es ‘entrismo’. ¡Entrismo en una 'HUELGA GENERAL'! Clama al cielo la cosa. Es decir, llamas a Huelga a toda la clase obrera, y si se suman es 'entrismo'.

Luego dices que en las diferentes movilizaciones que se dieron en las cuatro capitales existieron ‘un sin fin de columnas y bloques’, además del proletario. No eran un sin fin, y además respondían a criterios de separación que no tienen nada que ver con el concepto de 'bloque'. Por ejemplo en Iruñea se separaban jóvenes, inmigrantes, LGTBI, y demás. Eso no son bloques ni columnas, eso es SEGREGACIÓN para fingir pluralidad.
En realidad sólo había dos bloques políticamente diferenciados, y ojalá en la siguiente haya más, porque sumar fuerzas a la unidad de clase es el camino, no pasarse el día combatiendo las diferencias reales para taparlas con propaganda pluralista.

Dices que lideremos, si somos lo que decimos ser. Típica observación personalista. Esto no va de quiénes somos o sois, sino de qué es lo que se debe hacer. El hecho que estamos señalando es que hacéis lo que no hay que hacer, y dejad de escudaros en quiénes sois o en quiénes fuisteis.

Luego dices que 'la certeza da una fuerza incontenible'. Eso es falso, nosotros no tenemos ‘la certeza’, sólo ganas de mejorar nuestros planteamientos de forma continua, y muchas ganas de hacer las cosas lo mejor posible, frente a una cultura política caduca, basada en la autocomplacencia y el desprecio del diferente. Y lo que da una fuerza incontenible es hacer lo correcto, no 'la certeza' ni ninguna otra cualidad subjetiva. El tiempo dirá quién está en lo cierto; mientras tanto, comparar la fuerza política de masas acumulada por una línea política socialdemócrata a lo largo de décadas, con la fuerza política de una nueva organización creada hace un año, me parece totalmente erróneo.

‘El resto’ del que hablas, para nosotros, no sois las direcciones sindicales y de partido, ni direcciones de frentes feministas u organizaciones juveniles de una cultura política que no apoyamos y que ha conducido al bloqueo. Dejad de disfrazaros de 'el resto' para esquivar las críticas.
‘El resto’, para nosotros, es el conjunto de la clase trabajadora, esa a la que despreciáis si no se sindica, organiza bajo vuestras ideas u os vota. Y por ella nos organizamos y actuamos.

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#47804
21/2/2020 10:25

Mila Ezker, ados nago!

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#47832
21/2/2020 18:36

Pontificar y discutir/rebatir son cosas distintas, cuando te decía que pontificabas me refería al estilo y cátedra con que te prolijas en las redes sociales, estilo que, la mayor de las veces, se sustenta en medias verdades y/o interpretaciones que se sustentan mas en el deseo que en una realidad. Eso si, faltaría mas, jamas te negaría semejante derecho.
Sin ir mas lejos, la respuesta a mi comentario parte de una descalificación, por intentar convencerte (sic), negándome a renglón seguido cualquier credibilidad, vaya, tu repartes cartas y dices como se juega. Quizás el problema se encuentra en que situaba con datos y fechas el inicio del proceso de la huelga, quizás en que esos datos cortocircuitaban la filípica que iniciabas, pero bueno, no tengo legitimidad.
Por supuesto que la dinámica política en el estado español se encontraba preñada de electoralismo, lo que yo señalaba era que la huelga general se anuncio sin ninguna fecha electoral encima de la mesa y punto. El resto de tus valoraciones se enfilan a sustentar tu planteamiento y tu discurso, licito pero simple.
No es la primera vez, ni supongo sera la ultima, que acusáis a la IA de intoxicar y atacar de manera despiadada a esos nuevos sectores que se articulan alrededor del proyecto político donde tu te mueves, no seré yo el que justifique esos ataques, pero en igual medida es curiosa la fijación de poner etiquetas a todo el que pone en tela de juicio tu discurso oficial.
Según parece toda la convocatoria de la huelga ha sido para potenciar y logar votos para EHBildu, incluso me felicitas como si en algún momento me habría manifestado como militante de EHBildu, te empeñas en señalar que ELA y LAB han copado todo el protagonismo, olvidando que en todas las capitales hablaron otros sindicatos y movimientos sociales, los cuales deben ser inmensamente ignorantes al no detectar la manipulación a la que estaban siendo sometidos. ESK, STEILAS, EHNE, HIRU, CNT, movimiento pensionistas, movimiento feminista, movimiento juvenil, migrantes, ecologistas, colectivos precarizados,… todos, unos felicianos ignorantes, por cierto, me puedes decir en que acto organizado por la carta habló EHBildu, digo, supongo dispondrás de algún dato ya que así lo manifiestas en tu escrito.

La referencia respecto a la ilustración o no del conjunto de la sociedad no parte de mi pluma, “es más, gran parte de esa clase trabajadora se enteró de que había huelga el mismo 30 de enero...” esa aseveración parte de tu pluma, en mi respuesta me limitaba a señalarte el infantilismo de tu argumento, pretender señalar desconexión con la sociedad por que esta desconocía la convocatoria de la huelga,es cuando menos simplón, una cosa es no estar de acuerdo con el contenido y la convocatoria y otra diferente desconocer la misma. En ningún momento he planteado que desde la carta estemos uncidos por la inefabilidad papal, la cual ya no existe, y no se me escapa que a una parte de la sociedad le importa entre poco y nada muchos de los planteamientos que se exponían en la convocatoria de la huelga, mira como entro la patronal, pero ni de lejos se me ocurre pensar que son idiotas o carecen de ideario político.
Finalmente y respecto a los bloques, acusas de utilizar ese diseño para controlar, getizar, segregar y evitar la foto final, que según tú era de dos bloque políticamente diferenciados, ojo al dato de las miles de personas que tomaron parte en las movilizaciones, 3000 (según tus cifras) eran uno de esos bloques y el resto de miles de participantes, sin matices ni blancos ni grises, eran una cuadrilla de aborregados claudicantes y reformistas. Impresionante.
Y ya que hablamos de bloques getizadores y discriminadores, veamos como se gesto el bloque que participo en la mani de gasteiz, días previos a la mani se realiza una charla donde se plantea la creación de un bloque proletario, perfecto. Que desde hace semanas existía otro bloque en el que se habían organizado diferentes sectores juveniles, seguramente la respuesta sera descalificar este bloque aduciendo su dependencia organizativa con una determinada organización, lógicamente nadie piensa que ese bloque proletario esta dinamizado por organizacion política alguna. Es mas, que después de que se haría publica la hora y sitio desde donde partiría esa bloque proletario, saldrían en perfecto orden y concierto, GKS, IA, ITAIA, ETXEBIZITZA Sindikatua , es una mera coincidencia de estas que surgen en el día a día. Al final , lo de no disfrazarse es lo único interesante que has dicho.

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#47772
20/2/2020 17:49

Mila Ezker, ados nago!

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#47780
20/2/2020 23:03

Si de verdad te crees que la huelga no se convoca en un contexto preelectoral (en Euskal Herria -autonómicas de Euskadi- y en menor medida en el Estado), sino porque lo habían solicitado los pensionistas o porque ese "colectivo" de la "Carta de los derechos sociales de EH" (según tu sin partidos políticos) es el convocante; efectivamente de tragaderas y becerril tienes bastante. Vale que queráis defender vuestra posición respecto a la huelga, pero es bastante obvio que “La Carta” carece de cualquier independencia organizativa como “colectivo”. Y sí, la realidad es cruda, y más allá del entorno ideológico más cercano la huelga apenas llegó a los trabajadores, e incluso quizás hoy habrá trabajadores que desconozcan que el 30 de enero hubo huelga. No porque sean iletrados o analfabetos, sino porque en muchos centros de trabajo no hay presencia de LAB y ELA, o no se movilizó lo suficiente, quizás no valga solo con redes sociales.

Y no, no es papel de GKS o Ikasle Abertzaleak dirigir nada, ellos mismos son conscientes de su espacio. Ni siquiera existe una organización fuerte no juvenil de ámbito socialista/comunista alternativa al oficialismo. Y no, no sois “una cuadrilla” de nada, sois el sector mayoritario en la Izquierda Abertzale. Sois una suma de colectivos y marcas con decenas de liberados y millones de euros de presupuestos. No es posible la comparación entre colectivos recién creados de ámbito juvenil y toda la estructura de Sortu, EHBildu, Ernai y LAB. No es una contraposición de iguales.

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#47764
20/2/2020 15:57

No doy crédito a lo escrito por el representante de ese gran movimiento de corte estalinista llamado Gedar. Una gran referencia política, sindical y social en Euskal Herria. “Por delante de mi, por detrás y por los lados, todos burgueses”. Partidos, sindicatos, movimiento feminista, todos, según Gedar y este tipo, representan la burguesía de EH.

Yo estoy esperando más pluralidad en las voces después de la huelga.

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#47778
20/2/2020 22:20

Gedar no es "un movimiento de corte estalinista", es un medio de comunicación. Empezando por ahí poco más que comentar. ¿Más pluralidad? Pregunta por Gara, Naiz, Berria, etc. si hay algún tipo de pluralidad.

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#47781
20/2/2020 23:10

Buenas noches,
Gedar es un periódico pequeño al servicio de la clase trabajadora, compuesto por trabajo militante voluntario, al que no pertenezco, y en el que he colaborado puntualmente (como hoy lo hago en Hordago). Ni es 'un movimiento', ni es 'grande', ni es 'estalinista', ni soy su representante.

Desacreditar algo que desconoces es como mínimo una falta de respeto. Por lo demás, puedes dar crédito a lo que te plazca, pero no intoxiques desde el anonimato.

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#47748
20/2/2020 12:49

Un poco más de realismo respecto a la situación de la disidencia no vendría mal

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#47779
20/2/2020 22:21

Te animo a que leas otros textos de "Kolitza", porque más realismo no vas a ver. (Ejemplo: "Socialismo o barbarie" en borroka garaia da)

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