Guerra en Ucrania
Iliberales reaccionarios y la batalla cultural del Risk “geopolítico”

Con la guerra en Ucrania comienza la campaña de la alt-right para convertir un conflicto geopolítico en una batalla cultural absurda.

Lo reaccionario es transversal, afecta tanto a las coordenadas de izquierda como de derecha: la vertiente izquierdista o “rojiparda” a la que ya se le han dedicado demasiadas páginas y la de los reaccionarios iliberales que a sí mismos se mencionan “liberales”. Estos son la copia patria de la alt-right estadounidense; se dicen liberales, pero poco de su pensamiento hunde raíces en “lo liberal”. Lo único que parece que les une a este pensamiento es un supuesto antiestatismo ideológico. Por todo lo demás son, no conservadores, sino reaccionarios a todo cambio social y están obsesionados con las “batallas culturales”.

Con la guerra en Ucrania perpetrada por el brutal imperialismo ruso sintonizado por el estadounidense, estos iliberales salen una vez más de la cueva a difundir su mensaje reaccionario. Podemos ver a Jano García comenzando el festival: parece ser que Europa estaba a por uvas, preocupándose de las cosas “progres”, como el género o el cambio climático, y la OTAN no pudo ver que la “geopolítica real” nos iba a atacar fuertemente. Ya saben, se avecinaba el jarro de agua fría en la cara que te despierta y te hace ver la realidad. En la gaceta se publicaba esta semana otro artículo en la misma línea y Pérez Reverte se hacía eco de una combatiente ucraniana que había sido abatida y lo acompañaba de “seguro que no decía todos, todas y todes”.

Así, fuerzan un marco político “nuevo”: toda Europa dormía en el progresismo mientras que ellos no, porque son los que están despiertos. Curioso que ninguno de ellos viese lo que se avecinaba desde hace un mes. Aquí comienza su campaña para convertir un conflicto geopolítico en batalla cultural totalmente desapegada del conflicto y, por qué no decirlo ya en estas líneas, más que absurda.

Es entendible, puesto que estos mismos son los que argumentan sin pruebas ideas como que la (extrema) derecha de Vox va a ganar o está ganando en barrios de clase trabajadora porque son los que se preocupan “por lo material” mientras que el gobierno progresista está con cosas “culturales” —este marco no tendría público si no fuese comprado por la reacción izquierdista—. Al final, tienen que crear nuevos marcos puesto que la realidad —y no soy amigo de justificar las posiciones políticas con ese a priori— es tozuda. El gobierno actual es el que más “políticas materiales” ha llevado a cabo, si bien, todas estaremos de acuerdo en que son más que insuficientes. Pero la realidad es esa, a unos gobiernos que han subido el salario mínimo a 1.000 euros no se les puede decir que han dejado de lado “lo material”. Esa es una crítica reaccionaria, la crítica debería ser otra, pero este no es el espacio.

Con la guerra en Ucrania se vuelve a mostrar su indecencia. No les importan las vidas de ucranianos y rusos, lo que les importa es sacar tajada para envenenar el debate político una vez más y golpear con ella a los supuestos “wokes”. Y esta es la última vez que usaré esa palabra. El español es un idioma bastante rico y no voy a ser partícipe de importar de la sociedad estadounidense ningún debate que no ayude a nuestras sociedades. Pero, eso sí, parece que los iliberales patrios están más que pendientes de la última “americanada”, que encima está creada por la alt-right, para traerla aquí. Esto lo digo para despejar las dudas sobre quién trae qué cosas.

En su geopolítica made in “partidas domingueras con mis amigos jugando al Risk”, siguiendo su argumento, esta golpea a una Europa distraída en temas menores: cambio climático, feminismo, derechos trans y queer,  y antirracismo. Lo primero para desmontar este argumento es: Europa está fundada en el plano “más material” como una unión económica para evitar guerras internas y en el plano más “idealista” en la defensa de los derechos humanos. Por lo tanto, el argumento se cae por su propio peso. Europa y sus sociedades, preocupadas por uno de sus pilares, los derechos humanos, estaban interesadas en ensancharlos. Poca lógica tiene esa en la que ante “un enemigo” te conviertes en él, como se pude deducir de su argumento.

¿Estaba Europa distraída mientras se perpetraba este juego geopolítico? No lo parece puesto que el presupuesto en defensa en el conjunto de la UE alcanzó su máximo de gasto en el año 2020

Pero vamos más allá, ¿estaba Europa distraída mientras se perpetraba este juego geopolítico? No lo parece puesto que el presupuesto en defensa en el conjunto de la UE alcanzó su máximo de gasto en el año 2020. Parece que Europa estaba “deeply concerned” de la situación geopolítica. A su vez, estos iliberales reaccionarios gustan de usar la palabra Occidente —siempre para recalcar su supuesta degeneración y su colapso al estilo Huntington— como un todo que también estaba en asuntos “progres”. Su argumento tampoco se sostiene, puesto que las administraciones de Trump y Biden también inflaron sendos gastos en defensa, sobre todo el último este último año. Pero detrás de todo esto está un argumento más que falaz que es que supuestamente preocuparse por las vidas de los trans, queers y minorías es totalmente incompatible con la “geopolítica real”. Parece que no hay vasos comunicantes entre las dos alas reaccionarias, la iliberal y la rojiparda: ¿no llevamos un año aguantando memes de “bombarderos demócratas” pintados con las banderas LGTBQ+ y BLM? ¿No eran supuestamente estas “luchas parciales”, como la llaman los rojipardos, una herramienta más del capitalismo y del imperialismo para perpetuarse? Parece que olvidan las campañas de pinkwashing y un sinfín de etc-washings hechas por la OTAN y por el ejercito israelí. Por lo tanto, es totalmente compatible lo supuestamente “woke” con subir el gasto militar y estar al tanto de la “geopolítica” y optar por la brutalidad y no el poder blando. Aquí, reitero mi apoyo a todas estas luchas que no son parciales y que buscan liberar a la humanidad de sus cadenas.

Europa está ante la disyuntiva de poder pasar a ser más verde en cuanto a la producción de energía para, así, poder tener otra posición en el tablero internacional. Y es en esta decisión en la que se juega el futuro Europa. Un ejemplo es que con la producción de energías renovables Europa se podría desentender del gas ruso y del petróleo árabe

Otro caballo de guerra que pretenden cabalgar es el de la incompatibilidad entre defender que existe un cambio climático y la geopolítica de Risk. Para empezar, el cambio climático es una realidad que nos llevará por delante como no actuemos. Y continuando, el capitalismo tiene las herramientas suficientes para asegurar su propia supervivencia y volverse verde. Por lo tanto, no se puede optar por una postura mecanicista de “el capitalismo es incompatible con la vida” por lo tanto una de las dos desaparecerá, hay que seguir trabajando para que la alternativa verde no sea bajo el sistema capitalista. Estos reaccionarios, en su particular Risk, reían porque la OTAN estuviese preocupada por lo que contaminaban los ejércitos. No llego a entender tanta estrechez mental, la verdad, los ejércitos van a tender a la hibridación o incluso electrificación para dotar de más autonomía a sus dispositivos de muerte. Por otro lado, el cambio climático y la geopolítica están cada día más relacionadas: Europa está ante la disyuntiva de poder pasar a ser más verde en cuanto a la producción de energía para, así, poder tener otra posición en el tablero internacional. Y es en esta decisión, acompañada por las consecuencias del cambio climático, en la que se juega el futuro Europa. Un ejemplo es que con la producción de energías renovables Europa se podría desentender del gas ruso y del petróleo árabe. Al contrario de lo que pasa ahora mismo, cuando, si Rusia cierra el gas, se está a la merced de los combustibles fósiles del otro imperio al otro lado del Atlántico.

Hay varios modelos para hacer Europa verde y estos incluyen distintas variantes geopolíticas. Por ejemplo, Francia opta por la apertura de nuevas centrales nucleares que directamente están relacionadas con Mali, o ¿de verdad pensamos que Francia actúa en Mali y en Níger por puro placer? Igual que no entenderíamos las ayudas al desarrollo chinas en otros países donde casualmente hay minas de coltán y litio. El cambio climático es real y reírse de que supuestamente los instrumentos imperialistas geopolíticos se distraen con él es regodearse en la ignorancia. El Ártico se deshiela por el cambio climático y tanto Putin como su adorado Trump —el que supuestamente mantenía el planeta seguro— pretendían realizar sus juegos geopolíticos en esta importantísima zona.

El Ártico se deshiela por el cambio climático y tanto Putin como su adorado Trump pretendían realizar sus juegos geopolíticos en esta importantísima zona

Así que culpar que Europa no tenga una política de seguridad común no puede pasar por ese marco reaccionario puesto que la realidad es otra. Europa lleva con este problema desde su creación, puesto que todos los países tienen intereses geopolíticos opuestos y porque algunas veces, algunos de ellos, optan por posturas atlantistas. Por ejemplo, el dúo Aznar/Blair, ante la desconfianza de sus vecinos —Francia—. Estos marcos se tienen que rechazar y contratacar puesto que son falaces y fáciles de rebatir, y pueden hacer muchísimo daño a personas que de por sí tienen en jaque su existencia como son las personas trans.

Europa y Occidente no estaban concentrados en los derechos de “las minorías”, ojalá, ambos estaban al tanto de los movimientos geopolíticos

Si algo nos enseña esta reacción es que la política es la disputa de todo. Pues disputemos ese todo. En los sectores reaccionarios la ignorancia sale muy barata, pero es que su mentira vende y es muy rentable. Europa y Occidente no estaban concentrados en los derechos de “las minorías”, ojalá, ambos estaban al tanto de los movimientos geopolíticos. Ahora asistimos a la llegada masiva de refugiados ucranianos y la política de puertas abiertas en un par de días que contrasta con la política de refugiados de la guerra de Siria. Por lo tanto, Europa y Occidente, en realidad, no estaban tan preocupados por los derechos humanos y sigue haciendo un racismo inusitado en el continente. Anulemos estas batallas culturales falaces que proponen desde el lado reaccionario y sigamos en el avance hacia más derechos y la liberación total de la raza, clase y género.

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