We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Hemeroteca Diagonal
“De aquí no se va nadie”
La parroquia San Carlos Borromeo, en el madrileño barrio de Entrevías, está viviendo —como en otras ocasiones de su ya larga historia— unos momentos de tensión por la disensión, y de esperanza por la incertidumbre. La Asamblea Permanente que se ha constituido desde que los curas comunicamos la decisión tomada por el arzobispo de Madrid (suspensión de la parroquia y cesión del local a Cáritas Madrid) ha provocado una ola de solidaridad que, además de inesperada, no ha conocido fronteras ni ideas. De muchos lugares del mundo: Etiopía, Toronto, Hannover, Ceuta, Melilla, y diferentes colectivos sociales y comunidades religiosas y parroquiales de todo tipo, han mostrado su apoyo a la realidad vivida y sufrida en medio de personas y colectivos que conforman el mundo de la exclusión social.
Y todo esto vivido desde la fe en el Dios de Jesús que se expresa en la lucha por la justicia. Es ésta, la lucha por la justicia, la expresión más real y certera de la proclamación de nuestra fe. Por eso apuntábamos antes que la incertidumbre ha alumbrado la esperanza. Esperanza que cobra rostro en la vida de tantos chavales cuyas vidas han sido rotas por las drogas y recompuestas por el esfuerzo de vivir la libertad. Esperanza que surge en ese dolor de las madres que han sido capaces de transformar en rabia y capacidad de lucha. Esperanza que se presenta como dignidad en todos esos menores que, a riesgo de su vida, vienen en los bajos de un camión, una destartalada patera y llegan a nuestra parroquia y nuestras casas en busca de cobijo y techo para poder comenzar a buscarse la vida.
En fin, tantas y tan diversas personas y colectivos que desde la más absoluta pobreza han hecho posible la vinculación de otros colectivos y otras personas que, aun no siendo pobres, hemos querido situarnos desde el lugar social de la exclusión y la marginación. Pues esa pléyade de personas, empresarios y pobres, ex presos y jueces, putas y teólogos, drogadictos y madres de familia... hemos sido capaces de dejarnos iluminar por aquellas palabras del maestro que dice: “El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha enviado para llevar buenas noticias a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para poner en libertada los oprimidos y la amnistía de parte de Dios”.
Es por esto que, desde el primer día de la Asamblea parroquial convocada por este motivo, resuena continuamente sobre todos nosotros el verso del poeta León Felipe: “De aquí no se va nadie”.